lunes, 23 de junio de 2008

PEQUENAS SUMAS



Gotea para abajo, diluvia hacia arriba


¿Cuánto han mejorado los ingresos de los pobres en el Perú? ¿De cuánto dinero adicional en los bolsillos de los pobres estamos hablando, ahora que tanto se ha discutido sobre la “gran” reducción de la pobreza de que se vanagloria el gobierno? En los últimos 3 años los pobres sólo han logrado una mejora de 21 soles mensuales, menos de 75 centavos diarios. Esto es lo que dicen las cifras oficiales del INEI para el 2007, las mismas que sustentan la reducción de la pobreza que tanto dio que hablar en las semanas pasadas.


A este ritmo, para mejorar su “diario” en apenas 10 soles, los peruanos pobres deberán esperar cuarenta años ¡hasta el 2048!. Un joven pobre, de 25 años, que hoy trabaja arduamente para ganarse la vida, recién cuando tenga 65 años de edad, podrá disponer de 10 soles diarios más que ahora.


Si esas cifras son escalofriantes, esperen un poco. Ese cálculo es referido al 40% más pobre de la población. Pero si concentramos la mirada solamente en los más pobres, en ese 10% (2,7 millones de peruanos) muy muy pobres, sus ingresos han mejorado en solamente 25 céntimos diarios. Media china. Ni un pan.


Gracias a esa mejora, estos peruanos ahora disponen para vivir de la enorme suma de 2 soles cincuenta por día. ¿Alguno de nuestros lectores puede imaginarse como vivir con esa suma diaria? ¿Dos soles cincuenta para pagar agua y luz, pasajes, ropa, comida, medicinas, útiles escolares?


Llamar chorreo a eso es evidentemente un exceso. Apenas si gotea.


Compárese eso con las sobreganancias mineras. Entre el 2002 y el 2007, el valor de la producción minera aumentó de 15 mil millones a 59 mil millones de soles, en un 286 por ciento. Eso no se debió a que aumentara la producción minera, que creció apenas en 23 por ciento en ese periodo, sino a que los precios promedio se triplicaron.


Si los precios de los minerales fueran los del 2002, las empresas mineras hubieran tenido ingresos por 19 mil millones de soles; en vez de eso, tuvieron 59 mil millones: ¡40 mil millones de soles más! Una parte de eso fue a impuestos, de tal manera que las sobreganancias para sus dueños fueron de 25 mil millones de soles en el 2007.


Todos los pobres del Perú, contados por el INEI, 11 millones de peruanos, aumentaron sus ingresos sumados, todos juntos, en menos de 3 mil millones de soles. Los dueños de una veintena de empresas aumentaron sus ingresos en 25 mil millones de soles: 8 veces más.


Eso no es chorreo: eso es diluvio.


Sumando a favor de los pobres


Supongamos que el Perú decidiera, por esta única vez, cobrarle a las empresas mineras la mitad de sus sobreganancias. Ojo, eso quiere decir que aún se quedarían con la otra mitad de las sobreganancias, es decir de las ganancias extraordinarias que han obtenido por los altos precios de los metales en el mercado internacional, ganancias que no se deben a ningún esfuerzo de su parte sino a la pura suerte.


En los últimos 3 años las empresas mineras han acumulado 62 mil millones de soles de sobreganancias. En un ejercicio de imaginación, dejémosle a sus accionistas que se queden con 31 mil millones (un recontra montón de dinero) y cobremos 31 mil millones a favor de los pobres. Y eso que no hemos contado las mayores ganancias de petroleras, pesqueras, bancos y AFPs, cuya rentabilidad excede en todos los casos lo razonable.


Con esa suma se podría invertir en cada hogar pobre del país ¡15 mil soles¡ ¡más de 5 mil dólares para cada familia pobre peruana! Imagínense ustedes todo lo que las familias, sus comunidades y el estado juntos podrían hacer con ese dinero. La Federación Campesina del Cusco con la experiencia de riego por aspersión con tecnologías simples, y capacitación de campesino a campesino con los yachachiqs, probada durante varios años, permite que con solo 600 soles por familia campesina multiplicar sus ingresos varias veces. Con 1,100 soles se podrían añadir otras 10 tecnologías de transformación de productos, como la leche en yogurt y quesos. ¡Y podríamos tener 14 veces esa suma!


Para quienes piensan que invertir en los pobres es ineficiente, tengo otra alternativa: pongamos la plata en un banco. Con los intereses que hoy obtiene el gobierno con sus fondos, un 8% anual, se podría dar 100 soles mensuales a los 2 millones de familias peruanas pobres ¡eternamente! ¡por siempre! No se usaría el capital, que se mantendría intacto, sólo los intereses. La plata estaría guardada en un banco y cada familia pobre peruana podría estar segura que, pase lo que pase, llueva o truene, tendría todos los meses 100 soles mensuales en su cuenta.


Mientras tanto, las sobreganancias mineras siguen acumulándose, mes tras mes y año tras año. Si hiciéramos lo mismo el 2008, seguramente podríamos subir esos 100 soles a 140 soles. Y en un par de años más, a 200 soles. Todos los meses, a todas las familias pobres peruanas, por siempre. Parece un sueño.


¿1% de pobreza o eficiencia del gasto social?


Mientras el sueño sigue siendo un sueño, se discute si la pobreza se redujo 5% y no 2%. Poco relevante: si las sobreganancias mineras dejaran de concentrarse en unas pocas manos y fueran utilizadas para combatir la pobreza, podríamos realmente cambiar las condiciones de vida de millones de peruanos en 3 o 5 años.


Lourdes Flores, por su parte, propone una mejor política social y un mayor esfuerzo por la inclusión…pero sin tocar las sobreganancias. En una entrevista reciente, insiste en que los gobiernos regionales y municipios gasten más – aumentando así el déficit fiscal en un momento en que este debe mas bien reducirse– y en que el problema es de gestión en las áreas sociales.


Seguro que las ineficiencias en la gestión en educación, salud y programas de lucha contra la pobreza son muy grandes. Pero no tienen comparación con las sobreganancias. Tanto han criticado los partidarios de Lourdes la focalización en el vaso de leche y los comedores populares, y hablan allí de lograr ahorros de 50 u 80 millones de soles al año…!eso se llevan las mineras de sobreganancias en un día!


Más importante, estos neoliberales se olvidan esa gran máxima de su ideólogo number uán, Milton Friedman: no free lunch, no hay lonche gratis. Si queremos tener educación salud y programas sociales de calidad, hay que invertir en ellos. ¿O de verás creen que hospitales y centros de salud con equipos obsoletos y sin medicinas, profesores mal pagados y colegios sin baño, pueden dar un buen servicio? ¿O alguien puede creer que la desnutrición infantil se resuelve con sólo un vaso de leche diario, que no cuesta ni 5 soles al mes?


Hoy los peruanos tenemos la posibilidad de dar un salto gigantesco en la lucha contra la pobreza. Cuestión de compartir un poco mejor la riqueza y de invertir para que el Estado sea capaz de hacer su trabajo y mejorar la vida de la gente.

AUTOR: PEDRO FRANCKE
ACTUALIDAD ECONOMICA DEL PERU,06/21/2008