domingo, 22 de junio de 2008

ESPANOLES RATEROS 2

El ejemplo chileno

Telefónica Chile aportó a la multinacional unos ingresos de 1.006 millones de euros y un OIBDA acumulado de 417 millones de euros. El grupo de Móviles contribuyó con 796 millones de euros de ingresos y un OIBDA de 294 millones. Esta diligencia para conseguir los mayores beneficios posibles no es tal a la hora de respetar los derechos laborales y así, en 2002, tuvo que hacer frente a una sanción impuesta por el Tribunal Supremo de Chile por prácticas antisindicales al negociar con algunos sindicatos por separado para que no apoyaran las movilizaciones que se estaban gestando. Movilizaciones que supusieron el despido de 300 trabajadores. En cuanto al servicio prestado en el país andino es destacable cómo el gobierno, en 1999, promulgó un decreto tarifario que imponía una rebaja importante en las tarifas en torno al 14%. Con ello se pretendía beneficiar a los consumidores que durante mucho tiempo debieron pagar precios de monopolio, es decir, injustificadamente altos. Pues bien, año y medio después, el operador dominante, Telefónica Chile, manifestó su disconformidad con el decreto atribuyéndole la responsabilidad de la reducción de sus ingresos que amenazaban futuras inversiones. La polémica siguió viva hasta el 2002 cuando Telefónica decidió recurrir a los tribunales por los nuevos marcos de tarifas.
En 2004 se revisaron las tarifas de Telefónica Chile para el período 2004-09 con considerables ventajas para la empresa y que mejoraban su posición competitiva en telefonía fija. A pesar de que el precio por minuto de llamada bajaba un 14%, el cargo fijo subía un 7% penalizando a aquellos hogares con consumos más reducidos.

Brasil y Centroamérica

Telesp es el nombre de la filial de Telefónica que opera en Brasil. En 2006 sus ingresos alcanzaron la cifra de 5.565 millones de euros con un margen OIBDA de 2.637 millones. El grupo de Móviles consiguió 2.005 millones de euros de ingresos y un margen OIBDA de 438 millones. Estas cifras no fueron impedimento para mantener unas tarifas injustificadamente altas que obligaron a intervenir al ministro de Telecomunicaciones a principios de este año para establecer nuevas normas en el sector que incluían la reducción del costo de la renta básica (pago mínimo por suscripción que ascendía a 16 dólares mensuales) y un nuevo modelo de cálculo de las tarifas. Pero habían sido los propios usuarios quienes a través de demandas ante los tribunales habían propiciado el fin del cobro de la tarifa mínima.
Los 10 millones de clientes colombianos, entre telefonía fija, móvil y datos, aportaron ingresos de 1.076 millones de euros a la multinacional desde mayo de 2006 cuando fue adquirida a Colombia Telecom. Meses después de la compra, el regulador colombiano antimonopolio multó a América Móvil con 800.000 dólares y a Telefónica con 266.000 dólares tras establecer que ambas empresas habían acordado las tarifas que cobran a otras compañías por utilizar sus redes.
Las ramificaciones de Telefónica en México se desarrollan en la telefonía móvil con 8,5 millones de clientes que aportaron unos ingresos de 988 millones de euros.
Algo que no debemos dudar si observamos el estudio ‘Panorama de las comunicaciones 2007’ publicado por la OCDE y que concluye catalogando a México como uno de los cinco países con las tarifas telefónicas más caras entre los 30 países que conforman el organismo. El país se sitúa en el lugar 14 en relación con los costos de sus tarifas, por encima del promedio de los miembros de la organización.
El Salvador, Guatemala, Panamá, Nicaragua, Ecuador y Uruguay cerraron el ejercicio 2006 con más de 7 millones de clientes de telefonía móvil que aportaron unos ingresos de 923 millones de euros (un aumento del 14% respecto a 2005) y un resultado operativo antes de amortizaciones de 287 millones de euros (un 32% superior respecto a 2005). Pero la arbitrariedad a la hora de fijar las tarifas responde más que a la racionalidad al hecho de dónde se puede sacar mayor tajada. Costa Rica, por ejemplo, donde no opera Telefónica, tiene las tarifas más bajas de la región (10 centavos de dólar por minuto); en Guatemala asciende a 13 centavos de dólar y, en general, en toda Centroamérica no sobrepasan los 25 centavos. Pero en Argentina se pagan 32 centavos y en Uruguay asciende hasta 72 centavos. No es de extrañar que a principios del mes de agosto, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, advirtiera a las compañías de telefonía celular, entre las que se encuentra Movistar, que iniciaría una agresiva renegociación de los contratos de concesión que terminan en 2008 y que la multinacional pretende renovar durante 15 años más.

Mano de obra barata

Telefónica, en su objetivo de complacer a sus accionistas, no pone reparos en emprender acciones contra los usuarios de su servicio o contra sus propios trabajadores tanto en Latinoamérica como en el resto de países donde opera. Es vox populi que los teleoperadores que atienden su servicio comercial lo hacen desde países como Argentina, Perú, Colombia o Marruecos a través de su filial Atento con sueldos que no superan los 200 euros mensuales deshaciéndose de trabajadores como los 37 despedidos de Atento Madrid del pasado mes de septiembre, los 179 de A Coruña o los 93 de Valencia de principios de año; países donde la legislación laboral es menos estricta o los reclamos de los trabajadores y los costes de personal son mucho menores que, por ejemplo, en España. O que la reciente adquisición de Móviles y de Data está provocando condiciones laborales diferentes entre trabajadores de la misma categoría. Que sus grandes operaciones comerciales generan dudas como la reciente venta de la productora audiovisual Endemol o la compra de O2 para operar en Reino Unido, Alemania, Irlanda o la República Checa.
Cualquier usuario de cualquiera de los países donde tiene alguna concesión conoce la opacidad de su servicio postventa que le hace perderse en un laberinto de llamadas hasta dar con un comercial, fruto de la continua sangría de trabajadores y del poco interés en un área de negocio conflictiva. Sí que es cierto que en muchos lugares se siguen creando planes de ahorro que suponen una reducción en las facturas. Pero este hecho motiva un galimatías (confusión) en los usuarios por la gran cantidad de planes, tarifas o modalidades y que consigue lo que pretende, que muy pocos aprovechen estas ventajas, así como una pregunta maliciosa: ¿qué márgenes de ganancia tiene esta empresa que es capaz de reducir sus tarifas a los usuarios y seguir generando grandes beneficios? ¿Qué estaba ganando hasta ahora? Los accionistas, sobre todo los pequeños, deben conocer estas prácticas de la multinacional que, al igual que los marineros enviados por la Corona de Castilla a surcar los mares en busca de El Dorado, exploran hoy los océanos financieros para mayor gloria de Su Majestad La Banca, bien la española, bien la que sirve a los intereses del ‘Inglés’

AUTOR : PEDRO ARMANDO ROSARIO URBANES
MATICES DE OPINION,06/20/2008