domingo, 4 de abril de 2010

De presupuestos y subida de impuestos o como la clase trabajadora paga la crisis

Los Presupuestos Generales del Estado para 2010 tienen la particularidad de estar enmarcados en un contexto de crisis económica muy dura. Las previsiones continúan siendo nefastas y el Estado (desde la era keynesiana) actúa como elemento contracíclico a la hora de regular las depresiones. Ahora bien, las preguntas que uno puede hacerse son las siguientes: ¿es válida cualquier tipo de intervención pública en época de crisis? ¿existen formas de intervención que puedan perjudicar más que otras a la clase trabajadora? ¿qué posición deberíamos tomar los anarquistas y anarcosindicalistas al respecto?


Presupuestos Generales del Estado de 2010


En cuanto a la composición del presupuesto, un 51'6% del gasto público, es decir, 180.848 millones de euros, 6.636 más que el recogido en los mismos Presupuestos Generales del año 2009, irá destinado a gastos sociales (pensiones, vivienda, desempleo...) incrementando, por ejemplo, servicios sociales (8'4%), pero cayendo vivienda (-7'7%). Sin embargo esto es insuficiente y no se puede vender como un logro teniendo en cuenta que el aumento del paro esperado, causa fundamental del incremento del gasto social, sea un logro del que presumir ante la sociedad.

Pero no solo se incrementa el gasto social, también los gastos policiales y de prisiones, (un 2'6% respecto al año anterior), gastando 8.872,81 millones de euros, esto es, más de lo que gasta el estado en sanidad (4.633,45) y educación (3.088,52). Si bien es cierto que existen importantes transferencias en todos estos apartados a las comunidades autónomas, estas dedican sus recursos también a cubrir estos aspectos. En el caso de Catalunya se destinan 951,3 millones de euros para Justicia y prisiones y 1.287,2 para policia, por los 2110,5 millones que se dedican en protección social.

Incrementan también un 6,7% los gastos de la alta dirección de la Administración del Estado. Por el contrario bajan un 10% los fondos para la Agencia Estatal de la Administración Tributaria. En un contexto de recesión y de subida de impuestos, cabe anticipar un incremento de la actividad de la economía sumergida y, por tanto, de la evasión fiscal. La disminución de los recursos disponibles pondrá en dificultades la lucha contra el fraude fiscal, con el consiguiente efecto pernicioso sobre los ingresos impositivos y el déficit.

Por otra parte, uno de los mayores déficit de los presupuestos es la inexistencia de medidas para la creación de empleo siendo el paro elevadísimo y el empleo público muy bajo en España.



2010: contrarreforma fiscal... ¿y laboral?


En un contexto de crisis como el actual, el gobierno ha implementado en los Presupuestos Generales del Estado para 2010 medidas para reducir el déficit de las cuentas públicas. Estas medidas se toman de forma que no afecten demasiado a la patronal y en cambio, seremos los trabajadores quienes paguemos esta crisis del capital, con paro, pobreza y... subida de impuestos.

Centrándonos en los que más nos afectan, tenemos el incremento del IVA (a partir del 1 de julio) que lo paga principalmente la clase trabajadora con una recaudación extra de 5.150 millones de euros según estimaciones del gobierno. El IVA se incrementa del 16% al 18% en su tipo general (la mayoría de productos y servicios), asimismo se incrementa del 7% al 8% el IVA reducido (alimentos en general excepto los básicos), quedando igual, al 4%, el tipo de IVA superreducido. Por otra parte el gobierno suprimirá totalmente la deducción de 400 euros lo que representa un incremento de igual cuantía del IRPF, penalizando a todos contribuyentes y sobretodo a las rentas más bajas (recaudación de 5.700 millones de euros). Asimismo incrementarán los tipos impositivos de las rentas generadas por el ahorro, del 18 al 19% hasta los 6.000 euros, y del 18% al 21% para las cantidades superiores. Teniendo en cuenta que la mayoría de los trabajadores no podemos ahorrar esta medida afectará principalmente a aquellos que tengan ingresos superiores y a los pocos ricos que no defrauden (recaudación de 800 millones de euros). A todo esto hay que sumarle que somos los trabajadores quienes pagamos generalmente los impuestos en este país en un 80% entre IVA e IRPF. Ahora con la crisis parece que toca pagar un poco más.

A diferencia de la subida que deberemos padecer los trabajadores, las empresas gozarán de un recorte impositivo. En principio se reducirá el Impuesto de Sociedades del 25% al 20% para las PYME con menos de 25 empleados que no destruyan empleo (regalo de 700 millones de euros). Todo el mundo sabe que, además, los empresarios son la clase social que más defrauda, un 47% de lo evadido, y aproximadamente 71.156 millones de euros solo de IVA entre 2000 y 2008, según el Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda. No se tocarán en ningún caso los impuestos a las SICAV (fondos de inversión de los multimillonarios) que tributan al ridículo 1%. Paralelamente también se reducen o eliminan los impuestos de sucesiones que afectan a quien más tiene.

En resumen la contrarreforma fiscal implicará un desembolso de 11.650 millones de euros para el trabajo, y un regalo de 700 millones de euros para el capital. Según la Encuesta de Población Activa, de los 23 millones de población activa en España, 1.038.300 son empresarios con asalariados, por lo tanto el impacto de la contrarreforma fiscal representa de media un incremento del desembolso por trabajador de 530'47 euros/año y por el contrario un regalo por empresario de -674'18 euros/año. Todo ello sin contar con el mínimo impacto que tendrá para quienes tienen salarios de vergüenza como los directivos, o los que se pueden subir su propio salario como los políticos.

Solamente es necesario apuntar dos datos para rematar: el fraude del IVA acumulado (71.156 millones de euros) es lo que calcula Vicenç Navarro (economista y Catedrático de Políticas Públicas de la Universitat Pompeu Fabra) que es el déficit en gasto social de España respecto a los países más avanzados a nivel europeo. Asimismo el déficit público previsto para este 2010 según los presupuestos rondará los 50.000 millones de euros, es decir, que si los empresarios no hubieran defraudado tanto aun tendríamos superávit de las cuentas públicas para este año.


Una postura de clase y anarquista


Ante todo es importante remarcar que desde una perspectiva de clase, el peor indicador que existe hoy día es el incremento del paro. Por lo tanto, que se apliquen medidas para reducir el paro sin que perjudique a los trabajadores debe ser un objetivo básico. Las medidas contra el paro no tienen que estar estrictamente vinculadas a los presupuestos (por ejemplo, es necesario optar por la reducción de la jornada laboral) pero sí que se ven influidas por ellos. Hay dos motivos fundamentales para luchar contra el paro forzoso y masivo. El primero es la situación de desesperación y pobreza real a la que se somete a la clase trabajadora. El segundo es consecuencia del anterior, pues el paro debilita la posición negociadora de los trabajadores tanto a nivel de empresa como de sector o en general. Altísimas tasas de paro son y serán este próximo año la justificación perfecta para la imposición de salvajes contrarreformas laborales. Luchar contra el paro es una prioridad para reforzar el sindicalismo de clase y anarquista.

Vistos los acontecimientos, la pregunta que nos debemos plantear es si tomamos o no una posición pública, firme y contundente ante los sucesos concretos y actuales. Desde esta perspectiva es necesario realizar propuestas de tipo reformista, planteadas como instrumento de defensa de los trabajadores y como forma de evidenciar el sesgo patronal del Estado, es decir, lo que se podría hacer y que en cambio se hace todo lo contrario atacando al salario indirecto (enseñanza, educación, etc.) o diferido (pensiones). También se pueden plantear complementariamente propuestas progresivas, es decir, medidas para ganar poder social desde el sindicalismo de clase y anarquista o las organizaciones populares y anarquistas.

En lo referente al tema que nos ocupa en el artículo, impuestos, gasto público y recuperación económica podríamos plantear lo siguiente:

En cuanto al gasto es necesario reducir radicalmente costes innecesarios como los sueldos del jefe de Estado y su familia, así como los de los políticos de todas las administraciones. Conviene asimismo reducir más aun los gastos militares y policiales hasta que lleguen a desaparecer, siendo sustituidos por incremento en educación y asistencia social. Debe invertirse mucho más creando empleo en las áreas más deficitarias de empleo público en España, que son sanidad, educación, escuelas de infancia, servicios domiciliarios, servicios sociales, y un largo etcétera.

En cuanto a los ingresos es conveniente incrementar el IVA a los artículos de lujo y eliminarlo a los de los bienes de primera necesidad. Asimismo conviene incrementar el IRPF a las rentas más altas, incrementar el impuesto de sociedades y recuperar el impuesto de sucesiones. Ilegalizar las SICAV. Cabría asimismo eliminar los paraísos fiscales de todo el mundo. En general es imprescindible a corto plazo incrementar los recursos obreros y populares de control del fraude fiscal y la corrupción política.

Estas propuestas son inseparables de una lucha más a conciencia para incrementar el poder obrero y el control barrial y municipal. Una lucha para conseguir gestionar desde una perspectiva transformadora nuestro dinero, creando cajas de resistencia y de apoyo mutuo y social, que no esté mediatizado por un Estado corrupto y pro-patronal. Como no, estas propuestas son inseparables de la lucha para acabar con el capitalismo y el Estado poniendo en su lugar un modelo económico y social comunista y libertario.

De nuestra capacidad de proponer y aplicar hoy depende conseguir una sociedad más libre e igualitaria.

AUTOR : Lluís Rodríguez
FUENTE : Economia Critica y Critica de la Economia

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