domingo, 27 de febrero de 2011

PRODUCTIVIDAD, COMPETITIVIDAD Y OTRAS MENTIRAS

  Por  Luis Guerra


Se nos ha vendido y se nos sigue vendiendo que la economía española ha perdido competitividad (se habla a menudo del 20%) y que la única manera de recuperar esta competitividad es por la vía de la reducción de salarios (lo llaman devaluación interna). La realidad es la contraria de la que nos venden. En la década de los 2000 los salarios reales españoles han crecido menos que la productividad, la productividad por empleado ha crecido más en España que en Alemania y nuestros salarios reales han crecido menos que en la virtuosa Alemania. La economía española, en estos momentos, es competitiva en precios.

Seguimos oyendo al FMI a la Comisión Europea al Banco Central Europeo al Banco de España a Funcas y a nuestro querido compañero Almunia que los salarios en España tienen que bajar o reducir su crecimiento. La prensa en general se hace eco de estas declaraciones, con el resultado de que se está sometiendo a la población a una campaña de mentalización, mantenida por años, para que acepte que los salarios tienen que bajar, utilizando para ello las mismas tácticas que se utilizaron en el caso de las Pensiones, es decir, mentiras y medias verdades. Cuando lee uno la prensa no queda más remedio que preguntarse si los periodistas son unos vendidos o es que no entienden la esencia de los problemas sobre los que escriben.

¿CÓMO SE MIDE LA COMPETITIVIDAD?

Competitividad es un concepto favorito de políticos, periodistas y vendedores de mentiras. Es un concepto que no tiene definición. Productividad, PIB, etc. son conceptos claramente definidos que nuestros estadísticos pueden medir y cuantificar. La Comisión Europea, que publica estadísticas para todo, no tiene una estadística que se llame “Competitividad”. Debido a esto, se utilizan otras estadísticas como Representantes de la competitividad (cada uno utiliza la que más le conviene). A menudo se utiliza el costo unitario del trabajo o el saldo de comercio exterior, que tienen algo que ver con la “competitividad”, una cosa imposible de medir porque no está definida. Todos creemos saber lo que competitividad significa y por supuesto nos equivocamos.

EL DÉFICIT DE COMERCIO EXTERIOR COMO MEDIDA DE NUESTRA COMPETITIVIDAD

Durante los años de la burbuja en que el déficit comercial español con la zona Euro iba creciendo y que superó los 37.000 millones en el año 2007, se citaba este déficit como prueba incontrovertible de la pérdida de competitividad de la economía española. En el año 2010 el déficit comercial con la Eurozona se ha convertido en un superávit que quizás llegue a los 1.000 millones, no pudiendo descartarse que en el 2011 tengamos un superávit de más de 5.000 millones con la Eurozona.

Si miramos al resto del mundo tenemos una historia parecida. En el 2007, el déficit comercial con la zona No-Euro, de todos los productos excepto los combustibles (que tienen una demanda muy rígida), fue de 3.300 millones. En el 2010 este déficit se ha convertido en un superávit de más de 11.000 millones.

Los enormes déficits de comercio exterior se han convertido en superávits.
Según esto habría que pensar que el problema de falta de competitividad de la economía española ha quedado resuelto.

UNA MENTIRA DESCARADA. EL COSTE UNITARIO DE TRABAJO COMO MEDIDAD DE NUESTRA PÉRDIDA DE COMPETITIVIDAD

El coste unitario de trabajo es el parámetro preferido por los que nos venden que los salarios en España han crecido de forma excesivamente agresiva (incluyendo el Banco de España) y que por consiguiente es necesario reducirlos. Todos recordamos al Sr. Almunia instando a la sociedad española a que el crecimiento de los salarios se adecuase al crecimiento de la productividad. El índice del coste unitario de trabajo mide el coste total de trabajo, incluyendo cotizaciones sociales, por unidad física de producto (coste del trabajo por coche producido, por ejemplo). Sin más explicación se nos dice que el valor de este índice en el segundo trimestre del 2008 era de 130 para España y de 100 para Alemania. De lo que se concluía que era necesario rebajar los salarios españoles un 30%. O un 20% si se comparaba con el conjunto de la Eurozona.

Eurostat publica dos índices de coste unitario de trabajo, el nominal y el real con base 2000=100. El coste unitario nominal de trabajo en el tercer trimestre del 2010, era un 20% más alto en España que en la Eurozona. Este índice utiliza costes monetarios (nominales) de trabajo con el resultado con el resultado de que el índice mide fundamentalmente la inflación. Por el contrario, el índice del coste real unitario de trabajo en el que la inflación no influye, tenía en el tercer trimestre del 2010 un valor de 93.7 para España y de 95.2 para Alemania. Es decir los costos reales de trabajo han caído en España desde el año 2000 y han caído más que en Alemania o que en el resto de las grandes economías europeas en las el coste unitario real de trabajo ha crecido en vez de caer.

¿Se nos miente a propósito utilizando la estadística que más conviene para convencernos de algo que no es cierto? El Banco de España solo publica en su sitio Web el coste nominal unitario de trabajo para contribuir a la campaña de mentalización.

OTRA MENTIRA. EL CRECIMIENTO DE LA PRODUCTIVIDAD SE HA RETRASADO FUERTEMENTE EN ESPAÑA FRENTE A ALEMANIA

Si esto era cierto a comienzos del 2008, la tortilla ha dado la vuelta por completo. El índice de productividad por persona empleada, en el primer trimestre del 2008, tenía un valor de 108.8 en Alemania frente a 101.3 en España. El mismo índice de productividad, en el tercer trimestre del 2010 tenía en Alemania un valor de 105.8 frente a un valor de 107.8 en España. El valor del índice de productividad en España era en ese trimestre superior al de Alemania, Francia o Italia.

MENTIRAS, Y GORDA. LOS SALARIOS EN ESPAÑA HAN CRECIDO MUCHO MÁS QUE LA PRODUCTIVIDAD

Si asignamos a la relación (Salario Real/Productividad) un valor de 100 en el 2000, en el tercer trimestre del 2010, esta relación tenía un valor de 93,7 para España. Es decir, los salarios reales en 10 años han crecido un 6.7% menos que la productividad.

El valor de esta relación (Salario Real / Productividad) con base 2000=100 era 95,3 en Alemania, 101,9 en Francia y 102,5 en Italia en el tercer trimestre del 2010. En España el salario real creció menos que la productividad y creció más lentamente que en Alemania.

Sería de desear que dejaran de engañarnos diciéndonos que el milagro alemán se debe a que sus salarios han crecido muy moderadamente.

¿POR QUÉ SE NOS SIGUE VENDIENDO LA IDEA PERVERSA DE QUE ES NCESARIA UNA DEVALUACIÓN INTERNA Y QUE ES NECESARIO QUE NUESTROS SALARIOS BAJEN?

La respuesta es que ello favorece las rentas de los más ricos, algo buscado por los del lado de la oferta, que incluye al PP y al PSOE así como a la mayoría de los políticos europeos de derechas que están montados en los sillones en estos momentos y a los que les parece bien que la mayoría de la población se empobrezca, si con ello los más ricos aumentan sus rentas y su riqueza. Las medidas del lado de la oferta no van a resolver el problema del paro español, pero si van a hacer que la distribución de la renta en España sea cada vez más desigual.

El problema de España no es de deterioro de la competitividad, es un problema de paro excesivo que no se corregirá por la vía de reducir salarios. El coste de los salarios (incluyendo cotizaciones sociales) solo representa el 12% del precio de venta de los productos industriales (Banco de España. Central de Balances). Tampoco se resolverá rebajando las cotizaciones sociales que solo son el 2.8% del precio de venta. Para que tuviera lugar la “devaluación interna”, es decir que el coste de producción de nuestras empresas se redujese, se requeriría una rebaja general del nivel de precios, no solo salarios. A este fenómeno le llaman “deflación” y es algo contra lo que se luchará por todos los medios. Las demandas perversas de rebajas de salarios como condición necesaria para resolver los problemas de la economía española son similares a las peticiones de rebajas de impuestos a las rentas del ahorro o a las demandas de las rebajas del impuesto de sociedades. Son demandas para aumentar las rentas de los más ricos de la sociedad que se nos venden diciéndonos que así ganará toda la sociedad. La falsedad de esta afirmación se ha demostrado con claridad en los Estados Unidos. De nada sirve a la mayoría de la sociedad que la renta per cápita suba si el crecimiento de la renta se lo llevan las rentas más altas y no se traslada a conjunto de la sociedad.

El problema de resolver el paro en España puede ir por tres vías:

• Emigración masiva de nuestros jóvenes. Quizás hacia Alemania.

• Salida temporal del Euro, acompañada de una devaluación del 25 al 30% y de una reestructuración de nuestra deuda fiscal. Se nos dan todo tipo de argumentos contra esta vía. No se habla de esta solución porque comportaría perjudicar a bancos, a grandes empresas y a los más ricos, aunque favorecería a la mayor parte de la población dado que el paro se reduciría. Pensemos por otra parte que los grandes bancos han dejado de ser españoles dado que la mayor parte de su negocio se genera fuera de España y que están buscando activamente reducir el negocio en España frente al del resto del mundo (lo llaman diversificación). Lo mismo puede decirse de las grandes empresas españolas, que cada vez son menos españolas. Es decir, dejamos de hacer lo que conviene a la mayoría de la nación por favorecer a entidades que han dejado en gran medida de ser españolas y por plegarnos a lo que conviene a Alemania y Francia, las naciones a las que favorece enormemente nuestra permanencia en el Euro y cuyos bancos contribuyeron con sus prestamos irresponsables a la burbuja y al endeudamiento español.

• Aumentar nuestras exportaciones sin salir del Euro. Por ejemplo expandiendo la gama de productos que ofrecemos a la venta. Por ejemplo, por la vía de un Tratado Preferencial de España con la Comunidad para que se permitiese a España incentivar el establecimiento de empresas europeas en España violando las reglas comunitarias sobre la competencia y basado en el paro desproporcionado de España frente al resto de la Eurozona.

Quizás la Sra. Merkel que en su visita quiso vendernos la necesidad de ser austeros, de restringir el crecimiento de nuestros salarios, de recortar los programas sociales y de someter al control europeo nuestras finanzas, todo ello para que el Euro siga adelante podría mostrar sus buenas intenciones incentivando a algunas de las numerosas empresas alemanas, punteras a nivel mundial, a que establecieran sus sedes centrales en España. Por supuesto que no. Alemania vende lo que le conviene y nuestros políticos lo comprarán, aunque no sea lo que conviene a la mayoría de la población española.

La indiferencia de nuestros políticos respecto al problema del paro está condenando a España a largos años de marasmo económico. Es más importante para ellos el mantener el montaje del Euro que el poner los medios para reducir seriamente el paro. Si hay que competir, la mejor manera es una devaluación, no una reducción de salarios.

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