miércoles, 4 de mayo de 2011

Incongruencias


 Por Federico Mayor Zaragoza





En lugar de conocer la auténtica realidad de la calidad de vida de los ciudadanos, las instituciones financieras internacionales y el Banco Mundial se empeñan en utilizar el PIB y la renta per cápita. Y, así, resulta que Uganda y Ruanda han tenido un “incremento espectacular”. Se debe a que el coltán que se explota en la zona de los kivu por grandes consorcios multinacionales, “sale” -sin beneficio alguno para los nativos congoleños- a través de Kampala y de Kigali. Insisto: si no conocemos la realidad, nunca podremos aplicar soluciones correctas.

Se habla de la necesidad de “calmar a los mercados”… cuando lo que debería hacerse, con suficiente capacidad previsora, es calmar a la gente, que no tolerará durante mucho tiempo los desgarros sociales y todo el sistema económico trastocado, con agencias de calificación interesadas.
En Italia se privatiza el Coliseo… cuando un símbolo cultural de esta categoría debería ser lo más “italiano”, lo más “romano”… Un pueblo creador que está en manos de unos cuantos desaprensivos.
Leo en la prensa: “El escándalo de los ERE se va a llevar por delante a Chávez y a Griñán”, opina el candidato popular a la Junta de Andalucía, cuando en su partido una nube de imputados se presentan, con buenas perspectivas según las encuestas, a los próximos comicios. ¿Será verdad que a más corrupción, más votos? A pesar de la obediencia partidista y de la ofuscación que puede existir en determinados casos, me resisto a creerlo.
Sube el consumo de petróleo… ¡y sube el precio! Y sube, por tanto, la producción de anhídrido carbónico. A mayor consumo, era de esperar que decreciera el coste… ¡Es urgente el fomento de las energías renovables! Es uno de los compromisos supremos con las generaciones venideras.
No hay dinero para la reducción de la pobreza extrema, ni para mantener en los Estados Unidos servicios sanitarios tal como se había logrado por el Presidente Obama frente a la insolidaridad de los republicanos… pero no hay manera de que baje ni un ápice el gasto en armas.
Los microcréditos eran excelentes microsoluciones para muchísima gente… pero, como ya advertí hace muchos años, se corría el riesgo de que se acabaran los macrocréditos para una eficaz cooperación para el desarrollo.
En lugar de conocer la auténtica realidad de la calidad de vida de los ciudadanos, las instituciones financieras internacionales y el Banco Mundial se empeñan en utilizar el PIB y la renta per cápita. Y, así, resulta que Uganda y Ruanda han tenido un “incremento espectacular”. Se debe a que el coltán que se explota en la zona de los kivu por grandes consorcios multinacionales, “sale” -sin beneficio alguno para los nativos congoleños- a través de Kampala y de Kigali. Insisto: si no conocemos la realidad, nunca podremos aplicar soluciones correctas.
Hablamos de la imperiosa necesidad de garantizar la libertad de prensa… al tiempo que vemos más canales de televisión concentrados en la misma mano y, en los kioscos, más periódicos partidistas que reflejan exclusivamente “la voz de su amo”.
Los mercados que debían regularse y los paraísos fiscales que debían cerrarse… han resultado, en fin de cuentas, que son los que están regulando la vida política abriendo a los ciudadanos insolidarios mayores posibilidades de evasión fiscal. “La Unión Europea refuerza el fondo de rescate a cambio de un duro ajuste social”, leemos en la prensa. Tengo la seguridad de que estas noticias no se leerán en pocos meses, porque la participación no presencial permitirá que sean los ciudadanos los que aseguren decisiones correctas en democracias de este modo consolidadas.
La obra social de las Cajas de Ahorro se ha reducido extraordinariamente… Otra incoherencia: la obra social ha sido siempre, precisamente, el gran “diferencial popular” que las distinguía de las otras entidades financieras. Está claro que, hasta ahora, siempre se rompe la cuerda por el segmento más débil. Pero, de nuevo, fíjense bien en “la marea virtual” y cesen en actuaciones de esta índole ya que, antes de lo que calculan, impedirá que sigan adelante este tipo de incongruencias.
Incongruencias, incongruencias… ¿hasta cuándo?

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