Por Robert Reich *
El informe acerca del empleo en mayo es un desastre –la lectura más débil desde septiembre. Las nóminas que no son de granjas crecieron tan solo en 54 000 el mes pasado, según el Buró de Estadísticas Laborales del Departamento del Trabajo. El empleo privado solamente aumentó en 83 000 –el menor crecimiento desde el pasado junio. Las nóminas gubernamentales disminuyeron en 29 000.
La tasa general de desempleo se incrementó a 9,1 por ciento.
Conjuntamente con la caída de los precios de viviendas, disminución de salarios para trabajadores no supervisores, un mísero crecimiento de 1,8 en el primer trimestre y una caída estrepitosa de la confianza del consumidor, el cuadro debe quedar claro para cualquiera capaz de ver.
La recuperación se ha detenido.
Aún no estamos en doble caída, pero las probabilidades aumentan.
La pregunta es si todo esto despertará a Washington y detendrá la monumental distracción del juego acerca del techo de la deuda y el déficit presupuestario a largo plazo. La mentira republicana de que el déficit presupuestario a largo plazo es responsable del alto desempleo sería risible si no fuera tan trágicamente impertinente en cuanto a la situación actual.
El presidente no ganará la reelección si la economía se derrumba. Puede que ni siquiera sea reelegido sobre la base de una recuperación anémica en la cual el desempleo permanece a los niveles actuales. Pero todos los titulares de cargos están en peligro. Los miembros republicanos de la Cámara de Representantes en los distritos indecisos serán historia si no demuestran a los electores que están trabajando activamente en los problemas gemelos de empleo y salario.
Hay que tomar varias medidas de inmediato. Exoneren de impuestos de nómina los primeros $20 000 dólares de ingresos durante dos años. Presten dinero a los gobiernos locales y estatales que estén necesitados de efectivo. Inicien una nueva Administración de Proyectos de Trabajo (WPA) (*) para los desempleados a largo plazo. Enmienden las leyes de bancarrota para permitir a los propietarios de vivienda que incluyan su residencia básica en la bancarrota personal (lo que les daría una ventaja negociadora con sus prestamistas para renegociar préstamos hipotecarios).
Por encima de todo: Washington tiene que demostrar a los norteamericanos que se está tomando en serio el feroz problema de los empleos y los salarios, y la tendencia a regresar a la doble caída.
(*) Administración de Proyectos de Trabajo: la desaparecida agencia federal (1935-1943) que tenía a su cargo la creación y administración de obras públicas a fin de aliviar el desempleo nacional.
Profesor Chancellor de Política Pública en la Universidad de California en Berkeley. Ha servido en tres administraciones nacionales, la más reciente como secretario del Trabajo bajo el presidente Bill Clinton. *
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