viernes, 1 de julio de 2011

Tim Pawlenty y cómo enterrarse bien dentro de la caca

 Por Sam Pizzigati *

Uno de los tres candidatos “serios” para ocupar la Casa Blanca Republicana en 2012 afirma que los recortes impositivos para los ricos que él propone expandirán la clase “emprendedora” estadounidense. ¿Qué dice la historia?
La pasada semana, en un discurso  sobre “grandes asuntos de política” el candidato presidencial del Partido Republicano Tim Pawlenty pidió un recorte impositivo masivo que le ahorraría a los estadounidenses que ganan un millón de dólares o más al año, una media de 288.800 dólares, según estiman expertos fiscales de Washington.
Un asistente de la reunión, estudiante de la Universidad de Chicago, hizo una pregunta al ex gobernador de Minnesota. ¿Cómo podría Pawlenty, preguntó el estudiante, justificar otra ronda de recortes impositivos para los ricos?
Pawlenty, un político espabilado, nunca falla el tiro.
 “Deja a un lado la cuestión de si los ricos se benefician o no”, respondió Pawlenty al estudiante. “La medida real de esta propuesta es: ¿generará, de una manera significativa y transformadora, más empleos para más personas en todo el país?”
Pawlenty, naturalmente cree que su reducción impositiva lo conseguirá –ampliando el rango de lo que él llama “clase emprendedora”-.
Alrededor de un 5% de nuestra gente constituye la clase emprendedora, aquella gente que inicia negocios, crea e invierte capital, genera puestos de trabajo, construye edificios, inventa cosas, genera investigación, la comercializa, etcétera”, explicó Pawlenty.
 “Si ese 5% se convierte en 6, 7, 8 o 9%, tendremos un futuro muy prometedor”, prosiguió. “Y si ese 5% se vuelve un 4, 3, 2, o 1%, estamos enterrados en la caca”.
Clarísimo. Darles a los ricos un respiro fiscal, cree Tim Pawlenty, aumentará a los “emprendedores” más allá de nuestro 5% más rico. Y, sostiene, todos nos beneficiaremos cuando los siguientes “6, 7, 8, o 9%” triunfen.
¿Podemos someter a prueba esta idea, esta afirmación de que los recortes fiscales para los más ricos decantarán en más energía emprendedora? Sucede que sí podemos.
Si los recortes impositivos a los estadounidenses más ricos realmente ayuda a expandir la clase “emprendedora” más allá de nuestro 5% más rico, entonces la gente de ese “6, 7, 8, o 9%” tendría que haberlo hecho magníficamente durante los últimos 30 años, un lapso de tiempo en el que los impuestos sobre los más ricos de Estados Unidos cayeron a su nivel más bajo en generaciones.
¿Acaso a esta gente le ha ido magníficamente? Las cifras, por favor.
En 1980, el año antes de que el Presidente Ronald Reagan comenzara a desplegar recortes impositivos a los estadounidenses más ricos, aquéllos contribuyentes que están apenas fuera del 5% superior –el grupo que los estadísticos ubican del percentil 90 al 95 de nuestra distribución de la renta- tuvo ingresos promedio de 97.687 dólares, tras ajustarlo por inflación.
Entre 1950 y 1980, el promedio de ingresos en los percentiles 90 a 95 se elevó un 96,8%, teniendo en cuenta la inflación –alrededor del triple del aumento de la renta que esta cohorte de ingresos ha experimentado desde 1980.
En 2008, el año más reciente con estadísticas disponibles de Hacienda Pública, el mismo grupo promedió los 127.184 dólares, un incremento del 30,2%. En otras palabras, después de tres décadas de recortes impositivos para los ricos promovidos por Reagan y Bush, los contribuyentes que se encontraban al límite del 5% vieron sus recursos empresariales incrementarse un 1% anual.
No es un aumento particularmente notable. Y este modesto incremento es aún menos notable cuando comparamos las tres décadas desde 1980, un período en el que las tasas impositivas sobre los ricos cayeron con respecto a las tres décadas anteriores a 1980, cuando los impuestos sobre los ricos fueron consistentemente altos.
Entre 1950 y 1980, el promedio de renta entre los percentiles 90 - 95 subió de 49.646 a 97.687 dólares, un incremento del 96,8%, ajustado con la inflación –alrededor del triple del incremento de la renta que esta cohorte de ingresos experimentó desde 1980.
Entonces, ¿quién se ha beneficiado significativamente a partir de todos estos recortes impositivos para los ricos desde 1980? Esto es formular la pregunta de forma un tanto diferente: ¿Quién está sepultado en la tumba de Grant [N. de la T.: refrán popular que contiene una pregunta que se responde a sí misma]? Los ricos –oh, sorpresa- fueron los más beneficiados durante los últimos treinta años mediante los extremadamente generosos obsequios impositivos para los ricos.
Desde 1980, el economista de la Universidad de California Emmanuel Saez ha estimado que las rentas ajustadas por inflación del 1% más rico de los estadounidenses se han incrementado un 166,5%, pasando desde 426.906 a 1,14 millones de dólares.
Pero las rentas de los más ricos de ese 1% se han disparado aun más velozmente. Los contribuyentes del 0,1% superior han visto elevarse sus rentas un 288,9% desde 1980. Y los contribuyentes del 0,01% superior han experimentado un espectacular incremento en sus rentas del 402,8%, pasando de 5,4 millones de dólares en 1980 a 27,3 millones en 2008.
Este 0,01% superior, durante el mismo periodo, ha cuadruplicado su participación en la renta nacional. En otras palabras, el recurso a la clase “emprendedora” que Tim Pawlenty pretende premiar, no ha salido de ese 5% superior. Más bien se está concentrando dentro del extremo superior del 1% superior.
El plan impositivo de Pawlenty, si alguna vez se lleva a cabo, eliminaría todas las cargas federales sobre las rentas de capital, dividendos e intereses colocándolas en los bolsillos de los ricos.
Nos hemos ido enterrando en el territorio que Tim Pawlenty llamaría “la caca”. Y Pawlenty, asombrosamente, quiere que nos enterremos aún más.
El plan impositivo de Pawlenty, si alguna vez se lleva a cabo, eliminaría todas las cargas federales sobre las rentas de capital, dividendos e intereses que caen en los bolsillos de los ricos –y, sólo para tener un panorama más preciso, la alícuota impositiva para los más ricos caería al 25%, lo que representa unos 10 puntos porcentuales desde el actual 35% y unos 66 puntos porcentuales respecto a la alícuota del 91% vigente hace unos 50 años.
El experto en impuestos del Centro para el Progreso Americano, Michael Linden, rechaza el nuevo plan impositivo de Pawlenty por considerarlo “pura fantasía”. Pero este plan fantástico podría bien convertirse en realidad. Después de todo, ninguno de los rivales Republicanos de Pawlenty lo ha cuestionado.


Edita Too Much, un semanario electrónico sobre abusos y desigualdades  publicado por el Instituto de Estudios Políticos, con base en Washington. *

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