sábado, 1 de diciembre de 2012

la economía española ha colapsado

 Por Josep Manuel Novoa Novoa
Blog del Autor


Este artículo está pensado para aquellos que se quieren enterar en que mundo vivimos, para los que tienen prisa y pretenden conocer las causas de la debacle del país en forma de telegrama: “Estamos jodidos, Stop, mañana lo estaremos más. Stop”. Para el resto empiezo: No se donde vamos a ir a parar, pero pagar voluntariamente a Hacienda cada vez habrá menos contribuyentes conforme el populacho se vaya percatando que es el tonto de la película.
Los listos, disponen de múltiples y variados instrumentos para escaquearse de la contribución fiscal proporcionados por una complaciente casta de políticos que les ha servido en bandeja de plata las exenciones fiscales, léase privilegios y mercedes a sus señores. Tanta sumisión, se entiende que cobrando ya que de lo contrario nadie lo puede creer, ha llevado a las arcas públicas a su extenuación y el país a hacer puñetas. Esta situación es intolerable ya que repercute en el 99% de la población que sin comerlo ni beberlo padece las consecuencias. Estas exenciones fiscales están legisladas bajo el triste argumento que si se les cobra impuestos a los ricos se marchan del país llevándose los caudales. Pero estos angelitos de la riqueza cogen de lo bueno lo mejor, expatrían el dinero y ellos se quedan aquí. No obstante para disfrutar de las ricas exenciones fiscales se tiene que cumplir una parafernalia para que todo, en apariencia, sea legal. No obstante cabe preguntarse que pasa cuando te pillan el carrito de los helados en una cuenta secreta en un banco suizo y para mayor vergüenza el botín escondido pertenece a toda una saga familiar con tradición de honorables y respetados banqueros. Todo estaba atado y bien atado sino fuera por la intervención de un empleado del banco HSBC que grabó en un CD las cuentas viajeras de 565 depositantes empobrecidos con 740.000 millones de euros y la puso en manos de las autoridades francesas. Tierra trágame. Pues no, aquí no pasa nada y hasta el siguiente episodio en la caverna judicial del gran prócer del país: Emilio Botín que ya lleva unos cuantos teatrillos a sus espaldas y de todos ha salido victorioso gracias al buen rollo con el elenco en nómina. ¿Virtud de su eminencia el banquero o defecto de su ilustrísima justicia? Vamos a ver.
De este episodio, el enésimo relacionado con asuntos fiscales atribuido a la saga de banqueros cantabros con Emilio Botín a la cabeza, el populacho debería de sacar conclusiones o cuanto menos tomar nota de cómo se hacen las cosas del dinero. La contribución fiscal se lleva una buena parte de los ingresos familiares pero para conseguir esta disciplina contributiva, el obligado tributario, así nos llaman en Hacienda, se le tuvo que meter en vereda. En tiempos de Felipe González, su ministro de Hacienda, Josep Borrell para acelerar adeptos a declarar a Hacienda se invento una campaña efectiva y hay que reconocer que fue barata. Se escogió a Lola Flores, popular a tope en aquella época, y dicho de la mejor manera se la crucificó. Lo cierto es que la cantante folclórica no hacia la declaración de la renta a pesar de tener unos ingresos más que considerables. Lola Flores arrastró su cruz camino del Calvario fustigada por los recaudadores. Tan apretada se vio que soltó la formula mágica de que “si cada español me da una peseta se me han acabado los males”. Josep Borrell se apuntó un tanto, miles de distraídos, descuidados y desmemoriados españolitos se pusieron en fila llevando su declaración de renta colgada del cuello. Los tiempos cambian y ahora el modelo de contribuyente ejemplar que se nos presenta es el de Emilio Botín y su numeroso clan familiar. 
 Tengo que hacer una advertencia antes de seguir con la narración: la cosa cabrea, por lo tanto una dosis de tila no vendría mal para aquellos más sensibles a la tomadura de pelo. Empecemos por el principio, a los Botín les pillan con una cuenta secreta con 2.000 millones de euros en la paradisíaca Suiza y en cuanto la información llega a la Agencia Tributaria rápidamente se informa al político de turno del fatal hallazgo. Donde cuecen las habas deciden que no se abra una inspección ya que conllevaría el delito fiscal correspondiente y por la cuantía del fraude la saga de los Botín darían con sus huesos en la cárcel. Imposible, totalmente imposible tratándose de Don Emilio, en esa tesitura, saca la lista de las coimas y nosotros vamos detrás con el problema añadido que no hay suficientes centros penitenciarios para alojarnos a todos.
¿Os quedáis con el detalle que los asuntos que afectan a los Botín siempre tendrán una puerta de escape? La lista es larga y comprometedora. Tiene dos efectos: el momentáneo, que sirve para ablandar voluntades conseguir lo que se quiere y vestir el muñeco y otra a más largo plazo que se utiliza para refrescar la memoria, bunquerizarse y alejar el peligro. Esta es la clase política que tenemos y este es el sistema corrupto que nos hemos dotado. Mientras el populacho lo consienta todo seguirá su curso. Bien, continuo una vez he dado tiempo a preparar la tila a aquellos que la precisan.
Desde la Agencia Tributaria, en lugar de enviarle la inspección le remiten una carta muy comprensiva en términos amistosos, vamos, en buen rollo que propone a los Botín que regularicen “voluntariamente” el fraude fiscal e incluso les proporcionan la cuantía a pagar (10%) con la promesa que no tendrán ni tan siquiera sanción y que todo marchará sobre ruedas. Esta carta de amor es el inicio del teatrillo que todo el elenco representara al pie de la letra ¿Se puede considerar pago voluntario cuando te pillan con el carrito de los helados? Porque aquí esta la clave de todo el tinglado que se monta. Existe una norma (ley) que está prevista para situaciones de errores en las declaraciones fiscales que permite al obligado tributario reconciliarse sin sanciones o escapar de una causa penal, siempre y cuando no se le haya abierto, previamente, expediente de inspección. Lógico, por un error, y te percatas de ello, no vas a cargar con una sanción o ir a la cárcel. Una vez desactivada la bomba atómica que enviaba a toda la saga entre rejas se inicia la procesión para cubrir el expediente. Anticorrupción, para evitar que una parte del botín prescriba, lo denuncia a la justicia. Es el sitio adecuado, una especie de lavandería que tiene una maquinaria que permite ver el interior, por los incautos y catetos, que da vueltas con la apariencia de eficacia. En definitiva, una vez pasado por la justicia el asunto sale limpio y con esplendor. De este lavadero se ha cuidado, con cierto esmero, el juez de la Audiencia Nacional, Fernando Andreu. Para que todo cuadre, se necesita un fiscal que acuse, y en estos casos el abogado del Estado que defiende los intereses del Erario público.
 Una vez iniciado el proceso de lavado el juez encargará a dos peritos, especialistas en cuestiones tributarias, que le informen si los Botín han formalizado correctamente su regulación voluntaria. Como no, con eficacia y pulcritud –como todo esta hecho a la medida según el guión previsto- los peritos informan que la declaración de Jaime Botín es “a devolver”. Cágate lorito, es lo último que uno puede tragar: que encima se le tenga que devolver dinero. Una vez que se tiene el informe pericial que todo esta correcto, teniendo en cuenta el personaje, se eleva a la categoría extraordinaria de lo pluscuamperfecto, es entonces cuando el fiscal –como no puede ser de otra manera- se apresura a presentar sus conclusiones “si todo esta correcto no hay nada que decir”. El abogado del Estado corre que se las pela para reafirmar que si todo es pluscuamperfecto “no hay nada que reclamar” ya que a las arcas públicas les sobra el dinero. En este punto, para no repetir la escena de estos sinvergüenzas que representando los intereses de los españoles prefieren traicionarlos en lugar de desobedecer a sus jefes. ¿Para eso habéis estudiado, para eso os tenemos que pagar el sueldo? Ver ¿Alguien explica como hemos llegado a esta ciénega? (1) que en la segunda parte, la del camarero, explica el fraude fiscal de las cesiones de crédito un producto financiero creado por el Banco Santander para defraudar al fisco y que se saldó con el teatrillo del fiscal y el abogado del Estado remando en la misma barca que los Botín. No te lo pierdas y podrás comprobar la marcha que llevó el juez Miguel Moreiras que instruía aquel asunto, de las cesiones de crédito, del que el juez Fernando Andreu ha tomado ahora buena nota para así evitar vicisitudes innecesarias.
 
Como el archivo del caso es más bien vomitivo, los salvapatrias se apresuran a darle la vuelta encontrando variadas razones de lo acertado del pronunciamiento judicial. Aseguran que ayudará a los demás ricachones con fondos distraídos en los paraísos fiscales de repatriarlos una vez que la “solución Botín” tiene magnanimidad judicial del “no pasa nada”. Nadie que tenga sumas importantes en los paraísos fiscales va a repatriar los fondos para que le tomen la matricula y un día u otro salga la lista a relucir. Además con la que esta cayendo ¿A qué banco lo va a ingresar? Chorradas tratando de vender que las vacas vuelan. Es más probable el efecto contrario, que el populacho se percate y aprenda que no todo lo que se predica es cierto. “Hacienda somos todos”, un eslogan repetido hasta la saciedad en algunas de las campañas de la renta, que evidentemente le faltaba un NO como una casa. No quisiera dejar en el tintero una reflexión: si un policía tiene información que se va a detener a un delincuente, aunque sea presunto, y le da el soplo para que desaparezca ¿A ti que te parece, el policía delinque? Ahora llevemos esta misma situación al tipo que escribió la amorosa carta que ponía a los Botín en arrepentimiento voluntario y que les eximía de los males que el código penal prevé. A lo dicho, aprende de Botín para hacer la declaración de la renta.
De victoria en victoria hacia la derrota total
 ¡Vaya mierda de investigación! Y así una detrás de otra, en lo que llevamos de año ya son dos los gloriosos archivos que Don Emilio se lleva por delante. De las tres causas que juzgaron al ex juez Baltasar Garzón, las victimas del franquismo, la de las escuchas, y la generosa estancia de Garzón en New York, a cuerpo de rey, subvencionado por el Banco Santander cuando tenía una causa pendiente contra Botín, el orden de prelación se preparó astutamente. El asunto Botín se dejó para el último de los procedimientos a juzgar, en uno de los dos anteriores, a Garzón, le iba a recaer una condena que lo expulsaría de la carrera judicial. Llegados a este punto ¿Qué necesidad hay de molestar a Don Emilio con lo ocupado que está? Muerto el perro muerta la rabia. La lavandería funciona de maravilla y la lavadora dispone de múltiples programas de aplicación proporcionando un servicio completo. ¿Qué tendrá que ver que el presunto sobornado abandone, a la fuerza, la carrera judicial para juzgar el hecho denunciado?  Siempre hay un pito o una flauta a que atenerse para dirigir el asunto camino del archivo. Sería conveniente ver El archivo de la causa contra Garzón esconde el banco paralelo del Santander, más de lo mismo pero con mayor detalle.
 Para llegar donde quiero llegar nos tendríamos que preguntar que sucedería si a un individuo se le imputa un delito, supongamos que penal, y el fiscal lo lleva ante el juez que trata de investigar lo sucedido ya que existen indicios racionales y suficientes como para instruir el procedimiento. Ahora supongamos que el juez recibe una manifestación por carta, identificándose convenientemente, que le facilita suficiente información que puede aportar luz a su investigación. Parece lógico que el juez instructor se interese por el asunto. Pues no, ya que se trata del teatrillo que con guión preparado queda descrito el líneas anteriores. El de la carta soy y el destinatario de la misiva es el juez Fernando Andreu y como sabrás el imputado en ciernes es Don Emilio. Para mí, que conozco como funciona la lavandería, el envío de la carta tan sólo es para dejar constancia de la prueba del nueve, un test que confirma que no se quiere investigar. Punto todo lo demás son historias. Dejo la carta junto a este párrafo. Bien, pues lo que tendría que decir al juez lo manifiesto aquí para aquellos que quieren saber en que mundo vivimos.
 Al pie dejo un archivo PDF con un capítulo del libro El Poder que explica, cumplidamente, lo que aquí trato de resumir. El libro no contiene, ya que en aquel momento era una elucubración, manifestaciones que no se pudieran sostener. No obstante se sospechaba que la familia Botín tenía una fortuna en cuentas secretas en bancos suizos. Este aspecto ni tan siquiera se insinuaba ya que podía contaminar toda la información veraz y contrastada que circula por el libro. En La Banca se nos dio por investigar las idas y venidas de las sociedades participadas, ver El Banco de Santander se burla de Hacienda, que circulaban alegremente por el balance contable del banco hasta que un día desaparecían en combate y nunca más se sabía de ellas. No eran sociedades con exiguo capital sino todo lo contrario; la flor y nata que se refugiaban en los paraísos fiscales. Nos llamó la atención cinco sociedades con unos nombres rarísimos domiciliadas en las Islas Vírgenes Británicas. Todas parecían hermanas, con el tiempo pudimos afirmar esta condición y hasta llegamos a conocer a la madre que residía en Suiza. Revisando un gran número de documentación nos encontramos con un acta de una junta de accionistas que un asistente formuló, a los administradores del banco, una pregunta sobre el destino de estas sociedades. Quien dio respuesta fue el jefe de la auditora Arthur Andersen que el hombre, muy ufano, manifestó que las sociedades estaban disueltas y sus activos traspasados a otras sociedades que no mencionó. Nos incrementó, más todavía, nuestras sospechas que esas sociedades escondían algo entre su abultado capital ¿Sabía algo quien preguntaba sobre el destino de estas sociedades?
 Teníamos una predilección por determinados enclaves: las Bahamas, islas Caimán y las Islas Vírgenes Británicas. Razón no nos faltaba al conocer la peculiaridad que distingue a estos paraísos fiscales de otros muchos. Su legislación no requiere la auditoria de cuentas a las sociedades allí domiciliadas, no es necesaria formalidad legal alguna respecto a las cuentas anuales, ni su depósito, ni siquiera la comunicación de los beneficios obtenidos; tampoco exigen las autoridades de aquellos países la identificación de administradores y accionistas. En definitiva, la tapadera perfecta donde esconder un buen botín. Nos centramos en esas cinco sociedad domiciliadas en las Islas Vírgenes y empezamos por si nos decía algo los extraños nombres que hasta debía de ser motivo de confusión para quien manejaba estas sociedades. Llegamos a deducir que cada una de estas sociedades opacas eran el refugio, para el Banco Santander, de una divisa: Dolhisant Ltd., dólares USA, Flhisant Ltd., florines holandeses, Frhisant Ltd., francos suizos, Chehisant Ltd., chelines austriacos, y Belhisant Ltd., francos belgas por la composición del inicio de la divisa, HI por holding internacional y SANT por Santander. Al principio una elucubración pero que resultó acertada. Rebuscando por aquí y por allí localizamos a la matriz de estas sociedades: Parasant S.A. a la que aplicamos la misma deducción PARA por paraísos, y SANT por Santander. Tampoco había que ser un lince.
 Creíamos que circulábamos sobre una pista promisoria ya que cuando se cerraba una puerta se abría otra de inmediato. Llamaba, extraordinariamente, la atención la sociedad Parasant S.A. de la que habíamos acumulado sobrada documentación como para centrar principalmente el núcleo de la investigación. Se podía decir que todos los caminos conducen a Parasant S.A. lo mismo que conducen a Roma. Esta sociedad, sin duda, era la madre de las domiciliadas en las Islas Vírgenes. Pudimos comprobar que Parasant se constituyó con la aportación 100% de las acciones de estas sociedades. Tan seguros estábamos que teníamos una buena pista que decidimos emprender camino a Suiza. Una vez en  Ginebra nos dirigimos al edificio de oficinas de la calle Sigismond Thalberg, número 2, en un panel al lado del ascensor informaba de las empresas establecidas en el edificio. Un rápido vistazo y en el tercer piso indicaba Swiesant S.A., Swiesant Merchant S.A., Banco Santander (Suisse) S.A., en el cuarto piso figuraba Parasant S.A. Aunque dada por muerta la sociedad esta viva y activa. En los registros públicos de Ginebra recogimos la poca información que facilitan pero suficiente para contrastar con la que ya teníamos recogida en otros orígenes. Parasant se había constituido en Ginebra con un capital de más de 1.801 millones de francos suizos y daban la cara unos testaferros. El activo consistía en dinero líquido, préstamos otorgados, y bonos del Tesoro español.
 Ahora viene la parte que el libro no contiene por lo argumentado en un principio. A cualquiera le hubiera sorprendido que una sociedad con tan abultado patrimonio desapareciera de la estructura contable del banco y se ocultara opacamente en Suiza y además todo este enorme capital registrara constantes pérdidas. Parecía la fácil deducción de blanco y en botella. Parasant tenía todo el aspecto de ser el refugio de un botín. Con este descubrimiento, un amigo que no me autoriza a facilitar su nombre y persona con contactos de buen nivel, solicitó una audiencia con el procurador de Ginebra, Daniel Bertosa. La legislación suiza respecto a los bancos es sobradamente conocida por la protección de los depósitos y el secreto bancario. Sin embargo, cuando se trata de fondos con origen demostrado de ilicitud el secreto puede ser levantado. El procurador Bertosa tenía claro que el origen de los fondos de Parasant no eran lícitos y pidió lo imposible: que se solicitara una comisión rogatoria, es decir que la justicia española solicitara a la suiza el levantamiento del secreto bancario. ¿Cómo vas a ir a la lavandería a pedir tal cosa? Pese a este imposible, el procurador más avezado en estos menesteres, facilitó información de la ruta de los fondos hacia el escondite: salían de España hacia las sociedades en las Islas Vírgenes, de allí a Luxemburgo para luego pasar a los Estados Unidos y desde este origen blanqueado convenientemente dar el salto a Suiza. Toda esta ruta es virtual y se moviliza a través de una central de compensación sita en Luxemburgo. La opinión del procurador Bertosa era que estos fondos, los de Parasant, estaban en Suiza para quedarse y desde esta sociedad se redistribuían sin ningún obstáculo a cuentas personales.
 Cuando años después aparece la noticia que la saga de los Botín, al completo, se les descubre unas cuentas secretas en Suiza, parecía que todo podía cuadrar y que de una vez por todas, teniendo en cuenta las vicisitudes del país en el momento actual, se aparcaría la lavandería y se actuaría en consecuencia. Nada de nada y de nada y así, quienes nos gobiernan van de victoria en victoria camino de la derrota más esplendorosa hasta llevar el país a hacer puñetas. El asunto Botín, y la millonada oculta en Suiza se encamina hacia un procedimiento judicial, de tema fiscal, teatralizado del primer al último acto con la vista fija en el archivo. Basta con que la saga diga “no sabe no contesta” o que al unísono se diga que es la herencia del abuelo Botín que sacó este dinero durante la guerra civil para que no se lo quedaran los rojos. Va, y el de la lavandería se lo cree sin tan siquiera citarlos a declarar. La percepción telepática forma parte de las habilidades del juez. Si el abuelo Botín, en tiempos de la guerra civil española, dispusiera del equivalente en pesetas de 2.000 millones de euros sería dueño de toda la banca española y parte de la mundial. Las trolas son tan grandes tan grandes que parece imposible que puedan colar. Así y todo, son los pequeños detalles los que proporcionan la mejor perspectiva. Se sabe que el CD de los 565 empobrecidos, cogidos con el carrito de los helados, angelitos que disponían de la bonita suma de 740.000 millones de euros aparcada, es mucho dinero ¿Todo lo tenían en el mismo banco? Todos los huevos en el mismo cesto. Preguntado de otra manera ¿La cuenta en el HSBC es la única cuenta en Suiza de los Botín? En mi opinión, y siempre he sostenido lo mismo, la cifra no baja de los 12.000 millones de euros.
 
Hemos llegado al principio del fin: los balances contables de la banca se parecen lo que un huevo a una castaña con el consentimiento del Banco de España que en dejación de sus funciones como supervisor ha actuado como encubridor de fraudes y estafas. Han sido tantas y de tal magnitud que sólo ha faltado que llegaran malos tiempos para que todo el tinglado, sostenido con la mentira, se venga abajo. Bankia no ha tenido más remedio que enseñar el culo con más de 20.000 millones de agujero. Es el principio del fin, detrás vendrán otros que están en la cumbre depredadora y la lavadora habrá tenido una buena parte de la culpa. Los auditores tendrán que buscar una nueva profesión en la línea de adivinos con bola de cristal y turbante, los economistas se reconvertirán en buscadores de la razón por la que se han dejado engañar como a niños. ¿O es que no sabían que los balances de los bancos se hacían al revés? Primero se asignaba el rendimiento económico al los accionistas, ni mucho ni poco, después de determinar el beneficio se recorre el camino a la inversa y se construye el castillo de naipes para cuando se derrumbe ya vendrá el Estado para reponer el dinero evaporado y así hasta la próxima explosión.
 Libro El Poder
traslapista6
 

 La triste historia de un anuncio comercial

Para los noticiarios norteamericanos en la época de la depresión, esta realidad social no existió. Entendían editores y productores que las noticias en imágenes eran un impacto, y más si éstas mostraban una paupérrima realidad, manifestaciones, hambre y desahucio. Se llegó a la conclusión de que era mejor obviarlo que mostrarlo. La doctrina del noticiario en imágenes era el entretenimiento. Miles de metros de película se dedicaron a mostrar, al hombre mas gordo del mundo, peripecias y acrobacias, y lo bien que fumaba un puro un bebe, pero de realidad social ninguna. Las imágenes de esta realidad social, que sucumbió de miseria a los EE.UU., hoy persisten en las pinacotecas gracias a aquellos que desatendieron las consignas de los grandes estudios de la época. Fue la editora de la revista Time la que revolucionó los noticiarios en imágenes al introducirse en este campo de la información. Promovió The March of Time un noticiario donde las noticias eran noticias, y el éxito le acompañó. The March of Time eran los telediarios de hoy sin presentador. Pero aún con el éxito a sus espaldas, cuando produjo y emitió “Into the nazi germany”, alertando del peligro de la evolución galopante de la doctrina nazi, se quedó en eso, en una emisión. El tiempo se cuidó de darle la razón, algo funcionaba mal. Corren otros tiempos, la doctrina nazi ya no es un peligro social –según parece- hoy la doctrina económica campa sin control y la concentración de este poder, el económico, en unas pocas manos se exalta y a la vez se mortifica al desequilibrado que trata de ponerla de manifiesto. Si algún renombrado periodista ha tenido la gallardía de mostrar su disconformidad con la pleitesía otorgada a la banca, sus jefes les han llamado a tirar del freno de mano e incluso a bajarse del coche. Para muestra un botón, ver en la barra del blog La mano que mece la cuna. Pero todavía hay más botones que en una sota, aquí, a continuación, reproduzco un artículo de opinión (la mía) con el título En honor a la verdad publicado en La Banca de julio de 1999. Desde entonces ha llovido mucho y los salvapatrias no han podido impedir que a sus señores les llegue el agua al cuello. La porquería bajo las alfombras ya es imposible de esconder.
 La revista norteamericana Time publicó en la portada de su edición asiática, el pasado mes de mayo, que Suharto, el ex presidente de Indonesia, posee una fortuna oculta en cuentas bancarias en el extranjero de un billón y medio de pesetas. El ex presidente indonesio no tardó en reaccionar, e interpuso una denuncia por difamación contra el semanario norteamericano. Según Suharto, “esta afirmación es falsa, constituye un acto ilegal e incluso puede ser calificada de injuria”, en la denuncia también asegura que “Time no puede aportar ninguna prueba”. Lo publicado por La Banca en la pasada edición del mes de junio, es lo mismo pero no es igual. Cambia el protagonista y también el importe (medio billón en defecto). Hay cosas que son iguales pero no son lo mismo. E1 diario ABC es un diario, pero no es lo mismo que el Time, este llama al pan, pan y al vino, vino. En cambio el ABC tiene que nadar y guardar la ropa. Todo esto viene a cuento, por un triste episodio protagonizado por ABC. La dirección de La Banca decidió publicitar la edición del mes anterior, algo frecuente en el sector, muchas de las publicaciones que se editan recurren a otras de mayor difusión para insertar anuncios de la edición que tienen en el quiosco.
 Estaban previstos de insertar una serie de anuncios, estos fueron contratados con el departamento comercial de ABC. Cuando llegó el día de publicación del primero, pagado íntegramente por adelantado, (que en esta página se reproduce) el anuncio nunca llegó a publicarse. La dirección de ABC entendió  que el contenido del anuncio atentaba contra alguno de sus principios “El botín de Botín un billón en paraísos fiscales” titular en portada de La Banca era sinónimo de publicidad engañosa. El auto control de la publicidad en los medios de comunicación es desde luego una facultad del propietario del mismo. Pero este legitimo auto control, para frenar la inserción de publicidad engañosa, o de apologías aberrantes, nada tiene que ver con la censura de la información de terceros. Con actos de esta naturaleza, la dirección de ABC olvida que Luca de Tena, fue apartado de la dirección del diario por el régimen franquista por decir cosas que no gustaban a la Dirección General de Prensa y a la censura que ésta imponía. Hoy es ABC quien censura cuando ésta ha sido abolida, es el precio de nadar y guardar la ropa. Evidentemente Botín no es Suharto, ni ABC el Time.
 Hasta aquí el texto publicado y como veras todo continúa igual, los grandes medios de comunicación han esquivado el tema que afecta a los Botín y si alguno lo ha hecho ha sido en forma de telegrama, los tertulianos están distraídos por otras cosas y todos o casi todos practican una exquisita omertá, un pacto de silencio siciliano hasta que un día les explote ante sus narices. Mientras la omertá triunfe el futuro de este país será más de lo mismo. ¿Puedes hacer algo? La respuesta es afirmativa: difunde el contenido de este post, nos conviene a todos.


  Periodista, escritor y editor. Antes de dedicarme de lleno a esta faceta de mi vida estuve ligado profesionalmente al grupo de empresas de Banca Catalana como Gráficas Industriales, S.A.

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