Por Michael Roberts *
SIN PERMISO
En la segunda semana - Diciembre, la Reserva Federal de Estados Unidos ha elevado su tasa de interés de referencia del 0,5% al 0,75% por segunda vez desde la crisis financiera de 2008, con el argumento de que la economía estadounidense se está expandiendo "a buen ritmo". El comité monetario de la Fed también ha señalado que planea aumentar su tipo de interés al menos tres veces en el año 2017 con el argumento de que el crecimiento económico, el empleo y la inflación se está acelerando y las propuestas políticas de reducción de impuestos a las empresas y aumento del gasto en infraestructura del presidente electo Trump podría acelerar la recuperación económica de Estados Unidos. "Mis colegas y yo están reconociendo los considerables progresos que la economía ha hecho", dijo Janet Yellen, presidenta de la Fed, "Esperamos que la economía seguirá mejorando".
Hay una cierta ironía en las declaraciones de Yellen, dado que hace un año, al aumentar la tasa de interés política por primera vez en nueve años, hizo una declaración similar de confianza en la economía; pero el crecimiento económico se desaceleró fuertemente y la Fed pospuso cualquier nueva alza.
La economía de Estados Unidos se ha expandido a un promedio anual de sólo el 2% desde el final de la Gran Recesión en 2009. La tasa de desempleo se ha reducido más o menos al mismo nivel que antes de la crisis financiera global, pero el crecimiento de la inversión y de la productividad ha sido muy débil.
En diciembre del año pasado, planteé la cuestión de que, dada la debilidad de la inversión empresarial, la subida de las tasas de interés podría poner en peligro a todo un sector de empresas estadounidenses y desencadenar una nueva recesión o una depresión. De hecho, esa fue la razón por la que la Fed se abstuvo de hacer nuevas subidas de la tasa de interés durante este año.
¿Están las cosas mucho mejor de manera que se pueda descartar el riesgo de que un aumento de las tasas de interés provoque una recesión? Bueno, Yellen describió el aumento de la tasa de interés como "un voto de confianza en la economía." Y la justificación para ello es que han mejorado algo las cifras de crecimiento real del PIB en el tercer trimestre de este año, con una tasa anual de 3.2%. Sin embargo, el crecimiento se ha situado todo en la construcción de viviendas y en los inventarios (constitución de reservas que no se venden), mientras que la inversión empresarial se mantuvo constante. Y sobre una base anual, el PIB real de Estados Unidos ha aumentado sólo un 1,6%, mientras que la inversión empresarial se contrajo un 1,4%.
Sin embargo, después de caer en el 2do Trimestre, los beneficios empresariales aumentaron en el 3er Trimestre un 6,6% en comparación con el 2do Trimestre y un 2,8% en relación con el 3er Trimestre de 2015. Se podría argumentar que la economía de Estados Unidos está mejor en la segunda mitad de 2016 en comparación con la primera mitad, que no fue buena. Los precios de las viviendas han superado su pico previo a la recesión y la confianza del consumidor está en un nuevo máximo.
A nivel mundial, las ganancias empresariales también han crecido en el tercer trimestre de 2016. El promedio ponderado de las cinco principales economías (Estados Unidos, China, Japón, Alemania y Reino Unido) testifica que las ganancias aumentaron en más del 5% anual. Junto con el aumento de los indicadores de actividad empresarial en los EE.UU. y Europa, parece que las grandes economías se han recuperado un poco en el tercer trimestre. Sin embargo, el crecimiento global de la inversión empresarial sigue siendo débil.
Hay dos riesgos que podrían afectar el confiado pronóstico de Yellen (por segunda vez). El primero es que el aumento de las tasas de interés de lugar a un aumento de los costes del servicio de la deuda de las empresas y las familias, hasta el punto que no puedan ser financiados a través de beneficios adicionales o ingresos reales de los hogares. Así que las tasas de morosidad del servicio de la deuda subirían.
No ha habido una reducción real de la acumulación de la deuda del sector privado en las economías más importantes como la que tuvo lugar en la década del 2000 y que culminó en la crisis global de crédito de 2007. Esa acumulación de deuda tuvo lugar en un contexto de condiciones favorables para los créditos: bajas tasas de interés y crédito fácil. Entre 2000 y 2007, la proporción de la deuda mundial del sector privado en relación con el PIB se elevó de alrededor de 140% a 163%, según el FMI.
La deuda del sector público creció rápidamente después de la crisis financiera mundial para rescatar a los bancos y financiar los fondos para el desempleo y otros beneficios. El nivel medio de la deuda pública en relación con el PIB se elevó del 34% a aproximadamente el 90 % - un máximo histórico después de 1945. Junto con la deuda del sector privado, el nivel de endeudamiento no financiero total en relación con el PIB en las economías capitalistas avanzadas es en realidad mayor que en 2007.
En las economías emergentes, después de la Gran Recesión, el aumento de la deuda del sector privado ha sido masiva. China está en una liga propia, con un aumento del 96% porcentual en su ratio de 205% en relación con el PIB. Incluso excluyendo a China, las cifras siguen siendo grandes, de hasta 25% pts y el 92% del PIB para las economías emergentes. De hecho, el aumento de la demanda privada como porcentaje del PIB en las economías emergentes fuera de China ahora excede lo que tuvo lugar en las economías desarrolladas en la expansión del 2000.
La mayor parte de esta deuda adicional es resultado de que las empresas en estos países se endeudan más para aumentar la inversión, pero a menudo en áreas no productivas como la propiedad inmobiliaria y las finanzas. Y gran parte de este mayor endeudamiento se hizo en dólares. Así que la decisión de la Fed de elevar el coste de los préstamos en dólares aumentará a su vez la deuda de las empresas.
Moody, el organismo de supervisión de crédito de Estados Unidos, estima que ahora hay 7 billones de dólares de deuda pública global que sufrira recortes en su calificación ante el riesgo de incumplimiento debido a los crecientes costes de financiación si el dólar se mantiene fuerte y las tasas de interés globales empiezan a subir durante el 2017. Es el 16 % de la deuda pública global total. En el año 2016 de todos modos, hubo 35 rebajas de calificación crediticia para la deuda de los países.
No obstante, los mercados bursátiles en las principales economías se dirigen hacia nuevos máximos en la expectativa de que las principales economías están en el camino de la recuperación sostenida y que las políticas de Trump estimularán el gasto y aumentarán los beneficios empresariales el próximo año.
Ya he cuestionado con enormes signos de interrogación la posibilidad de que Trump puede lograr un crecimiento económico rápido y sostenido en los EE.UU. con sus políticas. Y no soy el único que duda. Ya me he referido a los puntos de vista de Deutsche Bank y JP Morgan sobre la probable recuperación económica en los EE.UU. en 2017.
Ahora el enorme fondo de capital privado, Bridgwater Associates, tiene también dudas sobre la recuperación económica esperada. Su fundador, Ray Dalio, reconoce que "esto no es un ciclo normal; la política monetaria será mucho menos eficaz en el futuro; los rendimientos de las inversiones serán muy bajos". Haciéndose eco de la opinión presentada, hasta la saciedad, en su blog, Dalio identifica un "ciclo de deuda a corto plazo, o ciclo económico, con una duración de cinco a diez años, pero también un ciclo de deuda a largo plazo", de más de 50 a 75 años". Y comenta: "la mayoría de la gente no entiende adecuadamente el ciclo de la deuda a largo plazo, ya que se hace notar con muy poca frecuencia. Pero esta es la fuerza más importante detrás de lo que está sucediendo ahora". Dalio estima que el crecimiento de la deuda ha superado el crecimiento de los ingresos en forma de beneficios e intereses necesarios para dar servicio a los niveles actuales de deuda. El dinero fácil y las bajas tasas de los bancos centrales no pueden contrarrestar los crecientes costes de servicio de la deuda por mucho tiempo.
Parece que en 2017 el suelo de las tasas de interés a nivel mundial, establecidas por la tasa de la Fed, se va a elevar, si la Fed mantiene su plan de subirla tres veces más y de nuevo en 2018. Al mismo tiempo, se prevé un aumento de los precios del petróleo, suponiendo que los productores de petróleo de la OPEP cumplen su plan para recortar la producción. Esto aumentará los precios de los combustibles y reducirá las ganancias empresariales. Y si el dólar se mantiene fuerte frente a otras divisas, el servicio de la deuda en dólares a nivel mundial va a encarecerse, poniendo a muchas empresas en dificultades.
Así que la recuperación relativa de los beneficios empresariales globales y de la actividad económica en la última parte de 2016 no puede durar en 2017.
*Es un reconocido economista británico, que ha trabajado 30 años en la City londinense como analista económico y publica el blog The Next Recession.
Titulo original: La Fed asume el riesgo de frenar la débil recuperación