Por Rolando Astarita *
Una de las explicaciones más extendidas de la crisis que estalló
en 2007 dice que se debió a la sobreespeculación en el mercado del crédito
inmobiliario. El argumento se basa en un fenómeno real: la crisis estuvo
precedida por un boom hipotecario que colapsó y arrastró al resto de la
economía a la recesión. Por esto, muchos sostienen que la crisis se debió a la
codicia de los banqueros y a la falta de regulaciones estatales. Es la
interpretación que encontramos en Krugman, Stiglitz, en el New York Times, y en una gama amplia de autores del progresismo
keynesiano, o la izquierda. Pero si bien es indudable que el crédito y la
especulación inmobiliaria fueron factores que llevaron a la crisis, es
necesario conectarlos con dificultades y contradicciones que anidan en la
acumulación capitalista. El objetivo de esta nota, por lo tanto, es pasar
revista a las características centrales del boom, precisar las condiciones,
arraigadas en la acumulación del capital, que lo posibilitaron, y el
significado del crecimiento del capital ficticio vinculado a la especulación
inmobiliaria. A los efectos de hacer accesible la lectura a la gente no
especializada, a lo largo del texto introduzco breves explicaciones de algunos
de los instrumentos financieros más utilizados.