Durante el desempleo masivo de la Gran Depresión, Keynes una vez bromeó diciendo que si no podían encontrar algún trabajo productivo que fuera necesario, con tal de reducir el desempleo podían simplemente pagar a trabajadores para que cavaran hoyos y los volvieran a llenar. Keynes estaba siendo sarcástico, pero parece ser que el personal de Washington recogió esta sugerencia. Esa es la única explicación plausible para la proliferación de comisiones de déficit en la capital de nuestra nación.
Hay tres comisiones de déficit preparadas para compartir su sabiduría con la ciudadanía americana antes de final de año. Estas tres comisiones tienen dos características importantes en común: ninguno de sus miembros advirtió sobre la catástrofe que generaría el desplome de la burbuja inmobiliaria, y todos creen que es una buena idea recortar la Seguridad Social.
El país está actualmente experimentando la peor recesión económica de los últimos 70 años con más de 25 millones de personas sin empleo, subempleadas, o habiendo renunciado a buscar trabajo. Podría haber sido adecuado para una comisión que pretende asesorar sobre el futuro de los programas sociales más importantes del país, así como del presupuesto en general, incluir al menos una persona que fuera suficientemente despierta para anunciar los 8 billones de dólares de burbuja inmobiliaria que arruinaron la economía.
Pero estas comisiones que quieren decir al público lo que es mejor para nosotros no sienten la necesidad de tomarse molestias con trivialidades como la destrucción de la economía. De hecho, las comisiones incluyen muchas de las personas que han ayudado a nuestra economía a salir del precipicio. Ellos ven sus credenciales en esta capacidad, y la usan como préstamo para su credibilidad. Es algo así como un oficial del Titanic usando su experiencia como base para ser nombrado capitán de barco.
En realidad, estas comisiones no tienen mucho más que su prestigio como apoyo a sus recomendaciones para recortar la Seguridad Social y el seguro médico estatal [“Medicare” en el original: sistema sanitario público de Estados Unidos del que gozan básicamente los mayores de 65 años. T]. Aunque los medios de comunicación han hecho grandes esfuerzos para tratar de crear temores sobre el déficit presupuestario, es fácil demostrar que estos temores son injustificados.
A corto plazo, Estados Unidos tiene un importante déficit presupuestario por la simple razón que el gasto del sector privado se ha derrumbado. La aritmética es sencilla. El derrumbe de la burbuja en los bienes inmobiliarios residenciales y no-residenciales, llevó a una caída en la demanda inmobiliaria anual de más de 600.000 millones de dólares al año.
Con una pérdida total de 1,2 billones de dólares en la demanda del sector privado, la opción del gobierno es impulsar la economía incurriendo en mayor déficit, o dejar la economía para que contrate y permitir que la tasa de desempleo aumenté aún más. Si los miembros de nuestras comisiones pregoneras del déficit conocieran su economía, habrían estado advirtiendo de la burbuja inmobiliaria en 2002-2006. Entonces podríamos haber evitado este derrumbe económico, y podríamos haber tenido menos déficit.
Es importante darse cuenta de que la deuda en que estamos incurriendo en el presente no genera ninguna carga para las generaciones futuras. Estamos planteando usar recursos que de otra forma serían gastados ociosamente, no detrayendo recursos del sector privado. Mientras los pregoneros del déficit nos amenazan reiteradamente con la perspectiva de que nuestros hijos deberán pagar billones de dólares en intereses de deuda, la Junta de la Reserva Federal puede simplemente comprar y retener esta deuda, sin ningún tipo de carga neta de intereses para las generaciones futuras (el Tesoro paga intereses sobre la deuda de la Reserva Federal, la cual reembolsa los pagos de intereses al Tesoro a final de año, sin dejar ninguna carga neta de intereses).
El hecho de que las proyecciones a largo plazo muestren un serio problema de déficit aun después de la recuperación económica, se debe a proyecciones de explosiones de los costes sanitarios. Hasta más de la mitad de nuestra sanidad es pagada por el sector público, si los costes sanitarios realmente crecen sin control, entonces nos van a llevar a problemas de déficit muy serios. Por supuesto, si los costes sanitarios siguen el camino previsto, entonces también devastarán al sector privado.
El tema es que tenemos un problema de sanidad. Si no arreglamos nuestro sistema sanitario, nuestra economía va a estar en serios problemas, uno de los cuales será el gran déficit presupuestario. Si arreglamos nuestro sistema sanitario, entonces no habrá problema de déficit a largo plazo.
La historia fundamental es que, a corto plazo, no hay problema de déficit; el problema es una caída de la demanda del sector privado causada por el derrumbe de la burbuja inmobiliaria. A largo plazo, el problema de déficit es en realidad un problema de un sistema sanitario quebrado. Los hechos son tan claros como pueden serlo.
De este modo, ¿por qué tenemos todas estas comisiones de déficit? Es simplemente la forma moderna de Washington de cavar hoyos y volverlos a llenar. Da a esta gente algo que hacer. Esperemos que termine siendo inocuo.
FUENTE : SIN PERMISO
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