Por Yosi Truzman *
Curioso mercado este que tenemos. Nos pasamos la mayor parte del tiempo creyendo que los múltiples problemas a los que se enfrenta la economía y, por ende, las Bolsas son temporales y, de repente, la psicología general, incluso la de los profesionales del sector, cambia radicalmente.
Sin pretender ser repetitivo, había que ser muy inocente para pensar que las múltiples señales de debilidad no iban a terminar pasando factura. Los indicadores macroeconómicos no han hecho otra cosa que empeorar y empeorar desde febrero y sin embargo nos hemos querido creer que este empeoramiento era coyuntural y consecuencia del terrible terremoto y tsunami que asoló Japón en marzo. ¿Recuerdan este gráfico?
Este es el gráfico que permite comparar la evolución del índice de sorpresas macroeconómicas en los EEUU elaborado por Citigroup (línea roja) y el índice S&P500. A mediados de marzo, poco después del terremoto de Japón, los indicadores macro empezaron a sorprender muy negativamente. Tan negativamente que a finales de mayo se perforó el nivel alcanzado en agosto del año pasado, momento en el que Bernanke anunció la posibilidad de implantación del QE2 lo que provocó que el S&P500, que cotizaba en el entorno de los 1.050 puntos por aquel entonces, iniciase un proceso alcista espectacular que lo llevó a los entornos de los 1.350 puntos.
Sin embargo, el índice no reaccionó. Incluso se permitió el lujo un par de meses más tarde marcar máximos por encima de los anteriores a pesar de que se trataba del momento en el que la macro alcanzó las peores lecturas del periodo. "Aquí no pasa nada". "Se trata la ruptura de la cadena de suministros consecuencia del terremoto". "Esto es sólo un bache temporal". Todas estas afirmaciones eran el pan nuestro de cada día las cuales se sustentaban en la expectativa de que los resultados empresariales seguirían apoyando las cotizaciones.
Pues bien. Los resultados del mes de julio pueden calificarse sin temor a equivocarse de buenos y, sin embargo, no han servido para evitar la sangría del mes de agosto. ¿Qué ha cambiado en estas pocas semanas? Por un lado el final del QE2 hace que se haya terminado el proceso dirigido a crear efecto riqueza. La compra de bonos por parte de la Fed permite mantener los tipos de interés de la parte larga de la curva de tipos bajos lo que genera demanda en activos que ofrecen una mayor rentabilidad, provocando con ello la subida de la Bolsa que, a su vez, genera la sensación de hacernos más ricos.
Por otro lado, se ha extendido la percepción de que la ralentización en el crecimiento económico no es un proceso coyuntural lo que ha generado una revisión generalizada de las expectativas de crecimiento para el segundo semestre de este año y, sobre todo, para el 2012 (algunas casas de análisis internacionales han reducido su expectativa de crecimiento para Europa del 2,5% para 2012 al 1%!!).
Estos elementos han provocado que se estén revisando las expectativas de ingresos de las empresas y, por lo tanto, la de sus beneficios futuros. Y, obviamente, las compañías que mantenían las expectativas más exigentes eran las que más exportan fuera de sus fronteras nacionales; es decir, las compañías alemanas. Este es el motivo por el cual el índice de referencia alemán ha sido el más castigado en el mes de agosto.
En este gráfico se analiza la evolución del Futuro continuo del DAX en base diaria desde marzo de 2009. Se ha escogido esta fecha porque se trata del momento en el que se inició la tendencia alcista que ha prevalecido a lo largo de más de 2 años.
Según la Teoría de Dow, una tendencia alcista se define como una sucesión de máximos y mínimos crecientes. La tendencia se mantiene vigente mientras no se rompa esta estructura; es decir, mientras los máximos decrecientes y, sobre todo, los mínimos crecientes sean respetados en los inevitables procesos correctivos intermedios.
En este caso se aprecia que el primer gran máximo creciente de la estructura alcista se alcanzó a principios de junio de 2009 en los 5.179 puntos. Se debe resaltar que no lejos de este nivel, en los 5.130 puntos, se encuentra el 61,8% de retroceso de todo el movimiento alcista completo. El primer gran mínimo creciente se fijó un mes más tarde, ligeramente por encima de los 4.500 puntos.
El siguiente tramo alcista es más complejo de analizar. El máximo creciente relevante se ha fijado ligeramente por debajo de los 6.400 puntos, nivel alcanzado en abril del año pasado. Se ha fijado ahí porque se trataba de uno de los mínimos decrecientes de la tendencia bajista principal previa, la desplegada entre 2007 y 2009, y porque el índice entró en un largo periodo de consolidación triangular. Dentro de este tramo es complejo determinar un mínimo decreciente relevante. Sin embargo, cabe resaltar los 5.316 puntos marcados en noviembre de 2009.
Este nivel es importante porque de entre todos los mínimos crecientes desplegados desde julio de 2009 hasta alcanzar la resistencia de los 6.400 puntos, es el único que perforó el último mínimo creciente anterior. No es casualidad, por tanto, que el desplome del mes de agosto se haya detenido a unos pocos puntos de este nivel. El siguiente mínimo creciente se fijó en marzo de este año en los 6.412 puntos, no lejos del máximo creciente principal anterior lo que nos indicó la inversión de papeles que se produjo sobre este nivel.
La caída del mes de agosto ha perforado la zona de los 6.400 puntos; es decir, la zona en donde se encontraba el último gran mínimo y máximo creciente de la estructura alcista previa. Se puede por tanto asegurar que la tendencia alcista previa ha quedado completamente anulada y que esta zona pasa a ser ahora la principal resistencia del índice.
Una vez determinado este punto, es clave determinar en qué punto del proceso correctivo se encuentra el índice.
En este gráfico se analiza la parte final del gráfico anterior. En otras palabras. Se observa la evolución del gráfico diario a lo largo de los últimos meses.
El actual proceso correctivo se inició en la primera parte del mes de julio. Desde esas fechas es fácil determinar la existencia de un descuento de ondas de Elliott completo. La onda 1 habría terminado a mediados de julio. La onda 2 a finales de julio. La onda 3 es la más larga y explosiva y habría terminado el 11 de agosto. La onda 4 unos pocos días después. Y la onda 5 habría concluido el viernes de hace 2 semanas tras haber alcanzado el entorno del mínimo creciente anterior principal (5.316) y habiendo formado una figura de suelo relevante, un "hammer" o "martillo".
Este escenario se mantendrá vigente siempre que el mínimo del martillo (5.346) no sea perforado. En caso contrario, la Onda 5 no habría aún terminado lo que podría llevar el índice a la importantísima zona de soporte situada entre el primero de los máximos crecientes de la estructura alcista principal previa (5.179) y el 61,8% de todo ese proceso (5.128). Sin embargo, en la medida en la que el mínimo del "hammer" sea respetado, la probabilidad de estar ante un suelo relevante de medio plazo es elevada.
Este suelo debería dar lugar a un proceso de rebote que, en el mejor de los casos, podría conducir al índice a la que ahora es la principal resistencia del índice, el entorno de los 6.400 puntos. Pero este proceso será probablemente lento y se caracterizará de un movimiento lateral previo con varias idas y venidas que podrían desembocar en un proceso de rebote más importante pasadas varias semanas. Los niveles de resistencia intermedio con los que el índice se enfrentará serán el 5.780 y, sobre todo, los 6.085 puntos.
Una vez analizado el índice más castigado de Europa, es clave determinar la estructura técnica del principal índice norteamericano para determinar si las conclusiones a las que se llega en Europa están apoyadas por el S&P500.
En este gráfico se analiza la evolución del Futuro continuo del S&P500 en base diaria. Los puntos más relevantes a destacar son los siguientes:
1. A lo largo de la primera mitad del 2011 el índice ha estado construyendo una potencial figura de techo, un Hombro Cabeza Hombro. Esta estructura quedó validada a principios del mes de agosto al perforarse consistentemente su línea clavicular situada en los 1.250/1.255 puntos.
2. El desplome del mes de agosto perforó el último máximo creciente principal de la estructura alcista general que se inició en marzo de 2009. Este máximo está situado en los 1.216, nivel alcanzado en abril de 2010. Se intentó superar sin éxito a principios de noviembre del año pasado logrando superarse consistentemente a principios de diciembre de ese mismo año.
La ruptura del máximo creciente principal es la segunda señal, después de la ruptura de la base del canal principal, que indica el posible fin de la tendencia alcista general. SIN EMBARGO, NO SE PODRA ASEGURAR UN CAMBIO DE TENDENCIA GLOBAL MIENTRAS NO SE PERFORE EL ULTIMO MINIMO CRECIENTE GENERAL EL CUAL SE SITUA ENTRE LOS 1.002 Y LOS 1.026 PUNTOS.
En consecuencia, si bien la probabilidad de cambio de tendencia general se ha incrementado, es aún pronto como para poder asegurarlo. En el corto plazo, la probabilidad de haber formado un suelo relevante es elevada. Los motivos son los siguientes:
1. El objetivo del H-C-H formado a lo largo de la primera parte de 2011 se sitúa en los 1.130 puntos.
2. El desdoblamiento del canal bajista que se puede construir desde mayo y que se perforó en agosto tiene por objetivo el entorno de los 1.130 puntos.
3. En el 1.130 se encuentra el primer máximo creciente del tramo alcista de grado menor iniciado en julio de 2010. Este punto representaba por aquel entonces el último máximo decreciente del proceso bajista iniciado en abril de 2010.
4. Ligeramente por encima de este nivel se encuentra el 61,8% de retroceso del tramo alcista desplegado entre julio 2010 y mayo 2011.
Si bien es cierto que a lo largo del mes de agosto el nivel de los 1.130 ha sido perforado en varias ocasiones, hay que resaltar que no se ha perforado de manera consistente en ningún momento. Cada vez que ha habido un cierre por debajo de esta cota, la reacción alcista no se ha tardado en surgir. Por lo tanto, mientras no aparezcan cierres consistentes por debajo del 1.130 se debe considerar este soporte que aparece por múltiples estudios como vigente.
Por último, si se analiza desde un punto de vista de ondas de Elliott desde principios del mes de julio se llegará a la conclusión de que la estructura es muy similar a la analizada para el DAX salvo por un pequeño detalle. Este detalle no es otro que el hecho de que en el caso del S&P500 el mínimo del 11 de agosto no se perforó el 22 de agosto. Sin embargo, esto no es un problema desde este punto de vista analítico puesto el mínimo del 22 de agosto podría ser un fallo de onda 5.
En conclusión, la estructura técnica del S&P500 y del DAX indican una alta probabilidad de cambio de tendencia general que, sin embargo, aún no ha sido completamente confirmada. A corto plazo, ambos índices indican la posible aparición de un suelo de corte temporal que podría ser vigente para lo que queda de año, lo que permitiría un lento proceso de rebote caracterizado por movimientos laterales en los plazos más cortos a lo largo de los próximos meses. Sin embargo, ambos índices indican que la presión bajista de largo plazo debería seguir con lo que se debería aprovechar un rebote a los niveles más significativos de resistencia (entornos del 6.400 y del 1.250 respectivamente) para abrir posiciones cortas de cara al año 2012.
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