Mostrando las entradas con la etiqueta ANALISIS TECNICO. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta ANALISIS TECNICO. Mostrar todas las entradas

miércoles, 2 de noviembre de 2016

La crisis financiera mundial y el comercio


Ponencia para el Encuentro Internacional Europa – América Latina, aliados estratégicos en la cooperación para el desarrollo - CEXECI – LATN.



Por Umberto Mazzei*



La crisis financiera



La crisis actual no es una crisis del comercio ni de la producción de bienes o servicios. La crisis del sector financiero y su causa es de naturaleza ideológica: la distorsión de las ideas del liberalismo clásico. El liberalismo admitía la naturaleza egoísta del empresario como un motor de movimiento económico, pero con normas que lo encausen. El célebre «laissez faire, laissez passer» se refería sólo al movimiento de mercancías.
La eliminación de las restricciones a la emisión de dinero inorgánico acordadas en Bretton Woods con el patrón oro (35$/onza) en 1971, lo que técnicamente fue un «default», unido a la gradual eliminación de restricciones a la actividad bancaria en los centros financieros llevó a la separación de la economía de mercado en dos mundos económicos. El mundo de la economía real y el mundo de la economía especulativa.


La economía real es socialmente positiva, porque a medida que crece reparte beneficios a todos los actores. Esa economía se basa en la producción de bienes agrícolas, industriales y servicios. En el comercio y en el ahorro.
La economía especulativa es socialmente negativa. Sus actores suelen ser empresas apátridas, sin vínculos sociales. La base es financiera, con la emisión de valores sin respaldo que se comercian entre las plazas financieras, su principal actividad es la manipulación de futuros y su único móvil es la ganancia a corto plazo, que no viene distribuida ni puede ser absorbida en la economía real.
La economía real se mueve con el comercio nacional e internacional de bienes y servicios. Su relación con la parte financiera la señalan el teorema de Hecksher y Olin y la Paradoja de Leontiev. Su desarrollo lo explican las teorías de Kondratieff, Schumpeter, Pérez y Freeman sobre las innovaciones como motor de ciclos económicos. En la economía real hay una revolución incesante marcada por crisis que causan el relevo de los protagonistas históricos. Creo que vivimos uno de esos momentos.

En el año 2008 explotaron cuatro burbujas:

*  Burbuja de materias primas y alimentos, cuya primera expresión fue la llamada « crisis de la tortilla » en México. Aumentaron, súbitamente, de precio el maíz, el petróleo y los cereales, sin que hubiese aumentado el consumo ni disminuido la producción. Por los cereales se culpó la producción de agro-combustibles, sin que esa hubiese aumentado. Los precios bajaron de pronto y nadie dio explicaciones.

*  La burbuja inmobiliaria donde los precios que venían subiendo estimulados por préstamos irresponsables respaldados por hipotecas con un valor superior al de los bienes hipotecados (derivatives y otros « productos » financieros. 

*  La burbuja de las bolsas, donde los valores suben y bajan sin que hayan mayores inversiones ni mayores dividendos. Siguen los movimientos de cifras colosales que, por ser mucho mayores que las de la economía real, solo pueden circular en ámbitos virtuales.

*  Burbujas en el cambio de las divisas, donde las monedas suben y bajan sin que haya cambio en las cifras macroeconómicas de los países. La campaña de prensa contra el euro sucede cuando el dólar está en situación crítica. La deuda pública de España con relación al PIB es del 68 %, mucho menor que la de Estados Unidos que oficialmente ya superó su PIB (13 billones) y que garantiza valores emitidos en dólares por cifras que superan los 160 billones (trillions).  La balanza de pagos española es equilibrada y ventajosa, cosa que no se puede decir de Estados Unidos, sin embargo es España quien debe someterse a una política de austeridad, es decir, de sacrificio. La deuda de Grecia es del 166 % de su PIB y la de Japón es de 228 %, pero los intereses que se cobran a Grecia son más caros, porque así lo decretaron las evaluadoras de riesgo.

Esas burbujas que hicieron crisis señalan que estamos ante uno de esos momentos de cambio en protagonistas. Está claro que hay dos mundos económicos divergentes.  Un mundo que rescata a sus banqueros con cifras siderales a cargo del contribuyente. Otro mundo que ya sufrió esa práctica y que ahora utiliza el dinero público para estimular su crecimiento.
El primero se caracteriza por: a) la falta de control en sus servicios financieros, b) deuda pública superior al PIB, c) bajo crecimiento y creciente desempleo, d) reservas decrecientes o nulas, e) exportación de capitales y de empleo, f) gran importancia de los servicios en el PIB, g) excelente tecnología e infraestructura, h) agricultura subsidiada, i) erosión demográfica, g) salarios altos y vida cara.
El segundo se caracteriza por: a) control racional de servicios financieros, b) deuda pública muy inferior al PIB, c) expansión económica, d) reservas crecientes, e) importación de empleo calificado y de capitales, f) mayor participación del sector industrial en el PIB, g) Nivel de tecnología e infraestructura muy desigual, h) agricultura no subsidiada, i) ventaja demográfica, g) salarios bajos y desiguales.

Es preferible que el cambio de equilibrio entre los protagonistas se haga de manera gradual y por la vía pacífica, porque ya hemos vivido dos grandes guerras mundiales y algunas regionales, estimuladas por ese tipo de rivalidad.

El comercio

El impacto de la crisis financiera en el comercio ha sido desigual; afectó más a unos que a otros y afectó más a los bienes que a los servicios. Tampoco hubo un reflejo inmediato; la crisis tuvo su momento más agudo en el 2008 y el comercio se vio afectado sobre todo en 2009. La recuperación ha sido de una velocidad desigual. La hipótesis más evidente es que la crisis financiera afectó el poder adquisitivo de los consumidores en los países directamente expuestos.

Las diferencias en la disminución del comercio son marcadas cuando analizamos el desarrollo del comercio país por país. Una primera mirada sugiere que el comercio se vio afectado primero y de manera más radical en aquellos países donde el consumidor estaba más endeudado y donde las redes de estabilidad social son endebles, como en Estados Unidos. Su comercio total cayó de 3.319 millardos (billions) a 2.615 ; un 23 %. La ventaja para Estados Unidos es que su déficit comercial bajó de -816.199 a -503.582, un 38 %.
La disminución del crédito disminuyó la capacidad de compra de los consumidores del principal mercado importador del mundo. Aún así, el modo en que eso afectó a sus socios comerciales no fue para nada homogéneo. Las exportaciones de los países petroleros no mostraron cambio. Las exportaciones de bienes intensivos en capital, que son productos caros, se vio mucho más afectada que la de bienes intensivos en mano de obra, que son más baratos.
Por eso las exportaciones de Europa (-16%) -grande exportadora de maquinaria sofisticada- se vieron más afectadas que las de China (-12%) y mucho más que las de los exportadores de bienes primarios. Un detalle interesante, es que el movimiento de joyas y productos de gran lujo aumentó; un indicio de que el grupo pudiente, apodado el 1 %, no fue visiblemente perjudicado.
Hay que admitir el principio mercantilista de que un país sufre más cuando en su comercio bajan las exportaciones que cuando es a la inversa. También que el efecto de una alteración en el flujo del comercio afecta de manera diferente según el signo de la balanza comercial, la balanza de pagos o las reservas.
Las cifras del comercio de Estados Unidos con Iberoamérica muestran que la crisis no perjudicó el comercio de modo uniforme. Tampoco el efecto posterior fue el mismo, pero ese análisis escapa el horizonte del presente trabajo.  Al abordar el efecto de la crisis financiera, originada en Wall Street, sobre el comercio de Estados Unidos con Iberoamérica, analizamos primero el de los países que comercian bajo las normas de un TLC.
El comercio con su principal socio, México, comenzó a desacelerase desde 2008 y en 2009 cayó en un -18 %. El comercio total con CAFTA, donde las exportaciones norteamericanas crecían, cayó abruptamente en 2009 : de 44.746 millones a 38.7786, un -13 %. Con Chile, las importaciones ya habían caído de 8.999 en 2007 a 8.198 millones (8%) en 2008 y luego se zambulleron a 5.949 en 2009, un desplome del -27 %. Las importaciones chilenas habían subido de 8.148 a 11.857 en 2008, pero cayeron a 9.346 en 2009 (-21%) pero la balanza comercial negativa de Chile varió mucho menos: de 3.662 a 3.396 (-7%). Perú fue también afectado. Sus exportaciones, que venían subiendo mucho, cayeron de 5.813 en 2008 a 4.223 en 2009 (27%) y las importaciones bajaron de 6.183 a 4.919 en 2009 (- 20 %).


Colombia firmó su TLC con Estados Unidos y modificó su legislación para poderlo implementar, pero el acuerdo no fue ratificado por Estados Unidos durante 6 años, y solo entró en vigencia en mayo de 2012. En todo caso, visto que se vienen aplicando las normas por el lado colombiano y que a Colombia se le aplicaban las normas de la CBI, no parece que esa formalidad jurídica cambie mucho en el comercio entre los dos países. Las exportaciones colombianas habían subido mucho: de 9,433.6 en 2007 a 13,093.2 en 2008, de modo que en 2009, cuando fueron golpeadas por la crisis, bajaron a 11,323 (13%), pero quedaban muy encima del nivel anterior. En esto tiene mucho que ver que el petróleo sea el principal producto de exportación colombiano.
Fuera de la red de los TLC figura eminente Mercosur, que es el segundo socio comercial iberoamericano de Estados Unidos. La crisis financiera tuvo en ese comercio dos rasgos sobresalientes. 1º) En 2009 duplicó el déficit comercial de Mercosur con Estados Unidos, que de 4.199 millones en 2008, pasó a 9.510. Más relevante aún es que en 2010 se duplicó de nuevo con 17.547 y siguió subiendo hasta 19.452 en 2011. Esto es signo de un cambio estructural en la relación comercial. 2º) El principal socio de Mercosur, y marcadamente de Brasil, pasó a ser China. Esto pudiera explicar en parte lo señalado en el primer punto.
El Paraguay mantiene una balanza comercial muy desfavorable con Estados Unidos. Sus exportaciones a Estados Unidos son poco significativas cuando se les compara con las importaciones. En el 2007, por ejemplo, fueron apenas el 5,6 %. Su mejor año ha sido 2011, en que exportaron 110 millones, pero que fueron de nuevo el 5,6 % de sus 1975 millones de importaciones.
Las exportaciones de Uruguay a Estados Unidos venían bajando desde el 2006, cuando de 512 millones descendieron a 492 en 2007 para desplomarse a 244 (50%) en 2008, el año mismo de la crisis. Por eso puede decirse que mejoraron tendencia durante 2009, el año en que más afectó la crisis al comercio, cuando bajaron a 239 (-2%), una tendencia que siguió durante el 2010. Sólo en 2011 remontaron a 292, que es apenas un 57 % de lo que exportaron en 2007.
Las exportaciones de Argentina a Estados Unidos llegaron a su cima en 2008, en pleno descalabro financiero, con 5.822 millones. En 2009 bajaron a 3.890 (33%) y continuaron bajando hasta 3.803 en 2010 (2%). Solo en 2011 recuperaron los niveles del 2007. Aún deberían crecer 1.320 millones (27%) para llegar al nivel del 2008.
Brasil es el país de Mercosur que más exporta a Estados Unidos. Algo como 6 veces la suma de las exportaciones de sus socios. En América del Sur es el principal socio comercial de Estados Unidos. Sus exportaciones a Estados Unidos apenas han aumentado en 5 años en 5.369 millones, de 26.367 millones en 2006 a 31.736 en 2011. Si consideramos la devaluación del dólar en ese lapso obtenemos un valor negativo. Es importante notar que el flujo del comercio brasileño se ha desviado hacía Mercosur, Iberoamérica y en sus cifras más importantes hacia los BRICS, notablemente China e India.

Los BRICS como nuevos actores


El término BRICS, inventado como por caso por un funcionario de Goldman Sachs, es un nombre que agrupa a las economías emergentes de mayor peso. Aunque las dimensiones económicas y su peso en el comercio son desiguales, entre ellos tienen en común ser economías que aún representan el mundo en desarrollo, del cual emergen como nuevos actores. Otro elemento en común su relativa  independencia y su competencia  con los actores tradicionales y que a pesar de las disparidades de escala son las economías de más peso en sus regiones respectivas.
China es ya la segunda economía del mundo y si se midiese el PIB de manera más orgánica, bien pudiese ser la primera. Por ahora es sin duda la de mayores reservas entre las grandes economías. Sus detractores pintan a China como una máquina de sólo exportaciones que quita empleos, pero en realidad su comercio es bastante equilibrado. Al punto de haber sustituido a los Estados Unidos desde que impactó la crisis financiera como la economía cuyo crecimiento arrastra la economía mundial.
La percepción de China como maquina exportadora viene desde la perspectiva de Estados Unidos, porque tiene poco que exportar a China. Los países en desarrollo que son proveedores de materia prima hace tiempo que tienen crecientes saldos positivos o equilibrados en su comercio con China. La Unión Europea es su principal proveedor de bienes industriales de alta tecnología.
El comercio de la Unión Europea con China crece a un alto ritmo. Las exportaciones Europeas a China pasaron de 156 millardos de euros en 2009 a 255 en 2011. Un crecimiento de 99 millardos en dos años, que significa un aumento del 63 %, algo verdaderamente dramático. Es cierto que la balanza comercial sigue siendo desfavorable, pero mientras las importaciones chinas de Europa aumentan, la balanza permanece casi estática. Entre 2009 y 2011 paso de 206 millardos a 235, un aumento del 14 %, mientras que el comercio total aumentó de 518 millardos en 2009 a 744 millardos en 2011, un aumento del 44 %.
Otro fenómeno interesante que estimuló la crisis financiera y que apunta hacia un futuro distinto en el flujo del comercio es el incremento del intercambio comercial entre los países del grupo BRICS. Es un hecho que comenzó impulsado por el desplome de los mercados tradicionales y que ahora es una política deliberada, que evita el dólar y acepta otros instrumentos de pago, como compras hechas en las monedas nacionales del grupo.
China, la economía más grande del grupo es también su garantía de crecimiento y su motor más potente. Durante los años de la crisis el comercio entre el grupo y sobre todo con China creció con cifras espectaculares. En gran parte porque una característica común del grupo es el alto crecimiento de sus economías. Entre, 2008, el año de la crisis, y el 2011, el comercio de China con sus socios BRIC no cesó nunca de crecer. Con India creció un 43 %; con Rusia un 39 %; con Brasil un 73 % y con África del Sur un 154 %.

La crisis y el comercio de servicios

Los servicios son un sector difícil de medir y sobre el que es difícil encontrar estadísticas directas. En los países iberoamericanos, las cuentas nacionales casi siempre presentan cifras agrupadas que al preguntar en los bancos centrales o las entidades que las emiten, no es frecuente que las sepan desagregar. En los países europeos las fuentes directas son asociaciones de actividades específicas, pero lograr por ese método una cobertura total es altamente improbable. Las fuentes usadas son por lo tanto las cifras de la OCDE, la UNCTAD y la OMC, cuyo divulgador es el Centro de Comercio Internacional de Ginebra.
El impacto de la crisis en el comercio de bienes causó oscilaciones más dramáticas que en el comercio de servicios, pero la recuperación fue más rápida. El comercio de servicios venía creciendo de manera sostenida hasta 2008, el año de la crisis financiera. Igual que con los bienes, el impacto se sintió el año siguiente. El comercio mundial de servicios llegó a 5.758 millardos en 2008 y bajó a 3.541 en 2009, una caída del 38 %. El impacto ha sido duradero, porque aún en el 2011, con 4.096 millardos estaban lejos de recuperar sus niveles. Un motivo evidente de ese rezago es que el carácter intangible de los servicios hizo que muchas de esas cifras crecientes hasta 2009, fueran un reflejo de la burbuja que impulsaba la especulación en el sector de los servicios financieros.
Los cuatro principales actores en la exportación de servicios son hoy día los Estados Unidos, el Reino Unido, Alemania y China. La crisis no los afectó en la misma medida. En Estados Unidos el impacto fue coyuntural y limitado al año 2009, donde sus cifras muestran un descenso de 32 millardos, un 6 %. El país más afectado fue el Reino Unido, otro actor de primer rango en la crisis financiera. Sus cifra de servicios cayó en 55 millardos, un 10 %. En Alemania la caída fue de 31 millardos, un 11 %, pero la recuperación ha sido algo más sostenida, sin duda por el mayor vigor de la economía alemana. China fue también afectada con un descenso de 17 millardos, que por ser sus cifras menores que la de los otros protagonistas, fueron un 11 % de su anterior cifra de negocios; sin embargo al año siguiente los recuperó con creces, subiendo de 130 millardos a 171, un ascenso del 32 %. Al año siguiente sube 183 millardos, un 7 %.
En la importación de servicios los actores son los mismos y las cifras andan por los mismos rangos, pero hay que destacar que China ya desplazó al Reino Unido en el tercer lugar. Entre el 2009 y el 2011 la importación de servicios de China pasó de 159 millardos a 238, un crecimiento de 79 millardos, un 50 %.
El principal rubro en el comercio de servicios son los viajes, un hecho coherente con un mundo globalizado. Como en la mayoría de los casos la crisis financiera influyó en el comportamiento del comercio en el año 2009, cuando cayó un 9 %.  En el 2011 ya había superado el nivel del 2008 en dólares, pero no en euros.
España figura en segundo lugar en las cifras sobre exportaciones de servicios de viaje, con 60 millardos, un 5,3 %.  Sus exportaciones van principalmente a Europa  donde tuvieron una caída de la cual aún no parece recuperada. En cambio las exportaciones hacía América no fueron afectadas y han seguido creciendo durante la crisis sin alteraciones. De 3,7 millardos en 2007 pasaron a 5 en 2011, un aumento del 35 %. Esto es un indicio de las posibilidades de la cooperación entre España e Iberoamérica.
El segundo rubro en importancia es el de transporte y su comercio bajó de un 23 % durante el 2009 y en las cifras del 2011 aún no se había recuperado. En transporte, España es más discreta (2%) y su comercio es principalmente con África.
Los siguientes rubros con mayores cifras en el comercio de servicios son Otros Servicios empresariales, Servicios Financieros, Regalías y Derechos de Licencia, Servicios de Informática e Información. En todos, la crisis tuvo algún impacto y en servicios financieros aún no se han recuperado los niveles del 2007, lo cual es una buena noticia. En ninguno de esos comercios España tiene una participación de alto relieve.
El otro rubro que sigue en importancia es Servicios de Construcción y allí de nuevo se destaca España, con un 5,5 %. Esos servicios tampoco han recuperado a nivel mundial los niveles del 2007, pero en España las cifras del 2010 y el 2011 ya las superaron.
Conclusión
El comercio mundial no tiene problemas propios. El problema viene de un mundo paralelo de finanzas que fluye en un circuito desligado del mundo real de la producción y el comercio. Son actividades especulativas que interfieren con la economía real y la distorsionan.
El mundo de las finanzas tiene cifras inventadas que no pueden hacerse realidad porque son varias veces superiores a la economía real. 
La fantasía monetaria, que sin algún respaldo continúa circulando en las bolsas, deben seguir su destino y desaparecer. Eso provocará la quiebra de muchas entidades financieras, pero es el destino que la economía de mercado ha dictado para las empresas ineficientes. Los rescates solo prolongan su agonía.
La economía real no está enferma de enfermedades económicas.  Está enferma de la captura de la clase política por el sector financiero especulativo. Europa tiene más que nunca la capacidad técnica para mantener su nivel competitivo y una población que garantiza su consumo.
La economía europea se diferencia marcadamente de la de Estados Unidos que tiene un saldo comercial crónicamente deficitario. El problema comenzó en 1971, cuando Estados Unidos renegó sus deudas, hizo « default », y desde entonces paga con moneda sin fondos. La crisis que estamos viviendo es una consecuencia cumulativa de ese fenómeno parasitario.
La debilidad de Europa fue que. con el pretexto de homogenizar la legislación financiera europea, se importaron las normas inglesas y norteamericanas, que dejan plena libertad a la codicia. Lo que demuestra que la crisis la han sufrido menos los países que mejor controlan sus bancos. El remedio es político.

-* Umberto Mazzei es doctor en Ciencias Políticas de la Universidad de Florencia. Es Director del Instituto de Relaciones Económicas Internacionales Sismondi, en Ginebra.






















sábado, 10 de septiembre de 2011

La vulnerabilidad del sistema financiero

Por François Chesnais*


 


En la primavera de 2010, los grandes bancos europeos, encabezados por los bancos franceses y alemanes, convencieron a la Unión Europea y al Banco Central Europeo que el riesgo de default de la deuda pública de Grecia ponía en peligro sus balances. Los grandes bancos europeos habían recibido una fuerte ayuda en el otoño del 2008, cuando la quiebra del banco Lehmann Brothers en Nueva York llevó la crisis financiera a su paroxismo. Luego del salvataje, no depuraron todos los activos tóxicos de sus cuentas. Y a pesar de todo siguieron haciendo colocaciones de alto riesgo. Para algunos, el más mínimo default de pago significaría la quiebra. En mayo 2010 se montó un plan de salvataje con un ribete financiero y otro de drástica austeridad presupuestaria y acelerada privatización: fuertes reducciones de los gastos sociales; disminución de los salarios de empleados públicos y reducción de su cantidad; nuevos ataques a los sistemas jubilatorios, fuesen por capitalización o por repartición. Los primeros países en aplicarlo, como Grecia y Portugal, quedaron atrapados en una infernal espiral cuyas víctimas inmediatas son las capas populares y los jóvenes. Esta política afecta a un número cada vez mayor de países en Europa occidental y mediterránea, después de haber asolado a los países bálticos y balcánicos. El costo del salvataje del sistema financiero europeo y, con él, del sistema mundial, se impone a los trabajadores, a la juventud y a las capas populares más vulnerables.

¿Qué necesidad tenemos de los bancos en su forma actual? ¿Hay que seguir salvándolos?

Dos series de ideas estrechamente entrelazadas son repetidas hasta el cansancio, con ligeras variantes, tanto por el gobierno como por los dirigentes del UMP, del Partido Socialista y de los partidos llamados centristas. Las primeras se refieren a la deuda pública, las segundas a los bancos. Los “sacrificios” reclamados a nivel de las jubilaciones, el congelamiento de las remuneraciones de los empleados públicos, los nuevos y drásticos recortes en el presupuesto educativo, etcétera, son necesarios, nos dicen, para que “la deuda de Francia sea honrada”. Es preciso evitar también que Francia pierda la calificación AAA que le conceden las agencias calificadoras, a fin de no quedar obligada a pagar intereses más altos de los que paga actualmente por la deuda pública. En lo que se refiere a los bancos, se nos dice que tienen funciones indispensables que cumplen bien, o en todo caso lo suficientemente bien como para que sea necesario y legítimo correr en su auxilio cada vez que lo piden.

La exhortación a “honrar la deuda” y ayudar a los bancos se basa en la idea de que habrían prestado sumas que son el fruto del ahorro pacientemente acumulado a través de un duro trabajo. “La mayor parte de los economistas, escribe un especialista crediticio que trabaja en los Estados Unidos, piensa que los bancos son simples intermediarios entre los depositantes y los tomadores de créditos. Otra manera de expresar esta creencia muy difundida es decir que los bancos recogen el ahorro y financian la inversión. A partir de esto, basta un pequeño paso para llegar a la conclusión de que, antes de que pueda hacerse una inversión debe constituirse un determinado monto de ahorro”1. La realidad es muy distinta. Los préstamos de los bancos no guardan relación con el monto de los depósitos y el pequeño ahorro que les es confiado. Nunca fueron simples intermediarios. Y después de su transformación en grupos financieros diversificados, con operaciones trasnacionales, menos que nunca. Los beneficios bancarios provienen de sus operaciones de creación de crédito. Y su fuente está en el flujo de riqueza (valor y plusvalor) provenientes de las actividades productivas. El camino seguido diferirá según quien tome el préstamo. En el caso de un Estado, pasa por el impuesto y los servicios por los intereses de la deuda pública. En el caso de una empresa, se trata de una fracción de la ganancia. En el caso de los particulares y hogares, es una parte de su salario o de su jubilación la que es absorbida por los intereses que pagan por sus créditos hipotecarios o sus cartas de crédito. Mientras más presta un banco, mayores son sus ganancias. En el transcurso de las dos últimas décadas, los bancos concibieron medios que aparentemente le permitían lograrlo. Las “innovaciones financieras” dieron origen a una red muy densa de transacciones interbancarias. Y fue a partir de estas “innovaciones” que los bancos pudieron poner en marcha el llamado “efecto de apalancamiento”, es decir una relación de préstamos de capitales propios y depósitos disponibles cuya altura (incluso más de 30%) los coloca permanentemente en situación de gran fragilidad. Ellos lo saben, pero cuentan con los gobiernos para que les aseguren en cualquier circunstancia y a cualquier costo social un cinturón de seguridad, y en los casos extremos, la socialización de sus pérdidas.

El FMI publica, cada seis meses y más o menos simultáneamente, dos grandes informes, uno sobre las perspectivas de la economía mundial, y el otro sobre el estado del sistema financiero mundial. El primero atrae la atención de todos los economistas, allí el FMI presenta sus proyecciones macroeconómicas: es un terreno familiar. El segundo apenas si es leído por quienes, en el marco de la mundialización comercial y financiera, dan importancia a la finanza y a las crisis financieras. En enero 2011, el FMI estimaba ya que una de las grandes incógnitas de la situación económica mundial tenía que ver con que en Europa, “la integración entre los riesgos soberanos y bancarios se intensifica”2. El primer capítulo del nuevo informe sobre la situación del sistema financiero mundial confirma esta apreciación. El mismo pone el acento en la vulnerabilidad de los bancos, en particular de los bancos europeos3. El juicio del director del departamento de mercados financieros y monetarios del FMI es el siguiente: “casi cuatro años después del comienzo de la crisis financiera, la confianza en la estabilidad del sistema bancario global todavía debe ser restablecida totalmente”. Y subraya, en lo referido a los bancos europeos, que “algunos bancos siguen teniendo un porcentaje de apalancamiento demasiado importante, tienen capitales propios insuficientes, teniendo en cuenta la incertidumbre en la cualidad de sus activos. Estos débiles niveles de fondos propios hacen vulnerables a algunos bancos alemanes ante nuevos choques, así como las cajas de ahorro italiana, portuguesas y españolas en dificultades”4.

El rol de los bancos es proveer crédito comercial (suministrar efectivos comerciales a muy corto plazo) y préstamos a más largo plazo a las empresas para sus inversiones. Este rol es indispensable para el funcionamiento del capitalismo. Y lo será también para cualquier forma de organización económica basada en modalidades descentralizadas de propiedad social de los medios de producción que supongan recurrir al intercambio. Pero el balance de tres décadas de liberalización financiera y de cuatro años de crisis plantea, en todo caso, la cuestión de la utilidad económica y social de los bancos en su forma actual. Convertidos en conglomerados financieros, ¿tienen derecho los bancos al respaldo de los gobiernos y los contribuyentes, cada vez que sus balances están amenazados debido a sus propias decisiones de gestión? Mucha gente comienza a cuestionarlo. Ellos se expresan a veces, como lo ha hecho Eric Cantona, de una forma que los medios no pueden ignorar. No se trata de destruir los bancos, sino de tomarlos para que puedan cumplir las funciones esenciales que en principio les son propias, es la respuesta que doy junto a otros, como Frederic Lordon5.

Definamos la ilegitimidad de las deudas públicas


El concepto de deuda odiosa fue aplicado desde los años 1980 a la deuda de los países del tercer mundo. Se ha discutido su posible aplicación al caso de la deuda griega. Se trata de una noción que se remonta al período de entreguerras. La primer definición pertenece a Alexander Sack, jurista ruso y profesor de derecho internacional en París: “deuda contraída por un régimen despótico [diríamos ahora “dictadura” o “régimen autoritario”] en función de objetivos extraños a los intereses de la nación, a los intereses de los ciudadanos”6. El Centro por el Desarrollo Sustentable Internacional de la Universidad Mc Gill de Montreal dio a comienzo de los años 2000 una definición bastante semejante, más en sintonía con la financiarización contemporánea. Las deudas odiosas son “las que fueron contraídas contra los intereses de las poblaciones de un estado, sin su consentimiento y con pleno conocimiento de causa por el lado de los acreedores”7. Esta definición se aplica perfectamente a la deuda específica que pesa en Francia aún sobre municipalidades, consejos regionales e incluso algunos hospitales, en los que representantes o directivos acaban de constituirse como asociación para entablar acciones judiciales colectivas contra los bancos8. Ellos fueron incitados por estos últimos a comprar los “productos estructurados”, que supuestamente facilitarían por sus elevados rendimientos el financiamiento de proyectos de inversiones costosas en un contexto de transferencia de los gastos del Estado hacia las regiones. Esos títulos financieros opacos, convertidos en “activos tóxicos” con la crisis del otoño de 2008, pesan sobre los presupuestos. El hecho que ellos fueran comprados ejemplifica, por supuesto, el hecho de que el fetichismo del dinero no es característico solamente de los traders puesto que se impone también en el juicio de los electos y las administraciones locales. Pero los bancos sabían perfectamente los riesgos que les hacían tomar, el juego del casino en el cual los hacían ingresar. El suplemento de endeudamiento contraído por las municipalidades, debido a la compra de títulos podridos, tiene que ver con las “deudas odiosas”.

La noción más amplia de deuda ilegítima me parece que se ajusta más a la deuda de los países capitalistas avanzados, en particular los de Europa. Esta es también la posición de los militantes del Comité por la anulación de la deuda del tercer mundo (CADTM)9. Los factores que se esgrimen más frecuentemente se vinculan con las condiciones que condujeron a que un país acumula una deuda elevada se ponga en manos de los mercados financieros. Aquí, la ilegitimidad tiene su fuente en tres mecanismos: los gastos elevados tienen el carácter de regalos hechos al capital; un bajo nivel de fiscalidad directa (impuestos sobre la ganancia, el capital y los ingresos de las empresas) y su muy débil progresividad; una importante evasión fiscal. Estos tres factores se reencuentran tanto en el caso de Grecia como en el de Francia, y por supuesto también en el de todos los países hoy atacados por los fondos especulativos y los bancos. En el caso de Francia, la deuda nació, a partir de 1982, del regalo que se hizo al capital financiero con las nacionalizaciones del gobierno de la unión de izquierda. Su crecimiento se unió luego al movimiento de liberalización financiera, que en su primera fase de los años 1980 estuvo marcado por tasas de interés reales muy altas; el endeudamiento del estado se origina en la debilidad de la fiscalidad directa (impuesto sobre los ingresos e impuesto sobre las impresas) y en la evasión fiscal. En lugar de enfrentar a los grupos sociales beneficiados y con recursos, los gobiernos del Partido Socialista, tal como los del RPR-UMP, han “esquivado” el problema de la manera más favorable al capital y la riqueza. Se les concedieron préstamos a quienes se dejaba de aplicar tasas. Los impuestos al capital y a los altos ingresos fueron reducidos primero con prudencia, y luego, bajo los gobiernos Jospin, Raffarin y de Villepin, de un modo aún más fuerte, con la multiplicación de 1000 de los fiscales, con el Bouclier fiscal, con mecanismos que restituyeron a los más ricos una parte del impuesto. Analizar los orígenes de la deuda de Francia ayudará a precisar la noción de deuda ilegítima y por lo tanto a plantear la cuestión de su anulación, no solamente desde un punto de vista económico, sino como una cuestión política con fundamento ético.

Pero la ilegitimidad está basada también en la naturaleza de las operaciones de “préstamo” que es preciso “honrar”, por las cuales se requiere pagar elevados intereses y asegurar su reembolso. La obligación de pagar la deuda se basa, implícitamente, es necesario repetirlo, en esta idea de que los montos, fruto de un ahorro pacientemente amasado por un duro trabajo, habría sido prestado. Este puede ser el caso de los ahorros de los hogares o de los fondos de los sistemas de pensión por capitalización. Pero no es el caso de los bancos o de los Hedge Founds. Cuando éstos “prestan a los Estados” comprando los Bonos del Tesoro emitidos por los ministerios de finanzas, se trata de sumas ficticias que se ponen a disposición en base a la red de relaciones y transacciones interbancarias. La transferencia de riqueza, la que nace del trabajo, se produce en el otro sentido. La deuda y el servicio de los intereses son un componente de la “bomba financiera”, bautizada por Frederic Lordon en homenaje a Jarry y a su Padre Ubu. La naturaleza económica y las sumas prestadas son un factor más que cuestiona la legitimidad de la deuda pública.

Auditoría y anulación de la deuda pública


El CADMT sostiene, desde siempre, la necesidad de la auditoría de la deuda como etapa hacia su anulación; el objetivo de la auditoría es identificar los factores que permiten caracterizar la deuda como ilegítima, así como aquello que justifican o incluso exigen, pese a todo el reembolso de una fracción de la deuda a algunos acreedores. Yo no estaba demasiado convencido hasta que los militantes griegos demostraron su alcance. Hasta entonces, el único ejemplo de auditoría fue el realizado en Ecuador en 2007: fue como resultado de una decisión gubernamental, el presidente Rafael Correa quería conocer las condiciones en las cuales la deuda del país había sido concebida. La auditoría permitió al gobierno decidir la suspensión del reembolso de la deuda, constituida por títulos de la deuda con vencimiento, algunos en 2012, y otros en 2030. Forzó así a los banqueros, sobre todo norteamericanos, poseedores de los títulos a negociar. Ecuador pudo recomprar títulos estimados en 3,2 mil millones de dólares por un monto algo menor a mil millones de dólares. En Europa no es concebible un escenario similar al del Ecuador. La reivindicación de moratoria inmediata y de la auditoría preparatoria de la anulación debe ser dirigida evidentemente a los partidos políticos en ocasión de las campañas electorales. Los militantes, y tal vez incluso algunos dirigentes, serán sensibles. Sin embargo, estas reivindicaciones solamente pueden ser sostenidas por comités del tipo como los que han nacido durante la campaña de 2005 contra el proyecto de tratado constitucional europeo o, más recientemente, por el problema de la jubilación. Sólo hay un país en el que se ha creado un Comité nacional que permite la constitución de comités locales: se trata de Grecia, donde se conformó el comité griego contra la deuda. Veamos cómo define sus objetivos10.

La auditoría debe deuda y ejercicio de los derechos democráticos


“El primer objetivo de una auditoría es clarificar el pasado (...) ¿Qué pasó con el dinero de esos préstamos, en qué condiciones se establecieron esos préstamos? ¿cuántos intereses fueron parados, a qué tasa, que parte del capital fue ya reembolsado? ¿cómo se infló la deuda sin que ella sirviese el pueblo? ¿qué camino siguieron los capitales? ¿a quiénes sirvieron? ¿qué parte fue desviada, por quiénes y cómo? ¿quién prestó y cuál fue su rol? ¿cómo quedó comprometido el Estado, mediante cuál decisión y a título de que? ¿quién encaró proyectos irrealizables, quién empujó en ese sentido y quién los aprovechó? ¿qué delito, o incluso crímenes, fueron cometidos con ese dinero? ¿por qué no se establecieron las responsabilidades civiles, penales y administrativas?

La auditoría de la deuda pública no tiene nada que ver con la caricatura que la reduce a una simple verificación de números hecha por contadores rutinarios. Los partidarios de las auditorías invocan siempre dos necesidades fundamentales de la sociedad: la transparencia y el control democrático del Estado y de los gobiernos por los ciudadanos. Se trata acá de necesidades referidas a los derechos democráticos más elementales, reconocidos por el derecho internacional, aunque violados permanentemente. El derecho de control de los ciudadanos sobre los actos de aquellos que los gobiernan, de ser informados sobre todo lo referido a su gestión, como sus objetivos y sus motivaciones, es intrínseco a la democracia misma, puesto que emana del derecho fundamental de los ciudadanos a ejercer su control sobre el poder y participar activamente en los asuntos comunes. (…) Esta permanente necesidad de transparencia en los asuntos públicos adquiere en la época del neoliberalismo más salvaje y de corrupción sin frenos ––sin precedente en la historia mundial–– adquiere una enorme importancia suplementaria que se transforma en una necesidad social y política completamente vital. El ejercicio de los derechos democráticos de los ciudadanos, considerados siempre como “elementales”, es visto por los gobernantes casi como una declaración de guerra a su sistema llevada a cabo por “los de abajo”. Y naturalmente, es tratada en consecuencia de manera represiva (...). La auditoría de la deuda externa adquiere una dinámica socialmente saludable, políticamente casi subversiva. La utilidad de una auditoría no puede resumirse únicamente a la defensa de la transparencia y la democratización de la sociedad. Va mucho más lejos, puesto que abre el camino a un proceso que podría revelarse extremadamente peligroso para el poder establecido, y potencialmente liberador para la aplastante mayoría de los ciudadanos! En efecto, al exigir abrir y auditar los libros de la deuda pública, y mejor todavía abriendo y auditando estos libros, el movimiento de la auditoría ciudadana se atreve a lo “impensable”: penetra en la zona prohibida, en el más sagrado santuario del sistema capitalista, allí donde, por definición no se tolera ningún intruso!” (subrayado en el original).

Así comprendida, la reivindicación de auditoría de la deuda y sobre todo el inicio de su implementación mediante la creación de comités, como instancias populares donde las pruebas de la ilegitimidad serían reunidas y debatidas, constituirían un formidable instrumento de “redemocratización”11.

Tratándose de los tenedores de la deuda pública, generalmente se esgrime la salvaguarda del pequeño ahorro, con una objeción importante, como un cálculo determinante. Esto no plantearía ningún problema. Durante las declaraciones de impuestos directos, los bancos calculan en detalle los montos correspondientes a diferentes formas de ahorro de los hogares. Ello podría ser garantizado, porque no representan más que una minúscula parte de las “ acreencias” reclamadas. La anulación de la deuda pública no puede evidentemente ser una medida de manera aislada. Aquí pondremos en primer lugar el acento, muy brevemente, en dos aspectos. El primero es la apropiación social de los bancos y de su reconfiguración, de modo tal de restablecer sus funciones esenciales de creación de determinadas formas ilimitadas de crédito, y ponerlas al servicio de la economía. El segundo es la reconfiguración de la fiscalidad, que debe dejar de caer pesadamente sobre los asalariados y las capas populares. Los sindicatos, SNUI y Sud Trésor tienen proposiciones bien elaboradas. Igualmente importante es la utilización que se hace del impuesto, nacional o localmente percibido. El control democrático del uso del impuesto ha pasado a ser puramente formal.

Más en general, la cuestión es la que está definida en este documento griego, es decir la creación de una dinámica política en la cual aquellas y aquellos que han mostrado, repetidamente, una fuerte capacidad de movilización debían apoyar la campaña por la anulación como una cuestión esencial que condiciona el futuro. En Francia, pero también en toda Europa, los asalariados están confrontados a las cuestiones cruciales del empleo y de la precarización. Su solución pasa por el control social de la inversión. No puede seguir dependiendo de estrategias de maximización de las ganancias de las grandes empresas. La satisfacción de las necesidades sociales apremiantes tiene como contexto la crisis ecológica en todas sus dimensiones. Es indispensable que esté basada en profundas transformaciones en los modos técnicos de producción, en la industria y en la agricultura. El financiamiento sería asegurado por el impuesto y el crédito bancario controlado. La “sobriedad energética” y la desmercantilización serían su complemento. La liberalización de los intercambios, cuyo costo ecológico es inmenso, es un pilar del capitalismo financiero erizado. El control social de la inversión permitiría la relocalización de múltiples actividades y un acortamiento de las cadenas de aprovisionamiento, de producción y de comercialización. La anulación de las deudas en los países cuyos pueblos se movilizarían para imponerlas crearían las condiciones de una real “salida de la crisis”.

Aferrar la oportunidad del combate en varios países


La campaña contra la deuda no puede hacerse “por encargo”. El pueblo griego no puede hacerla por los otros pueblos europeos. Las agencias calificadoras no se encarnizan todavía con Francia; esta no sufre todavía significativas subas en las tasas de interés. Pero el imperativo de “la deuda a honrar” no deja de caer pesadamente sobre la situación económica y social, así como sobre la vida política francesa. Tanto el gobierno como los dirigentes del UMP y el Partido Socialista, así como los partidos llamados centristas, repiten día a día que la decencia exige a los ciudadanos que “acepten sacrificios” para que Francia pague sus deudas. Sólo difieren en la manera exacta de hacerlo, sobre la mejor policy mix. La deuda obstruye el futuro de las clases populares, por supuesto, pero también de toda la sociedad. Llevar adelante la campaña por la anulación no está más allá de la capacidad del movimiento social francés. La movilización que centenares de miles de personas realizaron el otoño último por las jubilaciones coloca a las asociaciones, a los sindicatos y a los partidos franceses en una situación de especial responsabilidad. El rechazo de los trabajadores franceses a pagar la deuda, sería también el apoyo internacionalista más eficaz que podrían dar a los de Grecia, de Portugal, de Irlanda. Una campaña popular impulsada por comités por la moratoria inmediata y la auditoría de la deuda, prepararía al movimiento social para nuevos episodios de la crisis financiera. Los publicistas y los responsables políticos que hoy preconizan la reestructuración de la deuda de Grecia e Irlanda reconocen que los riesgos que los adversarios subrayan son reales. La vulnerabilidad sistema financiero europeo, pero también mundial, hace posible una nueva crisis. La quiebra de sectores enteros de sistema bancario no está excluida. En países en los que el pago de la deuda esté cuestionado por el movimiento social, los trabajadores y los jóvenes volcados de diversas maneras hacia las cuestiones “políticas” estarían preparados, al menos parcialmente.

Uno de los grandes argumentos de los partidarios de la salida del euro es que quienes apuestan al movimiento social europeo persiguen una quimera. El desafío es aferrar la ocasión para su nacimiento. Varios países están confrontados muy duramente al problema de la deuda. Otros más lo estarán después. Todos están sometidos a políticas económicas y monetarias pro cíclicas. Incluso la Confederación Europea de Sindicatos estuvo obligada a desvincularse de la Comisión Europea y del Banco Común Europeo. Están dadas las condiciones para que exista la oportunidad de construir entre los ciudadanos de los países de Europa una verdadera unión. La solución progresista no es salir del euro. Consiste en ayudar a la convergencia de las luchas sociales y políticas, llevadas adelante hoy de manera dispersa, hacia un objetivo de control social democrático común de sus medios de producción y de cambio, y por lo tanto también del euro. “Tomar los bancos”! Sí, en todos los países en los que el movimiento tenga fuerza; sí, incluyendo entre ellos al Banco Común Europeo.

La campaña por la anulación de las deudas públicas europeas debe estar acompañada, por supuesto, por la anulación de la deuda de los países del sur, en manos de los bancos de los fondos de inversión europeo. Para los pueblos de los países europeos, esta campaña es un paso obligado y también un trampolín. Paso obligado, porque ninguna política mínimamente progresista, tanto a nivel social como en el plano ecológico, puede ser conducida, ninguna gran inversión puede ser hecha mientras se mantenga la sangría del servicio de los intereses. Trampolín, porque toda victoria alcanzada en este terreno constituiría un verdadero sismo para el capitalismo mundial. La anulación de las deudas modificaría profundamente las relaciones de fuerza políticas entre trabajo y el capital. Liberaría los espíritus a “la amplitud de lo posible”. Cuando se presenta una ocasión como ésta, ¿no hay que tomarla...?



1 Robert Guttmann; How Credit-Money Shapes the Economy, M.E. Sharpe, Armonk, Nueva York, 1944, pág. 33.

2 FMI, Rapport sur la stabilité financiere dans le monde, Note interimaire, Actualité des marchés, enero 2011.

3 FMI, Global Financial Stability Report, abril 2011, capítulo uno, tabla 1.1.

4 Palabras de José Vinals, citadas por Martine Orange, Mediapart, 15 abril 2011.

5 Fréderic Lordon, “Pas détruire les banques, les saisir!”, La pompe à Phynance, blog.mondedplo.net/2010-12-02

6 http://www.cadmt.org/Dette-odieuse/

7 Ver Global Economic Growth Report, Toronto, julio 2003.

8 “Préts toxiques: les élus s’allient pour attaquer les banques”, Le Monde, 9 marzo 2011.

9 Ver Eric Toussaint, “Face à la dette du Nord, quelques pistes alternatives”, www.cadtm.org/, 19 de enero 2011.

10 Yirgos Mitralias; “Face a la dette: l’apetit vient en auditant!...” 12 abril 2010 (www.cadmt.org/). El autor es el principal animador del comité griego contra la deuda.

11 En oposición a la desdemocratización nacida del neoliberalismo. Ver Wendy Brown; Les Habits neufs de la politique mondiale, traducción de Christine vivier, Les Prairies ordinaires, París, 2007, y también Pierre Dardot y Christian Laval; La nouvelle raison du monde. Essaie sur la societé neoliberale.




Chesnais, François. Profesor emérito en la Universidad de París 13-Villetaneuse. Destacado marxista, es parte del Consejo científico de ATTAC-Francia, director de Carré rouge, y miembro del Consejo asesor de Herramienta, con la que colabora asiduamente. Es autor de La Mondialisation du capital y coordinador de La finance mondialisée, racines sociales et politiques, configuration, conséquences. La finance capitaliste, último libro bajo su dirección, acaba de ser publicado por Ediciones Herramienta. E-mail: chesnaisf@free.fr *

martes, 30 de agosto de 2011

Wall Street reloaded





Por Yosi Truzman *

Curioso mercado este que tenemos. Nos pasamos la mayor parte del tiempo creyendo que los múltiples problemas a los que se enfrenta la economía y, por ende, las Bolsas son temporales y, de repente, la psicología general, incluso la de los profesionales del sector, cambia radicalmente.
Sin pretender ser repetitivo, había que ser muy inocente para pensar que las múltiples señales de debilidad no iban a terminar pasando factura. Los indicadores macroeconómicos no han hecho otra cosa que empeorar y empeorar desde febrero y sin embargo nos hemos querido creer que este empeoramiento era coyuntural y consecuencia del terrible terremoto y tsunami que asoló Japón en marzo. ¿Recuerdan este gráfico?



Este es el gráfico que permite comparar la evolución del índice de sorpresas macroeconómicas en los EEUU elaborado por Citigroup (línea roja) y el índice S&P500. A mediados de marzo, poco después del terremoto de Japón, los indicadores macro empezaron a sorprender muy negativamente. Tan negativamente que a finales de mayo se perforó el nivel alcanzado en agosto del año pasado, momento en el que Bernanke anunció la posibilidad de implantación del QE2 lo que provocó que el S&P500, que cotizaba en el entorno de los 1.050 puntos por aquel entonces, iniciase un proceso alcista espectacular que lo llevó a los entornos de los 1.350 puntos.
Sin embargo, el índice no reaccionó. Incluso se permitió el lujo un par de meses más tarde marcar máximos por encima de los anteriores a pesar de que se trataba del momento en el que la macro alcanzó las peores lecturas del periodo. "Aquí no pasa nada". "Se trata la ruptura de la cadena de suministros consecuencia del terremoto". "Esto es sólo un bache temporal". Todas estas afirmaciones eran el pan nuestro de cada día las cuales se sustentaban en la expectativa de que los resultados empresariales seguirían apoyando las cotizaciones.
Pues bien. Los resultados del mes de julio pueden calificarse sin temor a equivocarse de buenos y, sin embargo, no han servido para evitar la sangría del mes de agosto. ¿Qué ha cambiado en estas pocas semanas? Por un lado el final del QE2 hace que se haya terminado el proceso dirigido a crear efecto riqueza. La compra de bonos por parte de la Fed permite mantener los tipos de interés de la parte larga de la curva de tipos bajos lo que genera demanda en activos que ofrecen una mayor rentabilidad, provocando con ello la subida de la Bolsa que, a su vez, genera la sensación de hacernos más ricos.
Por otro lado, se ha extendido la percepción de que la ralentización en el crecimiento económico no es un proceso coyuntural lo que ha generado una revisión generalizada de las expectativas de crecimiento para el segundo semestre de este año y, sobre todo, para el 2012 (algunas casas de análisis internacionales han reducido su expectativa de crecimiento para Europa del 2,5% para 2012 al 1%!!).
Estos elementos han provocado que se estén revisando las expectativas de ingresos de las empresas y, por lo tanto, la de sus beneficios futuros. Y, obviamente, las compañías que mantenían las expectativas más exigentes eran las que más exportan fuera de sus fronteras nacionales; es decir, las compañías alemanas. Este es el motivo por el cual el índice de referencia alemán ha sido el más castigado en el mes de agosto.


En este gráfico se analiza la evolución del Futuro continuo del DAX en base diaria desde marzo de 2009. Se ha escogido esta fecha porque se trata del momento en el que se inició la tendencia alcista que ha prevalecido a lo largo de más de 2 años.
Según la Teoría de Dow, una tendencia alcista se define como una sucesión de máximos y mínimos crecientes. La tendencia se mantiene vigente mientras no se rompa esta estructura; es decir, mientras los máximos decrecientes y, sobre todo, los mínimos crecientes sean respetados en los inevitables procesos correctivos intermedios.
En este caso se aprecia que el primer gran máximo creciente de la estructura alcista se alcanzó a principios de junio de 2009 en los 5.179 puntos. Se debe resaltar que no lejos de este nivel, en los 5.130 puntos, se encuentra el 61,8% de retroceso de todo el movimiento alcista completo. El primer gran mínimo creciente se fijó un mes más tarde, ligeramente por encima de los 4.500 puntos.
El siguiente tramo alcista es más complejo de analizar. El máximo creciente relevante se ha fijado ligeramente por debajo de los 6.400 puntos, nivel alcanzado en abril del año pasado. Se ha fijado ahí porque se trataba de uno de los mínimos decrecientes de la tendencia bajista principal previa, la desplegada entre 2007 y 2009, y porque el índice entró en un largo periodo de consolidación triangular. Dentro de este tramo es complejo determinar un mínimo decreciente relevante. Sin embargo, cabe resaltar los 5.316 puntos marcados en noviembre de 2009.
Este nivel es importante porque de entre todos los mínimos crecientes desplegados desde julio de 2009 hasta alcanzar la resistencia de los 6.400 puntos, es el único que perforó el último mínimo creciente anterior. No es casualidad, por tanto, que el desplome del mes de agosto se haya detenido a unos pocos puntos de este nivel. El siguiente mínimo creciente se fijó en marzo de este año en los 6.412 puntos, no lejos del máximo creciente principal anterior lo que nos indicó la inversión de papeles que se produjo sobre este nivel.
La caída del mes de agosto ha perforado la zona de los 6.400 puntos; es decir, la zona en donde se encontraba el último gran mínimo y máximo creciente de la estructura alcista previa. Se puede por tanto asegurar que la tendencia alcista previa ha quedado completamente anulada y que esta zona pasa a ser ahora la principal resistencia del índice.
Una vez determinado este punto, es clave determinar en qué punto del proceso correctivo se encuentra el índice.



En este gráfico se analiza la parte final del gráfico anterior. En otras palabras. Se observa la evolución del gráfico diario a lo largo de los últimos meses.
El actual proceso correctivo se inició en la primera parte del mes de julio. Desde esas fechas es fácil determinar la existencia de un descuento de ondas de Elliott completo. La onda 1 habría terminado a mediados de julio. La onda 2 a finales de julio. La onda 3 es la más larga y explosiva y habría terminado el 11 de agosto. La onda 4 unos pocos días después. Y la onda 5 habría concluido el viernes de hace 2 semanas tras haber alcanzado el entorno del mínimo creciente anterior principal (5.316) y habiendo formado una figura de suelo relevante, un "hammer" o "martillo".
Este escenario se mantendrá vigente siempre que el mínimo del martillo (5.346) no sea perforado. En caso contrario, la Onda 5 no habría aún terminado lo que podría llevar el índice a la importantísima zona de soporte situada entre el primero de los máximos crecientes de la estructura alcista principal previa (5.179) y el 61,8% de todo ese proceso (5.128). Sin embargo, en la medida en la que el mínimo del "hammer" sea respetado, la probabilidad de estar ante un suelo relevante de medio plazo es elevada.
Este suelo debería dar lugar a un proceso de rebote que, en el mejor de los casos, podría conducir al índice a la que ahora es la principal resistencia del índice, el entorno de los 6.400 puntos. Pero este proceso será probablemente lento y se caracterizará de un movimiento lateral previo con varias idas y venidas que podrían desembocar en un proceso de rebote más importante pasadas varias semanas. Los niveles de resistencia intermedio con los que el índice se enfrentará serán el 5.780 y, sobre todo, los 6.085 puntos.
Una vez analizado el índice más castigado de Europa, es clave determinar la estructura técnica del principal índice norteamericano para determinar si las conclusiones a las que se llega en Europa están apoyadas por el S&P500.


En este gráfico se analiza la evolución del Futuro continuo del S&P500 en base diaria. Los puntos más relevantes a destacar son los siguientes:
1. A lo largo de la primera mitad del 2011 el índice ha estado construyendo una potencial figura de techo, un Hombro Cabeza Hombro. Esta estructura quedó validada a principios del mes de agosto al perforarse consistentemente su línea clavicular situada en los 1.250/1.255 puntos.
2. El desplome del mes de agosto perforó el último máximo creciente principal de la estructura alcista general que se inició en marzo de 2009. Este máximo está situado en los 1.216, nivel alcanzado en abril de 2010. Se intentó superar sin éxito a principios de noviembre del año pasado logrando superarse consistentemente a principios de diciembre de ese mismo año.
La ruptura del máximo creciente principal es la segunda señal, después de la ruptura de la base del canal principal, que indica el posible fin de la tendencia alcista general. SIN EMBARGO, NO SE PODRA ASEGURAR UN CAMBIO DE TENDENCIA GLOBAL MIENTRAS NO SE PERFORE EL ULTIMO MINIMO CRECIENTE GENERAL EL CUAL SE SITUA ENTRE LOS 1.002 Y LOS 1.026 PUNTOS.
En consecuencia, si bien la probabilidad de cambio de tendencia general se ha incrementado, es aún pronto como para poder asegurarlo. En el corto plazo, la probabilidad de haber formado un suelo relevante es elevada. Los motivos son los siguientes:
1. El objetivo del H-C-H formado a lo largo de la primera parte de 2011 se sitúa en los 1.130 puntos.
2. El desdoblamiento del canal bajista que se puede construir desde mayo y que se perforó en agosto tiene por objetivo el entorno de los 1.130 puntos.
3. En el 1.130 se encuentra el primer máximo creciente del tramo alcista de grado menor iniciado en julio de 2010. Este punto representaba por aquel entonces el último máximo decreciente del proceso bajista iniciado en abril de 2010.
4. Ligeramente por encima de este nivel se encuentra el 61,8% de retroceso del tramo alcista desplegado entre julio 2010 y mayo 2011.
Si bien es cierto que a lo largo del mes de agosto el nivel de los 1.130 ha sido perforado en varias ocasiones, hay que resaltar que no se ha perforado de manera consistente en ningún momento. Cada vez que ha habido un cierre por debajo de esta cota, la reacción alcista no se ha tardado en surgir. Por lo tanto, mientras no aparezcan cierres consistentes por debajo del 1.130 se debe considerar este soporte que aparece por múltiples estudios como vigente.
Por último, si se analiza desde un punto de vista de ondas de Elliott desde principios del mes de julio se llegará a la conclusión de que la estructura es muy similar a la analizada para el DAX salvo por un pequeño detalle. Este detalle no es otro que el hecho de que en el caso del S&P500 el mínimo del 11 de agosto no se perforó el 22 de agosto. Sin embargo, esto no es un problema desde este punto de vista analítico puesto el mínimo del 22 de agosto podría ser un fallo de onda 5.
En conclusión, la estructura técnica del S&P500 y del DAX indican una alta probabilidad de cambio de tendencia general que, sin embargo, aún no ha sido completamente confirmada. A corto plazo, ambos índices indican la posible aparición de un suelo de corte temporal que podría ser vigente para lo que queda de año, lo que permitiría un lento proceso de rebote caracterizado por movimientos laterales en los plazos más cortos a lo largo de los próximos meses. Sin embargo, ambos índices indican que la presión bajista de largo plazo debería seguir con lo que se debería aprovechar un rebote a los niveles más significativos de resistencia (entornos del 6.400 y del 1.250 respectivamente) para abrir posiciones cortas de cara al año 2012.


Es uno de los más prestigiosos analistas técnicos del mercado español. Cuenta con una extraordinaria experiencia en trading de activos financieros. Tras varios años centrado en la renta fija, desde 1999 se ha dedicado a seguir a diario la evolución de las bolsas. *