viernes, 18 de noviembre de 2011

Los banqueros aplastan la democracia griega

 Por Dean Baker *


El primer ministro griego Papandreu desencadenó una tormenta la pasada semana cuando propuso poner el paquete de austeridad dictado por la troika (el FMI, el BCE y la UE) a votación popular. La idea de que el pueblo griego pudiera ser capaz directamente de decidir su futuro aterrorizó a los líderes de toda Europa y del mundo. Los mercados financieros se sumieron en el pánico, enviando las acciones a caídas vertiginosas y los bonos a grandes subidas.
Sin embargo, al final de la semana las cosas estaban bajo control. Los líderes de Francia y Alemania aparentemente impusieron su criterio a Papandreu que renunció a los planes para realizar el referéndum. Mientras que el gobierno de Grecia está en pleno proceso de colapso, el mundo puede ahora estar seguro de que el pueblo griego no tendrá la oportunidad de votar su propio futuro.
Todo ello es una desgracia ya que significa que el futuro de Grecia será decidido por políticos que probablemente no tienen los intereses de los griegos de forma prioritaria en sus mentes. Por sus propias proyecciones, el paquete de austeridad diseñado por la troika promete una década de austeridad, con alto desempleo, caída de los salarios reales y grandes reducciones de los servicios públicos y de las pensiones. Y sus proyecciones han demostrado reiteradamente ser demasiado optimistas.
¿Apoyaría el pueblo griego, de tener la oportunidad de hacerlo, este tipo de paquete de austeridad? La respuesta depende obviamente de la alternativa.
La ruta alternativa significa casi con certeza un desordenado impago de deuda y una salida del euro. No se trata de un cuadro muy bonito. Si Grecia sigue el camino de Argentina, el último país que hizo una ruptura similar, entonces la economía seguramente estará casi en caída libre por un tiempo. La duración de esta caída libre dependerá de cuanto tiempo tarde el gobierno para conseguir una nueva moneda y construir alguna fórmula provisional para convertir en la nueva moneda los contratos ahora en euros.
En Argentina este período fue de tres meses, con otros tres meses adicionales de estancamiento antes de que la economía empezara un auge sostenido. El proceso podría ser más difícil en Grecia tanto por su ligazón más fuerte con los países de la eurozona como también porque Argentina tenía al menos su propia moneda.
Sin embargo, en el caso de Grecia, tal ruptura no sería imposible. Habría un deseo de tener la nueva moneda. El gobierno solamente debería imponer un nuevo impuesto sobre la propiedad que fuera pagable únicamente en la nueva moneda.
La gente querrá conservar la propiedad frente al mar en las islas griegas o al pie de la Acrópolis, así que habrá demanda de la moneda. También, la perspectiva de un boom turístico, una vez que los precios caigan un 50% respecto a Italia, España y otros destinos populares, proporcionará mucho apoyo a la economía griega.
Si el pueblo griego puede convencerse a si mismo de una alternativa plausible, entonces podrían hacer unas pocas demandas a la troika. Primera, podrían decir que 10 años de permanente austeridad no es aceptable.
Sí, los griegos han sido imprudentes prestatarios, pero los bancos europeos también han sido imprudentes prestamistas. Es verdad que el gobierno griego había mentido acerca de su situación presupuestaria. Sin embargo, los tipos financieros aseguran que todo el mundo sabía que mentían y ellos les seguían el juego. Goldman Sachs diseñó incluso una ingeniosa permuta financiera (swap) que le permitió aprovecharse de las mentiras.
En lugar de la austeridad, el pueblo griego puede insistir en que el BCE se centre en un programa de crecimiento. Eso significaría que el BCE debería abandonar su obsesión por el objetivo del 2% de inflación y empezar a actuar como un banco central real. El BCE podría empezar por garantizar la deuda de Italia y España, ambos con el riesgo de una creciente y mortal espiral de la tasa de interés si no existe una garantía creíble detrás de su deuda.
También puede empezar presionando por políticas más expansionistas. Es siempre difícil admitir cuándo estás equivocado, pero la política de crecimiento del BCE-FMI mediante la austeridad no está funcionando. Cada mes tenemos más pruebas de este hecho con datos que muestran que el crecimiento es menor de lo esperado y el desempleo es mayor también de lo esperado. ¿Hay alguna evidencia que pudiera llegar a estas personas para cambiar sus mentes antes de que destruyan la economía europea? Quizás el pueblo griego podría haber forzado a la troika a ver realmente los datos.
Habría otros potenciales divertimentos en estas negociaciones. El pueblo griego, que ha sido forzado a aceptar la ampliación de la edad de jubilación y unas pensiones más bajas, puede sugerir lo mismo para los economistas del FMI. Estos tipos tan hacendosos pueden a menudo jubilarse de sus puestos de trabajo a los 50 años. En lugar de las magras pensiones griegas de unos pocos centenares de euros al mes que fastidiaban tanto a los banqueros, la pandilla del FMI se mete en el bolsillo pensiones cercanas a 10.000 dólares al mes. Quizá las pensiones del FMI se hubieran cuestionado si el pueblo griego realmente tuvo que ser convencido de que el rescate fue por su propio bien. 
Pero la oportunidad para que el pueblo griego participara en la discusión fue rápidamente vetada. Estamos de nuevo ante un diálogo entre banqueros y políticos. No hay mucho espacio para la democracia en este cuento, pero aún podemos soñar.


Codirector del Center for Economic and Policy Research (CEPR). Es autor de varios libros, el último de los cuales es  False Profits: Recovering from the Bubble Economy *

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