La explosión de la riqueza y los ingresos extremos está exacerbando la desigualdad y dificultando la capacidad mundial para atajar la pobreza, según advierte hoy la organización internacional Oxfam, Intermón Oxfam en España, en un comunicado hecho público a pocos días del Foro Económico de Davos, que tendrá lugar la semana que viene.
Los 240.000 millones de dólares de ingresos netos de las 100 personas más ricas del planeta bastarían para acabar cuatro veces con la pobreza extrema, según el informe ‘The cost of inequality: how wealth and income extremes hurt us all (El coste de la inequidad: cómo la riqueza y los ingresos extremos nos dañan a todos). El informe de Oxfam hace un llamamiento a los líderes mundiales para contener los ingresos extremos y que se comprometan a la reducción de la desigualdad, al menos hasta los niveles existentes en 1990.
El 1% de las personas más ricas del planeta han incrementado sus ingresos en un 60% en los últimos 20 años y la crisis financiera no ha hecho más que acelerar esta tendencia, en lugar de ralentizarla.
Oxfam advierte de que la riqueza y los ingresos extremos no solo no son éticos, sino que además son económicamente ineficientes, políticamente corrosivos, dividen a la sociedad y son medioambientalmente destructivos.
José María Vera, director general de Intermón Oxfam, afirma: “No podemos seguir fingiendo que la generación de riqueza por unos pocos beneficiará al resto – y muchas veces la realidad es la contraria.
“La concentración de recursos en las manos del 1% más rico debilita la actividad económica y hace la vida más difícil para el resto – particularmente para los más vulnerables y los más pobres.”
“En un mundo en el que incluso los recursos más básicos, como la tierra y el agua son cada día más escasos, no podemos permitirnos concentrar activos en las manos de unos pocos y dejar a la mayoría pelear por lo que queda.”
Se estima que cada persona del 1% más rico utiliza unas 10.000 veces más carbono que un ciudadano norteamericano medio.
Oxfam afirma que los líderes deben aprender de los éxitos actuales de países como Brasil, que ha crecido rápidamente al tiempo que reducía la desigualdad – así como el éxito histórico de los Estados Unidos en los años 30 cuando se implantó el New Deal de Roosevelt que ayudó a reducir la desigualdad y a atajar los intereses espurios.
Según Vera, “necesitamos un New Deal global para revertir décadas de incremento de la desigualdad. Como primer paso los líderes mundiales deberían comprometerse formalmente a reducir la desigualdad a los niveles existentes en 1990”.
“Desde paraísos fiscales hasta débiles leyes de empleo, los más ricos se benefician de un sistema económico global que está amañado a su favor. Es hora de que nuestros líderes cambien el sistema para que funcione en el interés de toda la humanidad en lugar de hacerlo para una élite mundial”.
Acabar con los paraísos fiscales – que albergan cerca de 32 billones de dólares (o una tercera parte de la riqueza global) podría generar 189.000 millones de dólares adicionales en recaudación impositiva. Además, el New Deal debería incluir elementos como:
- Revertir la tendencia hacia sistemas fiscales regresivos
- Aplicar un tipo mínimo global a las empresas
- Medidas que incrementen los salarios en relación con los rendimientos crecientes del capital
- Incrementar las inversiones el los servicios públicos universales y en redes de protección
La desigualdad en España
Intermón Oxfam presentó diciembre pasado el informe “Crisis, desigualdad y pobreza” en el que alertaba de la creciente desigualdad entre ricos y pobres en España. Tras cuatro años de crisis España encabeza el nivel de desigualdad en la Unión Europea, y de no rectificarse el rumbo, dentro de diez años el 20% de las personas más ricas en España ingresarán 15 veces más que el 20% más pobre.
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