miércoles, 12 de junio de 2013

Hablemos de impuestos y grandes fortunas






Por Sam Pizzigati
Sin Permiso





Un nuevo informe muestra como los bolsillos más poderosos de América se están quedando grandes cantidades de dinero del Sistema Tributario de los Estados Unidos mediante amplias desgravaciones fiscales sobre la renta. La ausencia de impuestos sobre el patrimonio hace que todavía se queden más dinero.

Hace 100 años, en 1913, el Congreso incluyó en la ley un impuesto de la renta a nivel federal. Los legisladores han ido implantando los impuestos desde un inicio haciendo en varios momentos ‘la vista gorda’, y esto nos acaba tocando a todos nosotros a la hora de pagar impuestos en un momento u otro.

Estos descuentos pueden resultar muy útiles. Por ejemplo: si te compras una casa, puedes deducir los intereses de la Hipoteca de tus impuestos. Si levantas una familia puedes pedir un crédito para tus hijos. Si te retiras, puedes excluir los ingresos de la Seguridad Social de tus impuestos.

Y si ganas una fortuna en el mercado bursátil, sólo deberás pagar a mitad del precio normal los impuestos de tus inesperadas ganancias.

Pero, ¿cuánto cuestan todas estas deducciones, créditos, exclusiones y tasas preferenciales de impuestos al Tesoro Federal? El representante y legislador de Maryland Chris Van Hollen quiso saberlo. Preguntó a la no partidista Oficina de Presupuesto del Congreso que calculara cuánto estaba costando exactamente el ‘gasto tributario’ ( la distorsionada etiqueta usada en Washington para hablar de la ya citada ‘vista gorda’).

Van Hollsen también pidió a la Oficina de Presupuesto del Congreso que calculara qué contribuyentes americanos, en relación a su nivel de ingresos, se beneficiaban en mayor medida de estos gastos fiscales.

La semana pasada, la Oficina de Presupuesto del Congreso le contestó con cifras desmesuradas: el top ten en desgravaciones fiscales dentro del Sistema Tributario le ha costado al gobierno federal $900 mil millones en el 2012 y $12 billones a lo largo de la próxima década.

Es más, la mayoría de los beneficios que provienen de estos trillones de ahorro fiscal, reportó la CBO, van a parar de manera directa a la clase más acomodada de América. 

Si el gasto fiscal operara de un modo neutral, el 1% de las personas con ingresos más altos de América recibirían justamente un 1% de los ahorros de los contribuyentes que el gasto tributario genera. De hecho, ha calculado la Oficina de Presupuesto del Congreso, este 1% de los contribuyentes americanos reciben un 17% de los beneficios fiscales.

Si se proyectan estos números durante una década, los ahorros de los americanos más influyentes empezaran a sumar de manera importante. En los próximos diez años, si la ley permanece vigente, el gasto fiscal derramará $3’6 billones en los bolsillos del 5% de los americanos más ricos - y $1’9 billones en los bolsillos del de aquellos hogares que ganan alrededor de $450,000 y se sitúan en este 1% más bien posicionado.

Pero la inmensidad de estos trillones sólo insinúa hasta qué punto la carga fiscal recae en los ricos a nivel global, como sugiere un estudio realizado hace una semana en el Boston Consulting Group.

Algo menos del 5% de los hogares americanos, cuenta este estudio, disponen cada un como mínimo de $1 millón en activos financieros, cuentas de ahorros, cuentas corrientes y similares. 

En el año 2012, el valor neto de este 5% de hogares acomodados bombeó la riqueza financiera americana hasta los $39 billones, un total de un billón de dólares mayor que toda la riqueza financiera sumada de Japón, China y Alemania . Estos suponen los siguientes tres países más ricos del mundo.

Los hogares más ricos de América no pagan impuestos federales de ninguno de esos trillones. ¿Por qué? Porque los Estados Unidos no tienen un impuesto federal anual sobre la riqueza financiera.

Lo que sí tenemos, por otro lado, son impuestos sobre la propiedad inmobiliaria. Este impuesto sobre la propiedad – un impuesto gubernamental a nivel local y estatal- afecta básicamente a la clase media americana. Esto se explica porque la propiedad inmobiliaria corresponde sobre todo a una riqueza de la clase media – en un 66% de mediana según muestra la última ‘Fed figure’.

Por contraste, en lo que atañe al 1% de los hogares más ricos, la riqueza en propiedad sólo representa un 9’4% de la riqueza total.

En otras palabras, en EEUU a día de hoy se cobran impuestos a la riqueza de clase media sobre una base anual. Básicamente se da vía libre a la riqueza de los más ricos.

Otras naciones sí que cobran impuestos sobre el patrimonio a los ricos. Una de estas naciones, Francia, acaba de subir las tasas de los impuestos de riqueza. Con una riqueza alrededor de los $21.5 millones, los hogares franceses están pagando en la actualidad un impuesto sobre el patrimonio de un 2% anual.

¿Cuánto se hubiera recaudado de los hogares multimillonarios de América con un 2% anual? Un estudio realizado por el Centro Deloitte de Servicios Financieros puede ayudarnos a responder. Los investigadores de Deloitte han calculado que los multimillonarios americanos retuvieron en el año 2011 un total de $38.6 billones de activo neto.

El estudio de Deloitte estima que en el año 2020, los hogares de Estados Unidos que tengan un valor de $1 millón o más tendrán $87.1 billones en riqueza. Esto supone cinco veces más que lo que se atribuye anualmente a la deuda federal.  Aplicar un 2% anual de impuestos a estos $87.1 billones recaudaría un total de $1.7 billones. Pensando en perspectiva, la Oficina de Presupuesto del Congreso calcula el impuesto sobre la renta personal sería de un total de $2.16 billones para todos los americanos.

Los números que muestra la Oficina de Presupuesto del Congreso en gasto fiscal, cuenta Chris Van Hollen de Maryland, dejan claro que la actual deducción tributaria federal, los créditos, las exclusiones y las preferencias ayudan de un modo “exageradamente desproporcionado a este 1% de personas con mayores ingresos”. 

La ausencia en América de un impuesto nacional anual para la riqueza de los más ricos supone una desigualdad totalmente asimétrica para los impuestos en general. 



Sam Pizzigati es miembro asociado del Institute for Policy Studies, ha escrito recientemente sobre desigualdad. Su último libro, The Rich Don’t Always Win: The Forgotten Triumph over Plutocracy that Created the American Middle Class, acaba de ser publicado. 


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