Por Vicent Boix *
Si hay un negocio que tiene el futuro garantizado, no
es otro que el de la alimentación. Se puede prescindir de todos los
objetos que nos rodean y que supuestamente nos hacen la vida mejor, sin
embargo, llenar el estómago siempre será una obligación. Así lo han
entendido esas pocas multinacionales que controlan el comercio de
alimentos y los inversionistas que han volcado su dinero en los mercados
agrícolas.