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viernes, 3 de junio de 2011

Perú: Tsunami de la corrupción

Por Carlos Angulo Rivas





Terminado el debate presidencial de los candidatos Ollanta Humala y Keiko Fujimori, la claridad ha emergido de manera substancial. No caben dudas, las dos opciones han tratado de acercarse al centro del espacio poblacional, a fin de ganar a los indecisos y a quienes no están identificados con la política.

Ollanta Humala ha perfeccionado su plan inicial de gobierno a través del consenso con las fuerzas políticas representadas en el Congreso Nacional electo, de allí que su exposición fue más clara y contundente; Keiko Fujimori por su parte insistió en la reivindicación del plan asistencialista de su padre, eficiente para ganar clientela política, principal sustento de la popularidad de esta opción que trata de legitimar la atroz dictadura que vivió el país en los años noventa.

Sin embargo, aunque la prensa levante el tema de los planes de gobierno y la confianza a tener en ellos, y acuse de forma persistente de varios cambios de posición de Ollanta Humala, cuando sólo ha habido un reajuste (hoja de ruta) consensuado con otras fuerzas políticas, el principal enfrentamiento electoral va en otra dirección, la de un ajuste de cuentas con la corrupción y la inmoralidad de los “faenones.” Limpieza versus podredumbre. Tengamos presente que el escenario de estas elecciones peruanas fue provocado por los poderes fácticos. Nada se dejó al azar. Los medios de comunicación, los inversionistas, las mafias partidarias, el dinero de los narcos, el empresariado multinacional y nacional y el gobierno de Alan García, con las instituciones del estado que él digita a través de sobornos o amenazas, se han jugado por entero a la permanencia del modelo neoliberal extremista y corrupto, denominado “perro del hortelano” por el propio presidente. Precisamente, debido a esta alternancia de continuidad corrupta, la inclinación hacia el regreso del fujimorismo, no puede ser más evidente. Los poderes fácticos señalados, en buen romance, desafían la paz social tratando de imponer en la presidencia de la republica a la frondosa mafia de la que son parte constitutiva.

La “guerra sucia” desatada contra Ollanta Humala no es casual, ella tiene una explicación. La táctica de la derecha extrema es crear temor en la población para salirse con la suya, es decir, el reto es mantener la corrupción y la inmoralidad como las columnas vertebrales de hacer negocios y suculentas utilidades. Alberto Fujimori en su época y Alan García por segunda vez, han educado a esta derecha oligárquica favoreciéndola con la obtención del dinero fácil y la coima. En consecuencia, la disociación de ideas, la manipulación de los medios de comunicación pertenecientes a esta oligarquía mafiosa, la satanización premeditada contra Ollanta Humala, con alevosía y ventaja, nada tiene que ver con los planes de gobierno ni el destino de la nación. Sí tiene que ver y mucho, con la supervivencia de las mafias y los estrechos vínculos con la institucionalidad putrefacta del Estado.

El programa inicial o plan de gobierno de Ollanta Humala ha sido neoliberal al cien por cien, aunque con ciertos ajustes en la dirección de mejorar la redistribución del ingreso y apostar por la inclusión de los sectores marginales. En pocas palabras, una apuesta por la participación de los pobres y extremadamente pobres en el crecimiento económico. Por consiguiente, cuando la votación se concentró entre los cinco candidatos que llegaron primeros, nunca hubo “peligro” de caer en la lucha política demarcatoria entre derecha e izquierda, entre capitalismo y socialismo, o entre sistema y antisistema.

De esta suerte, la infame campaña destructiva, demoledora y abusiva, contra Ollanta Humala, para sacar adelante a Keiko Fujimori, la hija del ex dictador sentenciado a 25 años de prisión por sus crímenes y latrocinios, posee en esencia la mentalidad delincuencial de la impunidad, entonces, el todo vale es la consigna. Felizmente, en esta coyuntura singular, la conciencia moral de la patria se ha hecho presente mediante el integro de la intelectualidad nacional, indistintamente de sus simpatías o colores políticos. Reconforta que hombres y mujeres hayan levantado la voz frente a la ignominia que significaría tener a Keiko Fujimori de presidenta de la república y sobre todo al mismo equipo de gobierno (Santiago, Rosa, Keiko y Kenji Fujimori, Yoshiyama, Rey Rey, Aguinaga, Martha Chávez, Cuculiza, Moyano, Trelles, Chlimpler, Joy Way, Hurtado Miller, Jorge Camet, Baca Campodónico, Carlos Bologna, Rafo, etc.) que devastó el país y demolió su institucionalidad mediante la más nefasta y cruenta dictadura habida en el Perú. Mario Vargas Llosa, a pesar de sus críticas iniciales a Humala, es digno reconocerlo, acompaña esta cruzada de salvación moral de la patria.

Los intentos de los poderes fácticos constituidos en mafia se asocian a la violación del estado de derecho por parte del presidente de la república, que actúa como un operador político de Keiko Fujimori mediante las siguientes acciones:

a.Alan García promueve la participación activa del reo Alberto Fujimori y cede las instalaciones de la cárcel dorada en la DIROES, a manera de local central partidario de la candidata Fuerza 2011.

b.Alan García, crea el pánico económico a través del ministro de Economía, anunciando el Apocalipsis financiero, la posible huida de capitales y la falta de inversiones, por supuesto, si se elige a Ollanta Humala.

c.Alan García interviene en la campaña electoral dando declaraciones, sesgadas y ambiguas, a los medios de comunicación, siempre a favor de Keiko Fujimori.

d.Alan García utiliza a los servicios de inteligencia de las Fuerza Armadas y Policiales y los pone a disposición de los promotores de la candidatura de Keiko Fujimori, quienes alimentan a los medios de comunicación encargados de destruir y sepultar a Ollanta Humala.

e.Alan García ha declarado hace pocas semanas que “de ninguna manera dejará que Ollanta Humala sea presidente” (artículo de Jaime Bayly en diario Perú 21) y el año pasado declaró que “él no podía elegir al presidente, pero sí podía evitar que alguien que no fuera de su agrado fuera elegido.” A partir de estas declaraciones existen varias denuncias por voluntad de fraude, la principal desde Chachapoyas donde se han detectado cedulas marcadas a favor de Keiko Fujimori; la sospechosa impresión de dos millones de cedulas por encima de las necesarias, ordenadas por la o­nPE, llaman a preocupación. Por otro lado, existe falta de confianza en la señora Magdalena Chu, jefa de la o­nPE, íntima de Alan García, que durante las elecciones municipales últimas en Lima, se dio el lujo de impugnar más de la cuarta parte de las actas electorales, manipulación de resultados que mantuvo en vilo la elección por cerca de sesenta días

A estas acciones desde la cúspide del poder, se añaden los malabares de la prensa asalariada comprometida con las mafias de la corrupción, los latrocinios y la violación de los derechos humanos, atacando a Ollanta Humala de manera calumniosa y despiadada. Observemos que, en defensa de la corrupción y de plena identificación con ella, no es casualidad la unidad de los políticos más corrompidos del país en apoyo, casi fanático, a Keiko Fujimori. Aquí los tenemos: Luis Castañeda (robos descarados en el municipio de Lima, Comunicore y sobre valoración de obras públicas como el Metropolitano y otras), Alan García (maestro notable de ladrones, coimero por excelencia, durante su primer y segundo gobierno; acusado de genocidio y del etnocidio de Bagua; además, artífice de los “faenones” de sus compinches Jorge del Castillo y Rómulo León Alegría, y con muchos más connotados alanistas); Pedro Pablo Kuczynski, broker internacional norteamericano, vendedor de nuestros recursos naturales a precios irrisorios, hombre de suculentas comisiones, enriquecido desde que huyó por estafador en la maletera de un carro diplomático de la embajada de Estados Unidos, durante el gobierno del general Velasco Alvarado); y, además está, el integro de la mafia fujimorista de la década de Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos, compuesta por elementos prontuariados, fugados del país y gángsteres vinculados al narcotráfico. Mafia fujimorista concebida como una Dinastía Imperial de estilo japonés, cuya base es la familia de Alberto Fujimori.

Así fundada la Dinastía Imperial mafiosa, el manejo de la organización familiar nunca ha necesitado de la estructura de un partido político democrático; y la fuga de Fujimori al Japón es considerada sólo un alto en el camino. Esta formulación antidemocrática grupal subsiste y explica en parte el cambio de nombres como quien se cambia de camisa: Cambio 90, Nueva Mayoría, Vamos Vecino, Perú 2000, Sí Cumple, Alianza para el Futuro, Fuerza 2011.

Pues sí, en el conjunto de esta visión partimos de una realidad concreta, y en este tsunami de la corrupción que sobrevendría y asolaría el país, en caso se imponga a Keiko Fujimori, no nos llama a sorpresa que el miasma político esté junto. Afortunadamente, ya lo advertimos; y cuando viene un tsunami de esta naturaleza nuestra única alternativa es salvarnos; en una avalancha de porquería y lodo, nadie piensa dos veces, hay que salvarse, y sea o no sea de nuestras simpatías el comandante Ollanta Humala Tasso, es la única opción.

Votar por Humala



 Por Cesar Hildebrandt *










Si yo fuera un cana­lla, vota­ría por quien podría enca­na­llar aun más al Perú.
Por­que los cana­llas se jun­tan y, a dife­ren­cia de los menos malos, ejer­cen afia­ta­dos sus mal­da­des, comer­cian codo a codo, se federan.
El club de los cana­llas nunca cie­rra y su padrón es infinito.
Los cana­llas tie­nen un pro­yecto sen­ci­llo y peda­gó­gico: ganar dinero a cual­quier costo. Y eso implica que los pró­ji­mos son pocos y muchos son los otros. Los pró­ji­mos son el vecin­da­rio. Los otros son man­chas en las fotos, cur­vas en la esta­dís­tica, barri­tas en los cua­dros del con­sumo. Los pró­ji­mos son la patria. Los otros, los que deben pade­cerla: aima­ras del sur, que­chuas del cen­tro, agua­ru­nas y huam­bi­sas del oriente, pobres de todas las cala­mi­nas, sobre­vi­vien­tes del adobe, furia sin reme­dio y muchas veces sin salario.
Un día a este país, que era pri­mor­dial­mente redis­tri­bu­tivo como todas las “monar­quías hidráu­li­cas” (Hugh Tho­mas dixit), lle­ga­ron arma­du­ras y caba­llos y pól­vo­ras y biblias. Los Habs­burgo ter­mi­na­ron con un impe­rio y exten­die­ron el suyo de un modo tan drás­tico como el exterminio.
Cuando nos libe­ra­mos del man­dato espa­ñol, caí­mos en el yugo que nos ha sido tan pro­pio: el del caos, el volun­ta­rismo mesiá­nico y la desins­ti­tu­cio­na­li­za­ción permanente.
Y así hemos vivido todos estos lar­gos años de ensayo repu­bli­cano: oli­gar­quías que jamás cedie­ron, rique­zas mag­ní­fi­cas que se des­pil­fa­rra­ron, épicas trai­cio­nes, ricos arma­dos de leyes y gene­ra­les, pue­blos sen­ten­cia­dos al atraso. Aquí, con raras excep­cio­nes, no hemos tenido la clase empre­sa­rial fun­da­dora y pujante, crea­dora y mag­ná­nima en el éxito que otros paí­ses conocieron.
Por eso es que muchas veces no pare­ce­mos un país sino una vís­pera, un pro­yecto trunco.
Y nadie hizo tanto para que esa dul­zona frus­tra­ción que es mi país siguiera siendo frus­tra­ción como el señor que es el padre de la señora K. Fujimori.
Nadie como él hizo con tanto talento y tan efi­caz malig­ni­dad la tarea de con­ver­tir­nos en una aso­cia­ción de hor­das y en un lugar donde todo lo que no fuera men­tira y cri­men resultó perseguido.
Fuji­mori hizo con pro­li­ji­dad lo que otros habían hecho como afi­cio­na­dos, y tras su paso por el poder quedó un mama­rra­cho de país en el que los jue­ces debían estar en la cár­cel y los mili­ta­res en la basura y los con­gre­sis­tas en una mor­gue moral.
La dere­cha aplau­dió esa orgía. La dis­frutó decu­pli­cando sus ganan­cias. La quiso per­pe­tua por­que inmó­vi­les son sus ape­ti­tos. La quiso como era por­que era redun­dan­te­mente suya: anal­fa­beta, ladrona, even­tual­mente ase­sina, sin lími­tes y sin patria. El de Fuji­mori —no lo olvi­de­mos— fue un gobierno de cacha­cos corrom­pi­dos con un Chá­vez medio japo­nés que quiso hacer inter­mi­na­bles sus reelec­cio­nes. ¡Y acu­san a Humala de que­rer hacer lo que ellos tie­nen ganas de repetir!
Para esa dere­cha, lo de Pania­gua y Toledo fue una inco­mo­di­dad. Lo de Gar­cía ha sido, en cam­bio, una grata sor­presa: el here­dero de Haya saqueando y per­mi­tiendo el saqueo.
Y cuando todo pare­cía suave como el campo de golf que existe en un poema de Nico­lás Gui­llén, ento­nes reapa­rece este hír­suto coman­dante que no es quien va a man­dar a parar el baile sino quien va a invi­tar a más gente a la fiesta.
Enton­ces, se anun­cia el apo­ca­lip­sis: el dinero se irá por­que el dinero es un macho via­jero que solo se queda donde las putas son dóci­les y las tari­fas razo­na­bles. Y habrá más pobres por­que sin inver­sión no habrá más empleos.
Y esto lo dicen en un país donde hay 34 por ciento de pobres y 11 por ciento de pobres extre­mos (es decir, de gente que lite­ral­mente se muere de ham­bre). Y hablan de los dere­chos cor­po­ra­ti­vos en un país donde la pre­sión tri­bu­ta­ria es 20 pun­tos menor que la de la Unión Euro­pea, donde inven­ta­ron y aún con­ser­van, feliz­mente, el capi­ta­lismo con res­pon­sa­bi­li­dad social.
Hace 21 años que el señor Alan Gar­cía inventó a Fuji­mori para impe­dir que las inves­ti­ga­cio­nes pro­me­ti­das por Mario Var­gas Llosa lo con­du­je­ran a la cár­cel. Hace tres meses, el señor Gar­cía inventó a PPK para impe­dir que Ale­jan­dro Toledo reabriera algu­nos casos que tam­bién podrían haber empu­jado al líder aprista tras las rejas.
Ahora está haciendo con la hija lo que hizo con el padre: pres­tarle todos los apo­yos, todas las inter­cep­cio­nes tele­fó­ni­cas, todos los auxi­lios de la prensa mer­ce­na­ria y de sus ope­ra­do­res. Su obje­tivo es uno solo: no aca­bar en la cár­cel por todo lo que ha robado y no ser juz­gado por todo lo que ha orde­nado matar. Por­que al señor Gar­cía lo per­si­gue un cemen­te­rio, un coro de agu­je­rea­dos, una mul­ti­tud de ren­di­dos en busca de expli­ca­cio­nes. Y lo per­si­gue un ima­gi­na­rio con­tra­lor que haga pre­gun­tas y pueda conec­tar fidei­co­mi­sos y cuen­tas cifradas.
Millo­nes de jóve­nes sin memo­ria y sin afán de tenerla res­pal­dan, desde la incons­cien­cia, esta trama. Y el Perú podría ele­gir pasado mañana a la ex pri­mera dama de un gobierno que aver­gon­za­ría a cual­quier civilizado.
Que la socia y usua­ria de los robos de un régi­men como el de Fuji­mori haya pos­tula, es una proeza de la dis­trac­ción ética. Pero que resulte ele­gida será una imbo­rra­ble derrota de la dignidad.
Si los cana­llas se jun­tan y ame­na­zan en banda, pues habrá que decir lo que en esta columna fal­taba por decir: votar por Ollanta Humala, con todas las aprehen­sio­nes del caso, no será sólo un deber sino una expre­sión de esa lim­pieza que nos per­mite seguir lla­mán­do­nos ciudadanos.

Columna Matices, semanario Cesar Hildebrandt en sus trece *

miércoles, 2 de marzo de 2011

Más impuestos a los ricos

Por Robert Reich *













Mi propuesta de elevar hasta el 70% los impuestos en ingresos de más de 15 millones de dólares, al 60% en ingresos entre 5 y 15 millones, y al 50% en ingresos entre 500.000 dólares y 5 millones ha generado un debate considerable. Algunos progresistas han calificado esta medida de quimera, como Andrew Leonard, columnista de Salon, que ha afirmado: “Un tipo impositivo del 70% destinado a los norteamericanos más ricos es pura fantasía, e incluso me atrevo a sugerir que esta propuesta refleja una desconexión tan esencial con el mundo tal como es hoy día que sería difícil de entender que se pudiera tomar en serio. Me preocuparía profundamente por la cordura de un presidente demócrata que propusiera algo así”.
¿“Fantasía”? No sé cuál es la edad de Leonard, pero quizá esto pueda disculparle de no recordar que, entre los últimos años de la década de 1940 y 1980, el tipo marginal más alto fue de un 70% de media. Bajo la presidencia del republicano Dwight D. Eisenhower estuvo en el 91%, y no fue hasta la década de 1980 cuando Ronald Reagan lo redujo drásticamente hasta un 28%. (Por cierto, muchos consideraron una “fantasía” la propia medida de Reagan hasta que esta fue propuesta). A lo largo de esos años, los ingresos brutos estuvieron mucho menos concentrados en la parte más alta a como se encuentran ahora. A mediados de los setenta, por ejemplo, la franja más alta pasó del 1% a alrededor del 9% de ingresos totales. En 2007, consiguieron el 23,5%. En todo caso, el argumento de un tipo marginal más elevado podría ser más realista ahora que cuando se daba por descontado.
¿“Una desconexión tan esencial con el mundo tal como es hoy día”? Este es exactamente el motivo por el que propongo esta medida. Durante años, los progresistas se han quejado del compromiso de los presidentes demócratas (Clinton y después Obama) con los republicanos, mientras que los presidentes republicanos (de Reagan a George W. Bush) se han mantenido en sus trece, con el resultado de que el centro del debate político ha estado escorándose sin parar hacia la derecha. Esta es la razón de que el mundo sea como es. ¿Acaso no ha llegado la hora de que los progresistas tengan el coraje de ir a por lo que creemos, con la esperanza de devolver el debate a donde había estado?
¿Podría estar loco “un presidente demócrata que propusiera algo así”? En absoluto. De hecho, las urnas muestran el enfado de un sector creciente del electorado con un establishment –en Wall Street, los despachos de las corporaciones y en Washington– que ha estado barriendo para casa a expensas del gasto público. El Tea Party no es sino la manifestación de la amplia percepción de que el juego está amañado en favor de los ricos y poderosos. Y lo que es más importante: pronto se hará evidente para la mayoría que la única forma de reducir el déficit presupuestario, mantener los programas que la clase media considera esenciales y no elevar los impuestos a la clase media, será gravando a los de arriba.
Durante los últimos 30 años, los republicanos han hecho un trabajo magistral para convencer a la sociedad de que cualquier incremento dirigido a las clases altas equivale a una subida de impuestos para todos, vendiendo la teoría de la cascada de la riqueza desde las capas sociales más altas a las más bajas y la patente mentira de que la mayoría de las personas de clase media podrían, eventualmente, convertirse en millonarias. Un presidente demócrata haría bien en refutar estas falsedades proponiendo unos tipos verdaderamente progresivos.
¿“Lo rechazarían los ricos”? Otras críticas a mi propuesta señalan que es imposible establecer impuestos verdaderamente progresivos porque los ricos siempre encontrarán formas de evitar sus impuestos gracias al trabajo de sus inteligentes contables y abogados tributarios. Pero este argumento va demasiado lejos. Independientemente de dónde se fije el tipo marginal más alto, los ricos siempre intentarán pagar menos. Durante la década de 1950, cuando su tipo estaba en el 91%, se aprovecharon de lagunas jurídicas y deducciones que, en la práctica, redujeron el tipo efectivo entre un 50 y un 60%, e incluso este es considerablemente alto para los estándares actuales. La lección que se debe extraer de ello es que el Gobierno debe reclamar por lo alto, dando por hecho que los contables bien retribuidos conseguirán reducir de todas maneras lo que deban pagar los ricos.
Algunas críticas muestran la inquietud de que, si el tipo marginal se elevara demasiado, los más ricos, simplemente, moverían su dinero hacia otra jurisdicción más hospitalaria, lo que es bastante probable y, de hecho, ya ha sucedido en algunos casos. Pero pagar los impuestos es una obligación fundamental de todo ciudadano, y aquellos que saquen su dinero de EEUU con el objetivo de evitar los impuestos deberían perder la ciudadanía norteamericana.
Finalmente, hay algunos que dicen que mi propuesta lleva las de perder porque los ricos ostentan demasiado poder político. Es cierto que, así como los ingresos y la riqueza se han movido hacia las capas más altas de la sociedad, la influencia política se ha elevado hacia lo más alto también. Pero sucumbir al cinismo y pensar que es imposible un cambio progresivo debido al poder de los de arriba es dar la batalla por perdida antes de que ni siquiera haya empezado. ¿Acaso de esto no tenemos ya suficiente?

Ex secretario de Trabajo de EEUU. Catedrático de Políticas Públicas en la Universidad de Berkeley *

viernes, 7 de enero de 2011

Pronóstico de la economía norteamericana en 2011


¿Qué le sucederá a la economía norteamericana en 2011? Si ustedes se refieren a las ganancias de las grandes corporaciones y de Wall Street, es probable que el año próximo sea bueno. Pero si se refieren al trabajador promedio norteamericano, deja mucho que desear.
Las dos economías norteamericanas –la economía del Gran Dinero y la economía de la Familia Trabajadora Promedio— seguirán divergiendo. Las ganancias corporativas continuarán aumentando, así como la bolsa de valores. Pero el salario típico no irá a ninguna parte, el desempleo se mantendrá alto, las filas de los desempleados a largo plazo continuarán creciendo, la recuperación de la vivienda permanecerá estancada, y la confianza del consumidor decaerá.
La gran desconexión entre las ganancias corporativas y los empleos probablemente continuará debido a que los grandes negocios norteamericanos dependen cada vez menos de las ventas en EE.UU. y de los trabajadores norteamericanos.  Sus grandes ganancias provienen de dos fuentes: (1) ventas crecientes en China, India y otros países de rápido crecimiento; y (2) nóminas disminuidas en EE.UU.
Durante una recuperación típica, las ganancias llevan a mayor contratación. Eso es debido a que en una recuperación típica los consumidores norteamericanos regresan a los centros comerciales –y sus compras justifican más contrataciones. No es así esta vez. Todo el bombo publicitario por las ventas de Navidad durante las últimas dos semanas enmascararon el hecho de que los consumidores norteamericanos exigían precios reducidos de ganga. Y las rebajas importantes redujeron las ganancias de los vendedores. En resumen, las ganancias no provienen de los consumidores norteamericanos –y las ganancias no saldrán de los consumidores norteamericanos en 2011.
La mayoría de los norteamericanos no tienen la plata. Aún están muy endeudados, no pueden pedir un préstamo poniendo su casa como garantía, y tienen que comenzar a ahorrar para el retiro.
El Promedio Industrial Dow Jones está subiendo debido a las ventas en el exterior. General Motors está fabricando ahora más autos en China que en EE.UU., y dos tercios  de su total de ventas provienen del exterior. Cuando se hizo público el mes pasado, alardeó de que pronto casi la mitad de sus autos se fabricarán en todo el mundo, donde el jornal es menor de $15 dólares la hora.
A Wal-Mart no le va especialmente bien en Estados Unidos, pero Wal-Mart Internacional está floreciente. Y Wal-Mart está contratando como loco fuera de EE.UU.
General Electric mantiene bajas sus nóminas en EE.UU., pero tiene planes de invertir $500 millones de dólares en Brasil y contratar a 1 000 brasileños, e invertir $2 mil millones en China.
Las corporaciones de EE.UU. están en una recuperación en V. Esa es una gran noticia para los inversionistas y para todos cuyos ahorros están principalmente en acciones y bonos. También es muy buena noticia para los ejecutivos y corredores de Wall Street, cuyo pago está vinculado a los precios de las acciones. Todos pueden esperar un gran 2011.
Pero la mayoría de los trabajadores norteamericanos están atrapados en una recuperación en L. Eso es una mala noticia para la gente común y los pequeños negocios en 2011. También es un mal presagio para los precios y ventas de las viviendas, y para todos cuyos ahorros se encuentra principalmente en su casa.
Los precios en las principales áreas metropolitanas descendieron el mes pasado, el tercer descenso entre un mes y otro. Espero que el precio de la vivienda decline para continuar el año próximo. Estamos en un mercado de viviendas de doble descenso, principalmente porque el desempleo sigue siendo tan malo que millones de norteamericanos no pueden pagar su hipoteca.
Nada de esto augura algo bueno para el empleo en EE.UU. el año próximo. Espero que la tasa oficial de desempleo permanezca alrededor del 9 por ciento-
En otras palabras, de que 2011 sea un gran año desde el punto de vista económico depende de la economía en que cada cual se encuentre –la que está subiendo con las ganancias de los grandes negocios y Wall Street, o la que continuará batallando con pocos empleos y malos salarios.
Lamentablemente, es improbable que el próximo Congreso haga algo para dar marcha atrás a esta situación. La mayoría de los republicanos y demasiados demócratas dependen de las corporaciones de EE.UU. y de Wall Street. Su versión de reforma de impuestos es reducir los impuestos de los más ricos y de las grandes corporaciones, y aumentarlos a casi todos los demás (los impuestos sobre la venta y de propiedad ya están aumentando) o reducir el gasto de programas de los que dependen las familias trabajadoras.
En algún punto, quizás, la desconexión entre las dos economías de Estados Unidos se hará tan grande y tan evidente que ya no podrá ser ignorada.  Los progresistas, los iluminados dentro del Tea Party, los independientes, los sindicatos, las minorías y los jóvenes forman un nuevo movimiento progresista destinado a reconectar a Estados Unidos.
Siempre hay esperanza.

AUTOR  :  Robert Reich es Profesor de Política Pública en la Universidad de California en Berkeley. Sirvió en tres administraciones nacionales, la más reciente como secretario del Trabajo  bajo el presidente Bill Clinton.

FUENTE : BLOG DEL AUTOR

lunes, 25 de octubre de 2010

Millones de franceses han perdido la paciencia y se han lanzado a la protesta callejera de masas



Millones de franceses han perdido la paciencia estos últimos días, y se han puesto a la defensiva protestando contra la reforma de las jubilaciones.
Por dos veces ya –en 1995 y en 2003— parecidas osadías camufladas de proyectos de reforma naufragaron en los bajíos de la protesta callejera de masas. Varias cabezas representativas de la clase política rodaron por la arena. También Sarkozy tiene ahora que temer por su supervivencia política. La cosa no ofrece duda: si pierde esta batalla, puede ir despidiéndose de su reelección en 2012. Si triunfa el movimiento de protesta, la izquierda tendrá mejores perspectivas que hasta ahora para ganar las presidenciales.
La edad de jubilación legal tendría que pasar de 65 a 57 años, y de 60 a 62 para una jubilación anticipada con descuentos. En estos últimos años, el número de años de cotización para conseguir una pensión máxima pasó ya de 37,5 a 41. Una de las consecuencias: según las autoridades estadísticas de la UE, un 13% de los jubilados se halla hoy en Francia bajo el umbral de pobreza (en Alemania, un 17%; un 30% en Gran Bretaña). ¿Trabajar más tiempo para acceder a una pensión menor., como los alemanes o como los británicos? De ninguna manera: la mayoría de los franceses ha querido vetar esa demasía.
La ola de manifestaciones, la serie de huelgas y bloqueos masivos, lejos de amenguar, no ha dejado de crecer día a día. Hasta comienzos de esta semana, se han lanzado a la calle cada día más de tres millones de personas. Los escolares y los estudiantes universitarios se han unido al movimiento huelguístico. Más de 1.200 institutos de enseñanza media y muchas universidades han hecho huelga. La clase política francesa tiene desde mayo de 1968 un pánico inveterado a la alianza entre escolares, universitarios y obreros. Pues ahora se añaden los jubilados…
También los camioneros confluyen en el movimiento huelguístico, aun si, antes como ahora, se jubilan con 55 años. Su acción de paso de tortuga paralizó las autopistas francesas: el acceso a los depósitos de combustible y petróleo, a distritos industriales enteros, quedó cerrado en muchas partes. Es evidente: en Francia hubo y sigue habiendo solidaridad entre quienes aquí llamamos trabajadores asalariados.
Sarkozy sigue duro
Inimaginable en Alemania: a pesar de todos los inconvenientes de tráfico, a pesar de la amenaza de suspensión del suministro eléctrico, a pesar de la previsible escasez en la provisión de alimentos, a pesar de alborotos y algaradas, una holgada mayoría de franceses apoya da su apoyo al movimiento huelguístico nacional. Todas las encuestas coinciden: entre un 70% y un 75% de la población total rechazan la reforma de Sarkozy y sostienen la protesta. Para el 84% de los jóvenes entre 18 y 24 años, la pensión se ha convertido en la increíble  promesa de un futuro nebuloso. Por lo demás, dos tercios de los franceses creen que las huelgas deberían haberse desarrollado desde el principio de un modo harto más radical. ¿Por qué no pasar a una Huelga General indefinida? El 50% sería partidario de eso.
Es verdad que la izquierda estaba dividida, pero pudo colocarse, junto con los sindicatos, en cabeza del movimiento. En el Senado, los socialistas maniobraron para perder tiempo presentando centenares de enmiendas a la ley de reforma, a fin de aplazar una y otra vez la votación final. Eso ayudó a los que protestaban en la calle, sobre todo a comunistas y trotskistas, que exigían un referéndum sobre la cuestión de las pensiones.
Nicolas Sarkozy se mantuvo duro hasta el final. Trató por varios medios de dividir al movimiento, apuntando sobre todo a los poco homogéneos sindicatos. Hubo pequeñas concesiones –por ejemplo, para madres con más de tres hijos—, para descolgar del frente huelguístico a algunas centrales sindicales. Al final, todas esas manioibras quedaron en nada, aun si François Chérèque, jefe de la socialista CFDT, llegó a entrar en negociaciones. Pero cuando se vio que el primer ministro Fillon no tenía otra cosa que ofrecer sino retoques cosméticos del proyecto de reforma, no tardaron en disiparse las dudas. El Ministerio del Interior hizo de las suyas y manipuló sin escrúpulos las cifras y las informaciones. Tres millones y medio de huelguistas y manifestantes quedaron reducidos, como en la semana anterior, a menos de un millón. Pero no se puede negar que el recorte de pensiones afecta a todos. La paz y el orden han dejado de ser el primer deber ciudadano.
Una mirada a través del canal de la Mancha
Hay que mirar a la verdad de frente, argüía el gobierno: si sigue aumentando la esperanza de vida, también habrá que trabajar más tiempo; compárese con los que ocurre en otros países de la UE, y tómese nota de lo que allí hacen. Pero poco pueden adelantar Sarkozy i Fillon por esta vía, porque más de dos tercios de los franceses consideran simple desfachatez la pretensión de convertir a las jubilaciones en chivo expiatorio del déficit presupuestario. Que las arcas públicas estén vacías, algo tendrá que ver con los actos de conciliación con y rescate de los grandes bancos afectados, algo tendrá que ver con las deducciones fiscales a las empresas y a las entidades financieras, muchas de las cuales se hallan entre las causantes de la crisis financiera. Se habla de un "hiato generacional"; manifiesto como es, no se entiende que no quiera hablarse de un "hiato de justicia".
Hasta ahora venían decidiéndose las huelgas en el día a día, y ello también en la certeza de que, luego de su votación en el Senado, las cosas serían muy distintas y la reforma se convertiría en ley. Con independencia de lo que piense la mayoría de los franceses. Se sabía que, luego de la decisión, el 20 de octubre, habría que hablar de interrumpir o continuar la huelga. Sabiendo también que una ley como la del recorte de pensiones no será la última que apruebe un gobierno conservador so pretexto de saneamiento presupuestario y reparto de cargas. Una mirada a lo que ocurre al otro lado del Canal de la Mancha muestra ya a los franceses todo lo que les puede venir encima. Más que nunca se precisa en Francia de una izquierda unida: para el movimiento huelguístico presente, y para todo lo que de aquí en más pueda venir.


AUTOR  :  Michael R. Krätke, miembro del Consejo Editorial de SINPERMISO, es profesor de política económica y derecho fiscal en la Universidad de Ámsterdam, investigador asociado al Instituto Internacional de Historia Social de esa misma ciudad y catedrático de economía política y director del Instituto de Estudios Superiores de la Universidad de Lancaster en el británico.

FUENTE : SIN PERMISO

miércoles, 20 de octubre de 2010

Las élites financieras nacionales e internacionales y las pensiones



Fedea (Fundación de Estudios de Economía Aplicada) está financiada primordialmente por las Bancas, por las Cajas y por las Compañías de Seguro. Entre sus mayores patrocinadores están el Banco Sabadell, el Banco Popular, Caja Madrid, BANESTO, el Banco Santander, BBVA, La Caixa, y un largo etcétera. Es, en otras palabras, lo que en la terminología anglosajona se llama el Think Tank del capital financiero, el grupo fáctico más poderoso de España. Su influencia en diseñar, reproducir y promover la sabiduría convencional económica del país es enorme. Durante años, su empeño ha sido hacer creer a la población española que el sistema público de pensiones en España no es viable, a no ser que se recorten de una manera sustancial las pensiones públicas. Año tras año han ido publicando informes alertando de que tal sistema se colapsará en fecha próxima, fecha que se ha ido retrasando constantemente al no realizarse el colapso en la fecha predicha. El objetivo de este alarmismo era y es asustar a la población para que vaya corriendo al Banco, a las Cajas y a las Compañías de Seguros para comprarse un plan de pensiones privado. El enorme problema que tienen es que la crisis financiera ha afectado muy negativamente tales fondos de pensiones privadas, reduciéndose su valor de una manera espectacular. Mientras, la Seguridad Social que según sus previsiones tenía que haber colapsado ya en 1995, después en 2000, y más tarde en 2010, hoy continúa en superávit.
Pero el capital financiero (responsable, por cierto, de la crisis financiera actual) no desiste. Y acaba de publicar un informe en el que por enésima vez se afirma que el sistema público está en quiebra, no es sostenible, y deben hacerse cambios, que todos ellos pasan por una reducción de las pensiones para la mayoría de pensionistas. El documento (Fedea propuestas, 07.10.10) está apoyado por los mismos cien economistas que publicaron otro informe reciente indicando que era necesario despedir más fácilmente a los trabajadores a fin de reducir el desempleo. Y como era fácilmente predecible, la puesta en marcha de una ley inspirada, en parte, en este principio, ha determinado, no un descenso, sino un aumento del desempleo. Ahora, y siguiendo la misma lógica, los mismos economistas indican que para tener mejores pensiones públicas en el futuro, éstas tienen que reducirse ahora.
El argumento es idéntico al que han utilizado en los mismos informes anteriores (para ver una crítica a los argumentos utilizados en éstos y otros informes que cuestionan la viabilidad de las pensiones, ver Navarro V., Torres J. Y Garzón Espinosa A., ¿Están en peligro las pensiones públicas? Las preguntas que todos nos hacemos, las respuestas que siempre nos ocultan” Attac 2010). Así, el argumento de que el sistema no es viable se basa en la siguiente afirmación: ahora hay 4 personas en edad activa por pensionista, y dentro de cuarenta años habrá sólo 1,75 por pensionista. De esta predicción concluyen que los pensionistas del futuro no podrán recibir las pensiones, porque no habrá suficientes trabajadores para sostenerlas. Esta afirmación, sin embargo, se basa en unos supuestos erróneos. Uno de ellos es que el punto clave para definir si las pensiones serán o no sostenibles no es el número de personas con edad de trabajar (como hacen los 100 economistas), sino del número de trabajadores cotizantes a la Seguridad Social, y el tamaño de tal cotización. Este último dependerá del salario (resultado, en parte, de la productividad del trabajador) y del tamaño de la cotización (que depende, a su vez, de decisiones políticas) tanto del trabajador como del empresario. Veamos el primer factor analizando el impacto de la productividad en la creación de riqueza, y por lo tanto, en las cotizaciones sociales, un punto ignorado en el informe.
Hace cuarenta años, el porcentaje de la población trabajando en agricultura en España era el 30%. Hoy es sólo el 3%. Este 3% produce más que el 30% de hace cuarenta años. En realidad, el estado da subsidios a los agricultores para que no produzcan más. Fíjense lo absurdo que hubiera sido que hace cuarenta años los “cien economistas de entonces” hubieran alarmado a la población, utilizando el argumento de que la disminución del número de trabajadores en el campo durante los siguientes cuarenta años conduciría a una disminución en la producción de alimentos para nutrir a la población, con lo cual, la población dentro de cuarenta años padecería hambre. Los alarmistas “cien economistas” que hubieran hecho esta predicción entonces harían el ridículo, pues no habrían tenido en cuenta que, consecuencia del aumento de la productividad, un trabajador agrícola produciría en cuarenta años lo que producían diez hace cuarenta años. Sustituyan la palabra alimento por la de pensiones, y podrán ver lo absurdo que es lo que están diciendo los “cien economistas” para alarmar a la ciudadanía sobre que no se podrán pagar las pensiones dentro de cuarenta años. Dentro de cuarenta años, la productividad será tal que se necesitarán menos trabajadores por pensionista que los que se necesitan ahora.
Por otra parte, el sistema de financiación de las pensiones contributivas es regresivo, pues a partir de un cierto nivel de renta, no se cotiza a la Seguridad Social. Se llega a una situación en que el Sr. Botín, cuya renta es más de 500 veces la de un trabajador cualificado, paga lo mismo a la Seguridad Social que el último. Si se corrigiera tal sistema, tal como se ha propuesto en EEUU (donde Bill Gates paga sólo 6.520 dólares a la Seguridad Social) los ingresos a la Seguridad Social se incrementarían en un tercio. Y nunca olvidemos que no hay nada escrito en las biblias económicas que indique que las pensiones deban pagarse a base de contribuciones basadas en el mercado de trabajo. Podrían pagarse a base de gravar el capital financiero (que financia el informe) haciendo que las rentas de tal capital se graven al mismo nivel que las rentas del trabajo. Con ello, las pensiones podrían mejorarse, pues el problema que tienen es que son demasiado bajas.
Una última observación. A nivel internacional, el Fondo Monetario Internacional ha sido y continúa siendo el grupo de presión más importante para convencer al gobierno Zapatero de que reduzca las pensiones públicas españolas. Debiera conocerse que el FMI está pidiendo al gobierno español que haga lo contrario que el FMI hace con sus propios funcionarios, cuyo nivel de pensiones alcanza unos niveles extraordinariamente exuberantes. Tales funcionarios pueden retirarse a los 25 años de trabajo cobrando el total de sus salarios, que alcanzan cifras equivalentes a 160.000 euros. El pensionista español necesita trabajar cuarenta años para alcanzar la cifra máxima de la pensión, que nunca representa el 100% del salario, sino el 80% de su base de cotización. La cantidad máxima que puede recibir es de 22.000 euros. El funcionario del FMI recibe 160.000 euros (de fondos públicos) y más. El gobierno Zapatero debería decirle al FMI que no tiene autoridad moral para predicar austeridad y todavía menos para recomendar reducir, aún más, unas pensiones, como las españolas, que son claramente insuficientes (resultado en parte de que los salarios son muy bajos). Las élites dirigentes del mundo, sumergidas en la opulencia, están exigiendo austeridad a todos los demás y lo justifican diciendo que es por su propio bien. ¿Por qué no comienzan la austeridad ellos mismos? En realidad, la sonada incompetencia del FMI, que no predijo la crisis, que no la previó, y cuyas políticas dificultan la recuperación, no justifica ni su existencia ni sus privilegios. Por cierto, lo mismo debiera decirse de las élites bancarias en España (incluyendo Fedea), que están pidiendo una reducción de las pensiones, mientras que sus salarios y pensiones son exuberantes. ¿Hasta cuándo se permitirá esta situación en que tales élites que además de tener privilegios exuberantes son enormemente incompetentes en sus funciones públicas, estén dictando lo que debe ocurrir en España y en el mundo?

AUTOR  :  Vicenç Navarro
FUENTE : SISTEMA DIGITAL