Dada la caída en las encuestas, algo que empieza a caracterizar a la actual administración gubernamental es el desarrollo de campañas publicitarias en los medios de comunicación. Aparte de la saturación que tales campañas generan en la población, el punto es que la exacerbación de expectativas en los ciudadanos, puede ser totalmente contraproducente para los propios fines de estas; ello sin considerar el inútil gasto de dinero de todos nosotros, es decir los contribuyentes. Miremos con algún detalle estos asuntos.
Un primer ejemplo, se refiere a los efectos derivados de las denominadas cumbres presidenciales, correspondientes tanto a las reuniones ALC-UE como también a la APEC. Observando la primera, que se inicia esta semana (aunque la inauguración y clausura de la reunión de Presidentes es sólo el viernes 16), es claro que estas reuniones posibilitaran por unos días, alguna mayor presencia de nuestro país en medios de comunicación internacionales (aunque en Europa este encuentro no ha despertado mucho interés, cuestión de observar no mas algunos medios de comunicación de allá) y por supuesto que los extranjeros conocerán algo de la cultura y gastronomía peruana con el añadido de algún encuentro entre empresarios, siempre que los extranjeros aporten la módica suma de US$ 1,150 y los nacionales US$ 500 (creo que en el caso de los nacionales debió de darse algún tipo de subsidio cruzado, puesto que 500 dólares no representan lo mismo para Telefónica que para una microempresa). Pero de allí dar a entender en la publicidad oficial que esto generará un desembalse de inversiones y soluciones al problema de la pobreza, desigualdad e inclusión, como también a los problemas de medio ambiente, efectos del cambio climático (sobre esto último se hará el anuncio de la constitución de un pequeño fondo por parte de la UE) y energía; hay una distancia bastante grande. Lo que sí habrá que duda cabe es mucha foto, varias declaraciones de buenas intenciones (que desde ayer se han comenzado a elaborar) y unos minutos de gloria para algunos funcionarios gubernamentales.
Un segundo ejemplo se refiere al TLC suscrito por nuestro país con los EE. UU. Está claro que este permitirá a nuestros productores, el ingreso permanente de sus productos a un mercado muy grande como el norteamericano, y la paulatina incorporación de tecnología de punta en nuestros procesos productivos, incrementándose la competitividad de nuestros productos en el mediano plazo; pero también, a diferencia de lo que ocurre hasta hoy, en que bajo la cobertura del ATPDEA (con carácter temporal) nuestros productores ya pueden ingresar sus productos a dicho mercado, la efectivización del TLC a partir de enero del 2009 posibilitará el ingreso de productos norteamericanos a nuestro mercado, abaratados por los menores aranceles y por la devaluación del dólar, ello sin contar con los niveles de calidad y competitividad con que cuentan dichos productos.
El caso es, que la economía norteamericana ha venido desacelerándose, así en el primer trimestre de este año esta creció en sólo 0.6% respondiendo este resultado básicamente a la acumulación de inventarios y exportaciones y no a una recuperación en la confianza de los consumidores, que es quizás lo que indicaría el inicio de una real recuperación de dicha economía, por ello, sería plausible asumir que hacia inicios del próximo año, el TLC se efectivizará con una economía desacelerada, con una menor capacidad de importación y una mucho mayor capacidad exportadora, lo que significaría desde la perspectiva de nuestra economía, que el cambio en nuestras exportaciones en el marco de este tratado sea bastante menor respecto al incremento de las importaciones provenientes de dicho país
En términos macroeconómicos significa la ocurrencia de un choque adverso de demanda, es decir existe la posibilidad que la efectiva entrada en vigencia del TLC en vez de propulsar nuestra producción vía el intercambio comercial con los EE.UU., signifique exactamente lo inverso. Al respecto bien harían las autoridades gubernamentales en advertir sobre esta posibilidad y no seguir insistiendo que inexorablemente y desde un principio el TLC se constituirá como un factor impulsor de la demanda y actividad económica en nuestro país. Creo que se necesita algo menos de exageración y mucho más realismo.
AUTOR: KURT BURNEO
PUBLICADO EN ACTUALIDAD ECONOMICA DEL PERU, 5/13/2008
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