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miércoles, 29 de octubre de 2008

EL OTRO RESCATE FINANCIERO

Mientras que todos los ojos están pendientes del rescate a los bancos, una gran cantidad de dinero ha sido transferida a los bolsillos de otra causa que no se lo merece. La semana pasada, George Bush acepto el préstamo de 25 mil millones de dólares al sector automovilístico. Es un préstamo a bajo interés, que le costará al gobierno 7 mil quinientos millones de dólares (1). Poca gente se dio cuenta, menos aún lo combatieron. La Cámara de Representantes aprobó la medida por 370 votos a favor y 58 en contra. El gran rescate corporativo se esta extendiendo como una plaga.

Ya ha cruzado el Atlántico. Ayer las compañías europeas demandaron que la UE les diese 40 mil millones de € en prestamos baratos para igualar los subsidios en EEUU (2). ¿Donde va a terminar este gasto publico?

Las compañías automovilísticas en ambos lados dicen que necesitan préstamos para ayudarles a ser más ecológicos. Dicen que invertirán ese dinero en una nueva generación de tecnologías limpias, lo que les permitirá cumplir con los estándares de eficiencia que están fijando los gobiernos. Hay un mayor gozo en el paraíso cuando un pecador se arrepiente... pero, ¿no es extraño tanto entusiasmo verde ahora que huelen dinero público fresco? Durante los últimos 10 años los fabricantes de coches han estrellado toda iniciativa verde contra un muro.

En 1998, los fabricantes de coches europeos dijeron que podían reducir los gases de efecto invernadero voluntariamente. A finales de 2008, dicen que reducirán las emisiones medias producidas por sus coches de 190 gramos CO2 por kilómetro a 140. ¿Qué han hecho? A finales del año pasado la media era de 158gr/Km en Europa (3) y 165gr/Km. En el Reino Unido (4): fallarán en alcanzar su objetivo por un 40%.

Sólo 10 años mas tarde, esas promesas valen menos que una acción de Lehman Brothers, en 2006 La Comisión Europea anunció que fijaría un tope: en 2012 todas las compañías tendrían que reducir sus emisiones medias de CO2 a 120gr/Km. Parecía un avance, hasta que te acuerdas que 120 gr/Km era el objetivo propuesto por la UE en 1994, para ser alcanzado en 2005 (5). Fue retrasado repetidamente por el lobby del sector.

El año pasado el objetivo de 2012 cayó ante las mismas fuerzas. Angela Merkel, hablando por compañías como Daimler-Chrysler y BMW, demandó que la UE pusiese freno a tal medida (6,7). (Irónicamente fue Angela Merkel, como la joven idealista ministra de medio ambiente alemana, la que propuso por primera vez el objetivo de 120gr/Km para 2005 (8).) La Comisión acordó revisar la cifra d e130 gr., y cubrir la diferencia con un incremento en el uso de biocombustibles. Desde entonces hemos observado una dura evidencia que la mayoría de biocombustibles, al mismo tiempo de extender el hambre, producen más gases de efecto invernadero que el petróleo (9, 10,11) pero la política sigue sin cambiarse.

Ahora nos dicen que tampoco pueden cumplir el objetivo de 130gr/km. Hace un mes convencieron a la Comisión de Industria del Parlamento Europeo para que se hicieran cargo de su caso: proponían retrasar el objetivo hasta 2015, reducir las multas si no cumplían y permitir a los constructores a contrarrestar las innovaciones ecológicas contra el objetivo aunque estas no reduzcan las emisiones (12). En definitiva, proponer que se les oficialmente un lavado verde. Afortunadamente esta estafa fue rechazada hace dos semanas por el Comité Medioambiental Parlamentario (13).

En los EEUU, las empresas todavía no han alcanzado el Standard (media de 27,5 millas por galón) que se suponía deberían haber alcanzado, bajo la Energy Policy Conservation Act, en 1985 (14). El coche medio vendido en los EEUU actualmente es menos eficiente que el Modelo T Ford de 1908 (15,16).

Lo que hace esto tan frustrante es que estar hablando en 2008 sobre objetivos de 130 o 120 gr/km es un poco como discutir si los ordenadores actuales deben tener 10 filas de sliding beads o 100. En 1974 un Opel T-1 hacia 377 millas con 1 galón (160km/1) (17), lo que equivale a 15 gr. de Co2 por Km (18). No existe ninguna razón técnica para que el límite máximo para todos los coches sea de 50gr/km.

Tampoco hay ninguna razón comercial. Una encuesta de Newspaper Marketing Agency muestra que el 80% de los compradores de coches dicen que la economía es más importante que las prestaciones (19). El fracaso tecnológico de los fabricantes de coches viene en su totalidad del lobby de las compañías que ahora reclaman dinero público para convertirse en verdes. Quieren estrujar hasta la última gota de las tecnologías existentes antes de cambiar a mejores modelos.

El sabotaje que han realizado de la tecnología ecológica ha sido constante. La película Who killed the electric car? (¿Quién mató al coche eléctrico? Muestra a los fabricantes, trabajando con las compañías de petróleo y oficiales corruptos, hundieron el intento de California de cambiar las tecnologías de los vehículos (20). Primero acabaron con las baterías, persuadieron al gobierno federal para invertir en vehículos de hidrógeno, siendo conscientes de que los obstáculos tecnológicos son tan grandes que un modelo barato producido en masa pudiera ser inviable. Los coches eléctricos, al contrario, llevan preparados para ser producidos en masa casi desde hace un siglo. Los 1.200 millones de dólares que el gobierno de EEUU está gastando en investigación y desarrollo para los coches propulsados por hidrógeno (21) - o los 2 mil millones de Euros para el mismo motivo de la UE (22,23) es un subsidio para evitar el cambio tecnológico.

Ahora después de tanta dilación, los fabricantes de coches tienen la cara dura de pedir dinero publico para alcanzar las políticas que han tardado 50 años y millones dólares en sabotear. Por supuesto, que “los prestamos verdes” que están solicitando no son nada por el estilo. Ayudarles para que tengan una mayor eficiencia es simplemente una excusa para rescatar a otra industria del fracaso. Como resultado de la crisis crediticia y el alto precio de los combustibles, las matriculaciones en el Reino Unido cayeron un 215 el mes pasado (24). En los EEUU las ventas de los mayores fabricantes cayeron este año entre el 20 y el 35% (25).

No hace falta gastar un céntimo de dinero público para que la industria sea mas eficiente. Como muestra un reciente informe del Comité auditor medioambiental del Parlamento, puedes alcanzar el mismo resultado creando una mayor diferencia entre las bandas de impuestos de los coches: propone que la gente que compre los coches menos eficientes paguen unas 2000 libras esterlinas más que aquellos que compren los más eficientes (26). Esto acabaría con el mercado de los coches menos eficientes y obligaría a la industria a hacer los cambios a los que lleva tanto tiempo resistiendo.

Pero el gobierno se ha llevado todo el criticismo de que una buena política de impuestos hubiese generado pocos beneficios. Su controvertida nueva forma de impuestos ahorrara simplemente 0,16 millones de toneladas de Co2 al año. (27): una gota en el océano moribundo. A prácticamente el mismo coste político hubiera reducido considerablemente las emisiones y generado gran parte del dinero para revolucionar el sistema de transporte público. De nuevo se ha producido un patinaje histórico: entre 1920 y 1948 los coches pagaban impuestos a razón de 1£ por caballo (28): en términos reales (y en algunos casos en términos nominales (29)) bastante más de lo que pagan hoy.

Pero los subsidios son lo que los gobiernos pagan cuando no existe una regulación. Si no tienes las agallas para obligar a las compañías a hacer algo, entonces debes sobornarlas. Es una buena apuesta decir que los productores europeos seguirán sin cumplir los objetivos de emisiones, incluso si les dan el dinero que piden. Lo más ecológico que pueden hacer los gobiernos es permitir que esos arrastrados devoradores del planeta se hundan en la miseria.

.Articulo Original: The Other Bail-Out
Publicado en The Guardian 7 October, 2008
Another set of corporations is pressing for public money. Governments should let them die.

http://www.monbiot.com/archives/2008/10/07/the-other-bail-out/

Traducido por Félix Nieto para Globalízate. Revisado por Mario Cuéllar

References:

1. Bernard Simon, 25th September 2008. House clears $25bn for carmakers. Financial Times.

2. ACEA (the European Automobile Manufacturers Association), 6th October 2008. European auto industry calls on EU to help sustain changeover to low-emission car fleet. http://www.acea.be/index.php/news/news_detail/european_auto_industry_calls_on_eu_to_help_sustain_changeover_to_low_emissi

3. European Federation for Transport and Environment, August 2008. Reducing CO2 Emissions from New Cars: A Study of Major Car Manufacturers’ Progress in 2007.

4. Low Carbon Vehicle Partnership, 18th March 2008. Average UK new car CO2 emissions fell 1.4% in 2007. http://www.lowcvp.org.uk/news/866/bulletin/

5. European Federation for Transport and Environment, 26th August 2008. BMW leaps ahead on new car CO2 emissions, others still stalling.
http://www.transportenvironment.org/News/2008/8/BMW-leaps-ahead-on-new-car-CO2-emissions-others-still-stalling/

6. George Parker and Andrew Bounds, 31st January 2007. Brussels climbdown on car emissions. Financial Times.

7. European Commission, 7th February 2007. Commission plans legislative framework to ensure the EU meets its target for cutting CO2 emissions from cars. Press release. http://europa.eu/rapid/pressReleasesAction.do?reference=IP/07/155&format=HTML&aged=0&language=EN&guiLanguage=en

8. European Federation for Transport and Environment, 26th August 2008, ibid.

9. Joseph Fargione, Jason Hill, David Tilman, Stephen Polasky, Peter Hawthorne, 7th February 2008. Land Clearing and the Biofuel Carbon Debt. Science. Doi 10.1126/science.1152747.

10. Timothy Searchinger, Ralph Heimlich, R. A. Houghton, Fengxia Dong, Amani Elobeid, Jacinto Fabiosa, Simla Tokgoz, Dermot Hayes, Tun-Hsiang Yu, 7th February 2008. Use of U.S. Croplands for Biofuels Increases Greenhouse Gases Through Emissions from Land Use Change . Science. Doi 10.1126/science.1151861.

11. PJ Crutzen, AR Mosier, KA Smith and W Winiwarter, 1 August 2007. N2O release from agro-biofuel production negates global warming reduction by replacing fossil fuels. Atmospheric Chemistry and Physics Discussions 7, pp11191–11205. http://www.atmos-chem-phys-discuss.net/7/11191/2007/acpd-7-11191-2007.pdf

12. European Federation for Transport and Environment, 16th September 2008. MEPs’ call for ‘phased’ CO2 limits amounts to a postponement, IEEP study shows.
http://www.transportenvironment.org/News/2008/9/MEPs-call-for-phased-CO2-limits-amounts-to-a-postponement-IEEP-study-shows/

13. European Federation for Transport and Environment, 25th September 2008. MEPs stand up for fuel-efficient cars.
http://www.transportenvironment.org/News/2008/9/MEPs-stand-up-for-fuel-efficient-cars/

14. Kathy Gill, 28th April 2006. CAFE (Fuel Efficiency) Standards for Passenger Cars and Light Trucks. http://uspolitics.about.com/od/energy/i/cafe_standards.htm

15. The estimated average fuel efficiency for cars, including SUVs and pickups, in the US in 2008 is 20.8 mpg. http://epa.gov/otaq/cert/mpg/fetrends/420s08003.pdf

16. In 1908 the Ford Model T ran at 25mpg. Detroit News, 4th June 2003, cited by Want to Know, 11th July 2005. http://www.wanttoknow.info/050711carmileageaveragempg

17. See http://www.treehugger.com/files/2008/02/souped_down_old.php

18. According to Audi, 100km/l equates to 23.8gCO2/km.
http://www.audi.com/etc/medialib/cms4imp/audi2/company/financial_information/pdf_0803.Par.0103.File.pdf

19. Low Carbon Vehicle Partnership, 27th September 2008. Survey shows more buyers want low emission cars.
http://www.lowcvp.org.uk/news/1013/survey-shows-more-buyers-want-low-emission-cars/

20. http://www.whokilledtheelectriccar.com/

21. Office of Science and Technology Policy, Executive Office of the President, no date given.
Hydrogen Fuel Initiative. Research and Development Funding in the President’s 2007 Budget.
http://www.ostp.gov/pdf/1pger_hydrogenfueliniative.pdf

22. No author, 16th August 2003. The clean green energy dream. New Scientist: Energy Special – Hydrogen.

23. The allocation for the current Framework Programme is E470m. European Union, 10th October 2007. The Fuel Cells and Hydrogen Joint Technology
Initiative. Press release. http://europa.eu/rapid/pressReleasesAction.do?reference=MEMO/07/404&format=HTML&aged=0&language=EN&guiLanguage=en

24. BBC Online, 6th October 2008. New car registrations fall by 21%. http://news.bbc.co.uk/1/hi/business/7654648.stm

25. Suzy Jagger, 2nd October 2008. US carmakers forced to wait for $25bn ‘green’ loan. The Times.

26. House of Commons Environmental Audit Committee, 4th August 2008. Vehicle Excise Duty as an environmental tax. http://www.publications.parliament.uk/pa/cm200708/cmselect/cmenvaud/907/907.pdf

27. ibid.

28. ibid.

29. The top standard rate of vehicle excise duty from 2010 will be £455. The Mercedes-Benz SL is 604hp; the Lamborghini Murcielago is 640. http://www.autobytel.com/content/research/top10/index.cfm/action/highhorsepower/vehicleclass/sprt/listtype/9

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viernes, 24 de octubre de 2008

¿Acorazados o Acorralados?

Una y otra vez el gobierno y sus acólitos nos repiten que estamos parapetados frente a la crisis internacional. Lo que se debería a nuestro sólido sistema financiero, al sobrado monto de reservas internacionales de que disponemos, al razonable superávit fiscal que se ha logrado, entre otros factores que les permiten asegurar además que seguiremos siendo la economía de la región con la menor inflación y el mayor crecimiento económico.

Lo que se olvida es que nuestro esquema de acumulación productiva es sumamente frágil, lo que habría podido ser evitado con medidas adecuadas para blindar nuestra economía de otra manera. Sabido es que hace ya dos décadas nos enrumbamos por la ruta primario-exportadora, como consecuencia natural del fracaso de la mal gestionada ‘industrialización por sustitución de importaciones’ y que, a raíz de la hiperinflación, llevó a la adopción de drásticas políticas de estabilización y ajuste ‘mercado-amigables’. Estas solo pretendían resolver nuestros problemas de corto plazo (la inflación y la brecha externa), pero terminaron convirtiéndose en medidas de largo alcance que modificaron profundamente el paradigma de desarrollo, basado en nuestras ventajas comparativas puramente estáticas.

Recordemos que entonces como ahora, ‘Exportar o Morir’ era el eslogan que monopolizaba toda discusión y propuesta de política, conduciéndonos a una sobre-especialización basada en la exportación de materias primas, básicamente minerales. Lo que resultaba bastante lógico, dada la estrechez del mercado interno y porque no estábamos en condiciones de competir internacionalmente en otros espacios, ni con los países altamente desarrollados por sus ventajas tecnológicas, ni con los nuevos países emergentes (no solo China e India) por sus bajos costos y elevada productividad. Gracias a la liberalización de la economía ingresó abundante inversión extranjera y se desarrollaron lucrativos proyectos de exportación que permitieron la bonanza económica que experimentamos algunos años en los noventa y, nuevamente, a partir de 2002. Con lo que hemos atado nuestro destino a los volátiles precios internacionales, a la movediza inversión extranjera, a las remisiones de nuestros migrantes y a los divisa-dependientes patrones de consumo, en vez de ‘aprender a vivir con lo nuestro’.

Desafortunadamente no se aprovechó ninguno de esos impresionantes ciclos de crecimiento económico para fortalecer la división interna del trabajo y diversificar el aparato productivo doméstico, lo que habría sido viable con los excedentes disponibles, adoptando además medidas sectoriales regionalmente distribuidas e incentivos para la innovación de productos y tecnologías. En pocas palabras, sólo dispondremos de sólidas capacidades defensivas frente a las turbulencias internacionales cuando dispongamos de un mercado interno amplio y una descentralización plena, una institucionalidad consolidada y mecanismos permanentes de concertación plural, equipos sólidos de ciencia y tecnología, una fuerza de trabajo adecuadamente calificada, sectores y ramas económicas integradas horizontal y verticalmente, una distribución del ingreso y la riqueza relativamente equitativas, patrones de consumo ajustados a nuestra dotación de recursos. En esas condiciones, tanto el empresariado local, como la fuerza de trabajo, podrían afrontar sosegadamente las recurrentes crisis internacionales, ya que dispondrían de los espacios necesarios para expandirse no solo externa sino sobre todo internamente.
AUTOR:Jürgen Schuldt
FUENTE:MEMORIAS DE GREGORIO SAMSA

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sábado, 18 de octubre de 2008

El Transfondo Estructural de la Crisis Financiera

Una y otra vez nos vienen repitiendo que la debacle financiera que se desató el año pasado en EEUU, al explotar la burbuja hipotecaria, habría sido consecuencia de procesos de especulación irresponsable, de extendida inmoralidad, de ceguera arrogante, de regulación laxa, de codicia irrefrenable, entre otras bellezas que son todas válidas en referencia a lo que ha venido sucediendo en los mercados financieros desde 2002. Lo mismo se decía cuando –después de inflarse por una década- reventó inesperadamente la burbuja tecnológica (dot.com) en 2000. Desafortunadamente, tales análisis son superficiales y parciales, aparte que confunden causas con efectos. Lo que se le escapa a ese tipo de diagnósticos es que esas ‘burbujas’ son lo que su nombre indica: efervescencias que activan artificialmente la actividad productiva, tapando temporalmente las deficiencias estructurales del proceso de acumulación, en el marco de tasas descendentes de ganancia en los sectores propiamente productivos.

En tal sentido es ingenua la creencia de que los recientes super-paquetes financieros de salvataje sacarán de la recesión al Imperio y sus aliados. Bien lo ha dicho Phil Roth, un analista de Miller Tabak: “La gente puede decir, ‘¡Puff, hemos sobrevivido la crisis financiera!’. Pero a continuación tenemos la cuestión de la recesión y no sabemos qué tan profunda será” (WSJ, octubre 14). Más aún, habría que añadir que ella será bien prolongada porque: ¿Sobre qué bases productivas se podría sustentar una recuperación de la inversión y del crecimiento económico de largo plazo en los países ‘desarrollados’, de los que tanto seguimos dependiendo? ¿Sería la industria de automóviles, del acero, de la energía, de las telecomunicaciones y similares, cuando bien sabemos que están en franco declive? Ahí es donde radica el quid del asunto, pero que para entenderlo nos obliga a remitirnos a las bases sobre las cuales se desarrolla inexorablemente el capitalismo y que motoriza las inversiones en manada, provenientes de los ‘espíritus animales’ de los empresarios y de las condiciones materiales e institucionales de producción.

Para entender las afirmaciones precedentes resulta indispensable adoptar un enfoque histórico-sistémico, por más pretencioso que suene. Aplicando algo mecánicamente el paradigma de las ‘ondas largas’ del capitalismo (Kondratieff-Schumpeter-Mandel), coincidimos con la opinión de que el sistema –desde la Revolución Industrial- ha progresado en forma oscilante por extendidos ciclos de entre 40 y 60 años de duración, cada uno de los cuales se sustentó en una serie de ‘innovaciones’. Una compleja combinación de éstas (nuevas tecnologías, productos, materias primas, fuentes de energía, mercados y similares), apoyada por sustanciales créditos, despertaban los ‘espíritus animales’ del empresariado y daban lugar –en la fase ascendente ‘A’- a una manada de inversiones que llevaron a la bonanza macroeconómica por un periodo de veinte a treinta años.

Después de tales auges, y como consecuencia de la sobreproducción a que dan lugar, se agotaban las posibilidades de expansión -lo que se reflejaba en la reducción de la tasa de ganancia- y se pasaba a una etapa –nuevamente de veinte a treinta años- de menor crecimiento económico, deflación y desempleo (fase ‘B’), en que el capital financiero tiende a dominar sobre el propiamente productivo





En la última onda larga, la que se inicia en el periodo de la posguerra, hemos transitado a esta fase ‘descendente’ (en la que seguimos atorados) después de los ‘Treinta Años Gloriosos”, que se agotaron en 1971-73. De manera que, durante los últimos 35 años, en ausencia de bases reales para la innovadora acumulación productiva, las economías altamente desarrolladas –comenzando por EEUU- se han expandido a tasas relativamente bajas, comparadas con las de los ‘Años Dorados’. Estos últimos culminaron en una notoria sobreproducción, la que se reflejó en una reducción paulatina de la tasa de ganancia en los EEUU, que se explica además por el ingreso al mercado global de países como China, India, Rusia y similares. En efecto, como ha mostrado Walden Bello, la rentabilidad del capital –que en los años sesenta del siglo pasado alcanzaba el 7,15% en EEUU- fue encogiéndose paulatinamente: en los ochenta bajó a 5,3%, en los noventa a 2,3% y, en lo que va del siglo XXI, por debajo del 2%. Nótese, sin embargo, el espectacular avance de las ganancias financieras, que llegaron a rebasar el 30% de todas las utilidades corporativas, a pesar de que su contribución al PBI generó un escaso 15%




Se trata, por tanto, de un periodo decadente caracterizado por ciclos coyunturales relativamente cortos, azuzados artificiosamente por el empuje que se dio a las inversiones por efecto de las guerras, la duplicación de la fuerza laboral mundial, las ilusas esperanzas en progresos técnicos revolucionarios y de las bajas tasas de interés, pero que –por eso mismo- se materializaron en auges espurios y, por tanto, en recesiones recurrentes en EEUU (1980-82, 1990-91, 2001-03 y la actual 2008-…?). Podría decirse que se estimuló la economía, la que saltó de burbuja en burbuja, gracias a los lobbies militar-industriales y, sobre todo, a la sobredimensionada dinámica del sector financiero-hipotecario, la que solo podía ser temporal y ficticia, en el sentido que no se nutría de innovaciones profundas de corte tecnológico-productivo, que habrían permitido incrementar sostenidamente la productividad y la tasa de ganancia de las corporaciones no financieras.

De ahí que las economías avanzadas, particularmente EEUU, se haya mantenido a flote durante las tres décadas pasadas gracias a una serie de medidas geopolíticas y financieras truculentas para estimular la demanda doméstica, con lo que lograron vivir -consumir e invertir- más allá de sus posibilidades reales, generando déficit fiscales y externos descomunales, financiados por ahorro externo (especialmente por parte de Japón, China y la UE), en ausencia de ahorros domésticos personales y del gobierno.

Personalmente creíamos que se iba a iniciar una nueva onda larga en 1992, la que vendría propulsada por diversas innovaciones revolucionarias (informática, telecomunicaciones, biotecnología, robótica, energía atómica y similares), las que no llegaron a cuajar y que probablemente –en una década, en el mejor de los casos- permitirían el inicio de un renovado ciclo expansivo de recuperación y auge de varias décadas en el mundo altamente industrializado.

En los próximos días seguramente Bernanke volverá a reducir la tasa de interés de referencia. Sin embargo, por más que las Bolsas muestren signos de recuperación (y una preocupante volatilidad), lo que hasta ahora no se nota, será escaso el flujo de créditos que soltarán los bancos (a pesar de que acaban de recibir US$ 250.000’ de oxígeno), porque uno se preguntaría: ¿adonde iría ese dinero para fines de inversión o consumo, en una economía altamente endeudada y sin posibilidades de rentabilidades apreciables? No parecen existir bases reales prometedoras para hacerlo. En ese contexto, la crisis financiera habrá de impactar con fuerza aún mayor los sectores reales; lo que no nos debe hacer olvidar que el origen último de la debacle norteamericana y la de sus socios radica precisamente en la osteoporosis productiva a falta de innovaciones tecnológicas sustanciales. No son, pues, muy auspiciosos los tiempos que nos esperan.

AUTOR:Jürgen Schuldt
FUENTE:MEMORIAS DE GREGORIO SAMSA


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sábado, 2 de agosto de 2008

HACIENDO FRENTE A INFLACION Y POBREZA

En los últimos meses, una inflación que sigue creciendo y que ya sobrepasó el 7%, ha agravado la pobreza de millones de familias peruanas.

El gobierno afirmó, hace unos meses atrás, que la pobreza se había reducido bastante. Pero la medición, cuestionada, del INEI, se refería a un periodo anterior al alza de precios. Ahora, las cosas evidentemente han cambiado, y para peor.

El Presidente García, en su mensaje a la nación, le ha echado la culpa del alza de precios a factores externos, señalando con el dedo a las empresas trasnacionales del petróleo, sin mencionar que a esas mismas empresas, que según García “han declarado la guerra al pueblo” su gobierno las trata muy pero muy bien, dándoles innumerables ventajas. Pero el presidente se ha visto obligado a reconocer que el crecimiento exagerado del consumo, favorecido por su política económica, también ha hecho lo suyo en aumentar la inflación.

Olvidando su función, frente a este serio problema el Presidente no ha dado ninguna alternativa. El haber cambiado al ministro de economía por uno proveniente del Fondo Monetario Internacional no auguraba nada bueno. Ya el nuevo ministro Valdivieso empezó con la misma receta que el FMI recomienda en todo lugar y en toda circunstancia: recortar el gasto público. Si sanar economías enfermas fuera tan fácil como aplicar siempre el mismo remedio.

Tanto Valdivieso como García pierden de vista en esta coyuntura, dos elementos esenciales. El primero es que el alza de precios de las materias primas a nivel internacional tiene dos lados de la medalla: si por un lado encarece productos como el trigo, que importamos, por otro lado también han subido de precio los productos, como el cobre que exportamos. El detalle está en que quienes pagan harina de trigo, pan y fideos más caros son todos los peruanos, y sobretodo los más pobres, mientras quienes están ganando con el cobre más caro son solamente los accionistas de las empresas mineras. En el caso del petróleo, el asunto es escandaloso, porque aunque el petróleo es peruano, las ganancias se las llevan las empresas trasnacionales que lo extraen y lo refinan, mientras que el costo lo pagamos todos los peruanos - en este caso, cubierto principalmente por la caja fiscal. Es evidente que ante este problema, lo que corresponde es distribuir mejor los costos y los beneficios, sobretodo cuando las grandes ganancias se están haciendo con minerales y petróleo que, constitucionalmente, pertenecen a la nación y no a las trasnacionales.

El segundo elemento que ocultan García y Valdivieso es que, si bien es verdad que ha habido un aumento demasiado acelerado del consumo, es evidente que hay grandes diferencias entre quienes ganan el mismo mísero salario de antes pero ahora pueden comprar departamentos o electrodomésticos a crédito, y quienes están obteniendo enormes ganancias, cinco mil millones de dólares de las cuales se van del país. Reducir un consumo que está creciendo demasiado rápido debe hacerse con medidas selectivas orientadas a los sectores de mayores ingresos, a quienes se les pueden cobrar mayores impuestos, y a controlar el crecimiento del crédito que sostiene consumos insostenibles o a un alto costo futuro para las familias. No tiene porqué hacerse a costa de los salarios, la educación, la salud, el apoyo al agro o la construcción de caminos que tanta falta le hacen al país.
AUTOR : PEDRO FRANCKE
ACTUALIDAD ECONOMICA DEL PERU,08/02/2008

martes, 22 de julio de 2008

MISTERIO: PORQUE LA RIQUEZA CREA POBREZA EN EL MUNDO

Hay un "misterio" que debemos explicar: ¿Cómo es posible que si las corporaciones han realizado inversiones, y la ayuda extranjera y los préstamos internacionales a los países pobres se han incrementado de manera extraordinaria por todo el mundo en la última mitad del siglo, también lo haya hecho la pobreza? El número de personas viviendo en la pobreza está creciendo en un porcentaje más rápido que la población mundial. ¿Qué conclusión podemos sacar de todo esto?

En la última mitad del siglo, las industrias y los bancos de Estados Unidos (y otras corporaciones occidentales) han invertido grandes cantidades en las regiones pobres de Asia, África y América Latina, conocidas como "el tercer mundo". Las transnacionales están unidas por los ricos recursos naturales, las altas ganancias que vienen de salarios bajos y la casi total ausencia de impuestos, regulaciones medioambientales y gastos para la seguridad en el trabajo.

El gobierno de Estados Unidos ha subvencionado esta fuga de capitales otorgando a las corporaciones exenciones en los impuestos sobre sus inversiones en el extranjero e incluso pagando algunos de sus gastos de reubicación, para indignación de los sindicatos aquí en casa que ven evaporarse sus trabajos.

Las transnacionales han echado del tercer mundo a los negocios locales y han controlado sus mercados. El cartel estadounidense del comercio agrario, subsidiado de manera extraordinaria por los contribuyentes, envía sus productos excedentes a otros países a bajo precio y hunde a los agricultores locales. Como Christopher Cook describe en su "Dieta para un planeta muerto", expropian las mejores tierras en estos países para cosechas por dinero (cash-crop) para la exportación, normalmente de monocultivos que requieren gran cantidad de pesticidas, dejando cada vez menos acres para el cultivo de los centenares de variedades de cosechas orgánicas que alimentan a la población local.

Desplazando a la población local de sus tierras y robándoles su autosuficiencia, las corporaciones crean unos mercados laborales superpoblados de gente desesperada a los que se les fuerza a vivir en barrios de chabolas y a trabajar por un salario miserable (cuando pueden conseguir trabajo), a menudo violando las propias leyes del país sobre salarios mínimos.

En Haití, por ejemplo, corporaciones gigantes como Disney, Wal-Mart y J. C. Penny pagan a sus trabajadores 11 centavos por hora. Los Estados Unidos es uno de los pocos países que se ha negado a firmar una convención internacional para la abolición del trabajo infantil y forzado. Esta postura se deriva de las prácticas de las grandes corporaciones estadounidenses respecto del trabajo infantil a lo largo y ancho del Tercer Mundo, e incluso en el seno de los propios Estados Unidos, donde niños de sólo 12 años sufren una alta proporción de accidentes y fallecimientos mientras que reciben un salario muy a menudo inferior al mínimo.

Los ahorros que los grandes negocios obtienen de una mano de obra barata en el extranjero no se traducen en precios más bajos para los consumidores de otros sitios. Las corporaciones no contratan mano de obra en regiones lejanas para que los consumidores en Estados Unidos puedan ahorrar dinero. Los contratan para incrementar su margen de beneficios. En 1990, los zapatos que hacían en Indonesia niños que trabajaban doce horas al día por 13 centavos a la hora, costaban solamente dos dólares sesenta centavos pero se vendían en Estados Unidos por cien dólares o más.

La ayuda exterior de los Estados Unidos va unida a la inversión transnacional. Subvenciona la construcción de las infraestructuras que necesitan las corporaciones en el Tercer Mundo: puertos, autopistas y refinerías.

La ayuda que se entrega a los gobiernos del Tercer Mundo viene con muchas ataduras. A menudo se debe gastar en productos estadounidenses y a la nación que la recibe se le exige dar preferencia a las inversiones de compañías de los Estados Unidos, substituyendo el consumo de mercancías y alimentos locales en favor de los importados, creando más dependencia, hambruna y deuda.

Una buena porción de la ayuda monetaria, nunca ve la luz publica, yendo directamente a las arcas personales de los funcionarios corruptos de los países que la reciben.

Ayuda (o algo parecido) llega también de otras fuentes. En 1944, las Naciones Unidad crearon el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI). El poder de voto en las dos organizaciones está determinado por las contribuciones financieras de cada país. Estados Unidos, en tanto que mayor "donante", tiene la voz cantante, seguido de Alemania, Japón, Francia y Gran Bretaña. El FMI opera en secreto con un selecto grupo de banqueros y funcionarios de los ministerios de economía seleccionados, en su mayoría, en las naciones más ricas.

El Banco Mundial y el FMI se supone que ayudan al desarrollo de las naciones. Lo que realmente pasa es otra historia. Un país pobre pide un préstamo del Banco Mundial para mejorar algunos aspectos de su economía. Si fuera incapaz de pagar los grandes intereses debido a un descenso de las ventas de exportación o por cualquier otro motivo, se verá obligado a pedir prestado de nuevo, pero esta vez del Fondo Monetario Internacional.

Pero el FMI impone un "Programa de ajuste estructural" (SAP, por sus siglas en inglés) que requiere que los países deudores otorguen beneficios fiscales a las corporaciones transnacionales, reduzcan salarios y no hagan ningún intento por proteger a las compañías locales de los importadores extranjeros y de las adquisiciones extranjeras. Presiona a las naciones deudoras para que privaticen sus economías, vendiendo a compañías privadas y a precios escandalosamente bajos sus minas, ferrocarriles y servicios públicos pertenecientes al estado.

Se ven forzados a abrir sus bosques a la tala y sus tierras para minas a cielo abierto sin ninguna consideración por el daño ecológico causado. Las naciones deudoras también deben recortar sus subvenciones a la salud, la educación, el transporte y los alimentos básicos, gastando menos en su población para tener más dinero y poder hacer frente a los pagos de la deuda. Como se les requiere para desarrollar una agricultura orientada a la exportación, se ven cada vez menos capacitados para alimentar a su propia población.

Ésta es la razón por la que por todo el tercer mundo los salarios reales han disminuido y la deuda nacional ha crecido hasta un punto en que los pagos de la deuda absorben casi todas las ganancias de las exportaciones de los países mas pobres, lo que crea un mayor empobrecimiento al dejar al país deudor menos capacitados para proveer a la población de sus necesidades.

Por lo tanto, así hemos explicado un "misterio". Por supuesto ese misterio no existe si no te adhieres a la mistificadora teoría del "goteo" [teoría liberal en función de la cual la acumulación de riqueza en las capas altas de la pirámide de población acaba provocando el "goteo" de riqueza hacia las capas inferiores. La imagen típica es la de la pirámide de copas en la que, tras llenarse la superior, rebosa y va llenando las inferiores. N.d T.]. ¿Por qué se ha profundizado la pobreza mientras que las ayudas extranjeras, prestamos e inversiones han crecido? Respuesta: Los prestamos, inversiones y la mayoría de las ayudas están diseñadas no para luchar contra la pobreza sino para aumentar la riqueza de los inversores transnacionales a expensas de la población local.

No hay un goteo sino un sifón ascendente desde la mayoría que trabaja duro hacia la minoría de adinerados.

En su perpetua confusión, algunos críticos liberales concluyen que la ayuda exterior y los ajustes estructurales del FMI y del Banco Mundial "no funcionan"; el resultado final es menos autosuficiencia y más pobreza para las naciones que los reciben, señalan estos críticos. ¿Por qué entonces los estados miembros ricos siguen financiando al FMI y al Banco Mundial? ¿Son sus líderes menos inteligentes que los críticos que les continúan señalando que su política está produciendo el efecto contrario?

No, son los críticos los que son estupidos y no los líderes y los inversores occidentales, los cuales poseen tanto de este mundo y disfrutan de tan inmensa riqueza y su éxito. Continúan con sus programas de préstamos y ayuda extranjera porque estos programas funcionan. La pregunta es ¿funcionan para quien? ¿Ciu bono?

Las intenciones detrás de sus programas de inversiones, préstamos y ayudas no son mejorar a las masas en otros países. Esto no es verdaderamente el negocio en el que están. El propósito es servir los intereses de la acumulación global de capital, apropiarse de las tierras y las economías locales de la gente del Tercer Mundo, monopolizar sus mercados, disminuir sus salarios, esclavizar su trabajo con deudas enormes, privatizar su sector de servicios públicos e impedir que estas naciones emerjan como competidores comerciales no permitiendo que se desarrollen normalmente.

Con respecto a esto, las inversiones, la ayuda extranjera y los ajustes estructurales funcionan realmente bien.

El verdadero misterio es: ¿Por qué algunas personas creen que este análisis es muy improbable, una conspiración inventada? ¿Por qué son tan escépticos en creer que los gobernantes de los Estados Unidos, con conocimiento y deliberadamente, ejercen esta política despiadada (suprimir salarios, derogar la protección medioambiental, eliminar el sector publico, cortar servicios humanos) en el Tercer Mundo?. ¡Estos gobernantes están haciendo exactamente la misma política aquí en nuestro propio país!

¿No creen que ha llegado la hora de que estos críticos liberales dejen de pensar que la gente que posee gran parte del mundo (y lo querría poseer todo) son "incompetentes" o "desacertados" o que "no ven las consecuencias no intencionadas de su política"? No estás siendo muy inteligente si piensas que tus enemigos no son tan listos como tú. Ellos saben dónde están sus intereses y también nosotros debemos saberlo.

Los libros mas recientes de Michael Parenti incluyen: El asesinato de Julio Cesar (New Press), Superpatriotismo (City Lights), La cultura de la lucha (Seven Stories Press). Para mas información visite: www.michaelparenti.org


AUTOR : MICHAEL PARENTI
ZNET

miércoles, 16 de julio de 2008

LAS TRES CRISIS

No había ocurrido jamás. Por vez primera en la historia económica moderna, tres crisis de gran amplitud -financiera, energética, alimentaria- están coincidiendo, confluyendo y combinándose. Cada una de ellas interactúa sobre las demás. Agravando así, de modo exponencial, el deterioro de la economía real. Por mucho que las autoridades se esfuercen en minimizar la gravedad del momento, lo cierto es que nos hallamos ante un seísmo económico de inédita magnitud. Cuyos efectos sociales apenas empiezan a hacerse sentir y que detonarán con toda brutalidad en los meses venideros. Lo peor nunca es seguro y la numerología no es una ciencia exacta, pero el año 2009 bien podría parecerse a aquel nefasto 1929...

Como era de temer, la crisis financiera sigue agudizándose. A los descalabros de prestigiosos bancos estadounidenses, como Bear Stearns, Merrill Lynch y el gigante Citigroup, se ha sumado el desastre reciente de Lehman Brothers, cuarta banca de negocios que ha anunciado, el pasado 9 de junio, una pérdida de 1.700 millones de euros. Por ser su primer déficit desde su salida en Bolsa en 1994, esto ha causado el efecto de un terremoto en una América financiera ya violentamente traumatizada.

Cada día se difunden noticias sobre nuevos quebrantos en los bancos. Hasta ahora, las entidades más afectadas han reconocido pérdidas de casi 250.000 millones de euros. Y el Fondo Monetario Internacional estima que, para salir del desastre, el sistema necesitará unos 610.000 millones de euros (o sea, el equivalente de ¡dos veces el presupuesto de Francia!).

La crisis comenzó en Estados Unidos, en agosto de 2007, con la morosidad de las hipotecas de mala calidad (subprime) y se ha extendido por todo el mundo. Su capacidad de transformarse y de extenderse mediante la proliferación de complejos mecanismos financieros hace que esta crisis se asemeje a una epidemia fulminante imposible de atajar.

Las entidades bancarias ya no se prestan dinero. Todas desconfían de la salud financiera de sus rivales. A pesar de las inyecciones masivas de liquidez efectuadas por los grandes bancos centrales, nunca se había visto una sequía tan severa de dinero en los mercados. Y lo que más temen algunos ahora es una crisis sistémica, o sea que el conjunto del sistema económico mundial se colapse.

De la esfera financiera la crisis se ha trasladado al conjunto de la actividad económica. De golpe, las economías de los países desarrollados se han enfriado. Europa (y en particular España) se halla en franca desaceleración, y Estados Unidos se encuentra al borde de la recesión.

Donde más se está notando la dureza de este ajuste es en el sector inmobiliario. Durante el primer trimestre de 2008, el número de ventas de viviendas en España cayó el ¡29%! Cerca de dos millones de pisos y de chalets no encuentran comprador. El precio del suelo sigue desmoronándose. Y el alza de los intereses hipotecarios y los temores de recesión hunden el sector en una espiral infernal. Con feroces efectos en todos los frentes de la enorme industria de la construcción. Todas las empresas de estas ramas se ubican ahora en el ojo del huracán. Y asisten impotentes a la destrucción de decenas de miles de empleos.

De la crisis financiera hemos pasado a la crisis social. Y vuelven a surgir políticas autoritarias. El Parlamento Europeo ha aprobado, el pasado 18 de junio, la infame "directiva retorno". Y las autoridades españolas ya han proclamado su voluntad de favorecer la salida de España de un millón de trabajadores extranjeros...

En medio de esta situación de espanto se produce el tercer choque petrolero. Con un precio del barril en torno a los 140 dólares. Un aumento irracional (hace diez años, en 1998, el barril costaba menos de 10 dólares...) debido no sólo a una demanda disparatada sino, sobre todo, a la acción de muchos especuladores que apuestan por el alza continua de un carburante en vías de extinción. Los inversores huyen de la burbuja inmobiliaria y desplazan masas colosales de dinero porque apuestan ahora por un petróleo a 200 dólares el barril. Se está así produciendo una financiarización del petróleo.

Con las consecuencias que vemos: formidable subida de los precios en las gasolineras, y estallidos de ira por parte de pescadores, camioneros, agricultores, taxistas y todos los profesionales más afectados. En muchos países, mediante manifestaciones y enfrentamientos, estas profesiones reclaman a sus Gobiernos ayudas, subvenciones o reducciones de la fiscalidad.

Por si todo este contexto no fuese lo bastante sombrío, la crisis alimentaria se ha agravado repentinamente y ha venido a recordarnos que el espectro del hambre sigue amenazando a casi mil millones de personas. En unos cuarenta países, la carestía actual de los alimentos ha provocado levantamientos y revueltas populares. La Cumbre de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) del pasado 5 de junio en Roma sobre la seguridad alimentaria fue incapaz de alcanzar un acuerdo para relanzar la producción alimentaria mundial. También aquí, los especuladores en fuga del desastre financiero tienen una parte de responsabilidad porque apuestan por un precio elevado de las futuras cosechas. De modo que hasta la agricultura se está financiarizando.

Éste es el saldo deplorable que deja un cuarto de siglo de neoliberalismo: tres venenosas crisis entrelazadas. Va siendo hora de que los ciudadanos digan: "¡Basta!".


AUTOR:IGNACIO RAMONET
PUBLICADO EN REBELION,07/12/2008

domingo, 13 de julio de 2008

LOS FONDOS SOBERANOS ABSORBEN BANCOS

Una paradoja en la era de las privatizaciones: los fondos de inversión detentados por Estados y bancos centrales –denominados “fondos soberanos”– ingresaron con fuerza en el capital de las multinacionales, principalmente financieras. Éstas abandonan sus preceptos ideológicos y los aceptan sedientas de liquidez, pues la crisis de los créditos hipotecarios, nacida en Estados Unidos, pone en riesgo sus balances. “No nos aman, pero quieren nuestro dinero”, resumió la ministra de Finanzas de Noruega, Kristin Halvorsen. Los fondos soberanos han acudido al rescate; pero si la crisis financiera internacional se atenúa en la superficie, sigue latiendo en profundidad.

“¿Hay que aceptar que los comunistas o los terroristas se conviertan en banqueros?”, se pregunta Jim Cramer, analista estrella del canal de cable financiero CNBC. Respuesta del estruendoso comentarista: “No importa quién haga el negocio, porque estamos desesperados” (1). El ingreso casi simultáneo de varios “fondos soberanos” (en rigor, fondos gubernamentales, casi siempre de los llamados países emergentes), en el capital de entidades financieras en dificultades suscitó diversas reacciones. Si bien los bancos no dejaban de alabar las ventajas que ofrecían inversores “masivos, pasivos y pacientes” (2) de Asia y Medio Oriente, los medios de comunicación y los sectores políticos reaccionaron con un sentimiento de resignación teñido de preocupación.

La necesidad de liquidez acabó con muchas reticencias. Sólo los fondos soberanos –inversores hasta entonces muy discretos– estaban listos para sacar a flote a los gigantes de las finanzas a punto de quebrar. El 27 de noviembre de 2007, el fondo ADIA (Abu Dhabi Investment Authority) de los Emiratos Árabes Unidos adquiría el 4,9% de Citigroup, primer banco mundial, por 7.500 millones de dólares (5.000 millones de euros). Dos semanas más tarde, el fondo GIC (Government Investment Corporation) de Singapur inyectaba 10.000 millones de dólares en el grupo suizo UBS, décimo banco mundial. El 19 de diciembre, le tocaba al fondo soberano chino CIC (China Investment Corporation) adquirir el 9,9% del capital del gran banco de negocios Morgan Stanley por 10.000 millones de dólares.

Los anuncios simultáneos de pérdidas imprevistas y de financiamientos inéditos por fondos soberanos se volvieron habituales. A veces, las mismas instituciones que parecían a salvo del desastre debían nuevamente mendigar fondos. Así, cuando el 24 de diciembre el número uno mundial del negocio del corretaje Merrill Lynch anunció haber recibido 4.400 millones de dólares del fondo Temasek de Singapur, sus problemas de liquidez parecían resueltos. Sin embargo, el 15 de enero de 2008, otros fondos soberanos –como los de Kuwait y Corea del Sur– invertían allí otros 6.600 millones de dólares. El mismo día, Citigroup anunciaba que luego de obtener fondos adicionales por 12.500 millones de dólares, ingresaban en su capital el fondo GIC de Singapur y el Kuwait Investment Authority (KIA). En total, en pocas semanas, los fondos soberanos invertían más de 60.000 millones de dólares en el sector financiero occidental (3).
De la “corrección” al pánico

Era el mundo del revés. En la era de la globalización y del “triunfo de los mercados”, estos fondos se lanzaban al rescate de las más grandes instituciones financieras occidentales. Sin embargo, el año 2007 había comenzado con los mejores auspicios: los bancos gozaban entonces de buena salud y numerosos participantes como los fondos especulativos o de private equity, cuyas estrategias se basaban en el endeudamiento fácil, se preparaban para batir nuevos récords. Pero el año terminó de manera tormentosa. En la primavera, el llamado sector de los subprime (créditos hipotecarios de alto riesgo) sufrió sus primeras dificultades, sin por ello suscitar grandes temores.

Se hablaba de un suave aterrizaje, e incluso de una necesaria y saludable “corrección” en el mercado inmobiliario. La crisis sólo afectaba entonces a algunos establecimientos especializados, y el impacto en la actividad de los grandes bancos parecía insignificante. Pero durante el verano, las señales de alarma se multiplicaban: el mundo de las finanzas, que creía haber dominado el riesgo, descubría que los modelos ultrasofisticados eran en realidad fantasiosos; que productos derivados bien calificados por las agencias de calificación crediticia ya no encontraban compradores; e incluso que las instituciones más prestigiosas ya no estaban en condiciones de evaluar una parte importante de sus activos (4).

Por otro lado, las reglas de las finanzas desreguladas iniciaban un proceso con consecuencias incalculables. En efecto, las nuevas normas contables (5), que supuestamente aseguraban la estabilidad y la tranquilidad del sistema, contribuían a su volatilidad y falta de transparencia, creando por ende una crisis de liquidez además de una crisis de confianza.

Resultaba claro que los productos derivados que habían permitido a lo largo de los años acumular beneficios récord, estaban a punto de convertirse, retomando las palabras del inversor y primera fortuna del mundo Warren Buffett, en “armas de destrucción masiva” (6). El “riesgo sistémico” de un derrumbe del conjunto del sistema bancario tomaba forma, y la posibilidad de una crisis mundial similar a la de los años ’30 se mencionaba con insistencia.

Se entiende así mejor por qué, en un contexto de pánico generalizado, bancos centrales, organismos reguladores y gobiernos transgredían sus principios, sus reglas de funcionamiento y sus ideologías e iniciaban una cadena de “salvatajes”. El 17 de febrero, el ministro de Finanzas británico anunciaba la nacionalización del banco Northern Rock. El 16 de marzo, la Reserva Federal estadounidense organizaba el rescate de Bear Stearns, el quinto banco de negocios del país, suministrando al banco JPMorgan Chase los fondos necesarios para su recuperación (ver recuadro). Y, aunque hubiera reconocido el papel que la reducción de las tasas de interés tuvo durante los años 2001-2006 en la alimentación de la burbuja inmobiliaria, la Reserva Federal, abandonando su objetivo de lucha contra la inflación, decidía bajarlas masivamente.

En cuanto al Congreso, brindaba su total apoyo a una política de reactivación muy keynesiana, mientras el gobierno, aunque muy adepto a las “soluciones de mercado”, multiplicaba las intervenciones puntuales para aliviar a las instituciones y a los deudores más expuestos a la debacle inmobiliaria. Frente al fantasma de una recesión y los riesgos de un derrumbe del sistema financiero, había que resolver lo más urgente, aunque tuviera que invitarse a los fondos soberanos al seno de la “fortaleza financiera”.
Derrumbe ideológico

Antes de la crisis de los subprimes, la mayoría de estos fondos estaban lejos de ser bienvenidos. El sistema de “finanzas cerradas” se basaba en una exclusión de hecho: un poco como en esas ciudades donde los privilegiados deben protegerse de su entorno caótico, el club muy cerrado de las altas finanzas gozaba de una gran libertad que lindaba con una autorregulación de hecho. Pero al precio de una gran vigilancia frente al mundo exterior (7).

A pesar de los discursos sobre la libre empresa, algunos florones no podían cederse a cualquiera. En 2005, por ejemplo, la adquisición de la petrolera Unocal por parte del grupo chino Cnooc no pudo concretarse. Al año siguiente, la posibilidad de que Dubai Ports World asumiera el control de las terminales de transporte en seis puertos estadounidenses generó protestas. Pero las actitudes cambiaron con el agravamiento de la crisis financiera.

Los A pesar de todo, en las recientes adquisiciones financieras los fondos soberanos aceptaron algunas restricciones: carecer de representación en el seno del directorio; no superar algunos umbrales (10% por ejemplo) más allá de los cuales los organismos reguladores tienen derecho de control... Esto porque, tal como dijo Kristin Halvorsen, ministra de Finanzas de Noruega (cuyo fondo soberano, estimado en 322.000 millones de dólares, es el segundo del mundo después del de Abu Dhabi), en una frase que resume la ambivalencia que existe frente a este tipo de fondos: “No nos quieren, pero quieren nuestro dinero” (8).

Así pueden entenderse mejor los abruptos cambios de los dirigentes occidentales. El 10 de septiembre de 2007, luego de una reunión con la canciller alemana Angela Merkel, Nicolas Sarkozy deseaba que se concediera una “atención especial” a los ámbitos en los cuales la competencia se ve “distorsionada por fondos soberanos”. El 8 de enero de 2008, el Presidente francés se mostraba más firme aun: “Francia no debe permanecer impasible frente al creciente poder de fondos especulativos extremadamente agresivos y fondos soberanos que no obedecen a ninguna lógica económica”.

Sin embargo, menos de una semana más tarde, durante su viaje a Arabia Saudita, Sarkozy cambiaba de opinión: “Francia estará siempre abierta a los fondos soberanos cuyas intenciones no sean ambiguas, cuyo gobierno sea transparente y cuyos países de origen practiquen la misma apertura respecto de los capitales extranjeros”.
Un “arma nuclear financiera”

Pero, ¿quiénes son entonces y qué buscan estos fondos soberanos, cuya fuerza de choque financiera se estima en alrededor de 3 billones de dólares, una suma superior al PBI de Francia? ¿Son predadores, salvadores o víctimas? Más allá del hecho de que sus ingresos sean propiedad del Estado, estos fondos–a los que deberían agregarse algunas empresas públicas o semipúblicas– tienen características, objetivos y modos de funcionamiento diferentes. Si generan preocupación, es porque llevan consigo la posibilidad de mezcla de géneros, la de usar sus participaciones financieras con fines políticos y estratégicos, o la de pasar del estatuto de inversores pasivos al de tomadores de decisiones que podrían tener consecuencias.

Aunque sólo hayan figurado en la portada de los diarios estos últimos meses, existen desde hace más de cincuenta años. En 1953, Kuwait creaba su “Fondo de Reserva para las Futuras Generaciones”, el primero de lo que aún no se llamaba fondos soberanos. Rebautizado KIA (Kuwait Investment Authority), este fondo había invertido, con el correr de los años, en grandes empresas occidentales, entre ellas la alemana Daimler-Benz (en 1969) y la británica British Petroleum (en 1984). Al decir de sus dirigentes, el KIA siempre se comportó como un accionista “responsable”, deseoso ante todo de acumular dividendos sin cambiar de estrategia (9). En 1990, durante la invasión de Irak a Kuwait, el control del KIA logró escapar al régimen de Saddam Hussein. Hubo que esperar la reciente suba de precios del petróleo para que este fondo, ampliamente afectado además por malversaciones y malas colocaciones, se convirtiera en un actor consecuente de la economía mundial.

Es sobre el mismo modelo de “fondo para las futuras generaciones” que los demás fondos soberanos se constituyeron en el seno de los países exportadores de petróleo y otras materias primas: Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Omán, Dubai... Otros pertenecen a los países emergentes de Asia que, gracias a su fuerte crecimiento económico, generaron importantes excedentes comerciales que buscan hacer fructificar: Singapur, Corea, Malasia, Taiwán.

China constituye por sí sola una categoría aparte, debido a las consideraciones a la vez políticas y económicas. Con sus gigantescas reservas de divisas (aproximadamente 1,5 billones de dólares), el régimen de Pekín ya blandió, en más de una oportunidad, el “arma nuclear financiera” que representan estas reservas (10). En el duro conflicto que la enfrenta a Estados Unidos (sobre la moneda y las exportaciones, los derechos humanos, las falsificaciones, entre otras cuestiones), China es sin duda el único país que puede hacer uso de su fuerza de choque financiera con fines políticos (11).

El mundo de las finanzas es propenso a las pasiones y desde hace algunos meses los fondos soberanos son sin lugar a dudas sus grandes estrellas. Su creciente poder generó muchos emuladores. El 1 de febrero pasado se creó en Rusia un “Fondo para las Futuras Generaciones”. Japón, India y Arabia Saudita piensan también crear los suyos. Estos países dedicarían una parte de sus reservas de divisas y otros fondos públicos que privilegian las inversiones seguras –tales como los bonos del tesoro de Estados Unidos– a colocaciones con las que esperan obtener mayores ganancias. Al igual que con los países del Golfo durante los años ’70, y con Japón en los años ’80, analistas financieros y medios de comunicación generalizan alegremente para revelar que en 2015, los fondos soberanos dispondrán de 12 billones de dólares (12). Lo suficiente para alimentar varios escenarios de catástrofe... y despertar apetitos.

En su papel de nuevas estrellas de las finanzas, los dirigentes de los fondos soberanos más “agresivos” (es decir, aquellos que buscan los más altos rendimientos) se formaron en la misma escuela que los genios de las finanzas responsables de la actual debacle (13). Los fondos especulativos y de inversiones más temerarios los cortejan asidua y desvergonzadamente, ya sea para asociarlos a nuevas apuestas tan seductoras como arriesgadas, o (¿pero acaso no es lo mismo?) para que los ayuden a salir del callejón sin salida.

El gran escándalo mediático está sobre todo relacionado con los riesgos potenciales que corren los beneficiarios de inversiones más que con las consecuencias en los países de origen. Porque si bien estos “fondos para las futuras generaciones” tienen como objetivo proteger el ahorro y hacerlo fructificar, han sufrido sin embargo depreciaciones espectaculares, y en muy pocas semanas. Desde el ingreso del fondo GIC de Singapur en su capital, la Unión de Bancos Suizos perdió el 55% de su valor, mientras que el título Citigroup bajó un 40% desde el ingreso del fondo ADIA de Abu Dhabi en el suyo. Un alto precio para ingresar en la “fortaleza financiera” (14).

En cuanto a objetivos incumplidos, el caso de China es más revelador aun. En mayo de 2007, el régimen de Pekín adquiría, por 3.000 millones de dólares, el 10% del célebre fondo de inversión estadounidense Blackstone. Poco tiempo después de su creación oficial, el 29 de septiembre de 2007, el fondo soberano CIC (China Investment Corporation), se disponía a “salvar” al banco de negocios Morgan Stanley inyectándole 10.000 millones de dólares. Por su parte, el banco Citic, brazo armado del gobierno chino (y asimilado a un fondo soberano), había negociado inversiones cruzadas en acciones que ascienden a 1.000 millones de dólares, acompañadas de alianzas estratégicas con el banco de negocios Bear Stearns (15). Desde entonces, Blackstone perdió el 60% de su valor; Morgan Stanley, el 26%. En cuanto a Bear Stearns, readquirido por una módica suma por JPMorgan Chase, se convirtió en la víctima más espectacular de la crisis de los subprimes.♦
REFERENCIAS

(1) Peter S. Goodman y Louise Story, “Foreigners Buy Stakes in the U.S. at a Record Pace”, The New York Times, 20-1-08.

(2) Henny Sender, “Silence not golden for sovereign funds”, Financial Times, Londres, 17-1-08.

(3) Bob Davis, “Wanted: SWFs’ Money Sans Politics”, The Wall Street Journal, Nueva York, 20-12-07.

(4) Frédéric Lordon, “El eterno retorno de la crisis financiera”, Le Monde diplomatique, ed. Cono Sur, Buenos Aires, septiembre de 2007; y “Crises financières, n’en tirer aucune leçon”, Le Monde diplomatique, París, marzo de 2008.

(5) Jacques Richard, “El nuevo capitalismo contable”, Le Monde diplomatique, ed. Cono Sur, noviembre de 2005.

(6) Simon English, “Apocalypse is nigh, Buffett tells Berkshire faithful”, The Daily Telegraph, Londres, 3-3-03.

(7) Ibrahim Warde, Propagande impériale et guerre financière contre le terrorisme, Agone-Le Monde diplomatique, París, 2007.

(8) Ashley Seager, “Sovereign funds defend themselves against calls for regulation”, The Guardian, Londres, 24-1-08.

(9) Ashley Seager, “State investors deny political motivations; Sovereign funds stabilise global economy; US deputy treasury chief calls for vigilance”, The Guardian, Londres, 25-1-08.

(10) Ambrose Evans-Pritchard, “China threatens nuclear option of dollar sales”, The Daily Telegraph, Londres, 10-8-07.

(11) I. Warde, “La suerte del dólar se juega en Pekín”, Le Monde diplomatique, ed. Cono Sur, marzo de 2005.

(12) Associated Press, “Sovereign funds under microscope in Davos, with calls for more transparency louder”, The International Herald Tribune, París, 24-1-08.

(13) Charles R. Morris, The Trillion Dollar Meltdown: Easy Money, High Rollers, and the Great Credit Crash, Public Affairs, Nueva York, 2008.

(14) “Les investissements des fonds souverains ont fondu en quelques semaines”, Les Échos, París, 18-3-08.

(15) Rick Carew, Laura Santini y James T. Areddy, “Great Wall Street of China: Morgan Deal Underlines the New Capital Flow; Who’s Playing Whom?”, The Wall Street Journal, Nueva York, 20-12-07.

IBRAIM WARDE*
LE MONDE DIPOMATIQUE, JULIO 2008


*PROFESOR ADJUNTO DE LA UNIVERSIDAD TUFTS (MEDFORD, MASSACHUSETTS, ESTADOS UNIDOS). AUTOR DE PROPAGANDE IMPÉRIALE & GUERRE FINANCIÈRE CONTRE LE TERRORISME, AGONE-LE MONDE DIPLOMATIQUE, MARSELLA-PARÍS, 2007.

EN EL PERU LOS MERCADOS NO SON LIBRES

Es usual que se afirme que la libertad de mercado significa dejar que las cosas sucedan sin regulación y sin control, mucho menos, del maligno Estado que sólo sirve para fastidiar la iniciativa de los particulares.

En dieciocho años de aplicación entusiasta del dogma ya se pueden confrontar algunos resultados: los mercados más importantes en el Perú se encuentran altamente concentrados. Esto significa que existen grupos de poder que pueden imponer sus condiciones a los demás, las que no dependen de su eficiencia o calidad productiva, sino del poder que poseen en su negocio, construido sobre la base de factores tales como participación en el mercado, acceso exclusivo a tecnología, imposibilidad de encontrar sustitutos con facilidad, necesidad de grandes inversiones para el ingreso de nuevos competidores, falta de información de los consumidores, entre otros.

De acuerdo con la prestigiosa consultora Maximixe (1) y de otras constataciones, son mercados altamente concentrados los siguientes: financieros y de seguros, alimenticios (lácteos, aceites, trigo, embutidos, gaseosas, cerveza), combustibles, estaciones de servicio, electricidad (generación y distribución), saneamiento, insumos para la construcción (fierro, cemento, ladrillo), Petróleo, GLP, gas doméstico, fondos previsionales, útiles de escritorio, telefonía, transporte ferroviario, transporte aéreo, tiendas por departamentos, supermercados.

En los mercados no existe competencia, únicamente existe una farsa que asegura las ventajas de aquellos que han construido su espacio de poder y que pueden y están dispuestos a hacer de todo por mantenerlo. El poder de mercado se expande también al mundo de las decisiones políticas, de la formación de opinión, de la educación e, incluso, del pseudo conocimiento.

¿Cuánta es la importancia de este tema en el día a día de los peruanos? ¿Cuánto impactan en la economía de los ciudadanos estas estructuras de poder? Cuando un agente de mercado no tiene competencia toma decisiones en función de su exclusivo interés individual. Los precios suben, la calidad baja, las ventas atadas son frecuentes y la discriminación se instala. El gran perjudicado es el consumidor porque el mercado libre, donde impera la competencia, no existe.

Es hora de que la sociedad se plantee la lucha por recuperar los mercados libres, por recuperar la competencia, por eliminar el abuso de la posición de dominio y que se combatan todas las formas de especulación, acaparamiento y concertación que tanto daño le hacen a la economía de todos los peruanos. No atender estos requerimientos es incubar una fórmula absolutamente eficaz para generar una situación de violencia y protesta popular.

Con gran ceguera, el gobierno llamado a defender la competencia y el mercado libre acaba de claudicar renunciando a legislar sobre el control de concentraciones empresariales y derogando del Código Penal los delitos económicos. Es necesario que las leyes que regulan los mercados se discutan en el Parlamento y no se aprueben a medianoche por influencia de una camarilla de iluminados que solo representan los intereses de algunos.
__________________

(1) Jorge Chávez Álvarez, "Estructuras de Mercado e Instituciones ¿Dónde Estamos?".

AUTOR :JUAN FRANCISCO ROJAS
ACTUALIDAD ECONOMICA DEL PERU,07/10/2008

viernes, 11 de julio de 2008

EL BUMERAN NEOLIBERAL

La idea de que los mercados se corrigen a sí mismos y asignan por sí solos de manera más eficiente y equitativa los recursos estuvo en la base de las crisis de la década pasada y vuelve a mostrar su inconsistencia de cara a los riesgos actuales de la economía mundial.



El mundo no ha sido piadoso con el neoliberalismo, ese revoltijo de ideas basadas en la concepción fundamentalista de que los mercados se corrigen a sí mismos, asignan los recursos eficientemente y sirven bien al interés público. Ese fundamentalismo del mercado era subyacente al thatcherismo, a la reaganomía y al llamado "Consenso de Washington" en pro de la privatización y la liberalización y de que los bancos centrales independientes se centraran exclusivamente en la inflación.

Durante un cuarto de siglo ha habido una pugna entre los países en desarrollo y está claro quiénes han sido los perdedores: los países que aplicaron políticas neoliberales no sólo perdieron la apuesta del crecimiento sino que, además, cuando sí crecieron, los beneficios fueron a parar desproporcionadamente a quienes se encuentran en la cumbre de la sociedad.

Aunque los neoliberales no quieren reconocerlo, su ideología salió reprobada también en otro examen. Nadie puede afirmar que la labor de asignación de recursos por parte de los mercados financieros a finales del decenio de 1990 fuera estelar, en vista de que el 97% de los inversores en fibra óptica tardaron años en ver la salida del túnel; pero al menos ese error tuvo un beneficio no buscado: como se redujeron los costos de la comunicación, la India y China pasaron a estar más integradas en la economía mundial.

Pero resulta difícil ver beneficios semejantes en la errónea asignación en masa de recursos a la vivienda. Las casas recién construidas para familias que no podían pagarlas se deterioran y se destruyen, a medida que millones de familias se ven obligadas a abandonar sus hogares en algunas comunidades y el gobierno ha tenido que intervenir por fin... para retirar las ruinas.

En otras, se extiende la plaga. De modo que incluso los que han sido ciudadanos modélicos, han contraído préstamos prudenciales y han mantenido sus hogares, ahora se encuentran con que los mercados han disminuido el valor de sus hogares más de lo que habrían podido temer en sus peores pesadillas. Desde luego, hubo algunos beneficios a corto plazo del exceso de inversión en el sector inmobiliario: algunos americanos (tal vez sólo durante algunos meses) gozaron de los placeres de la propiedad de una vivienda y de la vida en una casa mayor de aquella a la que, de lo contrario, habrían podido aspirar, pero, ¡con qué costo para sí mismos y para la economía mundial!

Millones de personas van a perder sus ahorros de toda la vida, al perder sus hogares, y las ejecuciones de las hipotecas han precipitado una desaceleración mundial. Existe un consenso cada vez mayor sobre el pronóstico: la contracción será prolongada y generalizada.

Tampoco los mercados nos prepararon bien para unos precios desorbitados del petróleo y de los alimentos. Naturalmente, ninguno de esos dos sectores es un ejemplo de economía de libre mercado, pero de eso se trata en parte: se ha utilizado selectivamente la retórica sobre el libre mercado... aceptada cuando servía a intereses especiales y desechada cuando no.

Tal vez una de las pocas virtudes del gobierno de George W. Bush es la de que el desfase entre la retórica y la realidad es menor de lo que fue durante la presidencia de Ronald Reagan. Pese a su retórica sobre el libre comercio, Reagan impuso restricciones comerciales, incluidas las tristemente famosas restricciones "voluntarias" a la exportación de automóviles.

Las políticas de Bush han sido peores, pero el grado en que ha servido abiertamente al complejo militar-industrial de los Estados Unidos ha estado más a la vista. La única vez en que el gobierno de Bush se volvió verde fue cuando recurrió a las subvenciones del etanol, cuyos beneficios medioambientales son dudosos. Las distorsiones del mercado de la energía (en particular mediante el sistema tributario) continúan y, si Bush hubiera podido salirse con la suya, la situación habría sido peor.

Esa mezcla de retórica sobre el libre comercio e intervención estatal ha funcionado particularmente mal para los países en desarrollo. Se les dijo que dejaran de intervenir en la agricultura, con lo que expusieron a sus agricultores a una competencia devastadora de los Estados Unidos y Europa. Sus agricultores habrían podido competir con sus colegas americanos y europeos, pero no podían hacerlo con las subvenciones de los EE.UU. y de la Unión Europea.

Como no era de extrañar, las inversiones en la agricultura en los países en desarrollo fueron disminuyendo y el desfase en materia de alimentos aumentó. Quienes propagaron ese consejo equivocado no tienen que preocuparse por las consecuencias de su negligencia profesional. Los costos habrán de sufragarlos los de los países en desarrollo, en particular los pobres.

Este año vamos a ver un gran aumento de la pobreza, en particular si la calibramos correctamente. Dicho de forma sencilla, en un mundo de abundancia, millones de personas del mundo en desarrollo siguen sin poder satisfacer las necesidades nutricionales mínimas.

En muchos países, los aumentos de los precios de los alimentos y de la energía tendrán un efecto particularmente devastador para los pobres, porque esos artículos constituyen una mayor proporción de sus gastos. La indignación en todo el mundo es palpable. No es de extrañar que los especuladores hayan sido en gran medida objeto de esa ira. Los especuladores afirman no ser los causantes del problema, sino que se limitan a practicar el "descubrimiento de precios" o, dicho de otro modo, el descubrimiento --un poco tarde para poder hacer gran cosa sobre ese problema este año-- de que hay escasez.

Pero esa respuesta es falsa. Las perspectivas de precios en aumento y volátiles animan a centenares de millones de agricultores a adoptar precauciones. Podrían ganar más dinero, si acaparan un poco de su grano hoy y lo venden más adelante y, si no lo hacen, no podrán sufragarlo, en caso de que la cosecha del año siguiente sea menor de lo esperado.

Un poco de grano retirado del mercado por centenares de millones de agricultores en todo el mundo contribuye a formar grandes cantidades. Los defensores del fundamentalismo del mercado quieren atribuir la culpa del fracaso del mercado a un fracaso del gobierno. Se ha citado a un alto funcionario chino, quien ha dicho que el problema radicaba en que el gobierno de los EE.UU. debería haber hecho más para ayudar a los americanos de pocos ingresos con su problema de la vivienda.

Estoy de acuerdo, pero eso no cambia los datos: la mala gestión del riesgo por parte de los bancos de los EE.UU. fue de proporciones colosales y con consecuencias mundiales, mientras que los que gestionaban esas entidades se han marchado con miles de millones de dólares de indemnización. Hoy hay una desigualdad entre los rendimientos privados y los sociales.

Si no están bien a la par, el sistema de mercado no puede funcionar bien. El fundamentalismo neoliberal del mercado ha sido siempre una doctrina política al servicio de ciertos intereses. Nunca ha recibido una corroboración de la teoría económica, como tampoco --ahora ha de quedar claro-- de la experiencia histórica. Aprender esta lección puede ser el lado bueno de la nube que ahora se cierne sobre la economía mundial.



AUTOR : JOSEPH STIGLITZ,PREMIO NOBEL DE ECONOMIA
REBELION,07/11/2008

martes, 8 de julio de 2008

DISTRIBUCION Y EXCEDENTE ECONOMICO. PORQUE NO MEJORAN LOS SALARIOS?

Desde el 2002 la economía peruana viene creciendo a una tasa promedio anual superior al 6%. Si bien ello ha significado que el excedente económico crezca significativamente, su repartición viene configurando una estructura del ingreso más concentrada que antes. Así, por ejemplo, los ingresos de quienes viven de su trabajo han disminuido su participación en el PBI. Según el INEI, esta bajó del 30.1% en 1991 al 25.1% en el 2001 y al 21.8% en el 2006. Por su parte el excedente de explotación subió hasta el 62% del PBI, precisamente en los años de la recuperación económica.Entre el 2006 y el 2007, mientras el PBI per cápita mejoraba en más del 14%, los sueldos y salarios promedio en las empresas de más de 10 trabajadores de Lima Metropolitana, es decir del sector formal de la economía, se mantenían sin mayor recuperación adquisitiva y a niveles inferiores a los de 1994 (Ministerio de Trabajo, IEM de febrero 2008) no obstante la importante mejora en la productividad laboral lograda en los último cinco años (Ver el Marco Macroeconómico Multianual 2009 -2011).¿Por qué, entonces, las remuneraciones no vienen mejorando de la misma manera que el crecimiento de la economía? Básicamente, por la permanencia de un marco institucional adverso a la redistribución que se mantiene como herencia de las reformas liberales, económicas y laborales, de la primera mitad de los noventa. Y por ello, no hay reforma tributaria para gravar más la renta y el patrimonio del sector con mayor riqueza; hay, básicamente, un mantenimiento de la legislación laboral pro empresa y está la insistencia en propiciar una “reforma laboral” que recorta derechos laborales tras el argumento de la “progresividad” de los mismos y de la promoción de la microempresa.Conviene recordar que no hay hecho más político en la economía que el reparto del excedente económico. Es que su distribución entre remuneraciones, utilidades e impuestos es un proceso que está en función directa a la capacidad de negociación de cada uno de los actores involucrados: trabajadores, empresarios y Estado, respectivamente. El sector empresarial como tributario del ajuste estructural de los noventa es quien detenta, el día de hoy, el poder. Los asalariados privados, con una tasa de sindicalización inferior al 9% y con la mitad de ellos con menos de 3 años promedio de antigüedad en su puesto de trabajo no son, en el momento actual, un contrapeso real al poder del empresariado. Y el Estado, bajo el síndrome del “perro del hortelano” no quiere ejercer su rol regulador ni aumentar la presión tributaria.Esa primera ronda distributiva es la que marca el sentido general y final de la distribución del ingreso. Por ello, sus secuelas son difíciles de revertir salvo se incorpore un mecanismo político -¿el Pacto Social?- que quiebre el “acuerdo” de la reforma liberal. La segunda ronda distributiva, por su parte, concentrada en la cuantía y el manejo del gasto social, es sólo un paliativo de la primera ya que las ganancias distributivas asentadas en una mejora de la eficiencia de los programas sociales resultan marginales frente a los cambios en la distribución funcional del ingreso. La política social, por sí sola, no logra revertir la concentración del ingreso que se gesta por acción del mercado; más aún cuando no se incorpora en el menú de acción una reforma tributaria que redistribuya con progresividad. En ese sentido, mejorar la capacidad de negociación del sector trabajador alienta mejoras en la distribución, al igual que los aumentos del salario mínimo. Es por ello que la calidad del empleo, el trabajo decente, no puede estar ausentes de cualquier propuesta seria que pretenda la disminución de la brecha distributiva.
AUTOR : JULIO GAMERO,
ACTUALIDAD ECONOMICA DEL PERU,07/08/2008

EL 9 POR DOS SUELDOS

El gobierno ha dado una nueva ley referida a las microempresas: el Decreto Ley 1064. Ya desde el 2003, los trabajadores de microempresas solo tenían derecho a la mitad de vacaciones y gratificaciones que el resto, y no tenían Compensación por Tiempo de Servicios (CTS). Esta reducción de derechos laborales se ha agravado, ya que ahora este sector podrá tener una Remuneración Mínima más reducida que para el resto, como si los alimentos en el mercado no costaran igual para todos.

En relación al seguro de salud, el nuevo decreto establece que las microempresas ahora asegurarán a sus trabajadores en el SIS - Seguro Integral de Salud (antes debían hacerlo en EsSalud). El DL 108 establece que el empleador deberá pagar la "mitad del aporte mensual total del Régimen Semicontributivo" del SIS y que el Estado pagará un monto similar. El problema es que de esa manera sólo se aportará la mitad de lo que efectivamente cuesta brindar este seguro para una persona. Además, el Decreto 1086 establece que estos aportes se hacen por trabajador, pero los beneficios son también para su cónyuge e hijos. Así, de seguirse al pie de la letra el DL 1086, el SIS recibirá ingresos para atender a media persona y con esa plata deberá atender a cuatro o más personas. Y eso, si es que el Tesoro pone los montos ofrecidos, algo en lo que no se puede tener demasiada confianza: históricamente nuestro Estado no ha cumplido con sus compromisos financieros con la seguridad social, y la salud no ha tenido ni tiene prioridad presupuestal.

Bajo estas condiciones, el SIS estará tremendamente desfinanciado, es decir, sin los recursos necesarios para atender a sus afiliados. Eso impediría que el decreto logre promover efectivamente su objetivo, que es el de formalizar a las microempresas. El pago del seguro de salud puede que vaya a ser barato (20 soles mensuales) para proteger a los trabajadores y sus familias, pero si la atención que reciben es muy mala, sigue sin ser atractivo. Es lo que ha pasado con los mototaxistas, a quienes se les ha ofrecido este mismo seguro por 10 soles mensuales: la gran mayoría de quienes se afiliaron al mismo dejaron de pagarlo por la deficiencia de la atención.

En la vigilancia que tanto la Defensoría como Forosalud han hecho sobre el SIS, las quejas de desabastecimiento de medicinas, largas colas, discriminación y mala atención son muy difundidas. Si el SIS no tiene el financiamiento necesario, los problemas se mantendrán, y con ellos el poco atractivo de este nuevo régimen de seguro de salud para las microempresas y sus trabajadores.

El nuevo decreto también establece un sistema de pensiones al que el estado aportará en la misma medida que la microempresa. Nuevamente, la clave para que esto sea atractivo es que los trabajadores tengan confianza en este sistema, pero el administrador será una empresa privada, sin mecanismos de participación de los trabajadores o condiciones mínimas de seguridad o transparencia.

En realidad, la formalización de las micro y pequeñas empresas no pasa principalmente por medidas legales sino por mejorar su economía, aumentando su productividad y ampliando su mercado. Por eso, programas de capacitación, asistencia técnica y apoyo a la comercialización son fundamentales. También lo son la protección del mercado interno frente a la competencia desleal, lo que el TLC con Estados Unidos y con China impiden. Subsidiar un seguro de salud para los trabajadores de microempresas es una buena idea, que puede ayudar a su progreso y formalización. La clave, sin embargo, es que ese seguro de salud otorgue una buena atención, lo que sin el presupuesto necesario y una gestión eficaz no será posible.

MEDIANAS EMPRESAS

Al mismo tiempo, este mismo decreto (DL 1086) ha reducido los beneficios a los trabajadores de empresas medianas, reduciéndoles a la mitad sus vacaciones, gratificaciones y CTS. El Decreto llama a estas empresas como "pequeñas empresas", pero en el Perú es evidente que una empresa con 100 trabajadores que vende 6 millones de soles, no tiene nada de "pequeña". Es sólo un truco propagandístico más para pasar gato por liebre.

El efecto sobre los trabajadores es sustancial: en esencia, este decreto les quita a estos trabajadores dos sueldos completos al año. Los trabajadores pierden medio mes de vacaciones, medio sueldo de CTS, medio sueldo en diciembre, medio sueldo en julio: ¡Feliz 28!

La nueva ley dice que estos beneficios no podrán ser retirados a los actuales trabajadores y que no se puede subdividir a una empresa en varias menores para gozar de este beneficio. Pero es improbable que esos controles funcionen. ¡Si el gobierno permite que las empresas destruyan sindicatos impunemente, incluso en empresas con miles de trabajadores! ¡Si se puede despedir a un trabajador para contratar a otro en el mismo puesto pero que sólo tenga la mitad de los beneficios!

Hagamos un cálculo: ¿cuánto puede ganar una empresa que tiene 300 trabajadores, subdividiéndola en cuatro y acogiéndose a la nueva ley? Para un obrero que gana mil soles mensuales, la empresa se ahorra dos mil soles anuales (que pierde el trabajador). Si son 300 trabajadores, la empresa se ahorra 600 mil soles anuales.

Recordemos: en el capitalismo, las empresas se dedican a buscar obtener las mayores ganancias posibles. Si lo pueden hacer restándole beneficios a los trabajadores, ¿por qué no lo harían?

En los últimos años, los trabajadores que recibían en total 25% del PBI, han pasado a recibir 20% del PBI. Esto quiere decir que han perdido unos US$ 7 mil millones de dólares al año, menores ingresos que han pasado a engrosar las ganancias de las empresas. Ahora, los trabajadores perderán otro poco frente al capital.

DESPUÉS DEL 9

Desde Fujimori en adelante, los trabajadores han ido perdiendo beneficios y derechos. Como algunos pronosticaron en su momento, el TLC ha servido para, con el pretexto de la competitividad, quitarles otros dos sueldos anuales a los trabajadores de medianas empresas. Es un pretexto, porque la competitividad se gana con avance tecnológico y aumento de productividad; en base a "cholo barato" ningún país llega muy lejos.

Los trabajadores han ido perdiendo beneficios y sus salarios están estancados en medio del mayor crecimiento económico de nuestra historia, porque están siendo avasallados políticamente.

Esto puede cambiar si los trabajadores hacen oír su voz, fuerte, como lo han hecho más de una vez en el pasado.

Es esto lo que puede hacer que, en contraposición a lo dicho Alan García, el 10 de julio sea distinto al 9.

Es esto lo que el gobierno teme del Paro Nacional.

AUTOR : PEDRO FRANCKE
ACTUALIDAD ECONOMICA DEL PERU,07/07/2008

lunes, 7 de julio de 2008

INFLACION EN ALIMENTOS GOLPEA MAS AL PERU QUE AMERICA LATINA

Queda claro que la inflación, después de varios años, ha vuelto al primer plano de las preocupaciones económicas en todo el mundo. Son dos los rubros que contribuyen a su aceleración: los combustibles y los alimentos. Cada uno de ellos es explicado por factores estructurales y coyunturales, lo que es materia de amplio análisis en los medios de prensa. Y la conclusión es que los factores estructurales de ambos mercados pesan más que los coyunturales, lo que quiere decir que los precios continuarán en esos niveles (o seguirán creciendo) por muchos años.

Se sabe que la inflación golpea más a los sectores de menores ingresos y, sobre todo, a los pobres. Esa regla es general. Pero hay particularidades que determinan diferentes niveles de impacto del aumento de los alimentos. Así, por ejemplo, en EEUU el peso de los alimentos en la canasta promedio de las familias es de 16%. La cosa es distinta en los países africanos, donde ese mismo peso es 70 a 75%. Por tanto, si bien el alza de alimentos preocupa a los norteamericanos, para los africanos el problema es, literalmente, de vida o muerte.

¿Y cómo está América Latina? Veamos. En el Perú el peso de los alimentos es el 47.5% de la inflación que mide el INEI, sobre la base de un ingreso de S/. 1,200 soles mensuales para una familia de 5 personas. Este 47.5% es enormemente alto comparado con Brasil, Argentina, México, Venezuela, Chile y Colombia (ver cuadro), donde el peso de los alimentos en la canasta promedio es muchísimo menor (*).

Esto no se debe a que los alimentos en el Perú sean más caros que en los otros países, pues el nivel promedio de precios de los alimentos es parecido. La cuestión es que en el Perú la pobreza es más alta y el salario es más bajo, por lo que se destina una mayor porción de los ingresos en alimentos. A lo que se agregan tres elementos que agravan la situación: 1) que para los sectores pobres D y E de Lima, según cálculos de Apoyo, el peso de los alimentos en la canasta es de 55 y 59%, respectivamente.

2) Que la inflación que considera el BCR de 3.9% es solo la de Lima. Pero la inflación "del Perú que no es Lima" es mucho mayor: según el INEI fue de 4.94% (en Arequipa fue 8.7%, en Huancayo 6.1%). Y el poder adquisitivo "en provincias" es menor que el de Lima, porque el nivel de pobreza es mayor. 3) el Perú es un país importador neto de alimentos, como resultado del abandono de las políticas de soberanía alimentaria.

En el Perú, entonces, la inflación de alimentos "se siente" más porque hay más pobreza y se gana poco y a que la legislación vigente es antitrabajador, como es ampliamente conocido. Por ejemplo, a diferencia de Argentina, Colombia y Chile no está institucionalizado el aumento anual del salario mínimo. Además, muy pocos trabajadores están en planilla, por lo que casi no tienen beneficios laborales. A lo que se agrega que el DL 1086, Ley MYPE, ahora establece que la "pequeña empresa" abarcará hasta 100 trabajadores, lo que implica el recorte de salarios y de derechos sociales.

Es el resultado de los extremos de la política neoliberal, por lo que urge poner el péndulo al medio en las relaciones entre Estado y mercado. Así van las cosas en este país que crece con cifras de dos dígitos, pero que no reparte sus frutos de manera igualitaria. Es eso lo que explica y legitima la protesta social del Paro del 9 de julio.


(*) La información proviene de un trabajo reciente presentado al Consorcio de Investigación Económica y Social, CIES, por el economista Hugo Perea, del BBVA.

AUTOR : HUMBERTO CAMPODONICO

CRISTAL DE MIRA, 07/07/2008

viernes, 4 de julio de 2008

EL CAPITALISMO AVANZA HACIA UNA NUEVA CRISIS MUNDIAL (PARTE ii -FINAL)

3. Grietas en la hegemonía estadounidense sobre el mundo

En la década de 1990 la desaparición de la URSS dio paso a un mundo unipolar bajo la hegemonía norteamericana. Cuando George Bush hijo llegó al poder en el 2000 los neoconservadores que lo acompañaban vaticinaban que el siglo XXI sería el siglo del predominio yanqui sobre el mundo globalizado. Pero en esta primera década del siglo XXI se han venido desarrollando circunstancias que auguran que la hegemonía norteamericana pudiera estarse resquebrajando bastante más rápido de lo que se suponía (18). Algunos de esos síntomas serían:

- Estados Unidos se expandió como potencia imperialista basado en su condición de gran país productor y exportador de petróleo. Esa condición ha variado en las últimas décadas, y actualmente los Estados Unidos importan el 65 % del petróleo que consumen, originando una fuerte y decisiva dependencia energética con relación a factores externos, además de la enorme transferencia de dólares hacia el exterior que significan anualmente esas importaciones de petróleo (por encima de los 500.000 millones de dólares al año). La actual alza de precios del petróleo a niveles que apenas el año pasado se consideraban como fantasía (138 dólares el barril al momento de escribir esto), generan graves problemas sociales en la propia sociedad norteamericana, contribuyendo al aumento de la inflación y a la caída del consumo, acelerando de esa manera los factores de la crisis económica en curso (19).

- En esta última década Rusia se ha recuperado y alcanzado el estatus de potencia económica y militar mundial, impulsada por su producción energética (segundo productor de petróleo y primer productor de gas del mundo), y por las medidas proteccionistas y nacionalizadoras impulsadas por la gestión de Wladimir Putin. Las reservas internacionales rusas ascendieron de 12.000 millones de dólares en 1999 a 315.000 millones en 2006. El desfile militar del 1º de mayo del 2008 en Moscú, en la cual se mostraron los poderosos cohetes atómicos intercontinentales, pudieran ser una muestra de que la Rusia débil y caótica que surgió del derrumbe de la Unión Soviética en los noventa es cosa del pasado. La oposición de Rusia a la instalación por Estados Unidos de “escudos antimisiles” en países de Europa oriental, oposición que ha recibido el apoyo de China, es otra demostración del creciente poderío ruso que comienza a enfrentarse a las ambiciones expansionistas de los gringos.

- China se ha convertido en las últimas décadas en una gran potencia manufacturera, recipiente principal de las inversiones mundiales de capital. De las 10 grandes corporaciones multinacionales, tres de ellas son chinas. Sus reservas en divisas superan el billón de dólares, y su capacidad productiva se ha desarrollado vinculada tanto a la demanda de la economía norteamericana, como a las economías de países como Japón, Corea del Sur, Taiwán, Filipinas, Malasia y Australia (20). Sus esfuerzos por modernizar sus fuerzas militares se ejemplifican con el lanzamiento, en enero de 2007, del primer misil antisatelital que destruyó con éxito un satélite meteorológico chino en desuso. Pero lo más resaltante de la estrategia china es la conformación desde 1996 de la Organización de Cooperación de Shangai (SCO), integrada por China, Rusia, Kasajstán, Kirguizia, Tayikistán, Uzbekistán, y como países observadores están India, Pakistán, Mongolia e Irán. En agosto de 2007, la SCO realizó sus primeros ejercicios militares conjuntos. Este acuerdo económico, político y militar entre las principales naciones asiáticas constituye un reto a la influencia occidental en la región, algo que por supuesto no debe ser bien visto por los norteamericanos, sobre todo después que les fuera negada su participación como país observador en la SCO. China ha mejorado sus vínculos políticos y económicos en otros continentes como Africa y América Latina. En términos energéticos, el crecimiento y consumo de petróleo por China entra en contradicción con los objetivos norteamericanos de controlar las regiones productoras de hidrocarburos del medio oriente y de Asia central (objetivo gringo que de por sí busca restringir los suministros de petróleo hacia China). En cualquier caso, hacemos la salvedad que tanto China como Rusia, representantes principales de las tendencias multipolares del mundo actual, no constituyen fórmulas de superación del capitalismo imperante; no pasan de ser alternativas de recambio, o sucesión de hegemonías, dentro del sistema capitalista, si ello llegara a concretarse. Pero dado que el capitalismo occidental eurocristiano viene edificándose desde hace 500 años, es obvio que una probable sustitución de su condición hegemónica implicaría profundos cambios en el sistema de relaciones internacionales. Nuestra referencia a China y Rusia no obedece, por tanto, a simpatía alguna que tengamos hacia sus sistemas político-económicos, sino a la circunstancia de que su condición de potencias emergentes los coloca como factores agravantes de la crisis mundial que enfrenta la hegemonía estadounidense.

- La ruptura del monopolio informativo que estaba en manos de Estados Unidos e Inglaterra, con el surgimiento de canales informativos como Al Jazeera y Telesur (21). Irán y Rusia han desarrollado igualmente canales televisivos de información en idioma inglés. El viejo monopolio de la BBC y CNN ha dado paso a visiones multipolares sobre la información en todos los rincones del mundo, creando las condiciones que dificultan cada vez más la manipulación informativa que el capitalismo occidental ha desarrollado por siglos para favorecer sus intereses imperiales alrededor del mundo.

- El crecimiento de las fuerzas de izquierda en Latinoamérica, y la creciente pérdida de influencia norteamericana en la región, considerada por ellos mismos en términos históricos como su “patio trasero”. Quizás el ejemplo más patético haya sido, hasta ahora, la votación en la OEA para elegir a su secretario general, en mayo de 2005, votación perdida por el candidato mexicano apoyado por los Estados Unidos, y ganada por quien contaba con el respaldo y la promoción explícita del gobierno de Hugo Chávez, el chileno José Miguel Insulza. De manera general, los reiterados triunfos electorales de fuerzas de izquierda en Venezuela, Brasil, Argentina, Uruguay, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Chile y Paraguay, y el crecimiento electoral de las mismas en países como México, Colombia y Perú, constituyen una circunstancia sin precedentes en la región. Iniciativas de integración regional que ya están en desarrollo, como el Banco del Sur, la UNASUR, el ALBA, y un acuerdo militar suramericano que promueven varios gobiernos entre los que destacan Brasil y Venezuela, constituyen ejemplos palpables de que América Latina está intentando seguir caminos de soberanía y distanciándose de la histórica influencia norteamericana en la región. Aunque todo este proceso sea aún incipiente, puedan ser revertidos en el mediano plazo, o culminen en simples experiencias reformistas, de cualquier forma es indudable que las formulaciones de los teóricos de la dependencia realizadas en la década de 1960 se han quedado cortas y conservadoras ante este crecimiento y los logros alcanzados por este nacionalismo de izquierda latinoamericano del siglo XXI. La pérdida de influencia estadounidense en América Latina es reconocida de una u otra forma por multitud de organizaciones y personalidades de los propios Estados Unidos, incluyendo al Presidente Bush y a los candidatos Mac Cain y Obama.

- El empantanamiento de Estados Unidos tanto en Irak como en Afganistán. Lo que se planificó como intervenciones de rápida definición han terminado convirtiéndose en una guerra irregular que además de causarles miles de bajas en muertos y heridos, los obliga a mantener un gasto militar enorme, no previsto en los planes originales. La incapacidad de los Estados Unidos para acabar con las resistencias iraquí y afgana han puesto en duda la efectividad real de sus avances tecnológicos en el campo militar. Algo similar ha sucedido luego de que la invasión israelí contra el Líbano, en julio-agosto de 2006, se demostrara incapaz de derrotar a la milicia del Hizbolá. La superioridad militar norteamericano-israelí, fundamento de su papel como potencia hegemónica del mundo unipolar, está seriamente cuestionada a la luz de los acontecimientos en Afganistán, Irak y Líbano. Haciendo una analogía histórica, la resistencia iraquí contra la invasión estadounidense-británica es también un acontecimiento inesperado que amenaza con cambiar el curso de los acontecimientos en el medio oriente, de la misma forma en que la resistencia soviética en Stalingrado volteó el rumbo de la segunda guerra y marcó el inicio del colapso para el imperio nazi-alemán (22).

- Otro elemento vinculado a lo anterior es la creciente influencia iraní en los gobiernos de Irak y Afganistán. Siendo Irán el principal enemigo declarado por el gobierno de los Estados Unidos, amenazado de un ataque militar casi inminente contra sus instalaciones de energía nuclear, no es comprensible que mantenga al mismo tiempo las mejores relaciones con los gobiernos títeres de Bagdad y de Kabul. Hoy mismo (8 de junio de 2008) el presidente de Irak, Al-Maliki, ha visitado Teherán y afirmado que no permitirá usar el territorio iraquí para atacar desde allí a Irán, saliéndole al paso a las amenazas proferidas el viernes 6 por el viceprimer ministro israelí que habló de que no quedaba otra salida que atacar militarmente las instalaciones nucleares iraníes. El propio Ahmadinejad ha visitado Kabul en 2007, desafiando la influencia norteamericana en Afganistán. Un último detalle acerca de las vicisitudes de un imperio que no es respetado ni por los mismos gobiernos títeres que impone en los territorios invadidos: el gobierno de Al-Maliki le vende la gasolina a las fuerzas militares de ocupación tres veces más cara que el precio de venta para la población iraquí (23).

4. La estrategia del imperio y el desarrollo de la crisis

En la historia de la humanidad no todos los imperios han desarrollado las mismas estrategias. Diversos autores han profundizado sobre las diferencias entre la política del Imperio Romano y las de otras formaciones sociales como la India, China, Mesopotamia, Egipto, Mesoamérica (Mayas y Aztecas principalmente) y los Incas en los Andes (24). El imperialismo de los romanos se caracterizó por la imposición del esclavismo como modo de producción y por el expansionismo cultural, a diferencia del modo de producción tributario existente en todo el resto de sociedades mencionadas.

Esas características propias del Imperio Romano se repitieron en los imperios absolutistas europeos que surgieron a partir del siglo XV. La conducta del Imperio Español en América no tuvo nada que ver con “dominar a cambio de protección y orden interno”, como afirma Roland Denis en el artículo mencionado al principio de este trabajo. Los españoles arrasaron totalmente con las sociedades existentes en América, las integraron por la fuerza a su sistema económico, a su modo de vida, a su religión, idioma y costumbres, además de saquearlas sistemáticamente durante más de trescientos años y de explotar la mano de obra gratuita de la población indígena y de los esclavos traídos de Africa.

Si ha existido algún tipo de soberanía en el mundo no es precisamente por responder a una política consciente del imperialismo. Las soberanías de los países, por ejemplo en América Latina y en los propios Estados Unidos, se conquistaron mediante largas guerras de independencia que en modo alguno pueden enmarcarse en una estrategia específica del imperialismo. En todo caso las fuerzas imperialistas establecieron estrategias a partir de allí, como hacen todos los actores en la confrontación social, de acuerdo al desarrollo particular de la lucha de clases.

Igual ocurre con el llamado “orden internacional”. Durante la década de 1930 se violentó radicalmente el orden internacional, se pisoteó la soberanía de multitud de países, se violaron todos los acuerdos previos establecidos entre las grandes potencias, y finalmente se desembocó en el estallido de la gran guerra mundial a partir de 1939. El orden internacional ha sido algo que funciona si sirve a los intereses imperialistas, y se rompe cada vez que se contrapone a los mismos. En las grandes crisis imperialistas, precisamente es el orden internacional lo primero que salta por los aires, junto a la soberanía de las naciones y pueblos. No ubicamos en que época pudieron desarrollarse esos “cuatro siglos de formación de soberanías, estados liberales y orden internacional”, como afirma Denis.

El promover la desorganización y el caos no es, por tanto, una estrategia novedosa para el imperialismo. Por el contrario, ha sido una receta utilizada desde el Imperio Romano hasta el presente, como mecanismo de subyugación de los pueblos y naciones.

Siguiendo la tesis de Samir Amin sobre el imperialismo colectivo instaurado a partir de 1945 (25), el cual estaría integrado por los Estados Unidos como potencia hegemónica, Japón y la Europa Occidental, el objetivo que se trazaron los gringos en ese entonces sigue siendo el mismo actualmente, dominar militarmente el mundo para garantizar la explotación segura de los recursos naturales destinados a satisfacer las necesidades de la ciudadanía norteamericana. Este objetivo, luego de diversas vicisitudes a lo largo de varias décadas, se comenzó a facilitar luego del derrumbe del Bloque Soviético entre 1989-1991.

Las prioridades de los Estados Unidos se orientan a impedir el surgimiento de cualquier otra potencia que amenace su hegemonía mundial, y a garantizarse el libre acceso a recursos naturales como energía, agua y alimentos, ante la perspectiva de su progresiva escasez y agotamiento en el transcurso del presente siglo. En el primer caso, China y Rusia reúnen esas condiciones para desarrollarse como potencias y desplazar en el futuro al imperio unipolar estadounidense. Sin perder de vista que la propia Europa (la Unión Europea) también reúne esas potencialidades. La necesidad de controlar militarmente el medio oriente, región desde la cual se puede atacar militarmente tanto a China, como a Rusia e incluso a Europa, se fortalece con la existencia allí de las principales reservas de petróleo del mundo.

Cuando ocurren los sucesos del 11 de septiembre de 2001, el plan desatado a partir de allí por los Estados Unidos tenía por objetivo final el cercar a China, de manera de restringirle los suministros de petróleo y limitar su influencia regional mediante la ocupación militar de territorios en Asia central y el Medio Oriente (26). Luego de 7 años de intervención en Afganistán y de 5 años de haber invadido Irak, los Estados Unidos no han podido estabilizar su influencia en ambos países; tampoco han avanzado hacia la ocupación de Irán, invasión que siempre ha estado a la orden del día pero que se posterga una y otra vez ante la incertidumbre cada vez mayor del resultado militar de esa confrontación. Mientras eso ocurre, Rusia se ha ido recuperando como potencia económica y militar, y se ha unido a China como potencias emergentes que comienzan a desafiar la hegemonía estadounidense.

Tratando de dominar el Medio Oriente, a los Estados Unidos se le ha insubordinado su propio patio trasero, los países de América Latina. Como si eso no bastara, la inestabilidad económica ha vuelto con una fuerza no vista desde la época de la Gran Depresión, a partir de la ruptura de la “burbuja inmobiliaria”, los precios del petróleo escalan diariamente nuevos records y amenazan seriamente los niveles de vida de los ciudadanos de los países centrales. La crisis alimentaria se fortalece con su progresiva escasez (ayudada por su utilización en la elaboración de bio-combustibles) y con los aumentos de precios en el último año. Toda una serie de factores que enredan al máximo la estrategia que venía desarrollando el imperio yanqui al comienzo de esta década.

Todo lo anterior no implica que la estrategia del imperio haya fracasado, o que se vaya a modificar. Hay que tener claro que los actores dentro de las fuerzas imperialistas responden, como en todas partes, a diversas tendencias. La circunstancia de los últimos años, de hegemonía de los neoconservadores gringos, pudiera variar en el marco de las próximas elecciones estadounidenses de noviembre. Pero también hay que tener claro que no hay sectores en la elite política norteamericana que pongan en duda o que se propongan modificar la condición imperial de los Estados Unidos. Tanto el Partido Republicano como el Partido Demócrata son dos piezas centrales de la conducción política del imperio. En todo caso dos estilos diferentes, pero con los mismos objetivos de fortalecer y prolongar la hegemonía estadounidense en todo el mundo.

El desarrollo inmediato de la crisis implica el desarrollo de múltiples circunstancias políticas y económicas, y de actores cada vez más enfrentados. En los hechos, se pudiera estar configurando no sólo una gran crisis económica, sino también una gran crisis política que crearía las condiciones para el estallido generalizado de confrontaciones militares, a partir del Medio Oriente y extenderse por otras regiones del mundo. Entre esas circunstancias actuantes destacamos:

• El aumento de precios del petróleo, con el consiguiente aumento de combustibles. Se están generando protestas populares tanto en los países de la periferia como en los propios centros capitalistas. La tendencia actual es a la profundización y masificación de dichas movilizaciones populares.

• El aumento de precios de los alimentos y la escasez de algunos rubros alimenticios. Igualmente están generándose manifestaciones, pero circunscritas por ahora a los países más pobres: países del Africa, Haití, etc. Los análisis de este aumento de precios se orientan a culpabilizar a las grandes multinacionales de la industria de alimentos como los responsables de los altos precios debido a la especulación en los mercados bursátiles. Algunos autores afirman que se promueven concientemente hambrunas en los países de la periferia, como un mecanismo de controlar la sobrepoblación y “garantizar que dicha sobrepoblación no afecte los intereses norteamericanos hacia el futuro” (27).

• Ambos factores, petróleo y alimentos, generan inflación, recesión, y desequilibran la estabilidad de las economías centrales (puesto que las economías periféricas nunca han estado estables).

• Continúan los efectos económicos de la crisis inmobiliaria en los Estados Unidos, que se ha extendido de manera directa a la Europa Occidental. La inestabilidad en la Bolsa de Valores de Nueva York pudiera ser un indicativo de la desconfianza que impera en los mercados, y de que los propios capitalistas están esperando tiempos peores. Algunos actores de las finanzas mundiales se atreven a formular la pregunta: “¿Cuáles son los límites del sistema capitalista? Tal vez el mercado no sea siempre el mejor mecanismo para solucionar la crisis” (28).

• Sobre los efectos de esta crisis financiera en la economía mundial, las opiniones mayoritarias se orientan a aceptar que incidirá tanto en Europa como en China e India, por los vínculos existentes entre estas economías. El agravamiento de la crisis financiera en Estados Unidos conduciría a una recesión mundial en el corto o mediano plazo, derivado de la interdependencia de las economías en todas las regiones del planeta.

• La crisis misma radicaliza las posiciones políticas en bando y bando. El imperio ve como tienden a resquebrajarse sus alianzas, y los centros de poder multipolares que se han comenzado a configurar en la última década (29) fortalecen sus argumentos para profundizar la “desconexión” con las estructuras económicas y políticas centrales.

• No obstante, no se debe subestimar la capacidad del sistema capitalista para encontrar salidas a la crisis actual. Algunos hablan del “keynesianismo militar”, que pasaría por el desarrollo de diversas confrontaciones bélicas que impongan una economía de guerra en los países centrales. Lo que Naomi Klein llama el “capitalismo del desastre”, es decir, promover la destrucción social en el mundo, para luego proceder a reactivar la economía mediante el proceso de reconstrucción de lo que se ha destruido. Fórmula que ha sido aplicada en Irak, y que se asocia a la doctrina de las “guerras preventivas”, destinadas a invadir los países y territorios que potencialmente puedan desafiar la hegemonía estadounidense en el futuro.

• A lo interno de la elite norteamericana también existen posiciones radicales en cuanto a la permanencia en Irak y la posible intervención armada contra Irán. Mientras Bush, Mc Cain y los Republicanos insisten en prolongar al infinito su permanencia en Irak, y no descartan en ningún momento la posibilidad de un ataque militar contra Irán para detener su supuesto plan de desarrollo nuclear, los demócratas, encabezados por su candidato Obama, insisten en una pronta salida de las tropas de Irak, y no hacen mucho énfasis en soluciones militares contra los países del llamado “eje del mal”, sino que priorizan las negociaciones y el diálogo. Este detalle no debe pasarse por alto, porque una contradicción de ese tipo en cuanto a las prioridades militares del imperio, referidas a intervenir o no en Vietnam, fue lo que condujo en 1963 al asesinato de Kennedy.

• Las presiones cada vez mayores del Estado de Israel para realizar un ataque militar contra Irán. Estas presiones se extienden tanto al gobierno de los Estados Unidos como a la Unión Europea. Un eventual ataque militar contra Irán trastocaría el orden mundial actual y daría paso a una serie de agresiones militares entre países que en poco tiempo pudieran conducir a una guerra de carácter mundial. Para el imperialismo sería una estrategia de “darle con el palo a la lámpara”, ante la progresiva pérdida de control político y económico sobre el mundo. Pero recordemos que esas soluciones extremas a las que ha recurrido el imperialismo sólo han conducido a profundizar su propia crisis y a que se constituyan y fortalezcan actores en el campo popular y revolucionario que desarrollan formas políticas alternativas al imperio (como ocurrió en la crisis de 1914-1945).

Finalmente, sobre el desarrollo previsible de los acontecimientos, siempre habrá que tomar en cuenta que las estrategias del imperialismo ante las crisis implican un tránsito hacia lo desconocido. En una situación de pérdida de control, el imperialismo recurre a estrategias cuyos resultados le pueden o no ser favorables. La estrategia de los nazis en los 30 los condujo a su aniquilamiento total, y a la desaparición de Alemania como potencia mundial por varias décadas. De las estrategias que los focos de poder multipolar desarrollen, como respuesta al imperio, dependerá el futuro de la humanidad. Nosotros nos pronunciamos a favor no sólo de la construcción de ese mundo multipolar, sino a favor de la transformación profunda de las relaciones económicas capitalistas, por el derrocamiento efectivo de la burguesía financiera y el desarrollo de sociedades donde se respete la diversidad política y cultural, basadas en la economía social cooperativista y en la democracia participativa. Tal vez esté llegando de nuevo la hora del socialismo, pero no ya del viejo socialismo de partido y de estado que fracasó en la URSS y demás países del llamado bloque socialista. Es la hora del llamado Socialismo del Siglo XXI, única alternativa de organización social que puede salvar a la humanidad de la barbarie a las que nos conduce el decadente imperio de la llamada civilización occidental eurocristiana.

Notas:

18) Víctor Wilches. 2006. La era del dominio unipolar de Estados Unidos declina aceleradamente. lunes, 18 de diciembre de 2006. http://www.elclarin.cl/index.php?option=com_content&task=view&id=5080&Itemid=996.

19) Jorge Beinstein. 2008. El hundimiento del centro del mundo. Estados Unidos entre la recesión y el colapso. www.aporrea.org.

20) Walden Bello. 2008. Un capitalismo con tonos apocalípticos. http://www.pensamientocritico.org/walbel0408.html.

21) Dilip Hiro. 2007. La aparición de un mundo multipolar. www.rebelión.org.

22) Guardando las distancias, no dejan de ser fenómenos con grandes diferencias en lo específico, pero sus efectos sobre el curso de los acontecimientos históricos tienden a ser parecidos.

23) Michael T. Klare. 2008. Retrato de una ex-superpotencia adicta al petróleo. www.rebelion.org.

24) Samir Amin. 1974. Sobre el desarrollo desigual de las formaciones sociales.

25) Ese imperialismo colectivo se ubica en el capitalismo occidental. Amin agrega otros dos focos de poder luego de 1945: la experiencia socialista, que colapsó en 1989-1991, y la experiencia nacionalista-antiimperialista que desarrollaron naciones del Tercer Mundo entre 1955-1975, incluyendo principalmente al nacionalismo árabe y los Países No Alineados. Samir Amin. 2000. La economía política del siglo XX. Monthly Review.

26) Según declaraciones del ex-presidente italiano Francesco Cossiga, los servicios de inteligencia estadounidenses e israelíes planificaron y ejecutaron los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, para acusar de terrorismo a los países árabes y así poder atacar Irak y Afganistán. http://www.corriere.it/politica/07_novembre_30/osama_berlusconi_cossiga_27f4ccee-9f55-11dc-8807-0003ba99c53b.shtml. Estas declaraciones fueron publicadas en español en www.rebelión.org.

27) Michel Chossudovsky. 2008. Tres necesidades vitales en peligro. La crisis global: Alimento, agua y combustible. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=68624&titular=la-crisis-global:-alimento-agua-y-combustible-.

28) George Soros, en intervención en el Foro Económico Mundial, en Davos. Enero de 2008.

29) Como la Organización de Cooperación de Shangai, y el bloque de países Suramericanos.

Fuentes:

• Amin, Samir. 2000. La economía política del siglo XX. Monthly Review. http://www.rcci.net/globalizacion/2000/fg129.htm.

• Amin, Samir. 2004. Geopolítica del imperialismo contemporáneo. CLACSO. Buenos Aires (Argentina). http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/hegemo/amin.rtf.

• Beinstein, Jorge. 2008. El hundimiento del centro del mundo. Estados Unidos entre la recesión y el colapso. www.aporrea.org.

• Bello, Walden. 2008. Un capitalismo con tonos apocalípticos. http://www.pensamientocritico.org/walbel0408.html.

• Chossudovsky, Michel. 2008. Tres necesidades vitales en peligro. La crisis global: Alimento, agua y combustible. http://www.rebelion.org

• Hiro, Dilip. 2007. La aparición de un mundo multipolar. www.rebelión.org.

• Klare, Michael T.. 2008. Retrato de una ex-superpotencia adicta al petróleo. www.rebelion.org.

• López Sánchez, Roberto. 2006. Una perspectiva actual del socialismo. Revista Cuestiones Políticas. Nº 36. Enero-Junio 2006. Maracaibo (Venezuela).

• PETRAS, James. 2006. Petras, Evo, Chávez y el imperialismo. http://www.voltairenet.org/article139664.html#article139664.

• Roberts, Paul Craig. 2008. ¿Por qué los precios del petróleo son tan altos? CounterPunch. Publicado en www.rebelión.org.

• Wilches, Víctor. 2006. La era del dominio unipolar de Estados Unidos declina aceleradamente. lunes, 18 de diciembre de 2006. http://www.elclarin.cl/index.php?option=com_content&task=view&id=5080&Itemid=996

Roberto López Sánchez es integrante del Departamento de Ciencias Humanas, Facultad Experimental de Ciencias. Universidad del Zulia. Av. Universidad. Edif. Grano de Oro. Maracaibo, Venezuela.


AUTOR : ROBERTO LOPEZ SANCHEZ
REBELION, 06/30/2008