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viernes, 11 de mayo de 2012

Las "estrategias de superación" del hambre, según el Banco Mundial

 Por Vicent Boix


En 2011 se desató una terrible hambruna en el Cuerno de África que amenazó las vidas y los medios de subsistencia de más de 12 millones de personas, principalmente en Somalia, Yibuti, Etiopía y Kenia, aunque la situación se extendió a Sudán y a ciertas regiones de Uganda. Se han relatado situaciones caóticas y las muertes por inanición se calculan entre 50.000 y 100.000, según Oxfam y Save the Children. (1) La situación estaba mejorando ligeramente en la región, gracias la acción humanitaria y a las lluvias que tuvieron lugar a finales de 2011, (2) pero a pesar de todo, 8 millones de personas siguen recibiendo atención humanitaria y la FAO ha lanzado una alerta porque el pronóstico para la próxima temporada de lluvias parece indicar que lloverá menos de lo previsto. (3)
La crisis está lejos de solucionarse y en los últimos meses se ha extendido a ocho países del Sahel, donde se calcula que hay aproximadamente quince millones de personas en riesgo grave de inseguridad alimentaria. Los estados más afectados son Níger (5,4 millones, 35% de la población), Chad (3,6 millones, 28% de la población), Malí (3 millones, 20% de la población), Burkina Faso (1,7 millones, 10% de la población), Senegal (0,85 millones, 6% de la población), Gambia (0,71 millones, 37% de la población) y Mauritania (0,7 millones, 22% de la población), aunque la zozobra también se ha propagado a Camerún y Nigeria. (4)

El incremento de los precios de los alimentos

Para diversos organismos la causa de las tragedias en el Cuerno de África y en el Sahel ha tenido su origen en el aumento de los precios de los alimentos, en la sequía existente en la región y en las malas cosechas. La realidad es que junto a los motivos coyunturales como la sequía o la reducción de las siembras, habría que añadir otros "históricos" como la desestructuración de las comunidades y de sus tradiciones agrícolas, una deficiente política agraria, fomento de la agroexportación en detrimento de la soberanía alimentaria y la agricultura campesina para consumo propio y venta en mercados nacionales, etc.
Todo ello ha ocasionado que muchos países africanos dependan de las importaciones de comida, y con ello, de unos precios internacionales de los alimentos que se han duplicado en menos de una década.
Inicialmente este aumento se quiso vincular, perversamente, con la oferta y la demanda de alimentos y materias primas agrícolas (sobre todo cereales). Pero con el paso del tiempo se ha reconocido que este incremento guarda más relación con la inversión financiera en los mercados alimentarios de futuros, como se puede ver en la gráfica.
De esta forma el Parlamento Europeo reconocía en enero de 2011 que "…estos acontecimientos están sólo en parte provocados por principios básicos del mercado como la oferta y la demanda y que en buena medida son consecuencia de la especulación (…) los movimientos especulativos son responsables de casi el 50 % de los recientes aumentos de precios…". (5) En la misma dirección, Olivier de Schutter, relator de Naciones Unidas para el derecho a la alimentación, manifestaba en septiembre que "El apoyo a los biocombustibles, así como otros aspectos relacionados con la oferta [como las malas cosechas o la suspensión de exportaciones] son factores de una importancia relativamente secundaria, pero en el tenso y desesperado estado de las finanzas mundiales desencadenan una gigantesca burbuja especulativa". (6)
Durante décadas se promovió una agricultura exportadora de alimentos y materias primas creando a su vez dependencia hacia las importaciones, lo que ha originado dinámicas desastrosas como la anunciada por la FAO a inicios de 2011, que supuso la antesala a la actual crisis alimentaria que vive África: "…los países de bajos ingresos y déficit de alimentos han sido golpeados con dureza por las subidas de los precios en los últimos años. Debido a esta alza, muchos de estos países han tenido que pagar facturas más elevadas por la importación de alimentos. Casi todos los países africanos son importadores netos de cereales. Las personas más afectadas por el alza de precios son los compradores netos de alimentos, como los residentes urbanos y los pequeños campesinos, pescadores, pastores y trabajadores agrícolas que no producen alimentos suficientes para cubrir sus necesidades. Los más pobres de entre ellos destinan más del 70-75 por ciento de sus ingresos en la compra de alimentos". (7)

viernes, 27 de abril de 2012

Alemania, de paseo junto al cortafuegos

 Por Michael R. Krätke *

 

 

Después de demorar su decisión, India, Brasil y China están dispuestas a proporcionar dinero al fondo anticrisis del Fondo Monetario Internacional. A cambio esperan que se cumplan los acuerdos que les otorgarían un mayor poder de decisión en la organización. 

El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial disponen: el G20, el club de los mayores accionistas del FMI, ha prometido aumentar el fondo de rescate en 430 mil millones de dólares y duplicar así el volumen para posibles rescates financieros para los países en quiebra de Europa, así como otros aspirantes al puesto. El FMI se convierte así en un bombero equipado con más de un billón de dólares para sofocar fuegos.
El ministro de Finanzas alemán Wolfgang Schäuble ha recibido una merecida paliza. EE.UU. y Canadá se escurren y no participarán en la operación. También los estados BRIC dudan y hasta hace poco no establecieron la cantidad de su aportación. Fueron sobre todo los países europeos, entre ellos Alemania, con 55 mil millones de dólares, así como Japón (60 mil millones) y Corea del Sur (15 mil millones), quienes construyen este cortafuegos. Sus motivos no son difíciles de adivinar: ninguno de ellos está interesado en ver cómo Europa se hunde en una depresión que duraría décadas.
Ciertamente, muchos de los estados donantes dudan de que la Eurozona puede curarse gracias la medicina alemana a base de regla de oro, dogma de austeridad y pacto fiscal. Los economistas en Estados Unidos reclaman un programa económico urgente para países como España, Portugal, Irlanda o Grecia. Como alternativa a los engranajes de la política de crisis europea ejercida hasta la fecha, recomiendan además la creación de eurobonos, comparables a los bonos del tesoro estadounidense, sin los cuales el dólar como moneda mundial no existiría. Y animan al Banco Central Europeo a que intervenga, como ha hecho ya la Reserva Federal en los Estados Unidos. El gobierno alemán no podrá bloquear a largo plazo ninguna de ambas cosas si quiere que atraer a inversores internacionales para que compren los títulos de deuda de los países de Europa.