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viernes, 27 de abril de 2012

Alemania, de paseo junto al cortafuegos

 Por Michael R. Krätke *

 

 

Después de demorar su decisión, India, Brasil y China están dispuestas a proporcionar dinero al fondo anticrisis del Fondo Monetario Internacional. A cambio esperan que se cumplan los acuerdos que les otorgarían un mayor poder de decisión en la organización. 

El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial disponen: el G20, el club de los mayores accionistas del FMI, ha prometido aumentar el fondo de rescate en 430 mil millones de dólares y duplicar así el volumen para posibles rescates financieros para los países en quiebra de Europa, así como otros aspirantes al puesto. El FMI se convierte así en un bombero equipado con más de un billón de dólares para sofocar fuegos.
El ministro de Finanzas alemán Wolfgang Schäuble ha recibido una merecida paliza. EE.UU. y Canadá se escurren y no participarán en la operación. También los estados BRIC dudan y hasta hace poco no establecieron la cantidad de su aportación. Fueron sobre todo los países europeos, entre ellos Alemania, con 55 mil millones de dólares, así como Japón (60 mil millones) y Corea del Sur (15 mil millones), quienes construyen este cortafuegos. Sus motivos no son difíciles de adivinar: ninguno de ellos está interesado en ver cómo Europa se hunde en una depresión que duraría décadas.
Ciertamente, muchos de los estados donantes dudan de que la Eurozona puede curarse gracias la medicina alemana a base de regla de oro, dogma de austeridad y pacto fiscal. Los economistas en Estados Unidos reclaman un programa económico urgente para países como España, Portugal, Irlanda o Grecia. Como alternativa a los engranajes de la política de crisis europea ejercida hasta la fecha, recomiendan además la creación de eurobonos, comparables a los bonos del tesoro estadounidense, sin los cuales el dólar como moneda mundial no existiría. Y animan al Banco Central Europeo a que intervenga, como ha hecho ya la Reserva Federal en los Estados Unidos. El gobierno alemán no podrá bloquear a largo plazo ninguna de ambas cosas si quiere que atraer a inversores internacionales para que compren los títulos de deuda de los países de Europa.