Por Nuriel Roubini *
Parece ser que oscuras y amenazantes nubes financieras y económicas avanzan desde todas direcciones: la eurozona, Estados Unidos, China y otras áreas. De hecho, es posible que la economía mundial en 2013 resulte ser un ambiente donde resulte muy difícil encontrar abrigo.
Parece ser que oscuras y amenazantes nubes financieras y económicas avanzan desde todas direcciones: la eurozona, Estados Unidos, China y otras áreas. De hecho, es posible que la economía mundial en 2013 resulte ser un ambiente donde resulte muy difícil encontrar abrigo.
Para
empezar, la crisis de la eurozona se está agravando: al tiempo que el
euro sigue siendo muy fuerte, una carga frontal de austeridad fiscal
profundiza la recesión en muchos países miembros, y la contracción del
crédito en la periferia y los altos precios del petróleo socavan las
perspectivas de recuperación. El sistema bancario de la eurozona se está
balcanizando, a medida que se cortan las líneas de crédito
transfronterizas e interbancarias. La fuga de capitales podría
convertirse en una corrida bancaria total en la periferia si, como es
probable, Grecia acaba por salir desordenadamente del euro en los
próximos meses.
Más aún,
las tensiones fiscales y de la deuda soberana están empeorando a medida
que los diferenciales de las tasas de interés para España e Italia
regresan a sus insostenibles niveles máximos. De hecho, puede que la
eurozona precise no solo de un rescate bancario internacional (como
ocurrió hace poco en España), sino también de un plan de rescate
soberano pleno en un momento en que los "muros de protección"
internacionales y de la eurozona son insuficientes para la tarea de
respaldar a España e Italia. Por ello, sigue siendo posible la ruptura
desordenada de la eurozona.