Por Claudio Katz
La intervención de YPF y la introducción de una gestión estatal de la
empresa son medidas necesarias para comenzar a revertir la depredación
energética. Pero constituyen tan solo un punto de partida para recuperar los
recursos petroleros.
Durante una década REPSOL lideró el vaciamiento de pozos, reservas e
instalaciones pre-existentes. Extrajo lo máximo posible sin invertir y expatrió
ganancias en forma escandalosa. Esta conducta no irritó a ninguno de los
críticos neoliberales de la expropiación en curso. Ahora cuestionan la
"violación del orden jurídico", olvidando el total incumplimiento de
los contratos por parte de la firma. Esta doble vara es congruente con su
habitual aprobación de los atropellos contra los derechos de los asalariados o
jubilados. Nunca extienden a estos sectores los principios de la seguridad
jurídica.