Por Paul Krugman *
A lo largo de los últimos meses, he leído varias valoraciones optimistas sobre las perspectivas de Europa. Curiosamente, sin embargo, ninguna de estas valoraciones sostiene que la fórmula de redención a través del sufrimiento dictada por Alemania para Europa tenga alguna posibilidad de funcionar. En lugar de eso, el motivo del optimismo es que el fracaso —en concreto, la ruptura de la zona euro— sería un desastre para todos, incluidos los alemanes, y que al final esta perspectiva inducirá a los dirigentes europeos a hacer lo que haga falta para resolver la situación.
Espero que este argumento sea acertado. Pero cada vez que leo un artículo en línea con esto, me viene a la mente Norman Angell.
¿Quién? Allá por 1910, Angell publicó un famoso libro titulado The Great Illusion (La gran ilusión) que sostenía que la guerra se había quedado obsoleta. El comercio y la industria, señalaba, no la explotación de los pueblos sometidos, eran las claves de la riqueza nacional, de modo que los enormes costes de la conquista militar no podían reportar ningún beneficio.
Además, sostenía que la humanidad estaba empezando a apreciar esta realidad, que las “pasiones del patriotismo” estaban decayendo rápidamente. No dijo exactamente que ya no habría más grandes guerras, pero sí que transmitió esa impresión.
Todos sabemos lo que pasó después.
A lo largo de los últimos meses, he leído varias valoraciones optimistas sobre las perspectivas de Europa. Curiosamente, sin embargo, ninguna de estas valoraciones sostiene que la fórmula de redención a través del sufrimiento dictada por Alemania para Europa tenga alguna posibilidad de funcionar. En lugar de eso, el motivo del optimismo es que el fracaso —en concreto, la ruptura de la zona euro— sería un desastre para todos, incluidos los alemanes, y que al final esta perspectiva inducirá a los dirigentes europeos a hacer lo que haga falta para resolver la situación.
Espero que este argumento sea acertado. Pero cada vez que leo un artículo en línea con esto, me viene a la mente Norman Angell.
¿Quién? Allá por 1910, Angell publicó un famoso libro titulado The Great Illusion (La gran ilusión) que sostenía que la guerra se había quedado obsoleta. El comercio y la industria, señalaba, no la explotación de los pueblos sometidos, eran las claves de la riqueza nacional, de modo que los enormes costes de la conquista militar no podían reportar ningún beneficio.
Además, sostenía que la humanidad estaba empezando a apreciar esta realidad, que las “pasiones del patriotismo” estaban decayendo rápidamente. No dijo exactamente que ya no habría más grandes guerras, pero sí que transmitió esa impresión.
Todos sabemos lo que pasó después.