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viernes, 13 de julio de 2012

La gran ilusión de Europa

 Por Paul Krugman *


A lo largo de los últimos meses, he leído varias valoraciones optimistas sobre las perspectivas de Europa. Curiosamente, sin embargo, ninguna de estas valoraciones sostiene que la fórmula de redención a través del sufrimiento dictada por Alemania para Europa tenga alguna posibilidad de funcionar. En lugar de eso, el motivo del optimismo es que el fracaso —en concreto, la ruptura de la zona euro— sería un desastre para todos, incluidos los alemanes, y que al final esta perspectiva inducirá a los dirigentes europeos a hacer lo que haga falta para resolver la situación.
Espero que este argumento sea acertado. Pero cada vez que leo un artículo en línea con esto, me viene a la mente Norman Angell.
¿Quién? Allá por 1910, Angell publicó un famoso libro titulado The Great Illusion (La gran ilusión) que sostenía que la guerra se había quedado obsoleta. El comercio y la industria, señalaba, no la explotación de los pueblos sometidos, eran las claves de la riqueza nacional, de modo que los enormes costes de la conquista militar no podían reportar ningún beneficio.
Además, sostenía que la humanidad estaba empezando a apreciar esta realidad, que las “pasiones del patriotismo” estaban decayendo rápidamente. No dijo exactamente que ya no habría más grandes guerras, pero sí que transmitió esa impresión.
Todos sabemos lo que pasó después.

martes, 12 de junio de 2012

Otro rescate bancario

 Por Paul Krugman *


Vaya, otro rescate bancario, esta vez en España. ¿Quién lo habría imaginado?
La respuesta, por supuesto, es que todo el mundo. De hecho, toda esta historia empieza a parecerse a un manido número de comedia: una vez más la economía se hunde, el paro se dispara, los bancos tienen problemas, los Gobiernos se apresuran a acudir al rescate; pero, por alguna razón, se rescata solo a los bancos, no a los parados.
Para dejar las cosas claras, los bancos españoles sí que necesitaban un rescate. España estaba claramente al borde de un bucle de desgracias; un proceso bien conocido en el que la preocupación por la solvencia de los bancos obliga a los bancos a vender activos, lo cual empuja a la baja el precio de dichos activos, lo cual hace que la gente se preocupe aún más por la solvencia. Los Gobiernos pueden poner fin a esos círculos viciosos con una inyección de capital; en este caso, sin embargo, la propia solvencia del Gobierno de España estaba en duda, de modo que el capital tenía que venir de un fondo europeo más grande.

sábado, 18 de febrero de 2012

Dinero y moralidad

Por Paul Krugman *


Últimamente, la desigualdad ha vuelto a ser tema de conversación nacional. Ocupa Wall Street dio visibilidad al asunto, mientras que la Oficina de Presupuestos del Congreso proporcionó datos rigurosos sobre el aumento del desfase salarial. Y el mito de una sociedad sin clases ha quedado en evidencia: entre los países ricos, Estados Unidos sobresale como el lugar en el que la condición económica y social tiene más probabilidades de ser heredada.
Así que ya sabíamos lo que iba a pasar a renglón seguido. De repente, los conservadores nos están diciendo que, en realidad, la cuestión no es el dinero; es un problema de moralidad. El estancamiento de los salarios y todo eso es lo de menos, el verdadero problema es el hundimiento de los valores familiares de la clase trabajadora, lo cual por alguna razón es culpa de los liberales.
¿Pero de verdad que todo es una cuestión de moralidad? No, es fundamentalmente una cuestión de dinero.