miércoles, 7 de mayo de 2008

UNA MODERNIDAD "LIQUIDA"; CUANDO TODO LO SOLIDO SE DESVANECE

El 11 de setiembre del año 2001, fecha del ataque terrorista a los símbolos del poder de los Estados Unidos, representa un cambio de época, una ruptura radical con el pasado, una transformación cuyas consecuencias en todos los ámbitos de la vida social del planeta tendrá una larga duración. Miedos íntimos, violencia personal e interpersonal, y guerras de diversa intensidad se han instalado en la vida pública mundial de manera definitiva. Como lo ha subrayado el sociólogo francés Alan Touraine en un reciente libro (Un nuevo paradigma. Para comprender el mundo de hoy, 2005), asistimos a un proceso de descomposición de la sociedad, a una suerte de crepúsculo de lo social y, al mismo tiempo, aunque suene paradójico, a la expansión de reivindicaciones culturales neocomunitaristas. Si antes predominaban los `actores sociales' que se expresaban mediante movimientos sociales, el escenario contemporáneo muestra el surgimiento de una nueva moral, de un nuevo paradigma en el que son ahora los `sujetos personales' quienes canalizan su voz en`movimientos culturales', los que, obsesivamente, quieren proteger su identidad de la dominación que ejercen sobre sus vidas mercados que escapan a cualquier tipo de regulación social.En este contexto, nuevas normas, valores y patrones de comportamiento han emergido y arrasado de modo incontenible con las antiguas formas de relacionarse de los seres humanos. Una aceleración casi ilimitada de la vida cotidiana, potenciada por la globalización, la sociedad de consumo e Internet, ha dado lugar al debilitamiento de los vínculos sociales, a la pérdida de sentido del compromiso, a la fragilidad de las relaciones afectivas. La solidez de las relaciones humanas y, en particular, las amorosas, han sido `licuadas' por una `modernidad líquida', según feliz expresión de Zigmunt Bauman (Amor líquido,2003), que no solo ha banalizado la profundidad de los sentimientos,sino que también ha separado a los individuos por abismos a veces irremontables."Amar hasta que la muerte nos separe" ha dejado de ser un objetivo vital, una opción duradera, una apuesta sensata. ¿Para qué complicarse la vida si los medios de comunicación no se cansan en mostrar la exponencial elevación de la tasa de separaciones y divorcios en las sociedades industriales, la caída de la fertilidad, la desorganización de la familia como referente básico y la multiplicación de los hijos extramatrimoniales? Con frecuencia se asume que la mejor alternativa es la proliferación de encuentros puntuales, efímeros, sin compromisos. En esta lógica, es mejor tener parejas reemplazables con una cierta periodicidad para evitar verse enfrentados a la incertidumbre que genera el potencial abandono, el acabamiento del amor, la terminación del vínculo. Si bien este camino no revertirá las causas profundas del sentimiento de soledad, por lo menos aliviará sus síntomas y hará más soportable el presente. No habiendo crecido raíces, la planta puede ser extraída sin mayores inconvenientes. El dolor asociado a una separación no deseada queda, de esta manera,suspendido.Una experiencia humana fragmentada y a la deriva busca así encontrar un sentido a la vida. En esa búsqueda hace uso de todo lo que puede y está a su alcance. No otra explicación tienen la aparición de iglesias mediáticas, los fundamentalismos de variado signo y la enorme demanda por la literatura de autoayuda o las prácticas del counselling y,recientemente, del coaching. Una desesperada exploración por encontrar la felicidad inmediata ha volcado a los seres humanos a inventar alternativas individuales a problemas de origen social. En este sentido, el futuro ha perdido su función movilizadora y creadora de utopías, y ha sido sustituido por un presente perpetuo como fuente de la realización personal. El consumo constante y compulsivo pasa allenar el vacío dejado por la pérdida del horizonte temporal de más largo plazo. Más que satisfacer los deseos trata de mantenerlos vivos,de reemplazarlos por anhelos difusos que nunca llegan a ser plenamente cubiertos. Frente a la ansiedad e incertidumbre que produce el futuro,el consumo devuelve una aparente seguridad que esconde hábilmente la precariedad y volatilidad de su naturaleza. La sociedad de consumo se ha convertido en su propio fin. El hedonismo que la anima ha sumergido a los consumidores en un sueño del que les resulta difícil despertar.La ilusión de poseer `cosas' no termina nunca, se recrea constantemente gracias a la mercadotecnia. Al igual que las relaciones de pareja, el gusto está en el cambio constante, en la transacción más que en el producto obtenido.Frente a este panorama, ¿estamos condenados a sufrir las consecuencias que nos inflige este cambio de época? ¿Acaso no hay salida posible al asedio que la humana condición está sometida en la actualidad? ¿Dedónde provendrán las fuerzas para el cambio social? ¿Cómo volver sólido lo que ahora se desvanece? Cualquier respuesta que se formule siempre tendrá los inconvenientes de resultar limitada de cara a la enormidad de los `asuntos del mundo' que, como decía Hannah Arendt,hay que enfrentar. No obstante, algunas líneas de reflexión se pueden esbozar.Lo primero que habría que decir es que no se puede pretender retornar al pasado tal como existió. La naturaleza irreversible de algunos de los procesos que la globalización trae consigo, hace poco probable ese salto hacia atrás. Las instituciones modernas creadas dos siglos atrás no pueden dar cuenta de la extensión y profundidad de los cambios globales en curso. El mismo concepto de sociedad que antes utilizaban los sociólogos para dar cuenta de una suerte de totalidad imaginada con límites institucionalmente claros, carece en la actualidad de pertinencia y utilidad. Algo similar puede decirse de la idea delEstado-nación, ahora superada por mecanismos de integración mundial es que le han hecho perder los márgenes de su antigua soberanía.Habría que considerar seguidamente la indicación de Zigmunt Bauman, en el sentido de que la única respuesta efectiva a la globalización y alcambio de época que estamos viviendo solo puede ser global. La afirmación de un nuevo escenario político mundial con nuevas fuerzas globales que todavía no existen, sería uno de los requisitos para el surgimiento de sujetos portadores de nuevas prácticas y derechos culturales. Los viejos paradigmas políticos y sociales que utilizábamos para pensar los hechos sociales ya no tienen la potencia explicativa suficiente para dar cuenta del nuevo escenario mundial.Como lo recuerda Alan Touraine, es necesario reconocer la existencia de lo singular e intransferible de la experiencia humana y del individuo como actor de su propia existencia. De un individuo que se convierte él mismo en un sujeto con la capacidad para crear instituciones, derechos y responsabilidades que hagan florecer su libertad y creatividad. Esta forma de razonamiento solo cobra sentido a la luz de un nuevo paradigma de tipo cultural, a partir del cual podamos comprender mejor la importancia que tiene el respeto a los derechos individuales universales, en un contexto en el que las fuerzas ciegas de la globalización pretenden asfixiarlos. En la medida que logremos entender adecuadamente la naturaleza de este conflicto,podremos mirar con un mayor optimismo el futuro de la humanidad.
AUTOR: FELIPE PORTOCARRERO SUAREZ
D.Phil en Sociologia,OXFORD UNIVERSITY, Ex director del centro de investigacion y presidente
del fondo editorial de UNIVERSIDAD DEL PACIFICO. APUNTES ECONOMICOS ,3/27/2008

1 comentario:

  1. Es indudable que las actuales condiciones en que esta planteada la sociedad y el individuo como ente social, ha sido ganado por la logica de un sistema economico social, que hace ; que el ser humano se deje arrastrar por la corriente del consumismo, tu vales por lo que compras y posees, cultivando una cultura egoista ,con relacion a los demas. primero soy yo, segundo yo y tercero yo.por ejemplo las relaciones interpersonales son cada dia mas " descartables" procreamos un hijo, pero somos mas distantes a ser padres cultivadores de principios y valores, a sostener ese gran proyecto que es una vida con todas las posibilidades que ello implica como seres humanos. nos enfrentamos a crear mas abismos humanos y sociales, sin embargo estamos mas indefensos de recibir una cultura de violencia, desinformacion; que hacen del individuo un ente que rechaza la asociasion como medio de expresar la problematica social(movimientos, partidos,grupos) . Como dice Felipe Portocarrero es necesario responder a esta marea llamada Globalizacion, con acciones y errores del mismo sistema, ejemplos tenemos mucho para discutir, ahora mismo seria porque la crisis alimentaria que afecta al mundo, y sobre todo a los mas indefensos ?

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