El 11 de setiembre del año 2001, fecha del ataque terrorista a los símbolos del poder de los Estados Unidos, representa un cambio de época, una ruptura radical con el pasado, una transformación cuyas consecuencias en todos los ámbitos de la vida social del planeta tendrá una larga duración. Miedos íntimos, violencia personal e interpersonal, y guerras de diversa intensidad se han instalado en la vida pública mundial de manera definitiva. Como lo ha subrayado el sociólogo francés Alan Touraine en un reciente libro (Un nuevo paradigma. Para comprender el mundo de hoy, 2005), asistimos a un proceso de descomposición de la sociedad, a una suerte de crepúsculo de lo social y, al mismo tiempo, aunque suene paradójico, a la expansión de reivindicaciones culturales neocomunitaristas. Si antes predominaban los `actores sociales' que se expresaban mediante movimientos sociales, el escenario contemporáneo muestra el surgimiento de una nueva moral, de un nuevo paradigma en el que son ahora los `sujetos personales' quienes canalizan su voz en`movimientos culturales', los que, obsesivamente, quieren proteger su identidad de la dominación que ejercen sobre sus vidas mercados que escapan a cualquier tipo de regulación social.En este contexto, nuevas normas, valores y patrones de comportamiento han emergido y arrasado de modo incontenible con las antiguas formas de relacionarse de los seres humanos. Una aceleración casi ilimitada de la vida cotidiana, potenciada por la globalización, la sociedad de consumo e Internet, ha dado lugar al debilitamiento de los vínculos sociales, a la pérdida de sentido del compromiso, a la fragilidad de las relaciones afectivas. La solidez de las relaciones humanas y, en particular, las amorosas, han sido `licuadas' por una `modernidad líquida', según feliz expresión de Zigmunt Bauman (Amor líquido,2003), que no solo ha banalizado la profundidad de los sentimientos,sino que también ha separado a los individuos por abismos a veces irremontables."Amar hasta que la muerte nos separe" ha dejado de ser un objetivo vital, una opción duradera, una apuesta sensata. ¿Para qué complicarse la vida si los medios de comunicación no se cansan en mostrar la exponencial elevación de la tasa de separaciones y divorcios en las sociedades industriales, la caída de la fertilidad, la desorganización de la familia como referente básico y la multiplicación de los hijos extramatrimoniales? Con frecuencia se asume que la mejor alternativa es la proliferación de encuentros puntuales, efímeros, sin compromisos. En esta lógica, es mejor tener parejas reemplazables con una cierta periodicidad para evitar verse enfrentados a la incertidumbre que genera el potencial abandono, el acabamiento del amor, la terminación del vínculo. Si bien este camino no revertirá las causas profundas del sentimiento de soledad, por lo menos aliviará sus síntomas y hará más soportable el presente. No habiendo crecido raíces, la planta puede ser extraída sin mayores inconvenientes. El dolor asociado a una separación no deseada queda, de esta manera,suspendido.Una experiencia humana fragmentada y a la deriva busca así encontrar un sentido a la vida. En esa búsqueda hace uso de todo lo que puede y está a su alcance. No otra explicación tienen la aparición de iglesias mediáticas, los fundamentalismos de variado signo y la enorme demanda por la literatura de autoayuda o las prácticas del counselling y,recientemente, del coaching. Una desesperada exploración por encontrar la felicidad inmediata ha volcado a los seres humanos a inventar alternativas individuales a problemas de origen social. En este sentido, el futuro ha perdido su función movilizadora y creadora de utopías, y ha sido sustituido por un presente perpetuo como fuente de la realización personal. El consumo constante y compulsivo pasa allenar el vacío dejado por la pérdida del horizonte temporal de más largo plazo. Más que satisfacer los deseos trata de mantenerlos vivos,de reemplazarlos por anhelos difusos que nunca llegan a ser plenamente cubiertos. Frente a la ansiedad e incertidumbre que produce el futuro,el consumo devuelve una aparente seguridad que esconde hábilmente la precariedad y volatilidad de su naturaleza. La sociedad de consumo se ha convertido en su propio fin. El hedonismo que la anima ha sumergido a los consumidores en un sueño del que les resulta difícil despertar.La ilusión de poseer `cosas' no termina nunca, se recrea constantemente gracias a la mercadotecnia. Al igual que las relaciones de pareja, el gusto está en el cambio constante, en la transacción más que en el producto obtenido.Frente a este panorama, ¿estamos condenados a sufrir las consecuencias que nos inflige este cambio de época? ¿Acaso no hay salida posible al asedio que la humana condición está sometida en la actualidad? ¿Dedónde provendrán las fuerzas para el cambio social? ¿Cómo volver sólido lo que ahora se desvanece? Cualquier respuesta que se formule siempre tendrá los inconvenientes de resultar limitada de cara a la enormidad de los `asuntos del mundo' que, como decía Hannah Arendt,hay que enfrentar. No obstante, algunas líneas de reflexión se pueden esbozar.Lo primero que habría que decir es que no se puede pretender retornar al pasado tal como existió. La naturaleza irreversible de algunos de los procesos que la globalización trae consigo, hace poco probable ese salto hacia atrás. Las instituciones modernas creadas dos siglos atrás no pueden dar cuenta de la extensión y profundidad de los cambios globales en curso. El mismo concepto de sociedad que antes utilizaban los sociólogos para dar cuenta de una suerte de totalidad imaginada con límites institucionalmente claros, carece en la actualidad de pertinencia y utilidad. Algo similar puede decirse de la idea delEstado-nación, ahora superada por mecanismos de integración mundial es que le han hecho perder los márgenes de su antigua soberanía.Habría que considerar seguidamente la indicación de Zigmunt Bauman, en el sentido de que la única respuesta efectiva a la globalización y alcambio de época que estamos viviendo solo puede ser global. La afirmación de un nuevo escenario político mundial con nuevas fuerzas globales que todavía no existen, sería uno de los requisitos para el surgimiento de sujetos portadores de nuevas prácticas y derechos culturales. Los viejos paradigmas políticos y sociales que utilizábamos para pensar los hechos sociales ya no tienen la potencia explicativa suficiente para dar cuenta del nuevo escenario mundial.Como lo recuerda Alan Touraine, es necesario reconocer la existencia de lo singular e intransferible de la experiencia humana y del individuo como actor de su propia existencia. De un individuo que se convierte él mismo en un sujeto con la capacidad para crear instituciones, derechos y responsabilidades que hagan florecer su libertad y creatividad. Esta forma de razonamiento solo cobra sentido a la luz de un nuevo paradigma de tipo cultural, a partir del cual podamos comprender mejor la importancia que tiene el respeto a los derechos individuales universales, en un contexto en el que las fuerzas ciegas de la globalización pretenden asfixiarlos. En la medida que logremos entender adecuadamente la naturaleza de este conflicto,podremos mirar con un mayor optimismo el futuro de la humanidad.
AUTOR: FELIPE PORTOCARRERO SUAREZ
D.Phil en Sociologia,OXFORD UNIVERSITY, Ex director del centro de investigacion y presidente
del fondo editorial de UNIVERSIDAD DEL PACIFICO. APUNTES ECONOMICOS ,3/27/2008
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miércoles, 7 de mayo de 2008
LA GRAN BANCA NORTEAMERICANA EN SU LABERINTO
La Gran Banca Norteamericana en Su LaberintoEl dramático rescate de un banco insolvente: el caso Bear Stearns (elquinto más importante de los EEUU) En los últimos quince años, la política monetaria y financiera de los Estados unidos toleró y hasta alentó riesgosas operaciones bancarias y financieras, al crear una arquitectura que vincula mercados,inversionistas y países; una intricada red cuya dinámica es tan frenética, complejo su funcionamiento, que nadie logra entender ni muchos menos administrar.Cuando un banco de inversión –como el Bear Stearns—declara valer17,000 millones y luego pagan por él una suma quince veces menor a la declarada en sus libros contables, hay que admitir que algo raro ocurre con el sistema. El sistema financiero formal estadounidense se tambalea , pues el caso del Bear Stearns no parece ser el único. Día antes de que se produjera su dramático rescate, el Carlyle Capital -Hegde Fund (de una familia del círculo cercano de la familia Bush), se declaró en mora de pagos por 18000 millones de dólares; semanas antes,fuimos testigos de una corrida bancaria clásica que llevó a la nacionalización del emblemático banco Northern Rock de Inglaterra. A mediados del 2007, sucedió la quiebra del Countrywide (el mayor banco hipotecario de los EEUU), y se reportaron grandes pérdidas del sistema mixto de vivienda. Por la época, en Francia, el banco SociedadGeneral, anunciaba espectaculares desfalcos y tuvo que ser también rescatado de emergencia. En la actualidad, 75 bancos estadounidenses corrigen sus balances para tomar las pérdidas de sus inversiones en derivados financieros.Todo esta conmoción, ha obligado al presidente de la Reserva Federal,Ben Bernanke, a destinar para financiar la insolvencia de los grandes bancos de inversión estadounidenses, inmensas e inéditas sumas de dinero; política que ha generado un amplio y justificado malestar en amplios sectores de la opinión pública en Estados Unidos, que no entiende por qué el gobierno tiene que financiar las pérdidas privadas. Es probable, por esta razón, que esos dramáticos rescates cambien la historia del proceso de desregulación y globalización financiera iniciado en 1981 y así abran una nueva etapa de desarrollo del sistema.Lo singular del rescate del Bear es que, según todas las Fuentes confiables, el peligro del colapso total fue tan real que el EquipoEconómico de Emergencia tuvo que fabricar un nuevo marco legal para enfrentar la nueva situaciónCotización de las acciones del Bear Stearns.Como se sabe, el Bear Stearns es un banco de inversión (por ello, no podía acceder a las ventanillas de créditos de emergencia del FED), lo que explica porqué el mega salvataje se hizo a través de un banco formal(JP Morgan). Además, hubo que inyectarle 30000 millones de $ de fondos públicos, en condiciones crediticias muy concesivas, tampoco nunca vistas en otras crisis financieras de esa magnitud (1929, 1970-1980, 2001). Además de la reducción de la tasa de referencia a 2.25% y también una inyección de 200000 millonesde $ al sistema bancario global. Por primera vez el 17 de marzo NYT escribió del peligro del colapso de sistema bancario. El artículo delNY Times (Slump Moves From Wall St to Main Street. Peter S GoodmanMarch 21 2008) reporta que la crisis financiera se esta esparciendo al sector real de la economía de los EEUU. Pero, este fenómeno resulta visible desde el finales del 2007. En efecto, nuestros indicadores de grupos empresariales con fuertes perdidas en por lo menos en 1trimestre (o algunas en proceso quiebra- Capítulo 11 y otros) están nada menos que: Nike, General Electric, Medic Assets, Caterpillar,WallMart-Borders, Amazon.com, Fed Express,Federal Mogul-BujíasChampion,.Ford, GM, Chrysler, la industria de autopartes y aérea.Todas, grandes y emblemáticas empresas norteamericanas.En varios artículos publicados en Actualidad Económica (uno de ellos,El gran cambalache financiero, AE junio-julio del 2007) calculamos -en base a cifras del BIS-FMI-OECD- que el mercado de derivados financieros de los 10 mayores bancos norteamericanos, fueron casi 10 veces el PBI de los EE.UU del 2005. Según el BIS (Banco Internacional de Pagos de Basilea Suiza), en la actualidad, el mercado total de derivados financieros excede los 500 trillones de $, casi 40 veces elPNB de los EEUU del 2005. También, en 2005, reportamos una aceleración extraordinaria de la tasa del crédito de los bancos norteamericanos orientados a la especulación en los mercado de derivados financieros(hegde funds). La tasa de aumento de crédito bancario para este fin aumentó en 56% en 2003, 134% en 2004 y, 156% en 2005. Cifras histéricas e insostenibles. Se vivía en la fase maníaca del ciclo del crédito, de la expansión irresponsable de la liquidez y el crédito improductivo. Hoy entramos a la fase que Kindleberger denominaría de pánico.La recesión también se extiende a nivel regional acentuando la tenencia que observamos a mediados del 2007, en los estados deCalifornia (particularmente en el sur), Florida y Nevada, entre otros estados donde la euforia de la burbuja inmobiliaria fue maníaca. Pero también según el NYT en la actualidad "la recesión se extiende a espacios y comunidades que hace solo pocos meses se suponían estaban inmunes". Hace solo unas semanas los altos costos del crédito de los bonos municipales (que ya nadie compra en las subastas precisamente por el alto riesgo lo que a su vez aumenta el costo del crédito)amenazan con paralizar o reducir el financiamiento local corriente de hospitales, escuelas, refugios de desamparados, becas estudiantiles,etcétera.En verdad, en el caso de las insolvencias bancarias que observamos en las últimas décadas y, en particular, en esta crisis financiera, la acción pública se ha convertido –crecientemente en financiadora de las pérdidas privadas pero, con fondos públicos .Supongamos que siempre sí se conserva la política (después de haber privatizado las ganancias)de seguir cargando las perdidas privadas a los contribuyentes,inversionistas y demás simples pensionistas o consumidores, por la magnitud de las perdidas y por el complejo andamio de derivados financiero a nivel global, tendremos que cargarla, no solo los contribuyentes norteamericanos, si no, todos los ciudadanos del mundo.Publicado por Alberto Graña en 13:490 comentarios:AUTOR: ALBERTO GRANA, ACTUALIDAD ECONOMICA DEL PERU,3/27/2008
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