viernes, 19 de diciembre de 2008

La Economía Enclenque

Por más profunda que resulte e insondables y extendidos sus efectos, ¡bueno fuera que la crisis financiera sea el único problema de los EEUU! Si bien la codicia irrefrenable, la exuberancia irracional y la irresponsable desregulación, así como los burdos chanchullos, contribuyen a explicar este fenómeno recurrente de las economías capitalistas de mercado, esos factores no están solos en la base del problema. Es lamentable que la atención se haya limitado a resaltar esas ‘perversiones’ como causas del estallido de la burbuja inmobiliaria y demás activos en agosto 2007.


Autores más sagaces han ido más allá de esos fenómenos epidérmicos, destacando los enormes desequilibrios macroeconómicos que se han acumulado durante la última generación, como resultado de haber vivido bastante más allá de sus posibilidades. En efecto, tanto el sector privado como el gobierno han gastado más de lo que disponían: el déficit fiscal (considerando el gobierno federal, los estaduales y los locales, además de las empresas públicas) rebasa ya el 7% del PIB; la deuda de las familias ascendió al 125% de sus ingresos disponibles; y las.empresas privadas han acumulado deudas por más de seis billones de dólares. Gran parte de estos excesos se financiaron con ahorro externo, a juzgar por el déficit de balanza de pagos que asciende a nada menos que al 7% de su PBI. De esta manera la deuda externa bruta total de EEUU ha llegado a US$13,7 billones, lo que equivale al 103% de su PBI. Como tal se trata de una economía quebrada, que solo sobrevive porque la FED posee una sofisticada impresora y porque a escala global –para parafrasear a Bagehot- “mucha gente estúpida demanda mucho dinero estúpido”. Para colmo, Bernanke acaba de reducir las tasas de interés de los fondos federales a un rango de 0% a 0,25% (sic), con lo que se confirma que EEUU se encuentra en una ‘trampa de liquidez’ (Keynes), de la que tardará en salir, al igual que Japón durante los años noventa.


Yendo más allá de estos graves problemas se destapa un tercero, ya de naturaleza estructural, atribuible a la composición sectorial crecientemente desbalanceada de la economía. La Tabla siguiente muestra, comparando los años 1950 y 2007, la participación de los principales sectores de la economía en la generación de su valor agregado. Llama la atención la reducción dramática de la contribución de los sectores propiamente productivos (primario y secundario), que disminuyen del 42,4% del PBI al 21,3%. La caída más notoria es la de la industria manufacturera que pasa del 27% a un despreciable 11,7%; y la agricultura prácticamente ha desaparecido.


En contraposición, resalta la importancia del sector servicios, que del 47% en 1950 alcanza hoy los dos tercios del PBI y el 76% del valor generado por el sector privado. Y, como es evidente, el que más se expandió es el de finanzas-inmobiliarias, que contribuyó con más del 20% del PBI el año pasado, incrementándose en casi 80% respecto a 1950; donde es de notar que obtiene el 35% de todas las utilidades privadas, pero solo paga el 8% de las remuneraciones totales. Es decir, la base productiva se ha ido reduciendo respecto a la de los servicios, que se refiere a los no transables, en base a los cuales un imperio no puede sostenerse a la larga; tanto porque la mayor parte de servicios solo se puede vender en el mercado interno, como porque esos sesgos no le permitirían gestar una escala productiva efectiva necesaria para mantener su hegemonía a nivel global, como porque ni siquiera aseguraría la reproducción ampliada del capital a nivel interno.



AUTOR : Jürgen Schuldt
FUENTE : MEMORIAS DE GREGORIO SAMSA

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