Por más profunda que resulte e insondables y extendidos sus efectos, ¡bueno fuera que la crisis financiera sea el único problema de los EEUU! Si bien la codicia irrefrenable, la exuberancia irracional y la irresponsable desregulación, así como los burdos chanchullos, contribuyen a explicar este fenómeno recurrente de las economías capitalistas de mercado, esos factores no están solos en la base del problema. Es lamentable que la atención se haya limitado a resaltar esas ‘perversiones’ como causas del estallido de la burbuja inmobiliaria y demás activos en agosto 2007.
Autores más sagaces han ido más allá de esos fenómenos epidérmicos, destacando los enormes desequilibrios macroeconómicos que se han acumulado durante la última generación, como resultado de haber vivido bastante más allá de sus posibilidades. En efecto, tanto el sector privado como el gobierno han gastado más de lo que disponían: el déficit fiscal (considerando el gobierno federal, los estaduales y los locales, además de las empresas públicas) rebasa ya el 7% del PIB; la deuda de las familias ascendió al 125% de sus ingresos disponibles; y las.empresas privadas han acumulado deudas por más de seis billones de dólares. Gran parte de estos excesos se financiaron con ahorro externo, a juzgar por el déficit de balanza de pagos que asciende a nada menos que al 7% de su PBI. De esta manera la deuda externa bruta total de EEUU ha llegado a US$13,7 billones, lo que equivale al 103% de su PBI. Como tal se trata de una economía quebrada, que solo sobrevive porque la FED posee una sofisticada impresora y porque a escala global –para parafrasear a Bagehot- “mucha gente estúpida demanda mucho dinero estúpido”. Para colmo, Bernanke acaba de reducir las tasas de interés de los fondos federales a un rango de 0% a 0,25% (sic), con lo que se confirma que EEUU se encuentra en una ‘trampa de liquidez’ (Keynes), de la que tardará en salir, al igual que Japón durante los años noventa.
Yendo más allá de estos graves problemas se destapa un tercero, ya de naturaleza estructural, atribuible a la composición sectorial crecientemente desbalanceada de la economía. La Tabla siguiente muestra, comparando los años 1950 y 2007, la participación de los principales sectores de la economía en la generación de su valor agregado. Llama la atención la reducción dramática de la contribución de los sectores propiamente productivos (primario y secundario), que disminuyen del 42,4% del PBI al 21,3%. La caída más notoria es la de la industria manufacturera que pasa del 27% a un despreciable 11,7%; y la agricultura prácticamente ha desaparecido.
En contraposición, resalta la importancia del sector servicios, que del 47% en 1950 alcanza hoy los dos tercios del PBI y el 76% del valor generado por el sector privado. Y, como es evidente, el que más se expandió es el de finanzas-inmobiliarias, que contribuyó con más del 20% del PBI el año pasado, incrementándose en casi 80% respecto a 1950; donde es de notar que obtiene el 35% de todas las utilidades privadas, pero solo paga el 8% de las remuneraciones totales. Es decir, la base productiva se ha ido reduciendo respecto a la de los servicios, que se refiere a los no transables, en base a los cuales un imperio no puede sostenerse a la larga; tanto porque la mayor parte de servicios solo se puede vender en el mercado interno, como porque esos sesgos no le permitirían gestar una escala productiva efectiva necesaria para mantener su hegemonía a nivel global, como porque ni siquiera aseguraría la reproducción ampliada del capital a nivel interno.
AUTOR : Jürgen Schuldt
FUENTE : MEMORIAS DE GREGORIO SAMSA
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viernes, 19 de diciembre de 2008
Precios de los combustibles: aquí no pasa nada
Ayer el precio del petróleo estuvo en US$ 38/barril, 100 dólares menos que en Julio. En EEUU, el precio promedio de venta al público de un galón de gasolina regular ha bajado de US$ 4 a US$ 1.65/galón desde agosto a la fecha. En Chile, país que importa el 95% de su petróleo, el precio de venta al público de la gasolina 93 es US$ 3.12/galón (1).
En cambio, en el Perú, país que produce más del 60% de los hidrocarburos líquidos que consume, el precio al público de la gasolina 90 es de S/. 11.90 por galón, lo que equivale a US$ 3.9 por galón. Así, la gasolina en el Perú es 165% y 25% más cara que en EEUU y Chile, respectivamente.
Los funcionarios del ministerio de Energía y Minas y del MEF arguyen que el precio de la gasolina estuvo congelado durante muchos meses, lo que hacía que el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles perdiera dinero. Por tanto, ahora que el petróleo ha bajado, le toca al Fondo recuperar esa plata y pagar la deuda a las refinerías. Es por eso, dicen, que el precio de la gasolina no refleja la enorme disminución del precio del petróleo.
Pero lo que estos funcionarios no dicen es que si se disminuye la velocidad del “repago” al Fondo se podrían hacer mayores rebajas en el precio al público. En efecto, al 16 de diciembre, el precio de paridad de importación de la gasolina 90 es de S/. 3.61 por galón (antes de impuestos y márgenes de comercialización). Pero el gobierno establece que el aporte de reembolso al Fondo es de S/. 3.00 por galón. Por eso, el precio de venta de la refinería es de S/. 6.61 por galón.
Si se decretara un menor aporte al Fondo (digamos de S/. 1.50 por galón), entonces la rebaja al público podría ser inmediata en esa misma cantidad. Este alargamiento en la recuperación no afectaría a La Pampilla de Repsol, porque el 45% del petróleo que importa proviene de sus campos en el Ecuador y se sabe que el costo de producción del petróleo es mucho menor que el precio internacional. En otras palabras, el petróleo ingresa al Perú al precio internacional, pero la diferencia entre costo (en Ecuador) y precio internacional (en el Callao) se “netea” en Madrid.
No solo eso. Existe una sobrecompensación a las refinerías Talara y La Pampilla, porque el Precio de Paridad de Importación toma como referencia los costos de refinación en EEUU, que son mayores que los de Rótterdam (Holanda) y los de Talara y La Pampilla (ver gráfico). Esto porque los oligopolios petroleros en EEUU imponen sus precios, lo que hizo que McCain, Clinton y Obama planteen un impuesto a las sobreganancias de estas empresas.
Como se aprecia, las diferencias son notables (en algunos trimestres más de US$ 25/barril). Según nuestros cálculos en el 2007 la sobrecompensación supera los US$ 200 millones anuales (www.cristaldemira.com, 25/06/08). El anterior Ministro de Energía, Juan Valdivia, dijo que esto “se corregiría”, pero hasta la fecha cero balas.
El Fondo también subsidió a las empresas mineras, industriales y pesqueras lo que el Presidente García criticó, tímidamente (www.cristaldemira.com, 09/08/2008 y 20/08/2008). Pero las empresas mineras siguen “infiltradas” en el Fondo, habiéndose beneficiado con más de S/. 200 millones.
Las consecuencias de estas erradas políticas hacen que los precios al público no disminuyan, lo que alienta la inflación (incluidas las tarifas eléctricas) y disminuye la competitividad (por ejemplo, frente a Chile) en plena crisis internacional. Además, se sobrecompensa a las refinerías por centenas de millones de dólares y, también, se subsidia a las empresas mineras, en lugar de cobrar un impuesto a las sobreganancias por las enormes utilidades obtenidas en los últimos años. ¿Hasta cuándo se perjudicará al público y a las arcas fiscales?
(1) Según la Comisión de Energía de Chile, el precio es 535 pesos por litro al 3 de diciembre, lo que equivale a 2,033 pesos por galón. Como el tipo de cambio está en 652 pesos por dólar, el precio es US$ 3.12 por galón (www.cne.cl).
AUTOR : HUMBERTO CAMPODONICO
FUENTE : CRISTAL DE MIRA
En cambio, en el Perú, país que produce más del 60% de los hidrocarburos líquidos que consume, el precio al público de la gasolina 90 es de S/. 11.90 por galón, lo que equivale a US$ 3.9 por galón. Así, la gasolina en el Perú es 165% y 25% más cara que en EEUU y Chile, respectivamente.
Los funcionarios del ministerio de Energía y Minas y del MEF arguyen que el precio de la gasolina estuvo congelado durante muchos meses, lo que hacía que el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles perdiera dinero. Por tanto, ahora que el petróleo ha bajado, le toca al Fondo recuperar esa plata y pagar la deuda a las refinerías. Es por eso, dicen, que el precio de la gasolina no refleja la enorme disminución del precio del petróleo.
Pero lo que estos funcionarios no dicen es que si se disminuye la velocidad del “repago” al Fondo se podrían hacer mayores rebajas en el precio al público. En efecto, al 16 de diciembre, el precio de paridad de importación de la gasolina 90 es de S/. 3.61 por galón (antes de impuestos y márgenes de comercialización). Pero el gobierno establece que el aporte de reembolso al Fondo es de S/. 3.00 por galón. Por eso, el precio de venta de la refinería es de S/. 6.61 por galón.
Si se decretara un menor aporte al Fondo (digamos de S/. 1.50 por galón), entonces la rebaja al público podría ser inmediata en esa misma cantidad. Este alargamiento en la recuperación no afectaría a La Pampilla de Repsol, porque el 45% del petróleo que importa proviene de sus campos en el Ecuador y se sabe que el costo de producción del petróleo es mucho menor que el precio internacional. En otras palabras, el petróleo ingresa al Perú al precio internacional, pero la diferencia entre costo (en Ecuador) y precio internacional (en el Callao) se “netea” en Madrid.
No solo eso. Existe una sobrecompensación a las refinerías Talara y La Pampilla, porque el Precio de Paridad de Importación toma como referencia los costos de refinación en EEUU, que son mayores que los de Rótterdam (Holanda) y los de Talara y La Pampilla (ver gráfico). Esto porque los oligopolios petroleros en EEUU imponen sus precios, lo que hizo que McCain, Clinton y Obama planteen un impuesto a las sobreganancias de estas empresas.
Como se aprecia, las diferencias son notables (en algunos trimestres más de US$ 25/barril). Según nuestros cálculos en el 2007 la sobrecompensación supera los US$ 200 millones anuales (www.cristaldemira.com, 25/06/08). El anterior Ministro de Energía, Juan Valdivia, dijo que esto “se corregiría”, pero hasta la fecha cero balas.
El Fondo también subsidió a las empresas mineras, industriales y pesqueras lo que el Presidente García criticó, tímidamente (www.cristaldemira.com, 09/08/2008 y 20/08/2008). Pero las empresas mineras siguen “infiltradas” en el Fondo, habiéndose beneficiado con más de S/. 200 millones.
Las consecuencias de estas erradas políticas hacen que los precios al público no disminuyan, lo que alienta la inflación (incluidas las tarifas eléctricas) y disminuye la competitividad (por ejemplo, frente a Chile) en plena crisis internacional. Además, se sobrecompensa a las refinerías por centenas de millones de dólares y, también, se subsidia a las empresas mineras, en lugar de cobrar un impuesto a las sobreganancias por las enormes utilidades obtenidas en los últimos años. ¿Hasta cuándo se perjudicará al público y a las arcas fiscales?
(1) Según la Comisión de Energía de Chile, el precio es 535 pesos por litro al 3 de diciembre, lo que equivale a 2,033 pesos por galón. Como el tipo de cambio está en 652 pesos por dólar, el precio es US$ 3.12 por galón (www.cne.cl).
AUTOR : HUMBERTO CAMPODONICO
FUENTE : CRISTAL DE MIRA
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