Por Oscar Ugarteche.
El mundo sufre desde hace cinco años la peor crisis desde 1930. Ésta es una clásica crisis de sobreproducción que algunos singularizan como una de largo aliento en el ciclo de Kondratieff. Esto la convertiría en una crisis de cambio tecnológico en la que, a lo Schumpeter, debe haber destrucción creadora para salir de ella. O mejor, como propone Carlota Pérez, es una crisis que abrirá el espacio para la masificación de tecnologías ya existentes pero aún no muy extendidas. Las etapas de la crisis están claramente delineadas en:
1. La crisis de las subprime (agosto del 2007-septiembre del 2008), cuando la banca, llena de liquidez por la existencia de tasas de interés negativas, necesitaba prestar y el mercado de bienes raíces, por esa misma razón, estaba en una burbuja. Esto dio lugar a operaciones de mala calidad que fueron trasladadas a bancos de inversión como instrumentos de buena calidad con la ayuda de las cuatro empresas calificadoras de riesgo. Se trató de un periodo de corrupción (casos Stanford y Madoff) y culminó con la crisis de Lehman Brothers. Desaparece la banca de inversión y se consolida la banca estatizada que adquiere todas las instituciones financieras significativas en la forma de Bank Holding Companies.
2. El credit crunch (septiembre del 2008 a junio del 2009), cuando los bancos se dieron cuenta de que los préstamos interbancarios no eran seguros, por lo anterior, y dejaron de prestarse entre sí.
3. La recesión (octubre del 2008 a diciembre del 2009), que derivó del cierre del crédito en los Estados Unidos, Europa, Asia; el comercio exterior en dólares contagió la crisis a las economías dinámicas.
4. La crisis fiscal (2010), derivada del incremento de los déficits fiscales tras los rescates bancarios suscitados por todo lo anterior, ha llevado los niveles de deuda de Estados Unidos y Europa al umbral de 100% del PBI. (Como referencia, América Latina entró en 1982 en la crisis con 50% del PBI.)
5. La segunda crisis bancaria (2011), consecuencia de los problemas de contracción económica y aquellos derivados de los ajustes fiscales para resolver 4.
6. La segunda recesión (2012). Al quinto año crítico se puede avizorar un horizonte de largo aliento para la resolución de las crisis generadas y la salida de la economía, con un patrón de acumulación modificado y un patrón energético radicalmente cambiado.
En la crisis, la banca de inversión desapareció y fue absorbida por Bank Holding Companies que recibieron, cuando menos en los Estados Unidos, unos 700 mil millones de dólares. En Gran Bretaña se nacionalizaron los cuatro bancos grandes y en Europa se hizo una combinación de nacionalización con rescates a la americana, préstamos a patrimonio en la forma de acciones preferentes, con voz y sin voto.
El mundo sufre desde hace cinco años la peor crisis desde 1930. Ésta es una clásica crisis de sobreproducción que algunos singularizan como una de largo aliento en el ciclo de Kondratieff. Esto la convertiría en una crisis de cambio tecnológico en la que, a lo Schumpeter, debe haber destrucción creadora para salir de ella. O mejor, como propone Carlota Pérez, es una crisis que abrirá el espacio para la masificación de tecnologías ya existentes pero aún no muy extendidas. Las etapas de la crisis están claramente delineadas en:
1. La crisis de las subprime (agosto del 2007-septiembre del 2008), cuando la banca, llena de liquidez por la existencia de tasas de interés negativas, necesitaba prestar y el mercado de bienes raíces, por esa misma razón, estaba en una burbuja. Esto dio lugar a operaciones de mala calidad que fueron trasladadas a bancos de inversión como instrumentos de buena calidad con la ayuda de las cuatro empresas calificadoras de riesgo. Se trató de un periodo de corrupción (casos Stanford y Madoff) y culminó con la crisis de Lehman Brothers. Desaparece la banca de inversión y se consolida la banca estatizada que adquiere todas las instituciones financieras significativas en la forma de Bank Holding Companies.
2. El credit crunch (septiembre del 2008 a junio del 2009), cuando los bancos se dieron cuenta de que los préstamos interbancarios no eran seguros, por lo anterior, y dejaron de prestarse entre sí.
3. La recesión (octubre del 2008 a diciembre del 2009), que derivó del cierre del crédito en los Estados Unidos, Europa, Asia; el comercio exterior en dólares contagió la crisis a las economías dinámicas.
4. La crisis fiscal (2010), derivada del incremento de los déficits fiscales tras los rescates bancarios suscitados por todo lo anterior, ha llevado los niveles de deuda de Estados Unidos y Europa al umbral de 100% del PBI. (Como referencia, América Latina entró en 1982 en la crisis con 50% del PBI.)
5. La segunda crisis bancaria (2011), consecuencia de los problemas de contracción económica y aquellos derivados de los ajustes fiscales para resolver 4.
6. La segunda recesión (2012). Al quinto año crítico se puede avizorar un horizonte de largo aliento para la resolución de las crisis generadas y la salida de la economía, con un patrón de acumulación modificado y un patrón energético radicalmente cambiado.
En la crisis, la banca de inversión desapareció y fue absorbida por Bank Holding Companies que recibieron, cuando menos en los Estados Unidos, unos 700 mil millones de dólares. En Gran Bretaña se nacionalizaron los cuatro bancos grandes y en Europa se hizo una combinación de nacionalización con rescates a la americana, préstamos a patrimonio en la forma de acciones preferentes, con voz y sin voto.
La concentración del ingreso del 1% que reclaman los occidentales, ¿no es acaso lo mismo que la del Norte de África?
Las crisis sociales: No hay justicia
Hay al menos tres tipos de crisis sociales. La primera está relacionada con las economías maduras y sus dificultades. En los Estados Unidos y Europa no habrá puestos de trabajo nuevos y crecientes: el empleo se ha estancado, dejando a nuevas generaciones de profesionales y jóvenes no profesionales fuera del mercado de trabajo. Esto suma, según algunos, a la mitad de la población joven en algunos países. Al otro extremo, en los Estados Unidos, donde los jubilados viven de los ingresos de sus inversiones en Bolsa, el 47% de la población por encima de 65 años de edad no cubre sus necesidades básicas en el 2011, según el Miami Herald (3 de marzo del 2012). En Europa este problema aún no aparece, porque el sistema de jubilación no depende solo de la Bolsa. La consecuencia de esto es una década entrante sin crecimiento en las economías que fueron las locomotoras de la economía mundial desde 1500 hasta el año 2007. En este sentido, las proyecciones del FMI sobre el tamaño de los PBI en la década iniciada muestran que solo las de los Estados Unidos, Japón y Alemania quedarán entre las primeras siete economías. China será la primera economía en cinco años, y en diez Alemania habrá salido de la lista de siete mayores para dejar su lugar a Corea del Sur. Lo que se genera es por tanto migración inversa, análoga a la de fines del silgo XIX.
La segunda crisis social gira en torno a los conflictos derivados de la explotación minera y petrolera, esencialmente. En Asia, África y América Latina se pueden ver los mismos movimientos de resistencia a empresas mineras y petroleras que depredan su ambiente y les pagan con contaminación. Se puede observar en los tres continentes ricos en materias primas los mismos movimientos por la misma razón. El común denominador es que tienen información simétrica: todos saben lo mismo en simultáneo, porque estamos en la era de la información e Internet juega un papel democratizador análogo al de la imprenta en la Francia del siglo XVIII.
El tercer tipo de conflicto social es el de los migrantes que demandan derechos en el país de llegada. Con la contracción económica, la xenofobia ha crecido y las represalias contra trabajadores extranjeros no documentados han llevado a extremos de militarización y violencia no vistos, salvo en los años 30. Solo en la frontera que separa a los Estados Unidos de México hay una muralla que empalidece con sus cifras de muertos en menos de una década la historia del Muro de Berlín en 28 años (1961-1989). Los muertos africanos en el mediterráneo son otro ejemplo. Desde el punto de vista de los Estados Unidos, se ha regresado implícitamente de la doctrina de democracia y derechos humanos a la doctrina de seguridad y desarrollo como parte del “nuevo siglo americano” neoconservador que Obama y Clinton asumen como propias. En la frontera mexicana, esto es evidente.
FinalmenteLa crisis social derivada de la económica es la causa de la protesta de “Los Indignados” y de “Occupy Wall St.”. El inicio estuvo en Túnez, cuando Mohamad Al Bouazizi, un joven desempleado que se ganaba la vida como vendedor ambulante, fue impedido de operar en la calle. Según Al Jazeera, las protestas de Túnez fueron por desempleo y arrastraron a todas las demás en el Norte de África, que ahora han llegado a Siria. ¿Es lo mismo el desempleo juvenil fruto de la crisis europea que el creciente desempleo africano resultado del modelo económico? La concentración del ingreso del 1% que reclaman los occidentales, ¿no es acaso lo mismo que la del Norte de África? Los beneficios del alza del precio del petróleo no llegan a la calle en África del Norte, del mismo modo que no llegan los auges de las Bolsas de Valores en Occidente.
El otro lado de lo dicho es que hay desde el año 1994, pero más acentuadamente desde el 2004, un mercado de títulos relacionados con materias primas y que, ante la falta de rentabilidad de las economías líderes, se han vuelto un refugio para los fondos de inversión y de pensiones del mundo. Eso ha dado como resultado un auge brutal en los precios de las materias primas, lo que ha prestado oxígeno a las balanzas de pagos de las economías ricas en estos recursos. Allí donde hay políticas redistributivas hay más crecimiento económico; en otros lugares que han estado subexplotados hay nuevos proyectos mineros, y en general, entonces, se observa una dinámica de inversiones en las economías emergentes que se condice con la falta de oportunidad de inversión en procesos complejos en el primer mundo y con la altísima rentabilidad de las materias primas en el mercado de futuros.
Así, a más crisis, más flujos de capital de corto plazo entran en las economías emergentes, más auges en las Bolsas de Valores y más burbujas inmobiliarias. El espejismo es que se trata de un auge sostenido causado por buenas políticas internas, país más, país menos. Propiamente, los que tienen políticas redistributivas sostienen el crecimiento por la demanda interna, y el auge de materias primas les oxigena la balanza de pagos. Los que no, crecen por el dinamismo exportador a secas. Eso no genera empleo y sí alimenta la concentración del ingreso. Cuando acabe la crisis y el FED y el BCE suban las tasas de interés, veremos lo que queda del día.
Hay al menos tres tipos de crisis sociales. La primera está relacionada con las economías maduras y sus dificultades. En los Estados Unidos y Europa no habrá puestos de trabajo nuevos y crecientes: el empleo se ha estancado, dejando a nuevas generaciones de profesionales y jóvenes no profesionales fuera del mercado de trabajo. Esto suma, según algunos, a la mitad de la población joven en algunos países. Al otro extremo, en los Estados Unidos, donde los jubilados viven de los ingresos de sus inversiones en Bolsa, el 47% de la población por encima de 65 años de edad no cubre sus necesidades básicas en el 2011, según el Miami Herald (3 de marzo del 2012). En Europa este problema aún no aparece, porque el sistema de jubilación no depende solo de la Bolsa. La consecuencia de esto es una década entrante sin crecimiento en las economías que fueron las locomotoras de la economía mundial desde 1500 hasta el año 2007. En este sentido, las proyecciones del FMI sobre el tamaño de los PBI en la década iniciada muestran que solo las de los Estados Unidos, Japón y Alemania quedarán entre las primeras siete economías. China será la primera economía en cinco años, y en diez Alemania habrá salido de la lista de siete mayores para dejar su lugar a Corea del Sur. Lo que se genera es por tanto migración inversa, análoga a la de fines del silgo XIX.
La segunda crisis social gira en torno a los conflictos derivados de la explotación minera y petrolera, esencialmente. En Asia, África y América Latina se pueden ver los mismos movimientos de resistencia a empresas mineras y petroleras que depredan su ambiente y les pagan con contaminación. Se puede observar en los tres continentes ricos en materias primas los mismos movimientos por la misma razón. El común denominador es que tienen información simétrica: todos saben lo mismo en simultáneo, porque estamos en la era de la información e Internet juega un papel democratizador análogo al de la imprenta en la Francia del siglo XVIII.
El tercer tipo de conflicto social es el de los migrantes que demandan derechos en el país de llegada. Con la contracción económica, la xenofobia ha crecido y las represalias contra trabajadores extranjeros no documentados han llevado a extremos de militarización y violencia no vistos, salvo en los años 30. Solo en la frontera que separa a los Estados Unidos de México hay una muralla que empalidece con sus cifras de muertos en menos de una década la historia del Muro de Berlín en 28 años (1961-1989). Los muertos africanos en el mediterráneo son otro ejemplo. Desde el punto de vista de los Estados Unidos, se ha regresado implícitamente de la doctrina de democracia y derechos humanos a la doctrina de seguridad y desarrollo como parte del “nuevo siglo americano” neoconservador que Obama y Clinton asumen como propias. En la frontera mexicana, esto es evidente.
FinalmenteLa crisis social derivada de la económica es la causa de la protesta de “Los Indignados” y de “Occupy Wall St.”. El inicio estuvo en Túnez, cuando Mohamad Al Bouazizi, un joven desempleado que se ganaba la vida como vendedor ambulante, fue impedido de operar en la calle. Según Al Jazeera, las protestas de Túnez fueron por desempleo y arrastraron a todas las demás en el Norte de África, que ahora han llegado a Siria. ¿Es lo mismo el desempleo juvenil fruto de la crisis europea que el creciente desempleo africano resultado del modelo económico? La concentración del ingreso del 1% que reclaman los occidentales, ¿no es acaso lo mismo que la del Norte de África? Los beneficios del alza del precio del petróleo no llegan a la calle en África del Norte, del mismo modo que no llegan los auges de las Bolsas de Valores en Occidente.
El otro lado de lo dicho es que hay desde el año 1994, pero más acentuadamente desde el 2004, un mercado de títulos relacionados con materias primas y que, ante la falta de rentabilidad de las economías líderes, se han vuelto un refugio para los fondos de inversión y de pensiones del mundo. Eso ha dado como resultado un auge brutal en los precios de las materias primas, lo que ha prestado oxígeno a las balanzas de pagos de las economías ricas en estos recursos. Allí donde hay políticas redistributivas hay más crecimiento económico; en otros lugares que han estado subexplotados hay nuevos proyectos mineros, y en general, entonces, se observa una dinámica de inversiones en las economías emergentes que se condice con la falta de oportunidad de inversión en procesos complejos en el primer mundo y con la altísima rentabilidad de las materias primas en el mercado de futuros.
Así, a más crisis, más flujos de capital de corto plazo entran en las economías emergentes, más auges en las Bolsas de Valores y más burbujas inmobiliarias. El espejismo es que se trata de un auge sostenido causado por buenas políticas internas, país más, país menos. Propiamente, los que tienen políticas redistributivas sostienen el crecimiento por la demanda interna, y el auge de materias primas les oxigena la balanza de pagos. Los que no, crecen por el dinamismo exportador a secas. Eso no genera empleo y sí alimenta la concentración del ingreso. Cuando acabe la crisis y el FED y el BCE suban las tasas de interés, veremos lo que queda del día.
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