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sábado, 12 de octubre de 2013

Estados Unidos: El mayor deudor del mundo

  




Por Julio C. Gambina
CADTM



El gobierno de EEUU está en problemas. Empezó el mes de octubre y su año fiscal sin presupuesto aprobado, lo que supuso mandar a sus casas, con vacaciones anticipadas a 800.000 trabajadores estatales. Aunque se decidió pagar esos salarios, la incertidumbre de la interna política en el poder gubernamental de EEUU se traslada a los trabajadores y su familia.
La discusión es por unos 40.000 millones de dólares de un presupuesto que reitera por cuatro años consecutivos un déficit fiscal de 1,5 billones de dólares, lo que explica una deuda pública estadounidense de 16,7 billones de dólares, sobrepasando el límite de endeudamiento permitido.
El Departamento del Tesoro de EEUU informó que el stock de deuda alcanza a 16.747.468.940.509, y el máximo autorizado por el Congreso eran 16.699.421.095.673 dólares. El gobierno ha tomado más de 48.000 millones de dólares de deuda pública que lo aprobado por el Congreso estadounidense.
Podemos afirmar que este es el problema financiero en EEUU. Siendo la primera potencia mundial del capitalismo es un Estado fallido, sin recursos propios y que necesita del financiamiento del mundo. El plazo para obtener la autorización parlamentaria de extensión de su capacidad de endeudamiento vence el 17 de octubre.
El gobierno de Obama cuenta con esa extensión y también en que el mundo seguirá confiando en el dólar y en el Tesoro de los EEUU y por lo tanto seguirán demandando bonos públicos con la garantía de cancelación “Made in USA”.
No en vano, la Reserva Federal de EEUU emite todos los meses 85.000 millones de dólares para el salvataje de su economía, el epicentro de la crisis mundial. Son dólares que inundan el mercado mundial y alimentan un nuevo ciclo de la burbuja financiera que siempre estalla para perjuicio de sectores subalternos, en EEUU y en el mundo.

sábado, 14 de septiembre de 2013

La conspiración financiera internacional

  




Por Vicenc Navarro



Se están publicando más y más informes, libros y artículos (ver Ellen Brown “Making the World Safe for Banksters”. CounterPunch, 05.09.13) que están documentando cómo se inició el proceso de desregulación de la banca, que desembocó en la enorme crisis financiera a los dos lados del Atlántico Norte. Cuanto más se publica, más se sabe de lo que en realidad puede definirse, sin reservas, como una conspiración en la que participaron activamente dirigentes de la banca estadounidense (tales como Goldman Sachs, Merrill Lynch, Bank of America, Citibank y Chase Manhattan Bank) y personajes responsables de las agencias reguladoras de la banca del gobierno federal de Estados Unidos, tales como Larry Summers y Timothy Geithner. El primero era (cuando la conspiración se inició) el segundo de a bordo del Ministerio de Hacienda, dirigido por el ex banquero Robert Rubin, durante la Administración Clinton, y el segundo, era el encargado de Asuntos Internacionales del mismo Ministerio.
El objetivo de ese proyecto era conseguir la desregulación del capital financiero en EEUU y también en el mundo. El primer paso fue la desregulación en EEUU a base de eliminar la Ley Glass-Steagall, la ley aprobada en 1933 por la Administración Roosevelt que claramente diferenciaba la Banca Comercial de la Banca de Inversiones, un punto clave para proteger a la mayoría de ahorradores y depositantes en la banca frente a la especulación, característica de gran número de actividades de la Banca de Inversión. La Administración Clinton, como resultado de la presión del centro financiero de EEUU, Wall Street, y con la ayuda de sus agentes en el gobierno federal, eliminó dicha Ley y, con ello, tal diferenciación. Una consecuencia fue el colapso de Lehman Brothers.
El segundo paso era la desregulación de la banca a nivel mundial. Ello requería el cambio de las reglas de la Organización Mundial del Comercio (World Trade Organization), y para ello se nombró a Geithner embajador de EUUU en dicha organización. Su objetivo (que consiguió que se aprobara) era cambiar las reglas de juego para la banca, mediante un addendum que aparentaba ser menor (conocido como addendum del Financial Services Agreement), que prohibía, en realidad, la regulación de las inversiones bancarias, incluyendo las especulativas.
Un problema que los conspiradores tenían es que el 40% de los bancos hoy en el mundo son bancos públicos (la mayoría de estos bancos existen hoy en los países BRIC -Brasil, Rusia, India y China-, que representaban el 40% de la población mundial). Y para complicarles más las cosas a los conspiradores, muchos de estos bancos estaban en países musulmanes, donde la usura es, no solo un pecado, sino también un acto criminal, lo cual dificultaba las políticas financieras de carácter especulativo. Estos factores, por cierto, han protegido a estos países frente a la especulación financiera y han sido menos afectados por la crisis financiera a nivel mundial. Países que fueron particularmente resistentes a esta desregulación fueron los llamados “enemigos de EEUU” (según el testimonio dado en el año 2007 por el general Wesley Clark, que era el jefe de las fuerzas militares de la OTAN, Democracy Now! 2007) que incluían Irak, Siria, el Líbano, Libia, Somalia, Sudán e Irán. Todos estos países eran islámicos, no pertenecían a la Organización Mundial del Comercio, y lo que era “peor” es que tampoco pertenecían al Bank for International Settlements en Suiza, la organización que supervisa los bancos a nivel mundial. Según el General Clark, estos países estaban en la lista de países que el gobierno federal de EEUU había considerado como países cuyos gobiernos deberían cambiar en los próximos cinco años. Y, según Ellen Brown, lo están intentando conseguir.

lunes, 18 de marzo de 2013

Después del engaño

 Por Paul Krugman
El Pais


Ha sido una gran semana para los documentos presupuestarios. De hecho, los miembros del Congreso han presentado no una, sino dos propuestas serias con todas las de la ley referidas a los gastos e impuestos de la próxima década.
Sin embargo, antes de entrar en eso, permítanme hablar brevemente sobre la tercera propuesta presentada esta semana (la que no es seria, la que es en esencia un chiste cruel).
Allá por 2010, cuando todo el mundo en Washington parecía decidido a ungir al representante Paul Ryan como conservador honrado y serio por excelencia, yo declaré que era un embaucador. Incluso entonces, sus propuestas eran evidentemente fraudulentas: recortes enormes en las ayudas a los pobres, pero rebajas de impuestos todavía mayores para los ricos, mientras que todas las demostraciones de responsabilidad fiscal se sustentaban sobre la afirmación de que recaudaría billones de dólares cerrando las lagunas fiscales (las cuales no quiso especificar) y recortando el gasto discrecional (de formas que se negó a especificar).
Desde entonces, sus presupuestos se han vuelto todavía más engañosos. Por ejemplo, a estas alturas Ryan afirma que puede reducir la base impositiva máxima del 39,6% al 25%, pero, de algún modo, recaudar un 19,1% del PIB en forma de impuestos, una cifra a la que no nos hemos acercado desde el estallido de la burbuja de las puntocom hace una docena de años.

sábado, 16 de febrero de 2013

Rubio y los zombis

 Por Paul Krugman
El Pais


El discurso sobre el estado de la Unión no ha sido, siento decirlo, muy interesante. Es cierto que el presidente ha dado muchas buenas ideas. Pero ya sabemos que casi ninguna de ellas saldrá adelante tras pasar por una Cámara de Representantes hostil.
Por otro lado, la respuesta del Partido Republicano, que ha expuesto el senador por Florida Marco Rubio, ha sido interesante y reveladora a la vez. Y lo digo en el peor de los sentidos. Porque Rubio es una estrella en ascenso, hasta el punto de que ha salido en la portada de la revista Time, que lo ha llamado “el salvador republicano”. Lo que supimos el martes, sin embargo, es que las ideas económicas zombis han devorado su cerebro.
En caso de que se lo estén preguntando, una idea zombi es una proposición que ha sido completamente refutada por los análisis y las pruebas, y debería estar muerta, pero no muere porque tiene un propósito político, apela a prejuicios, o ambas cosas. La idea zombi típica del discurso político estadounidense es la noción de que las bajadas de impuestos a los ricos se pagan por sí solas, pero hay muchas más. Y, como he dicho, en lo tocante a la economía, parece que la mente de Rubio está infestada por las ideas zombis.
Empecemos por la gran pregunta: ¿cómo nos metimos en el embrollo en que estamos?
La crisis financiera de 2008 y sus dolorosas consecuencias, que todavía estamos sufriendo, fueron un tremendo bofetón para los fundamentalistas del libre mercado. Hacia 2005, los sospechosos habituales —publicaciones conservadoras, analistas de fundaciones de derechas como el Instituto de Empresa Estadounidense y el Instituto Cato y demás— insistían en que los mercados financieros liberalizados lo estaban haciendo muy bien y desechaban las advertencias sobre una burbuja inmobiliaria por considerarlas lloriqueos liberales. Luego, la burbuja inexistente estalló y resultó que el sistema financiero era peligrosamente frágil; solo unos enormes rescates gubernamentales evitaron una catástrofe total. Sin embargo, en vez de aprender de esta experiencia, muchos en la derecha han optado por reescribir la historia. En aquel entonces pensaban que todo era maravilloso y su única queja era que el Gobierno se estaba interponiendo en el camino de la concesión de todavía más préstamos hipotecarios; ahora afirman que las políticas gubernamentales, dictadas de algún modo por los liberales aun cuando el Partido Republicano controlaba tanto el Congreso como la Casa Blanca, fomentaban el endeudamiento excesivo y fueron las causantes de todos los problemas.
 Cada elemento de esta historia revisionista ha sido refutado al detalle. No, el Gobierno no obligó a los bancos a prestar dinero a esas personas; no, Fannie Mae y Freddie Mac no causaron la burbuja inmobiliaria (concedieron relativamente pocos préstamos durante los años en los que más creció la burbuja); no, las entidades crediticias respaldadas por el Gobierno no fueron las responsables de que se disparasen las hipotecas de riesgo (los emisores privados de hipotecas concedieron la inmensa mayoría de los préstamos con más riesgo).

Pero el zombi sigue adelante arrastrando los pies, y esto es lo que decía Rubio el martes por la noche: “Esta idea [la de que nuestros problemas los causó un Gobierno demasiado reducido] es simplemente falsa. De hecho, una de las principales causas de nuestra reciente recesión económica fue una crisis inmobiliaria provocada por políticas gubernamentales irresponsables”. Sí, es el zombi en su momento álgido.
¿Y qué hay de la respuesta a la crisis? Hace cuatro años, los analistas económicos de derechas insistían en que el gasto deficitario destruiría empleo porque el endeudamiento del Gobierno desviaría unos fondos que, de otro modo, se habrían destinado a la inversión empresarial, y también insistían en que este endeudamiento dispararía los tipos de interés. Lo acertado, afirmaban, era equilibrar el presupuesto, aun cuando la economía estuviese deprimida.
Ahora bien, este argumento era evidentemente falaz desde el principio. Como personas como yo intentábamos señalar, la verdadera razón por la que nuestra economía estaba deprimida era que las empresas no estaban dispuestas a invertir tanto como los consumidores estaban intentando ahorrar. De modo que el endeudamiento gubernamental no haría subir, en la práctica, los tipos de interés (y tratar de equilibrar el presupuesto solo serviría para agravar la depresión).
Como era de prever, los tipos de interés, lejos de dispararse, están en mínimos históricos (y los países que recortaron drásticamente el gasto también han sufrido grandes pérdidas de puestos de trabajo). Rara vez se obtiene un resultado tan claro poniendo a prueba ideas económicas contrapuestas, y las ideas de la derecha han fracasado.
Pero el zombi sigue adelante arrastrando los pies. Y esto es lo que dice Rubio: “Cada dólar que nuestro Gobierno toma prestado es dinero que no se está invirtiendo en crear empleo. Y la incertidumbre generada por la deuda es uno de los motivos por los que muchas empresas no contratan personal”. Zombis, 2; realidad, 0.
Para ser justos con Rubio, lo que dice no es en absoluto diferente de lo que afirman todos en su partido. Pero, lógicamente, eso es lo que da tanto miedo.
Porque aquí nos tienen, todavía sumidos después de más de cinco años en la peor crisis económica que ha habido desde la Gran Depresión, y uno de nuestros dos grandes partidos políticos ha visto cómo su doctrina económica se estrellaba y ardía dos veces: la primera, durante el periodo previo a la crisis, y luego, otra vez en el posterior. Pero ese partido no ha aprendido nada; por lo visto, cree que todo irá bien si se limita a seguir repitiendo las viejas consignas, solo que más alto.
Es un panorama inquietante y que no augura nada bueno para el futuro de nuestro país.


 Paul Krugman es profesor de Economía de Princeton y premio Nobel de 2008.

domingo, 6 de enero de 2013

EE UU: Dos notas sobre antes y después del “abismo fiscal”

 Por Dean Baker


1 de enero: El umbral no augura nada bueno

El umbral de la franquicia impositiva de Obama no augura nada bueno en las conversaciones sobre el techo de la deuda. El presidente consiguió ser reelegido con la promesa de aumentar los impuestos a quienes ganan más de 250.000 dólares. Está ya capitulando.

Hay tres aspectos de los que tendría la gente que darse cuenta respecto al acuerdo sobre el abismo fiscal alcanzado por el presidente Obama y los republicanos en el Congreso. El primero es la observación simple y evidente de que hemos pasado el abismo fiscal. No hubo acuerdo aprobado por el Congreso y firmado por el presidente Obama antes de la fecha límite del 1 de enero.

Lo cual tiene su importancia, porque las informaciones sobre el presupuesto en relación con el “abismo” fiscal afirmaban repetidamente que el país y la economía se enfrentaban a graves consecuencias por no haber llegado a un acuerdo para esa fecha. Declararon repetidas veces que corríamos el riesgo de una recesión, tergiversando groseramente las previsiones de la Oficina Presupuestaria del Congreso, y otros predijeron las consecuencias de mantener mayores tasas tributarias y grandes recortes del gasto durante todo el año.

lunes, 31 de diciembre de 2012

El abismo fiscal, la ley de Okun y la Larga Depresión

  

Por Michael Roberts


El presidente Obama y la Cámara de Representantes de EE UU, de mayoría republicana, están enfrascados en una batalla para encontrar la manera de superar lo que se ha llamado "el abismo fiscal" ante el que se encuentra la economía de EE UU este año nuevo. El abismo fiscal es una metáfora que describe el aumento automático de diferentes impuestos y las reducciones en el gasto público que se aplicarán a partir de principios de 2013.
Sucederá a causa de toda una serie de recortes de impuestos y exenciones fiscales, que la administración Bush adoptó como medidas "temporales" y con caducidad anual a menos que el Congreso las renovase. Y hay otras medidas, como la exención de la contribución a la seguridad social de los empresarios –que se adoptó para evitar despidos-, así como otros recortes automáticos en el gasto acordados, que se aplicarán si el Presidente y el Congreso no se ponen de acuerdo en un plan para controlar el gasto y reducir la deuda pública el resto de la década.

sábado, 22 de diciembre de 2012

El juego de los impuestos

 Por Paul Krugman
EL PAIS


Hace unos cuantos años, se puso muy de moda el póquer televisado (programas en los que se pueden ver las apuestas y faroles de los jugadores de cartas expertos). Sin embargo, los espectadores parecen haber perdido interés desde entonces. Pero tengo una propuesta: en lugar de mostrar a expertos del póquer, ¿por qué no hacer un programa en el que aparezcan incompetentes del póquer? (personas que se echan atrás cuando tienen una buena mano o que no saben cómo dejarlo cuando van ganando).
Aunque bien pensado, ese programa ya existe. Se llama negociación presupuestaria y va ahora por su segundo episodio.

domingo, 9 de diciembre de 2012

EE UU: La histeria del abismo fiscal

Por Dean Baker



No llegar a la fecha límite de enero sólo significa que quienes quieren conservar los recortes de impuestos de Bush a los super ricos pierden capacidad de influencia política.

Las élites de Washington se han pasado buena parte de las últimas tres décadas histéricas por el déficit presupuestario, pero se están superando en el actual punto muerto del presupuesto que han denominado “abismo fiscal”. La historia que cuentan es que los aumentos de impuestos programados a finales de 2012, unidos a los recortes de gasto autorizados harán caer en la recesión a la economía si el Congreso no toma medidas antes de que concluya el año.

El relato de terror que va ligado a esta fecha límite del 1 de enero depende en lo fundamental de representar torcidamente la realidad. Hay proyecciones de la Oficina Presupuestaria del Congreso y otros analistas de predicciones que muestran que la combinación del aumento de impuestos y recortes de gasto le amputaría más de un 3,5% al crecimiento del PIB. Este golpe supondría una economía contraída e impulsaría de nuevo la tasa de desempleo por encima del 10%.

Los millones olvidados

 Por Paul Krugman
El Pais



El problema de EE UU no es la crisis fiscal sino la crisis de empleo que sufre



Vamos a dejar clara una cosa: Estados Unidos no se enfrenta a una crisis fiscal. Sin embargo, sigue sufriendo en gran medida una crisis de empleo.
Resulta fácil confundirse con la cuestión fiscal, ya que todo el mundo habla del “precipicio fiscal”. De hecho, una encuesta reciente indica que una gran mayoría de los ciudadanos cree que el déficit presupuestario aumentará si caemos por ese precipicio.
En la práctica, cómo no, es justo lo contrario: el peligro es que el déficit se reduzca en exceso y demasiado deprisa. Y los motivos por los que podría suceder eso son puramente políticos; podríamos estar a punto de recortar drásticamente el gasto y subir los impuestos no porque los mercados lo exijan, sino porque los republicanos han estado usando el chantaje como estrategia de negociación, y el presidente parece dispuesto a ponerles en evidencia.

domingo, 28 de octubre de 2012

Por qué ni siquiera el presidente Obama defenderá la Seguridad Social


 Por Dean Baker





Resulta notable que la Seguridad Social no haya figurado como una cuestión más destacada en la carrera presidencial. Al fin y al cabo, el gobernador Romney ha propuesto un plan que implicaría recortes de más del 40% para los trabajadores de clase media que estén incorporándose al contingente laboral. Puesto que la Seguridad Social es inmensamente popular en todo el espectro político, daría la impresión de que el presidente Obama podría lograr una enorme ventaja declarando su apoyo al programa.

Pero el presidente Obama ha rechazado de manera continuada salir en defensa de la Seguridad Social. De hecho, en el primer debate, dejó la cuestión fuera de la mesa, diciéndole al pueblo norteamericano que no hay gran diferencia entre su posición sobre la Seguridad Social y la de Romney.

Así visto, resulta difícil de entender. Además de ser política de la buena, hay una sólida base política para defender la Seguridad Social. El sistema de Seguridad Social constituye acaso la mayor historia de éxito de cualquier programa en la historia de los Estados Unidos. Al proporcionar un núcleo de renta para la jubilación, ha sacado a millones de jubilados y sus familias de la pobreza. También proporciona seguro de discapacidad a casi toda la mano de obra. Es mínimo el volumen de fraude en el sistema, y los costes administrativos son veinte veces menos que los costes de las aseguradoras del sector privado.

martes, 24 de julio de 2012

Las desigualdades como causa de la crisis

 Por Vicenc Navarro *





Uno de los fenómenos sociales y económicos más inquietantes que ha estado ocurriendo en las últimas tres décadas es el enorme crecimiento de las desigualdades, las cuales han crecido todavía más durante esta gran crisis económica y financiera que los países de la OCDE están experimentando. De ahí que haya aparecido un número considerable de estudios e informes de organismos internacionales que han intentado analizar las causas de tal crecimiento de las desigualdades. Entre ellos, el más conocido es el producido por la OCDE titulado Divided We Stand. Why Inequality Keeps Rising, publicado en 2011, y que generó gran interés y debate. Entre las causas que tal estudio consideró como de gran importancia estaba el cambio tecnológico que afectaba en gran medida a la distribución y la productividad dentro del mundo del trabajo y de las rentas generadas por él.
El estudio más reciente en esta bibliografía científica sobre las desigualdades es el publicado por el Center for Economic and Policy Research, de Washington DC titulado Missing the Story: The OECD’s Analysis of Inequality, en el que sus autores David Rosnick y Dean Baker critican extensamente el estudio de la OCDE mostrando serias limitaciones en la conceptualización y metodología del estudio. Muestran convincentemente que el enorme crecimiento de las desigualdades de los países de la OCDE no ha ocurrido entre la mayoría de la población (el 90%) que deriva sus ingresos de la renta del trabajo, sino entre una minoría muy exigua (el 1%) de la población que deriva sus ingresos de las rentas del capital y muy en especial del capital financiero (0,2% de la población) y todos los demás. El crecimiento de las rentas de estos últimos ha sido geométrico, es decir, explosivo. El documento muestra que este hecho ha ocurrido también en España, donde el mayor crecimiento de las rentas ha sido también en este 1% (y muy en especial en el 0,12%) de la población. En lenguaje normal y corriente, los súper ricos se han ido forrando de dinero.

viernes, 8 de junio de 2012

El precio de la desigualdad

 Por Joseph Stiglitz *







A los estadounidenses les gusta pensar en su país como una tierra de oportunidades, opinión que otros en buena medida comparten. Pero aunque es fácil pensar ejemplos de estadounidenses que subieron a la cima por sus propios medios, lo que en verdad cuenta son las estadísticas: ¿hasta qué punto las oportunidades que tendrá una persona a lo largo de su vida dependen de los ingresos y la educación de sus padres?
En la actualidad, estas cifras muestran que el sueño americano es un mito. Hoy hay menos igualdad de oportunidades en Estados Unidos que en Europa (y de hecho, menos que en cualquier país industrial avanzado del que tengamos datos).

viernes, 27 de abril de 2012

Las paradojas de la crisis del capitalismo global

 Por Oscar Ugarteche.


El mundo sufre desde hace cinco años la peor crisis desde 1930. Ésta es una clásica crisis de sobreproducción que algunos singularizan como una de largo aliento en el ciclo de Kondratieff. Esto la convertiría en una crisis de cambio tecnológico en la que, a lo Schumpeter, debe haber destrucción creadora para salir de ella. O mejor, como propone Carlota Pérez, es una crisis que abrirá el espacio para la masificación de tecnologías ya existentes pero aún no muy extendidas. Las etapas de la crisis están claramente delineadas en:
1. La crisis de las subprime (agosto del 2007-septiembre del 2008), cuando la banca, llena de liquidez por la existencia de tasas de interés negativas, necesitaba prestar y el mercado de bienes raíces, por esa misma razón, estaba en una burbuja. Esto dio lugar a operaciones de mala calidad que fueron trasladadas a bancos de inversión como instrumentos de buena calidad con la ayuda de las cuatro empresas calificadoras de riesgo. Se trató de un periodo de corrupción (casos Stanford y Madoff) y culminó con la crisis de Lehman Brothers. Desaparece la banca de inversión y se consolida la banca estatizada que adquiere todas las instituciones financieras significativas en la forma de Bank Holding Companies.
2. El credit crunch (septiembre del 2008 a junio del 2009), cuando los bancos se dieron cuenta de que los préstamos interbancarios no eran seguros, por lo anterior, y dejaron de prestarse entre sí.
3. La recesión (octubre del 2008 a diciembre del 2009), que derivó del cierre del crédito en los Estados Unidos, Europa, Asia; el comercio exterior en dólares contagió la crisis a las economías dinámicas.
4. La crisis fiscal (2010), derivada del incremento de los déficits fiscales tras los rescates bancarios suscitados por todo lo anterior, ha llevado los niveles de deuda de Estados Unidos y Europa al umbral de 100% del PBI. (Como referencia, América Latina entró en 1982 en la crisis con 50% del PBI.)
5. La segunda crisis bancaria (2011), consecuencia de los problemas de contracción económica y aquellos derivados de los ajustes fiscales para resolver 4.
6. La segunda recesión (2012). Al quinto año crítico se puede avizorar un horizonte de largo aliento para la resolución de las crisis generadas y la salida de la economía, con un patrón de acumulación modificado y un patrón energético radicalmente cambiado.
En la crisis, la banca de inversión desapareció y fue absorbida por Bank Holding Companies que recibieron, cuando menos en los Estados Unidos, unos 700 mil millones de dólares. En Gran Bretaña se nacionalizaron los cuatro bancos grandes y en Europa se hizo una combinación de nacionalización con rescates a la americana, préstamos a patrimonio en la forma de acciones preferentes, con voz y sin voto.

La Desigualdad Económica en los Estados Unidos en Números

  


Por Santiago O’Donnell




El sueño americano se terminó. Un artículo académico de la profesora de la Universidad de Stanford Terry Karl muestra hasta qué punto Estados Unidos se ha convertido en uno de los países más desiguales del planeta. Según el trabajo de Karl, de los 34 países más desarrollados que forman parte de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), sólo China, México y Turquía tienen disparidades más grandes en los ingresos que Estados Unidos. Además, según la OCDE, Estados Unidos tiene las políticas menos efectivas en gasto social para aliviar la pobreza y el nivel más bajo de impuesto a las ganancias de todos los países desarrollados.
El artículo, titulado “Desigualdad y Democracia: lecciones latinoamericanas para Estados Unidos”, se basa en distintos estudios sobre el tema. Dice que en Estados Unidos el diez por ciento más rico gana quince veces más dinero que el diez por ciento más pobre. La brecha ha crecido mucho en las últimas décadas, y es todavía más pronunciada si se toma en consideración al uno por ciento más rico, que promedia un ingreso de 1,3 millón de dólares anuales y que se lleva cuatro quintos de lo que aumentaron los ingresos de todos los estadounidenses desde 1980 hasta el 2002. Los súper ricos, que representan el 0,1 por ciento de los estadounidenses, son los que más se beneficiaron con esta tendencia. Los súper ricos captan un ingreso anual promedio de 27.322.212 dólares. Y los recontra súper ricos, el 0,01 porciento de la población, reciben el seis por ciento del total de los ingresos de las familias, estadounidenses.
La enorme brecha entre ricos y pobres que aparece en sus ingresos anuales se multiplica cuando se mide la riqueza acumulada, señala el artículo. El 20 por ciento más rico es dueño del 87 por ciento de la riqueza de todos los estadounidenses y el uno por ciento tiene el 69 por ciento. Las cuatrocientas familias más ricas tienen lo mismo que la mitad más pobre, es decir dos mil individuos tienen tanto como el capital acumulado de ciento cincuenta millones de personas.

sábado, 14 de abril de 2012

Cuando China deje atrás a los EEUU

 Por Dean Baker*





De manera ritual, los políticos en EE UU deben asegurar que su país es y siempre será la principal potencia mundial, tanto política, económica como militarmente. Este sortilegio puede que ayude a ganar las elecciones en un país en el que un numero nada pequeño de gente respetable niega el calentamiento global y rechaza la evolución, pero tiene poco que ver con el mundo real.

Quienes conocen los datos saben que China esta superando rápidamente a EE UU como la principal potencia económica mundial. Según las estadísticas del FMI, la economía china es hoy un 80% de la de EE UU. La tendencia implica que superara a EE UU en 2016.

Sin embargo, estos números están lejos de ser exactos. Es difícil comparar con exactitud la producción de distintos países con economías muy diferentes. Desde varios puntos de vista, China ha superado ya a EE UU.

En 2009 superó a EE UU como el principal fabricante mundial de coches. En muchos sectores de la industria va por delante de EE UU y exporta más bienes y servicios. El número de estudiantes que se licencian de las facultades de ciencia e ingeniería es muy superior al de EE UU. Y China tiene casi el doble de teléfonos móviles e internautas que EE UU.

Casi la mitad de la población china vive aun en el campo. El nivel de vida de los 650 millones de personas que viven en el medio rural es muy inferior al de quienes viven en las ciudades y mucho más difícil de medir. La razón es que los precios son mucho más bajos en el campo, lo que dificulta la comparación.

domingo, 18 de marzo de 2012

¿A qué se debe la polarización social?

 Por Vicenc Navarro.


Un tema que está acaparando gran atención en los centros políticos y mediáticos de Estados Unidos es el notable crecimiento de las desigualdades de renta y riqueza que ha ocurrido desde los años ochenta, y que se ha acentuado todavía más durante estos años de crisis. Es importante resaltar que el debate no es sobre si se han incrementado las desigualdades, sino sobre las causas de este crecimiento. Nadie cuestiona que haya existido este aumento. El debate se centra, pues, en las causas y consecuencias del crecimiento de estas desigualdades. Las posturas conservadoras y liberales, bien reflejadas en los escritos de intelectuales como James Q. Wilson, colaborador del “Washington Post”, Charles Murray, Director del “American Enterprise Institute”, y el columnista David Brooks, del “New York Times”, cuestionan que tal crecimiento de las desigualdades se deba a las políticas públicas iniciadas por el presidente Reagan (aunque algunos autores consideran que tales políticas se iniciaron en los últimos años del mandato del presidente Carter) y continuadas por los presidentes Bush, padre e hijo, y también, por cierto, por el presidente Clinton. Estas políticas incluían una reducción de la carga fiscal de las rentas superiores (aunque el presidente Clinton las aumentó al inicio de su mandato), una desregulación de los mercados financieros (particularmente acentuada durante el gobierno Clinton, con la eliminación de la Ley Glass-Steagall) y una reducción del gasto público, incluyendo el gasto público social, entre otras medidas que se han acentuado en estos años de crisis.

sábado, 10 de marzo de 2012

¿Qué aflige a Europa?


Por Paul Krugman *





La mayor parte de lo que la gente sabe sobre la crisis europea no es cierto y las historias falsas están contaminando el discurso económico de EE UU



Las cosas están fatal en Lisboa, Portugal, donde el desempleo se ha disparado por encima del 13%. Las cosas están todavía peor en Grecia, Irlanda, y podría decirse que también en España, y Europa en su conjunto parece estar volviendo a caer en la recesión. ¿Por qué se ha convertido Europa en el enfermo de la economía mundial? Todo el mundo sabe la respuesta. Por desgracia, la mayor parte de lo que la gente sabe no es cierto, y las historias falsas sobre las tribulaciones de Europa están contaminando nuestro discurso económico.
Si leemos un artículo de opinión sobre Europa —o, con demasiada frecuencia, un reportaje de prensa que supuestamente se atiene a los hechos— lo más probable es que nos encontremos con una de dos historias, que yo distingo como versión republicana y versión alemana. Ninguna de las dos se corresponde con los hechos.
La versión republicana —es uno de los temas centrales de la campaña de Mitt Romney— es que Europa está en apuros porque se ha esforzado demasiado en ayudar a los pobres y a los desafortunados, que estamos observando los últimos estertores del Estado del bienestar. Por cierto, que esta historia es una de las eternas cantinelas del ala derecha. Allá por 1991, cuando Suecia atravesaba una crisis bancaria provocada por la liberalización (¿les suena?), el Instituto Cato publicó un jactancioso informe en el que afirmaba que esto demostraba el fracaso de todo el modelo del Estado del bienestar. ¿He mencionado ya que Suecia, un país que sigue teniendo un Estado del bienestar sumamente generoso, es en la actualidad uno de los países más productivos, con una economía que crece más rápidamente que la de cualquier otra nación rica?

sábado, 3 de marzo de 2012

De cómo EEUU pospone su quiebra y aumenta la pobreza

Por Adan Salgado Andrade.


Una de las ventajas que se lograron cuando se creó al así llamado papel moneda, fue que no siempre el soberano o gobernante en turno, así como su administración, debían de comprobar que, en efecto, poseían los metales preciosos o semipreciosos que ampararan el valor total de las distintas emisiones de billetes que se hacían. Claro que, en principio, el papel moneda se creó cuando en las postrimerías del capitalismo, allá por el año 1200, era más fácil comerciar con letras de cambio emitidas por banqueros que amparaban el depósito de tal o cual persona, comerciantes sobre todo, con tal de que éstos no cargaran con todo el metálico efectivo. Sin embargo, con el tiempo, la emisión de dinero pasó de ser un atributo sólo de los banqueros, a una función exclusiva del estado, quien desde entonces fue el único autorizado para imprimir billetes y acuñar monedas. Pero, como dije, cuando los gobernantes se endeudaban en exceso, más allá de la capacidad de los cofres reales, entonces venía muy bien la impresión de billetes, sin nada realmente que los sustentara, excepto el gobierno y su permanencia en el poder. En México, por ejemplo, esa atribución, la emplearon bastante los distintos bandos revolucionarios, como el de Pancho Villa, quienes imprimían billetes en las zonas que controlaban, con tal de adquirir viandas o pertrechos, obligando a los vendedores aceptar ese "dinero", amparado por el jefe en turno. Sin embargo, cuando dicho jefe caía y huía del lugar, los billetes emitidos quedaban sólo como enormes montones de papel, que no valían, justamente, ni el papel en que se habían impreso.

lunes, 6 de febrero de 2012

Romney no está preocupado




Si son ustedes estadounidenses que están pasando una mala racha, Mitt Romney tiene un mensaje para ustedes: él no siente su dolor. A principios de esta semana, Romney declaraba a un atónito entrevistador de CNN: “No me preocupan los muy pobres. En Estados Unidos tenemos una red de seguridad”. Ante la lluvia de críticas, el candidato ha explicado que no quiso decir lo que pareció querer decir y que sus palabras se sacaron de contexto. Pero está bastante claro que quiso decir lo que dijo. Y cuanto más en contexto se pone su declaración, peor suena.
Para empezar, hace apenas unos días, Romney negaba que los planes que ahora dice que se encargan de los pobres proporcionaran una ayuda significativa. El 22 enero afirmaba que los programas de protección social —sí, empleó específicamente ese término— tienen unos gastos generales masivos y que, por culpa del coste que supone la enorme burocracia, “una parte muy pequeña del dinero que de hecho necesitan los que de verdad necesitan ayuda, esos que no pueden hacerse cargo de sí mismos, llega en realidad hasta ellos”.
Esta aserción, como buena parte de lo que dice Romney, era totalmente falsa: los planes estadounidenses contra la pobreza no tienen ni de lejos tanta burocracia o gastos generales como, por ejemplo, los seguros médicos privados. Como ha documentado el Centro para Prioridades Presupuestarias y Políticas, entre un 90% y un 99% de los dólares asignados a los planes de protección social llegan a los beneficiarios. Pero dejando a un lado la deshonestidad de su afirmación inicial, ¿cómo puede un candidato afirmar que los programas de protección social no sirven para nada y declarar apenas 10 días después que esos programas cuidan tan bien de los pobres que no se siente preocupado por su bienestar?

La alienación se globaliza



¿Cómo sucedió esto? ¡EE.UU., zar del capitalismo, se convierte en un país del tercer mundo!
Según el último informe del Buró del Censo de EE.UU. 46,2 millones de estadounidenses son pobres. Por cierto, los no conformistas que se oponen afirman que familias pobres, como las definen en EE.UU., incluyen grupos familiares que generalmente tienen alimentación adecuada, un hogar, televisión, teléfono, y probablemente un DVD y/o un PC, y un coche. ¡Bastante bueno, después de todo! Probablemente sea muy cierto; sin embargo, hay que considerar el umbral de la pobreza, como lo define el Buró del Censo, para una familia con dos niños en 2010 es de 22.113 dólares; los no conformistas que se oponen dicen: Y qué, más de 3.000 millones de personas viven con menos de 2,50 dólares por día. Por lo tanto: ¿De dónde sale esta afirmación de que 46,2 millones de personas en EE.UU. son pobres? ¿Son realmente pobres?

Una familia típica de cuatro personas en EE.UU. gasta 664,20 dólares al mes en alimentación, suponiendo que coman con un plan de bajo coste, según las estadísticas del USDA [Departamento de Agricultura de EE.UU.]; un plan liberal es de 1.013,80 dólares al mes. Esto significa que a la familia le quedan 1.178,55 dólares al mes para todo lo demás, incluidos seguros de saludad de 414 dólares al mes, la prima mensual promedio del país. Por lo tanto, a la familia de cuatro le quedan 764,55 dólares para cosas como el pago del coche, y el pago promedio por el coche en EE.UU. es de 475 dólares, pero ya que se trata de pobres, supongamos que sea la mitad de esta suma para un coche inferior o sea 237,50 dólares por mes, y un seguro promedio para el coche según un índice nacional es de 137,91 dólares por mes y los costes de vivienda promedio por mes para arrendatarios ascienden a unos 700 dólares por mes. Sumando y restando todo lo mencionado faltan 310,86 dólares por mes. Por lo tanto, la familia promedio de cuatro tiene que reducir 310,86 por mes de alimentación, seguro de salud, transporte, o vivienda a fin de terminar sin pérdidas. No sorprende que tantos estadounidenses no tengan seguro de salud porque si lo han eliminado les quedan 103,14 dólares o sea 3,44 por día, para el lavado de la ropa, cuidado dental, cine, adquisición de ropa o zapatos, libros, revistas, gasolina, reparaciones del coche, gastos de emergencia y todo lo demás que se desee. ¡Son verdaderamente pobres!