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viernes, 10 de febrero de 2017

El Origen del Neoliberalismo

A 60 años de la "invención" del Neoliberalismo





Por Marco Antonio Moreno


En abril de 1947 a las faldas del Mont Pèlerin, en los Alpes Suizos, Friedrich von Hayek y Milton Friedman reunieron a un nutrido grupo de intelectuales de derecha para expresar su repudio al New Deal y el keynesianismo que en ese momento dominaba el mundo económico.


El objetivo de Hayek, Friedman y la treintena de empresarios y políticos convocados, entre los que se contaba Karl Popper -quien acababa de publicar La Sociedad Abierta y sus Enemigos-, era sentar las bases ideológicas para una reducción del aparato estatal que con la revolución del economista británico John Maynard Keynes había cobrado un nuevo ímpetu en el liderazgo del desempeño económico.

A Hayek le molestaba la presencia del keynesianismo por su posibilidad de llegar a establecer y legitimizar al socialismo, lo que constituiría un verdadero camino de servidumbre para el mundo civilizado. Su crítica a la planificación del Estado era frontal: “no puede constituir una solución económica adecuada debido a la complejidad de los cálculos económicos”. Para Hayek la planificación del estado “solo puede conducir al caos o al estancamiento”. Esta vehemente reacción teórica y política contra el intervencionismo de Estado y contra el Estado de Bienestar Social, se conoce como el origen del Neoliberalismo, movimiento ideológico que crea y desarrolla –a través de los think tanks- modelos de ataque a toda limitación impuesta por el Estado a los mecanismos del mercado.

La "biblia" de Thatcher, Reagan y Pinochet




Son los años postreros de la Segunda Guerra Mundial y Winston Churchill levanta “la cortina de hierro” para dividir en dos a Europa. Hayek intuye que el decisorio protagonismo del Estado, validado por las ideas de Keynes, puede llevar a los países al mismo desastre que el nazismo germano. De ahí el libro que sirve de carta fundacional del Neoliberalismo: Camino de servidumbre (The road to Serfdom, 1944), que años más tarde, Margaret Thatcher (1979) tomaría como su “biblia” económica.

Richard Cockett, en su libro Pensando lo imposible, documenta en detalle cómo y por quienes fue ideada la contrarrevolución económica para contrarrestrar el impacto de las ideas keynesianas. La secta se creó en 1941 con el objetivo de derribar los argumentos de Keynes. Industriales, banqueros y la Fundación Rockefeller financiaron la operación cuyo fin era convertir a una importante generación de intelectuales al credo del liberalismo pregonado por Adam Smith. Cockett escribe con entusiasmo: “Hayek y la Sociedad del Monte Peregrino fueron al siglo XX lo que Karl Marx y la Primera Internacional fueron al siglo XIX".

Mark Hartwell, economista y miembro de la sociedad señaló que ésta “produjo en todo el mundo instituciones que propagaron el liberalismo económico contribuyendo al cambio de políticas en los gobiernos mediante el papel de sus miembros como asesores directos o creadores de políticas internas”.

Este grupo de fundamentalistas ideológicos se consagró a las divulgación de las tesis neoliberales para combatir el keynesianismo y toda forma de Estado Social y a preparar las bases teóricas de un capitalismo duro y un libre mercado exento de toda regla ética y social.

Con estos hechos reales, las advertencias de los neoliberales sobre los peligros que representa cualquier control del Estado sobre los mercados se vio muy poco creíble. Sin embargo los debates para encontrar mecanismos de regulación social tienen gran repercusión. Hayek y Friedman argumentan que este Estado “igualitario” es destructor de la libertad de los ciudadanos y de la vitalidad de la competencia, dos factores de los cuales depende la prosperidad general.
Cabe destacar que Hayek y Friedman ven en la desigualdad un valor positivo, del cual requiere la sociedad para avanzar y crecer. Esto no es otra cosa que la tesis del salvajismo y la selección natural de Spencer, en la cual sólo las especies más idóneas logran adaptarse y sobrevivir a los cambios.

Nixon y el colapso financiero de Vietnam



Tenía que pasar un cuarto de siglo para que las tesis de Hayek y Friedman pudieran saltar a la palestra. Y la relación causal fue el genocidio bélico de Vietnam. Tan grande fue el déficit fiscal del gobierno de Nixon por el costo de la guerra, y tanta la liquidez internacional de los países europeos en dólares, que cuando los banqueros centrales de Europa fueron a cambiar los billetes verdes a la Reserva Federal de los EE.UU. por el oro correspondiente (según el acuerdo de Bretton Woods, firmado al terminar la S.G.M.) se encontraron con la sorpresa de que la FED no tenía oro alguno que entregar.

Richard Nixon decretó la inconvertibilidad del dólar en oro el 15 de agosto de 1971, en un acto que tuvo consecuencias desastrosas para toda la humanidad. Y la crisis que devino a raíz de la decisión unilateral del gobierno estadounidense desestabilizó los mercados de todo el mundo. Y Chile no fue la excepción. El gobierno de Allende llevaba ocho meses…

Esta situación generó una crisis generalizada y en 1974 provocó una recesión mundial que reventó con la crisis del petróleo. La inflación y el desempleo se dispararon, situación que permitió meter la cuña de Hayek y Friedman al sistema: “los Estados están haciendo mal las cosas, hay que poner Orden”.
Milton Friedman vino en persona a Chile, en Abril de 1975, a iluminar el camino que debería tomar Pinochet para evitar la debacle. Y su tesis fue bien clara: “hay sólo una, y sólo una manera de detener la inflación: reducir la oferta monetaria, reducir el gasto, hacer una política de shock”

El Programa del Neoliberalismo



La espera de casi treinta años a la sociedad de Monte Peregrino de Hayek y Friedman valió la pena. En 1979 Margaret Thatcher, en Inglaterra, se compromete públicamente a poner en práctica el programa neoliberal. En 1980 le sigue Ronald Reagan, en Estados Unidos, y en 1982 el democratacristiano Helmuth Kohl en Alemania Federal. Japón, Argentina, México y otros países, adoptaron el modelo a mediados de los 80.

¿Cuáles fueron las realizaciones de los gobiernos neoliberales? Los diferentes modelos siguieron el pie de la letra las recetas para restringir la oferta monetaria, elevar las tasas de interés, reducir drásticamente los impuestos a los ingresos más altos, abolir los controles a los flujos financieros (entrada y salida de divisas), elevar fuertemente la tasa de desempleo (para así aplastar las huelgas y quitar poder a los sindicatos), imponer fuertes recortes a los gastos fiscales y, sobretodo, dieron inicio a un amplio programa de privatizaciones que se constituyó en el proyecto más sistemático y ambicioso de todos los experimentos económicos.

Los resultados de la aplicación irrestricta de estas medidas de la hegemonía neoliberal como ideología están llevando al mundo a una polarización en términos de exclusión social. La elevación de la tasa de desempleo, conocida como un mecanismo natural y necesario para el funcionamiento eficaz del modelo, constituye su victoria más contundente.

La demostración empírica de la trampa que ha impuesto el neoliberalismo está en la creciente y sistemática ampliación de la brecha entre ricos y pobres. La última encuesta para Chile arrojó que el decil más rico se lleva el 65% del producto, mientras el decil más pobre apenas el 2%.
La ideología de mercado puede arrojarse otro éxito: la globalización de la pobreza. Una quinta parte de la población mundial (1.200 millones de personas) sobreviven con un dólar diario y 2.800 millones de personas con poco más de dos dólares al día. Cada día mueren 30 mil niños de hambre y 800 millones de personas padecen subalimentación crónica. Durante los últimos 30 años la diferencia entre los 20 países más ricos y los 20 países más pobres se ha triplicado.
Los mandamientos del egoísmo individualista pregonado por Hayek en las faldas del Monte Peregrino, han rendido sus frutos para algunos, a costa de hambre, muerte y destrucción humana.


jueves, 5 de enero de 2017

Aire acondicionado y la Reserva Federal frenan la economía

Por Dean Baker
COUNTERPUNCH
Traducion : google



A principios de diciembre, la Junta de la Reserva Federal se movió para frenar la economía elevando las tasas de interés. Si bien se esperaba ampliamente esta subida de tasas, su impacto sería ralentizar la tasa de crecimiento económico, reduciendo así - la tasa de creación de empleo. El movimiento de la Fed siguió a un acuerdo que el presidente electo Donald Trump negoció con Carrier, un fabricante de electrodomésticos, para salvar 800 empleos en Indiana. Carrier se había convertido en un tema importante en la campaña presidencial, ya que había revelado planes para cerrar una fábrica de aire acondicionado en Indiana y trasladar la producción a México. Donald Trump había criticado este plan como una traición a los trabajadores estadounidenses y se comprometió a aplicar aranceles a las empresas que trasladen puestos de trabajo, aplicando dichos aranceles cuando se convirtiera en presidente. Después de las elecciones, fue interrogado sobre esta promesa. Trump, junto con su vicepresidente Michael Pence, que actualmente es el gobernador de Indiana, trató de llegar a un acuerdo con Carrier. Ellos negociaron un paquete, incluyendo $ 7 millones en incentivos del estado de Indiana, lo que persuadió a Carrier para mantener algunos de los puestos de trabajo en el estado. Parece que Trump también puede haber amenazado con represalias contra United Technologies, la compañía matriz de Carrier, que es un importante contratista militar. Independientemente de los méritos del trato, fue una enorme victoria en las relaciones públicas de Trump. Se le vio como llevando a cabo una promesa de campaña. Quizás lo más importante, Trump fue visto como un líder que gestiona para los trabajadores estadounidenses, algo que rara vez hemos visto en los presidentes de Estados Unidos en los últimos años.

El impacto del protagonista consiguió la enorme atención en esa coyuntura, con todas las demostraciones importantes de las noticias que la destacaran prominente como lo hicieron los periódicos importantes del país. Esto vale la pena contrastar con el alza de la tasa de interés de la Reserva Federal, que prácticamente no recibió atención fuera de las páginas de negocios.
Mientras que el impacto exacto de un alza de la tarifa no es fácil de calcular, en parte porque las alzas de la tarifa son a menudo ampliamente anticipadas, un rango razonable podría poner el impacto entre 5.000 y 15.000 trabajos al mes. En otras palabras, debido a que la Fed elevó las tasas en diciembre, al final de año es probable que tengamos entre 60.000 y 180.000 menos empleos en un escenario en el que la Fed dejó las tasas de interés sin cambios.
 Vale la pena comparar este impacto con los empleos ahorrados en el negocio de Carrier. El extremo bajo de la gama sería 75 veces más trabajos que se ahorraron en el reparto de la portadora. El extremo superior sería más de 200 veces más puestos de trabajo que se salvaron en Indiana.

Además, el alza de la tasa de interés de la Fed en diciembre no puede ser vista aisladamente. La Fed está en una senda de la tasa de ajuste, casi todo el mundo espera nuevas subidas en 2017 y 2018. Habrá un debate considerable dentro y fuera de la Fed sobre la necesidad de mayores tasas de interés.
La justificación ostensible para la subida de diciembre fue la necesidad de frenar la economía para evitar que la inflación saliera fuera de control. Sin embargo, la tasa de inflación se mantiene muy por debajo del rango objetivo de la Fed, y los datos de inflación publicados en la semana siguiente a la subida de tasas mostraron una moderada desaceleración de la inflación.
Esto plantea la posibilidad de que la Fed desacelere innecesariamente la economía e impida que los trabajadores obtengan empleo. Además, al debilitar el mercado de trabajo, la Fed está reduciendo el poder de negociación de los trabajadores, impidiéndoles obtener aumentos salariales. Esto es especialmente lamentable, ya que una mayor tasa de desempleo desproporcionadamente daña a los trabajadores menos favorecidos, incluyendo aquellos con menos educación, como a los afroamericanos e hispanos.
Teniendo en cuenta lo que está en juego, el alza de la Fed debería haber estado dominando los informes de noticias para los días inmediatamente antes y después de la caminata. Los reporteros deberían haber transmitido la opinión de los expertos junto con datos claves sobre la inflación, el crecimiento del empleo y las tasas de empleo.

Como era, el alza de la tarifa de la Fed recibió poca atención fuera de las páginas de negocios. Aunque hubiera sido casi imposible evitar las noticias sobre el negocio de Carrier, incluso la mayoría de las personas que siguen las noticias de cerca saben probablemente casi nada sobre el alza de la tasa de la Fed y las cuestiones que plantea.
La diferencia en la atención dada a estos dos eventos es preocupante, pero la mayor preocupación es la forma futura de la presentación de informes en lugar de esta historia. Donald Trump es una persona que es conocida por la mayoría de la gente en primer lugar de sus actuaciones en un programa de televisión, The Apprentice.
Mientras este espectáculo se supone es "reality TV", es en realidad una producción cuidadosamente puesta en escena en la que Donald Trump es retratado como un hombre de negocios reflexivo y decisivo, evaluando las habilidades y el rendimiento de sus asistentes. Con el fin de transmitir esta impresión, las escenas pueden ser filmadas una cantidad interminable de veces, y luego editado descaradamente a fin de producir el efecto correcto.
Dado el éxito de su programa y su campaña presidencial, Donald Trump probablemente adoptará el mismo enfoque para la presidencia, poniendo en escena eventos con la idea de conseguir que los medios de comunicación retraten la imagen deseada del Presidente Trump. Su primer tiro en este esfuerzo fue el acuerdo de Carrier donde obtuvo los medios de comunicación para dar tiempo de máxima audiencia a un acuerdo que probablemente tendrá menos del 1,0 por ciento del impacto en los puestos de trabajo como un notado hito de la Fed. Pronto averiguaremos si los medios de comunicación estadounidenses están preparados para actuar como periodistas serios o se contentan con actuar como asistentes de producción en un reality show de la vida real.

miércoles, 19 de octubre de 2016

Una política tóxica contra una economía mejor

Mohamed A. El-Erian, 


 La relación entre la política y la economía está cambiando. Los políticos de los países avanzados están trabados en conflictos absurdos y a menudo tóxicos, en vez de seguir las recomendaciones de cada vez más economistas que coinciden en el modo de poner fin a este largo período de crecimiento escaso y desigual. Hay que revertir la tendencia antes de que paralice estructuralmente al mundo avanzado (y se engulla también a las economías emergentes).
Obviamente, que haya desacuerdo entre los políticos no es nada nuevo. Pero hasta hace poco, se suponía que si los economistas profesionales llegaban a un consenso tecnocrático en relación con determinadas medidas, la dirigencia política prestaría atención a sus recomendaciones. Incluso si partidos políticos más radicales trataban de impulsar una agenda diferente, otras fuerzas poderosas (ya se trate de la capacidad de persuasión de los gobiernos del G7, los mercados de capitales privados o las condiciones para obtener crédito del FMI y el Banco Mundial) se encargarían casi siempre de asegurar el triunfo final de la estrategia consensual.


Por ejemplo, en la última década del siglo que pasó y la primera del actual, las políticas de gran parte del mundo se guiaron por el denominado Consenso de Washington. Todos los países (desde Estados Unidos hasta una multitud de economías emergentes) aplicaron políticas de libre comercio, privatización, mayor uso de mecanismos de precios, desregulación del sector financiero y reformas fiscales y monetarias con un fuerte énfasis en el lado de la oferta. Los organismos multilaterales adoptaron el Consenso de Washington y así ayudaron a difundirlo e impulsar un proceso general de globalización económica y financiera.
Algunos gobiernos que fueron surgiendo (en particular los liderados por movimientos heterodoxos llegados al poder de la mano del malestar de las poblaciones locales y su desencanto con los partidos tradicionales) a veces no coincidían con la pertinencia y adecuación del Consenso de Washington. Pero como demostró el presidente brasilero Luiz Inácio Lula da Silva con su famoso giro político de 2002, el consenso prevaleció casi siempre. Y todavía dominaba unos dos años atrás, cuando el primer ministro griego Alexis Tsipras ejecutó un giro de 180 grados igualmente notable.
 Pero tras años de crecimiento inusualmente lento y asombrosamente no inclusivo, el consenso se está viniendo abajo. Los ciudadanos de los países avanzados están desencantados con un “establishment” (que incluye a “expertos” económicos, líderes políticos tradicionales y empresas multinacionales dominantes) al que cada vez más consideran culpable de sus penurias económicas.


Los movimientos y las figuras antisistema supieron subirse a este desencanto, usando una retórica inflamatoria e incluso belicosa para obtener apoyo. Ni siquiera tienen que ganar elecciones para alterar el mecanismo de transmisión entre la economía y la política. Sirve de prueba lo sucedido en junio en el Reino Unido, con la victoria del voto por el Brexit, decisión que fue un desplante al consenso amplio de los economistas en el sentido de que lo mejor para Gran Bretaña era quedarse en la Unión Europea.
El referendo se dio por una única razón: en 2013, el entonces primer ministro David Cameron temía quedarse sin suficiente apoyo del Partido Conservador en la elección general de aquel año. Así que prometió un referendo para congraciarse con los votantes euroescépticos. ¿A qué se debía el temor de Cameron? A la sacudida política provocada por el Partido de la Independencia del RU, un grupo antisistema que al final sólo obtuvo un escaño en el Parlamento y luego terminó acéfalo y en desbandada.
Pero ya es imposible detener lo que se echó a andar. En el reciente congreso anual del Partido Conservador, los discursos de la primera ministra Theresa May y de miembros de su gabinete revelaron la intención de ir por un Brexit “duro”, lo que supone desmantelar acuerdos comerciales que dieron buenos resultados a la economía. También incluyeron ataques a las “élites internacionales” y críticas a las políticas del Banco de Inglaterra que fueron fundamentales para estabilizar la economía británica inmediatamente después del referendo y de tal modo dieron al nuevo gobierno encabezado por May tiempo para formular una estrategia coherente para el Brexit.
Otras economías avanzadas experimentan procesos políticos similares. En Alemania, el partido ultraderechista Alternative für Deutschland obtuvo un resultado sorprendentemente bueno en las últimas elecciones de los estados, que ya parece afectar el rumbo del gobierno.
En Estados Unidos, aun si la campaña presidencial de Donald Trump no logra poner otra vez a un republicano en la Casa Blanca (posibilidad cada vez más probable, ya que en el último giro de esta elección altamente inusual muchos líderes republicanos repudiaron al candidato de su partido), es probable que su candidatura deje una impronta duradera en la política estadounidense. En Italia, si el referendo constitucional de diciembre (una apuesta arriesgada del primer ministro Matteo Renzi para consolidar el apoyo a su gobierno) no se gestiona bien, podría explotarle en la cara (lo mismo que el referendo de Cameron), lo que causaría una conmoción política y dificultaría una respuesta eficaz a los desafíos económicos del país.
No se crea que faltan opciones políticas sólidas y creíbles. Tras años de desempeño económico mediocre, casi todos coinciden en la necesidad de abandonar la excesiva dependencia de la política monetaria no convencional. Como lo expresó la directora gerente del FMI, Christine Lagarde: “los bancos centrales no pueden ser la única alternativa [the only game in town]”.
Y sin embargo, lo fueron. Como señalo en The Only Game in Town, publicado en enero, los países necesitan una respuesta política más integral, que incluya reformas estructurales procrecimiento, una gestión más equilibrada de la demanda (incluido más gasto fiscal en infraestructuras) y mejoras en la arquitectura y la coordinación internacional de las políticas. También hay una necesidad (que quedó de manifiesto por la prolongada crisis griega) de resolver bolsones de sobreendeudamiento severo, que pueden tener efectos demoledores mucho más allá de los afectados directos.
La aparición de un nuevo consenso sobre estas cuestiones es buena noticia. Pero en el ambiente político actual, es probable que su puesta en práctica sea, en el mejor de los casos, demasiado lenta. El riesgo es que mientras la mala política siga ocupando el lugar de la buena economía, la rabia y el desencanto populares crecerán y tornarán aun más tóxica la política. Ojalá una dirigencia política esclarecida tome las riendas a tiempo para hacer voluntariamente los ajustes de rumbo necesarios, antes de que señales inequívocas de crisis económica y financiera obliguen a las autoridades a hacer cualquier cosa con tal de minimizar el daño.

FUENTE: PROJECT SYNDICATE
Traducción: Esteban Flamini

jueves, 21 de julio de 2016

El fin del trabajo: el tiempo de los gurúes

Por Michel Husson





La crisis actual genera un clima degradado, por la desorientación y la desesperanza: "El viejo mundo se muere, el nuevo mundo tarda en aparecer y en ese claroscuro surgen los monstruos" (Gramsci). Es también el tiempo de los gurúes.
 La lista de los candidatos es larga pero aquí nos interesa Bernard Stiegler que prometió un proyecto de transformación social basado en las transformaciones tecnológicas. Siegler es un "filósofo francés que centra su reflexión sobre los desafíos de los cambios actuales, sociales, políticos, económicos, sicológicos, provocados por el desarrollo tecnológico y especialmente las tecnologías digitales. Fundador y presidente del grupo de reflexión filosófica Ars industrialis creado en 2005, así mismo, desde 2006 dirige el Instituto de Investigación e Innovación (IRI) que creó en el centro Georges Pompidou.
Así es la presentación que da Wikipedia/1 de Siegler. Pero también es un teórico del "fin del empleo" y de lo que hablaremos aquí a partir de un libro entrevista/2 más accesible que sus otras obras.

viernes, 22 de marzo de 2013

La crisis compleja: una elaboración


Por Oscar Ugarteche
ALAINET 




En agosto de 2007 se inició en Estados Unidos la crisis llamada “de las hipotecas de mala calidad” que reventara finalmente en septiembre de 2008, con la quiebra de Lehman Brothers y el crack de las bolsas de valores. La naturaleza de la crisis ha estado en cuestión y hay distintos puntos de vista sobre su complejidad. La triple crisis es una entrada, donde las crisis energética, alimentaria y económica van de la mano. Otro enfoque es la crisis de larga duración como propone Arturo Bonilla. Otra es una crisis financiera que ya pasó (2007-2009) y entonces estamos a las puertas de otra crisis en Europa. Esta es una lectura muy anglosajona y metabolizada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico -OCDE-. Otras lecturas de más largo alcance permiten avizorar que se trata de un cambio de tiempos. En este sentido la postura de una crisis civilizatoria propuesta por Aníbal Quijano y Boaventura dos Santos está más cerca a la realidad observada que las anteriores más orientadas a que se trata de una crisis económica.

La falta de crecimiento en las economías maduras, imbuidas en sobreendeudamiento y alto desempleo, abre la interrogante sobre el capitalismo maduro. ¿Es ese el fin utópico de lo que estamos haciendo todos en el mundo en desarrollo? Las consecuencias sobre el planeta de aquello van a parar en la destrucción de la vida. El informe de la European Environmental Agency de noviembre del 2012 advierte que el aumento de la temperatura del globo será de alrededor de 3.6 a 4 grados Celsius entre el 2010 y el 2100. Reconoce al mismo tiempo que esto viene tras el aumento de 1.3 grados Celsius desde la revolución industrial hasta la primera década del siglo XXI. Las consecuencias se pueden apreciar en la tormenta que inundó y congeló a Manhattan en octubre del 2012 así como en el aumento de los desastres atmosféricos sufridos alrededor del mundo en la última década.

La interrogante es ¿qué estamos haciendo como humanidad con nuestro planeta? Estamos destruyéndolo para lograr, como utopía, que cuando toda la población esté empleada y cómoda, la economía no tenga la capacidad de sostenerla ni económica ni materialmente. La inviabilidad de la lógica del progreso como transformación de la naturaleza por el hombre se ha hecho patente, como indica Francisco Aguayo en su texto, mas adelante. Más que transformado, el ser humano ha destruido la naturaleza.

El refugio para las crisis siempre fue la creencia, pero esta vez tenemos una crisis religiosa, en especial en los continentes americano y europeo. Jan de Vos(1) se refiere a la crisis en la iglesia católica como una crisis cismática y abre la interrogante sobre la capacidad de regeneración que tiene para recuperarse del cisma en el que está inmersa. La iglesia, dice Vos, está cada día más alejada de su feligresía. Hay los que proponen el regreso a la iglesia primigenia de los primeros tres siglos. Los problemas en torno a esto los plantea Vega Centeno lúcidamente al sugerir que en América Latina lo que se comienza a observar es una pluralidad de creencias.

La marcha económica desde hace tres décadas va orientada a las exportaciones a través del salario bajo. El objeto de la política claramente es la concentración del ingreso y lo ha logrado. Nunca en la historia ha estado el ingreso mundial más concentrado y nunca en la historia ha habido tanta distancia entre los países pobres y los ricos. En el mundo colonial había un cierto equilibrio de riqueza. El fin de colonizar era trasladar riquezas de un lado al otro del mundo. En el mundo neocolonial, el objeto es empobrecer un lado del mundo que crece para enriquecer al otro que no crece. El mundo y sus riquezas se subordinan a lo que requieren las grandes potencias. Excepto que esta vez entraron a la lista de grandes potencias otros países que están transformando la estructura global de poder.

El dogma del Mercado

Doscientos años después que terminara la verdad revelada, en la Edad de la Razón, la humanidad se enfrenta nuevamente a una nueva verdad revelada: el Mercado. Si Dios antes era el portador de la verdad y el conocimiento era un obstáculo fácilmente salvable para garantizar que dicha verdad se mantuviera, hoy día es el Mercado el portador de la verdad. El Mercado es omnipresente y perfecto: todo lo sabe y todo lo puede, habla y escucha, en todo el orbe. El conocimiento, en cambio, no impide que dicha verdad continúe extendiéndose como un dogma. Esa es la función de las teorías neoliberales en lo económico y neo conservadores en lo político que conforman la post modernidad que domina el modo de entender a inicios del siglo XXI. En este campo, la filosofía política va por delante de la experiencia y propone un ordenamiento social inexistente a partir de las relaciones individuales únicamente. No hay intereses de clase, ni nacionales. Solo individuales que deben de ser atendidos de inmediato. La inmediatez es un elemento de esta post modernidad individualista llevada al extremo: la del agente económico aislado y urgido.

Foucault en Sujeto y Poder advierte que el sujeto humano está inmerso en relaciones de producción y de significación y por lo tanto está inmerso en relaciones de poder muy complejas. La interrogante que se plantea es ¿Qué legitima el poder? ¿Cómo se construye el significante del poder? Una vez con una teoría del poder ya se puede aproximar al análisis de la realidad. La búsqueda de Foucault no es la de Weber. No busca la parte institucional del poder sino el cómo opera en las conciencias. Busca el proceso de sometimiento, cómo se define la norma y lo que está fuera de la norma. Sin ir muy lejos, cómo invade el sentido común y lo transforma. Lo transforma con las ideas que quiere utilizar para someter, dentro de un contexto histórico muy definido: económico y político.

El fascismo y el estalinismo son dos formas patológicas de poder dentro de contextos muy precisos. El poder puede por lo tanto transformarse para someter del modo que encuentra más posible. Toda la discusión es sobre el espacio que se abre para el poder y de qué manera invade y somete al sujeto humano. A pesar de su locura interna, ambas formas usaron las ideas y los procedimientos de nuestra racionalidad política. De esa misma manera, hoy día el Mercado ha sometido la razón y la política con el soporte político neoconservador, más próximo al fascismo que al estalinismo, pero lejos de los espacios democráticos en construcción a partir del siglo XVIII. Todo lo que se aleja de esta interacción es anatema, se aleja del dogma y debe de ser excomulgado: por ejemplo Venezuela, Ecuador, Bolivia, la mala izquierda en palabras de un político neoconservador mexicano que antes fuera del Partido Comunista Mexicano.(2)

Al mismo tiempo, los colapsos bancarios rescatados por el Estado porque el Mercado no tenía la capacidad, pusieron de relieve el doble discurso. Muy grandes para quebrar fue como se denominó a lo que antes llamábamos monopolios y coordinación fiscal se bautizó a lo que antes se llamaba intereses grupales. El asalto del Estado por el complejo financiero bancario desnaturalizó el discurso del Mercado en Estados Unidos. Salvo el poder todo es ilusión, decía Mao, y dicen ahora los banqueros en Estados Unidos que han llegado para quedarse al departamento del Tesoro, donde rotan de tiempo en tiempo en una puerta giratoria criminal, insuflada de intereses en conflicto. Simon Johnson y James Kwak esto lo ponen en blanco y negro en su 13 Bankers. El Mercado sí, pero con el Estado bajo control por las dudas para trasladar el ahorro que ellos necesitan. Pero solo para los monopolios del capital financiero bancario. El resto del sector financiero que se enfrente a las leyes del Mercado. De este modo, 1500 bancos han quebrado entre 2008 y diciembre del 2012, pero los monopolios financieros han crecido: JP Morgan se compró a Chase, Citibank se compró el Bank of America que se había comprado a Merril Lynch, etc. Por ejemplo, Robert Rubin, último secretario del Tesoro en la etapa de la desregulación iniciada en 1980, que benefició a Citibank con una ley en 1998, recibió de Citibank 126 millones de dólares en los años desde que dejó el cargo. Esto, en la ley de Estados Unidos, no es ni corrupción ni delito. La consecuencia para ellos del asalto al poder, por ejemplo, es que la crisis iniciada en el 2007, que contrajo el PIB de Estados Unidos, tuvo al mismo tiempo 1% de crecimiento del sector financiero de Estados Unidos en el 2009.

La gobernanza global antes centrada alrededor del FMI, el Banco Mundial y el multilateralismo público, organizado por los Estados Unidos tras la segunda guerra, ha perdido fuerza. La crisis desde el 2008 ha mostrado que los Estados no sirven para gran cosa salvo trasladar recursos al Mercado financiero, y que solo el G20 es la solución. El G20 reúne a los Países ricos altamente endeudados (HIRC por sus siglas en inglés) comenzando por Estados Unidos, Gran Bretaña, algunos europeos y Japón, con los acreedores más grandes del mundo desde China hasta Arabia Saudita. De esta forma los responsables de la crisis económica y financiera liderada por el Mercado, son los que hoy intentan imponer las nuevas reglas del juego financieras y económicas internacionales en el G20 a través del B20 y del T20, siendo el B20 un grupo de empresas, y el T20 un grupo de think tanks que le ponen la agenda al G20. El texto de Jorge Gaggero pone en evidencia la manera cómo arbitrariamente los pastores del Mercado reparten su palabra suprimiendo forzadamente lo que los apostatas están intentando decir dentro del espacio del T20.

¿Es preferible un FMI reformado y democratizado, que dé cuentas a los nuevos poderes, con una nueva teoría económica que una gobernanza privada que no tiene manera de dar cuenta sino a sus socios? ¿O, la regionalización puede asistir? La regionalización tiene la ventaja de acercar a las instituciones a sus Estados clientes y de responderles directamente a las necesidades de éstos. La idea europea de regionalización contiene también un aspecto de agregación de poder de negociación, en el marco de la guerra fría. En América Latina, tiene el sabor de agregación de poder frente a Estados Unidos, que como vemos aún ahora, sigue interviniendo en la vida interna de los países para favorecer sus intereses, como si la guerra fría perviviera. Los gobiernos que desisten del discurso dogmático en América Latina han buscado la integración y han sido resistidos por los que están con el discurso dogmático. El discurso tuvo a uno de sus mejores expresiones en Hugo Chávez. Este enfrentamiento ideológico económico tiene su correlato político, sin embargo, en los ejes políticos del hemisferio: Washington y Brasilia.

Población, empleo y productividad

La esperanza de vida ha crecido en el mundo en las dos últimas décadas de forma visible. Quizás con la excepción de los países de la ex Unión Soviética que vieron una reducción significativa de su esperanza de vida en 1990, se aprecia que hay más personas trabajando por más años de vida útil. En simultáneo la revolución feminista incorporó a las mujeres al mercado de trabajo. Carlos Welti muestra cómo en Asia y América Latina más que en Europa y Estados Unidos esto ha tenido grandes consecuencias en términos de desempleo juvenil y baja del nivel salarial. También ha tenido un impacto en términos ambientales porque hay que darle de comer a más gente, y por lo tanto se utiliza más fertilizantes contaminantes y hay más basura tecnológica, con las consecuencias que esto provoca en los flujos de agua.

La inversa de la crisis financiera de Estados Unidos y Europa es que parece haberse convertido en una bendición para América Latina que recibe flujos crecientes de capital de corto plazo. Lo que está impactando es el diferencial de tasa de interés, con efectos sobre tipos de cambio y reservas internacionales. ¿Qué perspectivas abre este panorama para América Latina y cómo se puede evitar? Sumergidos tanto dogmáticos como apostatas en la crisis que tiene como efecto que las tasas de interés en Estados Unidos, Gran Bretaña, Europa y Japón sean negativas en términos reales, es decir netas de inflación, ambos grupos de países están inundados de capitales de corto plazo y reflejan por lo tanto auges en los precios de sus bolsas de valores, sus tipos de cambio y sus mercados de bienes raíces. Las excepciones pueden ser Argentina seguida de Venezuela y quizás Ecuador.

A mayor crisis, menor capacidad de préstamos dentro de Estados Unidos, Gran Bretaña, Europa y Japón y más necesidad de recurrir a mercados nuevos dinámicos. Al mismo tiempo, mientras más bajas las tasas de interés más se inyectan capitales a instrumentos de renta variable y más altos los índices de las bolsas de valores inclusive en las economías críticas. De esta manera se explica que los índices de Bolsa de Nueva York estén por encima de donde estuvieron en el 2007, al inicio de la crisis, a pesar de que su PIB casi no crece desde el 2009 y la perspectiva recesiva es fuerte. Eso es lo que se llama burbuja en términos financieros, no tiene detrás sustento real, es puro efecto monetario producto otra vez de las políticas de la FED (Reserva Federal), como lo fue en 2004 al 2007. Europa sigue el mismo curso, acompañado de Gran Bretaña y de Japón en lo que en términos cambiarios es percibido como una guerra de divisas.

El problema de la crisis yace en que la productividad de las economías líderes crece a una tasa baja, el consumo a una tasa alta y el crédito para el consumo a una tasa aún más alta. Esto se estiró al punto que las importaciones derivadas del alto consumo se hicieron inmanejables. Al perderse empleos este esquema entra en reversa, se contrae el consumo, se contrae el crédito de consumo y en algún momento se inicia la recuperación de la productividad. Sin embargo las políticas que se vienen aplicando tienen que ver con reducir empleo pero no con mejorar productividad que se busca mejore por tipos de cambio – competitividad.

La combinación de bajas salariales, como madre de la economía, aunado al crecimiento de consumo vía crédito tiene efectos sobre la calidad de vida de la población. El empleo se ha vuelto más precario y los derechos sociales se han ido perdiendo a favor de concentrar el ingreso, objetivo central de la política. Cuando esa población protesta por la pérdida de empleo es percibida como una amenaza terrorista. Sin duda a eso apunta la transformación de las leyes contra la protesta social en leyes antiterroristas. Desde Chile hasta Estados Unidos la protesta social está catalogada como terrorista, el trato del detenido/da, por lo tanto, es el de no-ciudadano. La persona no tiene derechos cuando es detenida por terrorismo, siendo ésta en realidad una protesta salarial o de empleo o de calidad de vida. El trato a los protestantes en Madrid, Nueva York y otras capitales en la ya disuelta campaña de Occupy Wall Street fue en esa dirección. El trato en Europa sigue siendo de ese modo. Escribió recientemente Saskia Sassen(3) que la democracia como la hemos conocido está debilitada en particular en Estados Unidos.

Lo que enfrentamos es una degradación profunda del estado liberal. Las matanzas por drones(4) y el encarcelamiento ilegal están a un extremo de aquel espectro de degradación, y la subida del poder, destrucción económica y arbitrariedad del sector financiero están al otro extremo.

Susan George acaba de publicar El Informe Lugano II donde argumenta que el sector financiero ha acordado que lo relevante no es la democracia sino la rentabilidad y que se debe hacer todo para garantizar la misma. Esta es básicamente la idea de Sassen y es la idea detrás del dogma económico. Baste recordar que se introdujo el dogma en el mundo en Chile de la mano de Pinochet en 1974 con el inolvidable soporte del dúo Milton Friedman/Henry Kissinger y el auspicio financiero de la ITT.

Hacia la militarización del control social

La manera de la aplicación de la política de la FED llamada Quick Easing, en el Perú “la maquinita”, consiste en inyectar liquidez comprando bonos del tesoro a los bancos de inversión que los tienen. Esto lo hacen todos los bancos centrales de los HIRC. Esa liquidez es luego usada por los bancos de inversión para invertir tanto en sus propias bolsas como en el exterior. Como los commodities se han titulizado, vale decir, tienen títulos valor con mercado propio, entonces los inversionistas compran cobre, títulos valor que da derecho a cierta cantidad de cobre físico. La manipulación de estos títulos valor empuja los precios de las materias primas por encima de su nivel real de precios determinada por oferta y demanda física. Desde el año 2008 es clarísimo cómo los precios de las materias primas están determinados básicamente en el mercado de títulos valor. El efecto es un crecimiento muy fuerte en las economías lideradas por las exportaciones primarias de África y América Latina. Con altas tasa de crecimiento, los países dogmáticos no están dispuestos a escuchar a los apóstatas, que también crecen mucho, en la necesidad de crecer de otro modo, o de integrarse de otro modo al mundo, privilegiando el mercado de bienes industriales. Los países dogmáticos están cerrando filas a través de tratados y acuerdos con Estados Unidos para asegurar que el dogma sea siempre respetado. El más reciente es el Tratado Trans-Pacífico -TPP- que aparentemente le da a las corporaciones más derechos, de manera análoga al Acuerdo Multilateral de Inversiones-AMI- que fuera suspendido en 1999 en Seattle tras las protestas sociales.

En términos de teoría económica lo que se aprecia es que el dogma orientado a la concentración del ingreso viene ganando posiciones en Europa también. El FMI parece haber perdido peso allí frente a la Comisión Europea, que sirve de portavoz de esta mirada. El problema de la concentración del ingreso aunado al del sobre consumo y a la sobre acumulación siguen en el centro de la crisis. No se han resuelto. Por el momento, la crisis “global” está dividida en dos, una parte está en los HIRC, donde es evidente el deterioro continuo, y la otra donde los capitales de corto plazo fluyen y donde se siente el impacto de las alzas de los precios de las materias primas por las razones explicadas. Sin duda, la crisis se va a generalizar cuando los precios bajen por efecto de ajustes de tasas de interés o se reactiven los HIRC. Esto último es menos probable en un futuro previsible. En ningún caso una reactivación basada en la tecnología, a su vez movida por energía fósil, es la solución porque precipitará un desenlace indeseable. La interrogante es si existe otro modo de entender la economía que sea viable y si diseños como el Buen Vivir pueden tener proyección global.

El control social militarizado parece ser el nuevo rasgo de la crisis tanto en los HIRC como en el resto del mundo. El funcionamiento del complejo financiero bancario de manera extendida por todo el mundo está en proceso de generalizarse, articulándose de esta manera tanto la gran prensa como los intereses de esa gran banca que al fin son 30 instituciones y están representadas en el G20 y la guían. No hay ninguna evidencia que nada esté impidiendo que lo financiero siga funcionando de la misma manera que antes de la crisis. La incapacidad de pasar leyes regulatorias en Estados Unidos y la salida de Barney Franck del Senado indican el peso que tienen. La presencia de allegados del Complejo Financiero Bancario en el Securities and Exchange Commission de Estados Unidos y el Tesoro de dicho país, así como la de banqueros de inversión en casi todos los gobiernos de Europa, habla del asalto al poder también allá. El contrapoder con la capacidad de cuestionar el dogma y el orden establecido detrás de él crecen en países de América Latina pero peligra. Las amenazas sobre Argentina, Venezuela, etc., van en esta dirección.

Notas:
(1) Jan de Vos, “Un Papa aferrado a la metafísica neoplatónica”, La Jornada, México, Domingo 3 de marzo, 2013, p. 22.

(2) Tomado de la introducción de Ugarteche y Martínez, La gran mutación, Serie Breviarios, IIEC-UNAM, 2013, en prensa.

(3) SaskiaSassen,“Drones over there. Total surveillance over here”, http://www.aljazeera.com/indepth/opinion/2013/02/2013210114231346318.html

(4) Un drone es un equipo aéreo de guerra manejado a larga distancia por control remoto. http://dronewarsuk.wordpress.com/aboutdrone/

domingo, 9 de diciembre de 2012

Los millones olvidados

 Por Paul Krugman
El Pais



El problema de EE UU no es la crisis fiscal sino la crisis de empleo que sufre



Vamos a dejar clara una cosa: Estados Unidos no se enfrenta a una crisis fiscal. Sin embargo, sigue sufriendo en gran medida una crisis de empleo.
Resulta fácil confundirse con la cuestión fiscal, ya que todo el mundo habla del “precipicio fiscal”. De hecho, una encuesta reciente indica que una gran mayoría de los ciudadanos cree que el déficit presupuestario aumentará si caemos por ese precipicio.
En la práctica, cómo no, es justo lo contrario: el peligro es que el déficit se reduzca en exceso y demasiado deprisa. Y los motivos por los que podría suceder eso son puramente políticos; podríamos estar a punto de recortar drásticamente el gasto y subir los impuestos no porque los mercados lo exijan, sino porque los republicanos han estado usando el chantaje como estrategia de negociación, y el presidente parece dispuesto a ponerles en evidencia.