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domingo, 6 de enero de 2013

EE UU: Dos notas sobre antes y después del “abismo fiscal”

 Por Dean Baker


1 de enero: El umbral no augura nada bueno

El umbral de la franquicia impositiva de Obama no augura nada bueno en las conversaciones sobre el techo de la deuda. El presidente consiguió ser reelegido con la promesa de aumentar los impuestos a quienes ganan más de 250.000 dólares. Está ya capitulando.

Hay tres aspectos de los que tendría la gente que darse cuenta respecto al acuerdo sobre el abismo fiscal alcanzado por el presidente Obama y los republicanos en el Congreso. El primero es la observación simple y evidente de que hemos pasado el abismo fiscal. No hubo acuerdo aprobado por el Congreso y firmado por el presidente Obama antes de la fecha límite del 1 de enero.

Lo cual tiene su importancia, porque las informaciones sobre el presupuesto en relación con el “abismo” fiscal afirmaban repetidamente que el país y la economía se enfrentaban a graves consecuencias por no haber llegado a un acuerdo para esa fecha. Declararon repetidas veces que corríamos el riesgo de una recesión, tergiversando groseramente las previsiones de la Oficina Presupuestaria del Congreso, y otros predijeron las consecuencias de mantener mayores tasas tributarias y grandes recortes del gasto durante todo el año.

sábado, 25 de febrero de 2012

Los economistas que predican en el desierto

Por Carlos Berzosa

La economía es una ciencia social y como tal está sujeta a controversias que se han dado desde sus orígenes. En los últimos tiempos, sin embargo, se ha intentado acallar por todos los medios el que hubiera discrepancias imponiéndose el pensamiento principal, el cual algunos lo han querido elevar a único. Existen, sin embargo, enfoques diferentes y propuestas teóricas distintas. Este planteamiento nos puede conducir a un gran debate teórico, sobre si existe un cuerpo único en la teoría económica del cual se deducen las mismas políticas económicas a aplicar, o bien, aunque se asuma un cuerpo teórico como central en el análisis, éste puede dar lugar a aplicaciones distintas. Otros, sin embargo, consideran que no existe una teoría única y que se ofrecen planteamientos diferentes, que en muchos casos, son incompatibles entre sí. Las discrepancias, por lo general, han venido producidas por el rechazo, por parte de una minoría de la profesión académica, del esquema neoclásico como un instrumento válido para analizar la realidad. La contribución de Keynes, en los años treinta del siglo XX, cuestionó a la teoría neoclásica, que si no lo fue en todo, si lo hizo en gran parte del edificio teórico. Esta teoría, sin embargo, lejos de darse por derrotada ante la ineficacia que demostró en la Depresión de los Treinta, incorporó las contribuciones de Keynes a su esquema de equilibrio, dando lugar a lo que se ha conocido como síntesis neoclásica- keynesiana.