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sábado, 26 de enero de 2013

Aspectos económicos centrales para 2013

 Por Nouriel Roubini
PROJECT SYNDICATE


La economía mundial exhibirá este año algunas semejanzas con las condiciones que prevalecieron en 2012. No habrá sorpresas en este frente: enfrentamos otro año en que el crecimiento económico mundial será en promedio cercano al 3 %, pero con una recuperación a múltiples velocidades –estará por debajo de lo adecuado en las economías avanzadas, con tasas del 1%, y cercano al de tendencia en los mercados emergentes, con tasas del 5 %. Pero también habrá algunas diferencias importantes.
Un doloroso desapalancamiento –menos gasto y más ahorros para reducir la deuda y el apalancamiento– continúa en la mayoría de las economías más avanzadas, lo que implica un crecimiento económico lento. Pero este año la austeridad fiscal también estará presente en las economías más avanzadas, no solo en la periferia de la zona del euro y en el Reino Unido. De hecho, la austeridad se está extendiendo al centro de la zona del euro, a Estados Unidos y a otras economías avanzadas (con la excepción del Japón). Dada la sincronizada reducción fiscal en la mayoría de las economías avanzadas, otro año de crecimiento mediocre podría dar lugar a la contracción indiscutida en algunos países.

lunes, 16 de julio de 2012

¿Quién es muy importante?

 Por Paul Krugman *


"¿Hay una entrada VIP? Somos VIP”. Ese comentario, hecho por un patrocinador que esperaba para entrar en una de las recientes fiestas para recaudar fondos celebradas en los Hamptons, resume bastante bien la actitud de la élite adinerada de Estados Unidos. La base electoral de Romney —olvidémonos del 1% con ingresos más altos, estamos hablando del 0,01% superior o más alto— está compuesta por gente que se considera muy importante.
Concretamente, se trata de personas que creen que son, como decía otro patrocinador de Romney, “el motor de la economía”; que debería valorárseles y que los impuestos que pagan, que ya son los más bajos en 80 años, deberían rebajarse aún más. Por desgracia, decía otro patrocinador diferente, las “personas corrientes” —por ejemplo, las manicuras— simplemente no lo entienden. Vale, es fácil burlarse de estas personas, pero la verdad es que son ellos los que se ríen de nosotros, somos el blanco de las bromas. Porque la panda del “somos VIP” se ha apoderado por completo del Partido Republicano moderno, hasta el punto de que los líderes republicanos consideran que la utilización notoria por parte de Romney de cuentas en paraísos fiscales para evadir impuestos federales no solo es aceptable sino loable. “Es genuinamente estadounidense evitar pagar impuestos, legalmente”, declaraba la senadora Lindsey Graham, republicana por Carolina del Sur. Y hay, claro está, bastantes posibilidades de que los republicanos controlen tanto el Congreso como la Casa Blanca el año que viene. Si eso sucede, seremos testigos de un giro radical hacia las políticas económicas basadas en la premisa de que tenemos que ser especialmente solícitos con los superricos (perdón, los “creadores de empleo”, quería decir). Así que es importante comprender por qué eso no está bien.

viernes, 8 de junio de 2012

El precio de la desigualdad

 Por Joseph Stiglitz *







A los estadounidenses les gusta pensar en su país como una tierra de oportunidades, opinión que otros en buena medida comparten. Pero aunque es fácil pensar ejemplos de estadounidenses que subieron a la cima por sus propios medios, lo que en verdad cuenta son las estadísticas: ¿hasta qué punto las oportunidades que tendrá una persona a lo largo de su vida dependen de los ingresos y la educación de sus padres?
En la actualidad, estas cifras muestran que el sueño americano es un mito. Hoy hay menos igualdad de oportunidades en Estados Unidos que en Europa (y de hecho, menos que en cualquier país industrial avanzado del que tengamos datos).

viernes, 23 de marzo de 2012

El capital financiero internacional sigue sin controles




Por Emilio Marin.

Durante dos siglos o más, el capital financiero quiso presentarse ante la humanidad como casi un benefactor del progreso del mundo. Pese a las denuncias del ruso Vladimir Ilich Uliánov, alias Lenin, que analizaba a principios del siglo XX las consecuencias calamitosas, guerras incluidas, que traería la fusión del capital industrial con el bancario, los financistas cesaron en aquella propaganda sobre las ventajas de esa etapa superior del capitalismo.

Tras el desplome del Lehman Brothers en Estados Unidos, en setiembre de 2008, la realidad se puso del lado de los críticos del sistema financiero. Un poco antes, con el crac de diciembre de 2001 y el anterior “corralito bancario”, los argentinos habían experimentado en carne y ahorros propios el carácter perverso de La City metropolitana y las recetas del FMI y el Banco Mundial.

Eso pasó hace una década, que parece un siglo. En 2011 y lo que va de 2012 nuevos acontecimientos nacionales e internacionales arrimaron más leña al fuego.

Por ejemplo, la bancarrota moral del Dominique Strauss-Khan, hasta mayo del año pasado director gerente del FMI, fue un sacudón de otra índole, pero en la misma dirección de la debacle del Lehman Brothers. Fue detenido en Nueva York acusado de ataque sexual por una mucama del hotel Sofitel. Luego de algunos meses la acusación de esa mujer fue desestimada por la justicia, pero se había corrido el velo sobre el estilo de vida disipada y corrupta que caracterizaba al banquero francés.

Nueve meses más tarde, DSK volvió a la cárcel en su país, acusado de participar de una red donde se mezclaban prostitución VIP, proxenetismo, devolución de esos favores con negocios con el poder, etc. El banquero, ya imposibilitado de concursar para las presidenciales de Francia, rodaba así al fondo del abismo, junto a jefes policiales y otros personajes que viajaban por el mundo con pasajes de primera y hoteles 5 estrellas, gratis.

El otro baldón para los bancos fue la renuncia del ejecutivo de Goldman Sachs, Greg Smith, que cumplía funciones importantes en la sección londinense de la entidad. Con una columna en The New York Times publicada el 14 de marzo último, Smith sostuvo que renunciaba porque “me disgusta cómo gente insensible habla de estafar a sus clientes. En los últimos 12 meses he visto a cinco diferentes gerentes referirse a sus clientes como marionetas”.

“Puedo decir que el ambiente (en Goldman) está hoy más tóxico y destructivo de lo que nunca he visto”, concluyó el renunciante. Si él lo dice…

domingo, 11 de diciembre de 2011

Somos el 99,9%

Por Paul Krugman *




Nosotros somos el 99%" es un gran eslogan. Define correctamente el problema como una oposición entre la clase media y la élite (en vez de entre la clase media y los pobres). Y también va más allá de la idea consagrada, reiterada pero errónea, de que la creciente desigualdad se deriva principalmente de que a la gente culta le va mejor que a la que tiene menos cultura; los que más han salido ganando en esta nueva Edad de Oro han sido un puñado de gente muy rica, no licenciados universitarios en general.
Sin embargo, el eslogan del 99% apunta en todo caso demasiado bajo. Una gran parte de las ganancias del 1% más rico se concentran en un grupo todavía más pequeño, el 0,1% más alto (la milésima parte más rica de la población).
Y en Estados Unidos, mientras que los demócratas, en líneas generales, quieren que la superélite contribuya al menos en parte a la reducción del déficit a largo plazo, los republicanos quieren rebajarle los impuestos y al mismo tiempo recortar la Seguridad Social y la asistencia médica en nombre de la disciplina fiscal.
Antes de llegar a esas discrepancias políticas, veamos unas cuantas cifras.
El último informe de la Oficina Presupuestaria del Congreso sobre la desigualdad no analizaba detalladamente el 1% más alto, pero un informe anterior, que solo llegaba hasta 2005, sí lo hacía. De acuerdo con ese informe, entre 1979 y 2005 los ingresos después de impuestos y ajustados a la inflación de los estadounidenses con una posición media en la distribución de la renta aumentaron un 21%. El número equivalente para el 0,1% más rico aumentó un 400%.
En su mayoría, estas enormes ganancias reflejaban un aumento drástico en la parte de la renta antes de impuestos correspondiente a la superélite. Pero también ha habido grandes reducciones de impuestos que han favorecido a los ricos. En concreto, los impuestos sobre las plusvalías son mucho más bajos que en 1979, y la milésima parte más rica de los estadounidenses representan la mitad de todos los ingresos derivados de las plusvalías.
Teniendo en cuenta estos antecedentes, ¿por qué defienden los republicanos nuevas rebajas fiscales para los muy ricos al tiempo que advierten sobre los déficits y exigen recortes drásticos en los programas de Seguridad Social?
Pues bien, aparte de gritar "¡Guerra de clases!" siempre que se plantean estas preguntas, la respuesta habitual es que la superélite "crea empleo", o sea, que hace una aportación especial a la economía. Por eso, lo que necesitan saber es que esto es economía mala. De hecho, sería economía mala incluso si EE UU tuviera la economía de mercado perfecta e ideal de las quimeras conservadoras.
Después de todo, en una economía de mercado ideal, a cada trabajador se le pagaría exactamente lo que él o ella aporta a la economía al decidirse a trabajar, ni más ni menos. Y esto sería igualmente válido para los trabajadores que ganan 30.000 dólares al año y para los ejecutivos que ingresan 30 millones al año. No habría ninguna razón para considerar que las aportaciones de los que se embolsan 30 millones de dólares merecen un tratamiento especial.
Pero, dirán ustedes, los ricos pagan impuestos. Y en efecto, así es. Y podrían -y deberían, desde el punto de vista del 99,9%- pagar una parte considerablemente mayor, en vez de optar a todavía más exenciones fiscales, a pesar de la supuesta crisis presupuestaria, por todas las cosas magníficas que se supone que hacen.
Así y todo, ¿no es verdad que algunos de los muy ricos se hacen así de ricos creando innovaciones que son mucho más valiosas para el mundo que la renta que reciben? Claro que sí, pero si se fijan en quiénes componen realmente ese 0,1%, es difícil no llegar a la conclusión de que, en general, a los miembros de la superélite se les paga de más, no de menos, por lo que hacen.
Porque, ¿quiénes son ese 0,1%? Muy pocos de ellos son innovadores a lo Steve Jobs: la mayoría de ellos son mandamases de empresas y embaucadores financieros. Según un análisis reciente, el 43% de la superélite son ejecutivos de empresas no financieras; el 18% se dedica a las finanzas, y otro 12% son abogados o están en el sector inmobiliario. Y estas no son, por decirlo suavemente, profesiones en las que exista una clara relación entre los ingresos de alguien y su aportación a la economía.
La paga de los ejecutivos, que se ha disparado durante la última generación, la deciden unas juntas directivas nombradas por esas mismas personas cuyo sueldo establecen; los consejeros delegados que hacen una mala labor reciben de todas maneras nóminas espléndidas, y hasta los ejecutivos fracasados y despedidos a menudo reciben millones según salen por la puerta.
Mientras tanto, la crisis económica ha demostrado que gran parte del valor aparente creado por las finanzas modernas era un espejismo. Como lo expresaba recientemente el director de estabilidad financiera del Banco de Inglaterra, la supuestamente alta rentabilidad antes de la crisis sencillamente reflejaba un aumento del riesgo, un riesgo que corrían no los propios embaucadores, sino los inversores ingenuos o los contribuyentes, que acabaron cargando con el muerto cuando todo salió mal. Y como señalaba mordazmente, "si la creación de riesgo fuera una actividad con valor añadido, los que juegan a la ruleta rusa contribuirían desproporcionadamente al bienestar mundial".
Entonces, ¿debería el 99,9% odiar al 0,1%? No, ni mucho menos. Pero debería hacer caso omiso de toda la propaganda sobre la "creación de empleo" y exigir que la superélite pague muchos más impuestos.


 Profesor de Economía en Princeton y premio Nobel 2008.*

sábado, 29 de octubre de 2011

New Scientist revela la identidad de la plutocracia bancaria (1%) que controla al mundo (99%)

 Por Alfredo Jalife R.






Se consolida así el teorema de que la dupla anglosajona controla el mundo financiero, en su quintaesencia centralbanquista monetarista que hemos denominado la bancocracia global –que a su vez domina la economía real cuando la clase política está totalmente ausente, para no decir que ha sido excesivamente lubricada 

New Scientist revela la identidad de la plutocracia bancaria (uno por ciento ) que controla al mundo (99 por ciento).
Andy Coghlan y Debora MacKenzie, de la revista científica New Scientist (19/10/11) revelan la red capitalista que gobierna el mundo, basados en una investigación de tres teóricos de los sistemas complejos –Stefania Vitali, James B. Glattfelder y Stefano Battiston– del Instituto Federal de Tecnología Suizo, con sede en Zurich.
Coghlan y MacKenzie aducen que la ciencia ha confirmado los peores temores de los contestatarios indignados en todo el mundo (ver Bajo la Lupa, 16/10/11): Un análisis de las relaciones entre 43 mil trasnacionales ha identificado un relativamente reducido grupo de empresas, principalmente bancos (¡supersic!), con un poder desproporcionado sobre la economía global.
Se confirma también nuestro axioma añejo sobre el supremo poder que ejerce la bancocracia, quintaesencia de la parasitaria plutocracia global.
Los investigadores suizos extrajeron de ORBIS 2007 –base de datos que lista 37 millones de empresas e inversionistas en el mundo– los datos de 43 mil 60 trasnacionales y la participación propietaria que las vincula entre sí, con lo que construyeron un modelo que expone a las empresas que controlan a otras mediante redes de acciones en común, acoplado a los ingresos operativos de la empresa que revela el mapa de la estructura del poder económico.
El notable hallazgo, que será publicado de manera formal en PLoS ONE –publicación científica de Public Library of Science–, reveló un núcleo de mil 318 empresas con propiedad accionaria entrelazada; cada una estaba ligada en promedio con otras 20.
Coghlan y MacKenzie explayan que “aunque las mil 318 empresas representan 20 por ciento de los ingresos operativos globales, son dueñas en forma colectiva mediante sus acciones en la mayoría de las empresas estelares (bluechips) y manufactureras del mundo –es decir, la economía real– que representa 60 por ciento adicional de los ingresos globales”. ¡Son las dueñas invisibles del mundo gracias a la conectividad de redes financieras!
Cuando los investigadores profundizaron y desenmarañaron la red propietaria, encontraron que ésta llevaba a una superentidad de “147 empresas aún más estrechamente conectadas –cuya propiedad total está controlada por otros miembros de la superentidad– que controlan 40 por ciento de la riqueza total de la red”, es decir, menos de uno por ciento (¡extrasupersic!) de las empresas controlan 40 por ciento de la red entera, cuya mayoría son instituciones financieras.
Entre las 20 primeras destacan el banco británico Barclays, y los bancos estadunidenses JPMorgan Chase & Co, y el Grupo Goldman Sachs.
Los expertos suizos consideran que se trata de la primera investigación científica de la arquitectura de la red de propiedad internacional y la computación del control que detenta cada jugador global en la que encontraron que un diminuto número de instituciones financieras forma una superentidad. Una de las consecuencias de su asombroso hallazgo es que la estructura del control de la red de las trasnacionales afecta la competencia global de los mercados y la estabilidad financiera.
Para los autores suizos es fundamental entender el funcionamiento de la economía mundial y su implicación en la estabilidad financiera global cuando las instituciones financieras establecen entre sí vinculantes contratos financieros, como los empréstitos con los derivados, con varias otras instituciones lo cual les permite diversificar el riesgo pero al mismo tiempo les expone al contagio.
Debido a su transcendencia vale la pena señalar a las primeras 50 empresas de las 147 firmas superconectadas:
1) Barclays PLC; 2) Capital Group Companies Inc; 3) FMR Corporation; 4) AXA; 5) State Street Corporation; 6) JP Morgan Chase & Co; 7) Legal & General Group PLC; 8) Vanguard Group Inc; 9) UBS AG; 10) Merrill Lynch & Co Inc; 11) Wellington Management Co LLP; 12) Deutsche Bank AG; 13) Franklin Resources Inc; 14) Credit Suisse Group; 15) Walton Enterprises LLC; 16) Bank of New York Mellon Corp; 17) Natixis; 18) Goldman Sachs Group Inc; 19) T Rowe Price Group Inc; 20) Legg Mason Inc; 21) Morgan Stanley; 22) Mitsubishi UFJ Financial Group Inc; 23) Northern Trust Corporation; 24. Société Générale; 25) Bank of America Corporation; 26) Lloyds TSB Group PLC; 27) Invesco PLC; 28) Allianz SE; 29) TIAA; 30) Old Mutual Public Limited Company; 31) Aviva PLC; 32) Schroders PLC; 33) Dodge & Cox; 34) Lehman Brothers Holdings Inc; 35) Sun Life Financial Inc; 36) Standard Life PLC; 37) CNCE; 38) Nomura Holdings Inc; 39) The Depository Trust Company; 40) Massachusetts Mutual Life Insurance; 41) ING Groep NV; 42) Brandes Investment Partners LP; 43) Unicredito Italiano SPA; 44) Deposit Insurance Corporation of Japan; 45) Vereniging Aegon; 46) BNP Paribas; 47) Affiliated Managers Group Inc; 48) Resona Holdings Inc; 49) Capital Group International Inc, y 50) China Petrochemical Group Company.
De este núcleo supercompacto, 24 (¡supersic!) empresas pertenecen a EU, ocho a Gran Bretaña, cinco a Francia, cuatro a Japón, tres a Alemania, dos a Holanda, dos a Suiza, una a Italia, y una a China (la 50). De ellas, 44 son entidades financieras: ¡88 por ciento!
Se consolida así el teorema de que la dupla anglosajona controla el mundo financiero, en su quintaesencia centralbanquista monetarista que hemos denominado la bancocracia global –que a su vez domina la economía real cuando la clase política está totalmente ausente, para no decir que ha sido excesivamente lubricada–, al unísono de algunas entidades que sobreviven del G-7 (Francia, Japón y Alemania) –extensivo al G-10 (Suiza y Holanda)–, mientras apenas irrumpe China de parte de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), quienes exhiben su dramática vulnerabilidad, no se diga la patética miseria de Latinoamérica, África, el mundo islámico y el mundo árabe.
Por lo menos es saludable conocer cuál es la superentidad financierista que ha impuesto su dictadura global, la bancocracia, en su quintaesencia anglosajona.
Un enfoque zoom (literal) devela la circularidad superconectada de las principales 18 trasnacionales del sector financiero al momento del arranque del análisis (2007: un año antes al estallido de la grave crisis financiera global): Prudential Financial, Morgan Stanley, Citigroup, Bank of America Corp., State Street Corp., Goldman Sachs, Bear Stearns, Lehman Brothers, T Rowe Price, UBS AG, Deutsche Bank, Credit Swiss, Commerzbank, Franklin Resource, Barclays PLC, JP Morgan Chase &Co., Merril Lynch y Axa.
Cuatro años después algunas de estas entidades financieras, en su mayoría anglosajonas, han quebrado (Lehman Brothers) o se han fusionado (Bear Stearns, adquirida por el gigante de los derivados financieros JP Morgan Chase) o están al borde de la insolvencia (Bank of America y Citigroup) y, más que nada, han colocado al mundo al borde del precipicio debido a su maligna superconectividad totalmente desregulada.
El diagnóstico de la patología que asuela al mundo está hecho; falta la terapéutica liberadora.

Ocupa el G-20

 Por Alejandro Nadal







Existe una extraña coincidencia entre las propuestas del dúo Merkel-Sarkozy y los ocupantes de la plaza Liberty Square en Manhattan. Donde surge una diferencia abismal es en el destino para los recursos así recaudados. La tasa Tobin se propuso originalmente para echar arena en los engranes de la maquinaria especulativa. Pero en la propuesta de Merkel-Sarkozy hay un objetivo recaudatorio. ¿Para qué quieren los recursos?


Los manifestantes que ocupan Wall Street demandan la aplicación de un impuesto de uno por ciento sobre todo tipo de transacciones financieras. Esa es una bandera que se traduce en un mensaje claro. El capital financiero ha efectivamente dominado las prioridades de política económica en las últimas tres décadas. Es el progenitor directo de esta crisis, la Gran Depresión II. Llegó el momento de ajustar cuentas, literalmente.
Según Adbusters.org, grupo que estuvo desde el principio en la ocupación, durante la próxima reunión del G-20 en Francia nuestros líderes deben aprobar este impuesto. La razón es que ese impuesto reduciría la velocidad con la que diariamente se mueven 1.3 billones de dólares en el casino de la economía global. Además, el monto recaudado permitiría financiar todos los programas sociales y ambientales que pueda usted imaginar.
En realidad, la magnitud de las transacciones financieras es mucho mayor. Los datos del Banco de Pagos Internacionales en Basilea indican que el mercado mundial de divisas rebasa los 4 billones diarios, lo que representa 5 por ciento del PIB mundial para un año completo. Eso es equivalente a multiplicar por 34 el valor del flujo mundial de comercio de bienes. Es también el mejor indicador sobre el grado de autonomía del sector financiero.
En ese contexto, resulta algo extraño el llamado a nuestros líderes del G-20. Ciertamente no son nuestros. Son los siervos del capital y, en especial, de su fracción financiera. Pero valga la licencia retórica, con tal de articular alrededor de una meta clara la diversidad de opiniones y grupos que hoy se aglutinan alrededor del movimiento Ocupa Wall Street.
La verdad es que el G-20 se reunirá bajo una nube negra. Hace unos días las agencias calificadoras volvieron a las andanzas. Moody’s Investors redujo la calificación de la deuda italiana argumentando un incremento material en el riesgo financiero para países de la eurozona con altos niveles de endeudamiento. La calificación pasó de Aa2 a A2, un nivel inferior al de Estonia. Ya el 19 de septiembre, Standard and Poor’s había aplicado una reducción similar. El efecto inmediato fue el aumento del costo del financiamiento en los mercados de capital. Para calmar a los mercados el gobierno italiano ya anunció medidas adicionales de austeridad, lo que profundizará la recesión (el pronóstico de crecimiento para 2012 bajó de 1.3 a 0.6 por ciento). La recaudación caerá y aumentará el endeudamiento. Con ese círculo vicioso, Italia estará en el centro de la crisis europea en los meses que vienen.
Moody’s también anunció que el rango triple A de la deuda francesa podría verse afectado negativamente si en los próximos tres meses la factura del rescate de los bancos llega a afectar la postura fiscal. Como consecuencia el costo del refinanciamiento se disparó. El primer ministro Fillon, haciendo alarde de conocimientos de economía, señaló que si el crecimiento del PIB es inferior al pronóstico oficial, se recrudecerán las medidas de austeridad. Es como si el médico dijera que si la pulmonía persiste, meterán el paciente al refrigerador.
Pero lo sorprendente para los ocupantes de Wall Street es que la pareja Merkel-Sarkozy llevará la propuesta de un impuesto a las transacciones financieras al G-20. Este impuesto es muy inferior a uno por ciento que reclaman los indignados. Aún así, se aplicaría sobre transacciones en plazas financieras de primer orden, como Londres y Francfort. Según algunos analistas, aún con una tasa de una décima de punto porcentual la recaudación podría alcanzar los 40 mil millones de euros. La tasa se aplicaría sobre todo en transacciones de alta frecuencia, que aumentan la volatilidad y son las de mayor contenido especulativo. Es decir, habría mayor recaudación y estabilidad en los mercados. Pero Estados Unidos e Inglaterra se oponen a esta medida. Según Geithner y sus colegas de la City éste no es el momento para ahuyentar a los inversionistas con experimentos de este tipo. Habrá que esperar al G-20 para ver cómo se resuelve este diferendo.
Así que existe una extraña coincidencia entre las propuestas del dúo Merkel-Sarkozy y los ocupantes de la plaza Liberty Square en Manhattan. Donde surge una diferencia abismal es en el destino para los recursos así recaudados. La tasa Tobin se propuso originalmente para echar arena en los engranes de la maquinaria especulativa. Pero en la propuesta de Merkel-Sarkozy hay un objetivo recaudatorio. ¿Para qué quieren los recursos?
La crisis en Grecia pondrá en jaque a los bancos franceses y alemanes. Para rescatarlos será necesario echar mano de sumas astronómicas de dinero. Para evitar desequilibrios en las finanzas de esos países, se usarían los recursos recaudados por la tasa sobre transacciones financieras. Nada que ver con los programas sociales y de mejoramiento ambiental a los que aspiran los ocupantes de Wall Street.
La mejor pancarta en la ocupación de Wall Street dice así: 0 por ciento de interés en la gente. Exacto, esa es la esencia del orden económico neoliberal.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Deuda de EU, ¿cerca del nivel ‘basura’?

 

Estados Unidos ha mantenido su calificación de crédito AAA, pero algunos analistas difieren; en algunos rubros, el déficit del país se asemeja o supera los niveles mostrados por Grecia.

Hace algunas semanas, Hedgeye, la compañía de análisis de inversión en la que funjo como director administrativo, tuvo una conferencia telefónica para responder la siguiente pregunta: ¿la deuda del gobierno de Estados Unidos debería ser calificada como basuraCONTINUA LEYENDO


AUTOR :Daryl G. Jones
FUENTE : CNN-EXPANSION

viernes, 30 de abril de 2010

La desregulación ha consistido en la despenalización del fraude: el informe del jurista William Black ante el Comité de Finanzas del Congreso de los E



El pasado jueves, el profesor William Black presentó su informe sobre la quiebra de Lehman al comité de finanzas del Congreso de los EEUU. Es el mejor análisis ofrecido hasta ahora de las causas subyacentes a la crisis financiera. Black, antiguo regulador público y profesional del derecho penal, muestra que la crisis no fue un desastre de todo punto inevitable, como sugieren los apologetas de Wall Street, sino el resultado del fraude a gran escala perpetrado por entidades financieras como Lehman Brothers. Los incidentes fraudulentos fueron numerosos, patentes, extremos y premeditados. Al construir su requisitoria contra Lehman, Black pone de relieve las omisiones, los errores y la negligencia de los principales reguladores, y señaladamente, de la Fed. Si la Fed no hubiera faltado a sus obligaciones, la caída cíclica no habría trocado en una casi-Depresión.

“La caída de Lehman es, en buena medida, la caída propiciada por un fraude”, dijo Black en el testimonio prestado ante el Congreso. “Lehman fue el principal suministrador mundial de préstamos mentirosos [liar’s loans, préstamos en los que el prestamista no se preocupa de cerciorarse del nivel de ingresos o del patrimonio del prestatario; T.]. Durante la mayor parte de esta década, el estudio de los préstamos mentirosos revela una incidencia del fraude del 90% (…) Si ustedes quieren saber por qué tenemos una crisis global, hay que decir que, en buena parte, la tienen ante sus propios ojos”.

Como director que fue del Federal Home Loan Bank Board (Comité del Banco Federal de Préstamo Inmobiliario) durante la crisis de S&L [la crisis de las cajas locales de ahorro y préstamo hipotecario en los 80 y 90; T.], Black sabe de qué habla. Investigó entonces con tan resuelta determinación, que Charles Keating [cabeza de uno de los bancos involucrados] llegó a exigir [en 1987] a un agente político suyo [Jim Grogan, asesor del Senador Glenn; T.], como asunto “de la mayor prioridad”, “pararle los pies a Black, o, si no, matarle”. Pero Black no se arrugó ni cedió. Desoyó las amenazas y continuó denunciando las malas prácticas y las actividades ilegales. Su equipo experimentó entonces las mismas dificultades con que se encuentran los reguladores de nuestros días: “fraudes de elite” por parte de potentes entidades investidas de un tremendo poder político. La idea de que el mercado puede ·”regularse a sí propio” ha sido abandonada por doquiera, y está cobrando impulso un apoyo público a la reforma:

“Es una locura trocar responsabilidad por negligencia”, dice Black. “Hacerlo, no hace sino incentivar la negligencia”.

Las entidades financieras se han servido banderizamente del dogma del laissez faire. Es la máscara tras la que se esconden la voracidad y los comportamientos predatorios. En muy buena medida, esa es la historia de Lehman, una entidad que despreció toda regla y toda regulación. Todo valía. Una filosofía que abrazaba el regulador en jefe de la nación, Alan Greenspan, ex-presidente de la Reserva Federal.

“La estructura nominal de gobierno empresarial era vergonzosa”, dice Black. “Lehman estaba expresamente concebida para dejar los ‘riesgos’ fuera de control en su operación principal, los préstamos mentirosos”. Lehman no gestionaba el riesgo de hacer préstamos mentirosos. Se lanzó a transacciones masivas y fraudulentas como si se tratara de “actividades seguras”.

Black observa que la contabilidad prestidigitadora garantiza que las instituciones “reportarán ingresos (ficticios) soberbios a corto plazo y pérdidas catastróficas a largo plazo”, que es, precisamente, lo que ocurrió. Los jefazos se zamparon miles de millones de suculentos bonos y opciones de acciones, mientras sus compañías se convertían en pasto de alimaña.

Dice Black:

“La principal fuente que tenía Lehman de ingresos (ficticios) y de pérdidas reales era la emisión (y la venta) de lo que el comercio llamó muy adecuadamente préstamos ‘mentirosos’ a través de su filial Aurora (…) Los préstamos mentirosos son ‘criminógenos’ –crean epidemias de fraude hipotecario—, porque crean poderosos incentivos para proporcionar información falsa a la hora de solicitar un préstamo. El FBI comenzó a alertar públicamente de la epidemia de fraude hipotecario en 2004” (CNN).

La prueba del designio criminal no podría ser más clara. El FBI informó de sus hallazgos a los reguladores, pero no se hizo nada. Bush había puesto en todos los cargos de supervisión a personas fieles a Wall Street, las cuales se limitaron a mirar para otro lado. Así, los criterios de préstamo se relajaron, se multiplicaron los beneficios, los precios inmobiliarios se dispararon, se hinchó como un hongo ciclópeo la burbuja, y Lehman recogió beneficios sin ejemplo, a sabiendas de que la inexorable implosión final infligiría daños masivos al sistema y graves sufrimientos a todos los demás.”

Black, de nuevo:


“El fatal problema subyacente a Lehman era su insolvencia, causada por tal cantidad de malos préstamos y malas inversiones. Lidió con su insolvencia de la manera tradicional: se negó a reconocer honradamente sus pérdidas. No podía resolver su crisis de liquidez porque era insolvente y su fuente primordial de ingresos contables ficticios se vino abajo con el colapso del mercado secundario de préstamos subprime. Si Lehman hubiera vendido sus activos para hacerse con efectivo, habría tenido que reconocer las pérdidas masivas e informar de que era insolvente.”

Eso requiere un poco de explicación. Antes del desplome, los bancos “regulados” de depósitos se financiaban sobre todo con acuerdos de recompra a corto plazo (repo) con inversores institucionales (verbigracia: “bancos en la sombra”, bancos de inversión, fondos hedge de cobertura, compañías aseguradoras…). Los bancos pondrían un colateral en forma de paquetes de obligaciones “titularizas”, sirviéndose de los préstamos a corto plazo para mantener las operaciones. Cuando el colateral puesto por los bancos se hizo sospechoso –porque nadie sabía qué paquetes contenían hipotecas subprime—, los intermediarios exigieron más colateral para los préstamos. Subitáneamente, los bancos se encontraron perdiendo dinero a manos llenas, a medida que el valor de sus activos se tambaleaba. Lehman quedó atrapado en esta puerta giratoria, y no pudo subvenir a sus deudas sirviéndose de su desgastado colateral, que todo el mundo sabía ya que era basura. Se produjo un desplome bancario en el sistema en la sombra; el mercado secundario colapsó. Lo cierto es que el mercado quedó traumatizado por un acontecimiento repreciador por el que los precios de los activos resultaron reevaluados de la noche a la mañana. Lehman no pudo sobrevivir en este nuevo ambiente de crédito restricto.

Sigue Black:

“No hay manera de ‘gestionar’ el ‘riesgo’ de hacer préstamos mentirosos a escala masiva. Lehman llegó a ser el líder mundial de ese tipo de préstamos (…) Si Lehman admitía que sus préstamos mentirosos eran frecuentemente fraudulentos, no podría venderlos, cegándose así una de las más caudalosas fuentes de su ingreso.”

Los “préstamos mentirosos” con pocos requisitos era el pan de cada día de Lehman. Irónicamente, sus propios auditores descubrieron que cerca de la mitad de los mismos “incurrían en errores materiales”. No importaba; todo el mundo estaba ganando dinero a espuertas y los paquetes de obligaciones seguían inundando de riqueza la oficina de enfrente. A los hallazgos de sus propios auditores, y como era de esperar, Lehman respondió multiplicando el volumen de sus préstamos mentirosos. “Me cisco en los peligros”. Eso incrementó la probabilidad de contagio y el riesgo sistémico. Las actividades de Lehman amenazaban ahora al conjunto del sistema.

La SEC [Securities and Exchange Comission, Consejo Supervisor de Empresas y Valores; T.] no tenía autoridad para supervisar a Lehman, pero no puede decirse lo mismo de la Fed.

Black:

“Sólo la Fed tenía autoridad –conferida por la Ley de propiedad de la vivienda y protección de la equidad de 1994 (HOEPA, por sus siglas en inglés)— para regular a todos los prestamistas hipotecarios, disponiendo, además, de un apalancamiento práctico sin precedentes a causa de su capacidad para prestar y para convertir bancos de inversión en bancos comerciales propietarios de empresas. Se suponía que la Fed era un experimentado regulador de ‘la seguridad y la cordura’ de las actividades económicas.”

Pero el Banco de Nueva York de la Reserva Federal (FRBNY, por sus siglas en inglés) no tenía la menor intención de supervisar a Lehman o de asistir a la SEC en el cumplimiento de la misión de ésta. En efecto, la Fed de Geithner “se cruzó de brazos mientras Lehman engañanaba al público con un esquema de negocios que los propios funcionarios del FRBNY dieron en llamar ‘el timo de las tres cartas’.”

Black abrió fuego contra Geithner y el FRBNY:


“El FRBNY sabía que Lehman incurría en un fraude concebido para hinchar falsariamente su liquidez, y por lo mismo, no estaba dispuesto a prestar demasiado dinero a Lehman. Pero el FRBNY no informó del fraude a la SEC, al público o a la OTS [la agencia de control del fraude, por sus siglas en inglés]. El funcionario de la Fed ni siquiera fingió creer que la Fed tiene la obligación de proteger al público. El FRBNY siguió dispuesto a prestar a una institución sistemáticamente peligrosa [SDI, por sus siglas en inglés]. Lo que constituye una egregia violación de la confianza pública, y los reguladores que la perpetraron deben responder por ello.”

Geithner (aparentemente) hizo todo lo que estuvo en su mano para ayudar a Lehman a ocultar su verdadera situación financiera y podría haber contribuido deliberadamente a engañar a inversores facilitando 150 transacciones repos que sirvieron para disimular y mantener fuera de balance responsabilidades contables por un monto de 50 mil millones de dólares. En su testimonio de esta semana ante el Comité de finanzas del Congreso, Richard Fuld, el alto ejecutivo de Lehman, dijo que la Fed estaba al corriente de todo lo que ocurría en el banco. Si eso es verdad, Geithner debería estar a pique de ser procesado.

Geithner y el presidente de la Fed, Ben Bernanke, tenían buenas razones para disimular la situación financiera de Lehman. Si los activos hipotecariamente respaldados de Lehman hubieran estado “ajustados al mercado” (marked-to-market), eso habría obligado a una sistemática repreciación que habría traído consigo gigantescas ventas por liquidación de activos financieros y una grave deflación. Así pues, en vez de exigir la revelación veraz del valor de lo que se tenía entre manos, Geithner y Bernanke contribuyeron al proceso de disimulo en curso. Los instrumentos de deuda y los activos tóxicos se hallan ahora escondidos en Fannie Mae, Freddie Mac, los libros de contabilidad de la Fed y las instituciones que se sirven de una tramposa contabilidad “ajustada ala fantasía”. Las deudas no se han evaporado; simplemente han sido apartadas de la mirada pública.

Sigamos con Black:


“El FBI advirtió, en testimonio prestado ante el Congreso en 2004, de una ‘epidemia’ de fraude hipotecario (…) La Fed merece ser especialmente criticada por su fracaso en punto a responder a esas advertencias emprendiendo una acción eficaz para poner coto a los préstamos mentirosos. Sólo la Fed tenía autoridad, bajo la HOEPA, para desterrar los préstamos mentirosos, lo que habría evitado la hipeinflación de la burbuja y contenido la acelerada propagación de la epidemia de fraude hipotecario.”

En fecha tan temprana como el año 2000, grupos de consumidores urgieron a la Fed a usar la autoridad que le confería la HOEPA para acabar con el préstamo predatorio. Pero la Fed ni siquiera les contestó.

De acuerdo con Elisabeth MacDonald, la Fed se cepilló a “uno de los mayores actores del sector hipotecario”. En un artículo titulado “Alertas rojas inmobiliarias, ignoradas”, afirma MacDonald:

“Uno de los principales actores del sector inmobiliario nacional alertó repetidas veces a la Reserva Federal (…) de que los EEUU se abocaban a un inminente desplome inmobiliario (…) Pero los reguladores bancarios no sólo ignoraron esas alertas, sino que altos funcionarios de la Fed fueron a las emisoras a decir que la economía estaba “construyendo sobre sólidos cimientos” y que un desplome inmobiliario era harto ‘improbable’ (…).

“Al abogar ante los reguladores bancarios por la contención de los abusos en los préstamos subprime, las MICA [Compañías aseguradoras hipotecarias de América, por sus siglas en inglés] apuntaron a las alertas rojas contenidas en los análisis del propio personal asesor de los reguladores bancarios, así como de sus pares en Bear Steams y Lehman Brothers, y eso tres años antes de que estos gigantes de Wall Street se hundieran sepultados por el peso de sus pésimas apuestas hipotecarias.”

Las aseguradoras hipotecarias “están profundamente preocupadas por el aumento de la fragilidad del mercado hipotecario, la cual, combinada con el incremento de los portafolios bancarios atestados de productos de alto riesgo, plantea problemas potencialmente muy graves que podrían estallar de un modo espectacularmente subitáneo”. Frustrar el ajuste bancario de suscripción, reservas y capitales, necesario para responder a ese riesgo creciente, “significa que los episodios de descensos en la tasa de crédito y/o de interés –por no hablar de desplomes— serán mucho más graves que si se hubieran tomado las medidas oportunas”. (Elizabeth MacDonald, "Housing Red flags Ignored", FOX Business News.)

Hubo otros, también, como el antiguo gobernador de Nueva York, Eliot Spitzer, quien alertó de una “crisis de los préstamos predatorios” y reprendió a la administración Bush por bloquear la persecución del fraude hipotecario. El artículo de Spitzer apareció en el Washington Post en 2003. Lo que sigue es un extracto:

“Pero la unánime oposición de los 50 estados (de sus fiscales generales) no impidió a la administración Bush –ni siquiera constituyó un obstáculo— seguir en su empeño de proteger a los bancos. Lo cierto es que, cuando mi oficina abrió una investigación sobre posible discriminación en el préstamo hipotecario por parte de unos cuantos bancos, la OCC [la Agencia de control monetario, por sus siglas en inglés] procedió a archivar una causa federal abierta, frenando la investigación”. (Washington Post)

Todo esto muestra que el problema no era tanto la “desregulación”, cuanto la “negativa a regular”. ¿Pero por qué? ¿Por qué no quiso responder la Fed a tal muchedumbre de alertas procedentes de profesionales competentes? ¿Y por qué Bush fue tan hostil a la protección del consumidor? ¿Fue una conspiración, o simplemente un acuerdo tácito entre personas de viso del establishment político y financiero, que veían de consuno, entre guiños y asentimientos de cabeza, el préstamo predatorio y el fraude hipotecario como formas aceptables de engordar resultados.

Sea ello como fuere, es claro que la crisis no fue un “desastre natural”, ni siquiera una “disfunción sistémica”, sino el resultado de un latrocinio empresarial generalizado, ingeniado y ejecutado por las mayores entidades financieras del país.

Black, de nuevo:


“Los penalistas se refieren a las entidades que difunden las epidemias de fraude como ‘vectores’ (…) Lehman fue uno de los mayores vectores de difusión de la epidemia de fraude (…) La Fed, por su autoridad en el asunto, dimanante de la HOEPA, y la SEC, por su jurisdicción sobre cualquier compañía cotizable en el mercado de valores, eran los únicos organismos que podían haber yugulado los vectores difusores de la epidemia de fraude (…) Sin embargo, la Fed y la SEC no emprendieron la menor acción efectiva hasta después de que prácticamente todos los grandes promotores de los préstamos mentirosos hubieran quebrado.”

En efecto. La Fed y la SEC sabían exactamente lo que había que hacer, y se negaron a cumplir con su tarea. La crisis de los 90 de las cajas locales de ahorros y crédito hipotecario (S&L) fijó ya las pautas para tratar con “préstamos de baja acreditación”. De modo que existía un esquema establecido de actuación preventiva encaminada a proteger al público de la lluvia radioactiva económica. Pero no se hizo nada, porque todas las “gentes de orden” estaban ocupadas enriqueciéndose por la vía de burlar al sistema vendiendo préstamos basura a solicitantes vulnerables e hinchando una monumental burbuja crediticia que terminaría por dejar la economía hecha unos zorros.

El testimonio prestado por Black no deja la menor duda: los truquitos de Lehman eran cosa hecha a propósito, y el fraude fue conscientemente consentido por amiguetes muy bien situados políticamente. Ha llegado la hora de que el Congreso nombre un Consejo Independiente para investigar los hechos y asegurarse de que los delincuentes serán llevados ante los tribunales de justicia. [1]

NOTA T.: [1] El informe complete de William Black puede leers en: http://www.house.gov/apps/list/hearing/financialsvcs_dem/black_4.20.10.pdf

AUTOR : Mike Whitney es un analista político independiente que vive en el estado de Washington y colabora regularmente con la revista norteamericana CounterPunch.

Traducción Miguel de Puñoenrostro

FUENTE : SIN PERMISO

viernes, 19 de marzo de 2010

La inflación está al acecho en la economía mundial...

Las oleadas inflacionarias han comenzado a arreciar en la economía estadounidense en una espiral que puede ir in crescendo a medida que China comience a revaluar su moneda. Los consumidores del país del norte están pagando más por una serie de artículos, desde tabaco hasta automóviles. Esto apunta a un brote inflacionario que puede pillar por sorpresa a los estrategas monetarios de la Reserva Federal concentrados en una moderación de los precios al consumidor.

La tendencia de los precios de los servicios recuerda el período en 2003 y 2004 en el cual la Fed, entonces presidida por Alan Greenspan, advirtió de "una caída considerable y nada bienvenida de la inflación" y mantuvo la tasa de los préstamos interbancarios de 24 horas en un 1% durante casi un año. Ahora se sabe que aquellos tipos bajos condujeron al aumento pronunciado de las ventas que provocaron la burbuja y que a su vez precipitaron la recesión que comenzó en diciembre del 2007.

La política monetaria está generando ese mismo incentivo para apalancarse nuevamente y volver a caer en una crisis profunda. Y esta vez alcanzando una profundidad mayor dado el alto nivel de desempleo que impera en ese país y en el resto del mundo, y que debe comenzar a disminuir para evitar los conflictos sociales. El movimiento de los precios de la materias primas, sobretodo el lento pero imparable movimiento al alza del petróleo, amenaza con ejercer una sostenida presión inflacionaria.

Esto ha vuelto poner en el tapete la curva de Phillips, que establece una relación histórica entre el desempleo y los precios: mientras más alto sea el paro, una forma de flaqueza económica, más baja la tasa de inflación y viceversa.

FUENTE : JAQUE AL NEOLIBERALISMO

miércoles, 17 de marzo de 2010

Para dejar de llamar a esto “crisis financiera”, basta una palabra: España



Los políticos y los medios siguen refiriéndose al presente declive económico como originado en una crisis financiera. Falso. Tenemos a 15 millones de personas sin trabajo porque la burbuja económica que impulsó a la economía desde la última recesión terminó estallando. Puede que la crisis financiera haya resultado un buen pasatiempo para los que disfrutan con el espectáculo de los colapso de enormes bancos, pero no debería pasar de ocupar un recuadrito complementario de la noticia. La noticia de verdad fue el auge yla debacle de la burbuja inmobiliaria.

Para refutar a quienes sostienen que el problema real ha sido el sistema financiero y su fallida regulación, basta una sola palabra: España. España ha alcanzado ahora notoriedad por tener una tasa de desempleo superior al 19%, la tasa más elevada entre los países ricos. España no tuvo una crisis financiera. En efecto, su bien regulado sistema financiero a menudo ha sido presentado como modélico en los EEUU.

España tuvo una terrible burbuja inmobiliaria. A causa de ella, el sector de la construcción en su economía pasó de representar menos de un 8% del PIB a fines de los 90 a alcanzar un 12,3% en 2007. Para tener un punto de comparación: en los EEUU, en los años sin burbuja, ese sector representa menos del 6% del PIB. Ese acelerado crecimiento de la construcción llevó a una sobreproliferación de la edificación, lo que no podía terminar sino con un colapso, cayendo la construcción muy por debajo de los niveles normales.

El curso al alza de los precios de las viviendas tuvo también el previsible efecto en el consumo. Puesto que la gente creyó que el alza de precios de la vivienda respondía a unas buenas bases fundamentales de la economía, los propietarios de vivienda dieron en pensar que la riqueza de nueva creación generada por su vivienda era una riqueza real, y pasaron a gastar conforme a ese supuesto ilusorio. La tasa de ahorro española cayó de poco menos de un 6% en 2000 a un 3% en 2007. Cuando desapareció la riqueza originada en el alza de precios de la vivienda generada por la burbuja, la gente, como es natural, cortó en seco su consumo.

Y en eso consiste la crisis española. De acuerdo con el FMI, la nueva construcción ha caído en España cerca de un 80% en relación con el momento culminante del auge. Aunque la construcción total no llegado a caer tanto (reformas, rehabilitaciones y construcción no residencial no cayeron ni de lejos tanto), si, con todo y con eso, la construcción en España puede haber caído cerca de un 50%, eso significa una pérdida anual de demanda superior al 6% del PIB. Trasladado a los EEUU, eso vendría a ser una caída de la demanda de más de 800 mil millones de dólares.

Análogamente, la perdida de riqueza dimanante de la propiedad de la vivienda invierte el efecto riqueza. Si el consumo hubiera caído lo bastante como para devolver la tasa de ahorro a su nivel pre-burbuja, eso significaría una pérdida de demanda anual de consumo de más de 3 puntos porcentuales del ingreso disponible. En los EEUU, eso vendrían a ser más de 300 mil millones en consumo anual evaporado.

No hay mecanismo fácil para reemplazar más de un billón de dólares en demanda evaporada. Por eso la economía española se halla ahora mismo en una situación de gravísimo desplome. Repárese en que casi todos los analistas están de acuerdo en este extremo. El sistema financiero español estaba bien regulado, y estaba libre de todos esos préstamos locos y de toda esa manifiesta corrupción que caracteriza a Wall Street y al sistema financiero norteamericano. Y sin embargo, sufre el presente declive económico incluso más que los EEUU.

La moraleja de esta historia es que el problema primero o más importante no es el de una crisis financiera. Puede que haya sido divertido ver a Wall Street y a los chicos del gobierno sudar la gota gorda tratando de evitar que los grandes bancos se ahogaran en la ciénaga que ellos mismos habían creado. Pero eso es un espectáculo menor. Nadie nos salvó de una "segunda Gran Depresión"; esta gente se limitó a salvar sus puestos de trabajo y la riqueza de la pandilla de Wall Street.

El problema real de la economía es sencillamente la pérdida de demanda generada por el colapso de la burbuja. Inyectar aún más dinero en los bancos es una manera de asegurar que éstos no sufrirán las consecuencias de su propia codicia y estupidez. No una manera de recuperar la economía.

Restablecer la salud de la economía pasa por buscar un substituto de la demanda evaporada, resultante del colapso de la burbuja. A corto plazo, eso significa un incremento del gasto público y de los recortes fiscales. Los déficits inyectan dinero en la economía, y sirviéndonos del anticuado dicho de que la gente trabaja por dinero, podemos determinar la cantidad de dinero que necesitamos que gaste el gobierno para devolver a la economía a un estado de pleno empleo.

A largo plazo, necesitamos poner en macha un comercio más equilibrado, con más exportaciones y menos importaciones, respondiendo a la pérdida de demanda que ha traído consigo el colapso de la burbuja inmobiliaria. Eso exigirá un dólar devaluado, y cualquier otra cosa que se diga en punto a comercio es simplemente de cara a la galería.

Necesitamos una reforma financiera. Tenemos un sector financiero increíblemente despilfarrador e irresponsable. Pero la mala regulación financiera, por sí misma, no fue la que causó el 10% de desempleo, ni una buena regulación habría bastado para prevenirlo. Pregunten, si no, a los trabajadores españoles.

AUTOR : Dean Baker es codirector del Center for Economic and Policy Research (CEPR). Es autor de Plunder and Blunder: The Rise and Fall of the Bubble Economy.

FUENTE : SIN PERMISO

Traducción Roc F. Nyerro

viernes, 26 de febrero de 2010

¿Se cae la locomotora?



Ante el nuevo peligro de un nuevo colapso financiero con las deudas públicas (crisis fiscal) que se extiende de EEUU a las potencias centrales del euro, el peligro del estallido de una burbuja en China reviste una importancia estratégica central por el alto nivel de dependencia y entrelazamiento que mantienen las primeras economías mundiales con su comercio exterior.


En un contexto internacional golpeado por la crisis fiscal emergente en EEUU y Europa, la economía china genera cada vez más dudas y sospechas a los economistas que siguen su evolución.

La mayoría de los analistas privados cree que la recuperación económica de China perdió fuerza en el cuarto trimestre de 2009, según una nueva encuesta realizada por The Wall Street Journal.

La conclusión contradice las estadísticas oficiales, que muestran una aceleración en el crecimiento, y pone de manifiesto las señales en conflicto que envía la economía en un momento en el que el gobierno trata de contener posibles burbujas sin descarrilar la expansión.

The Wall Street Journal sondea regularmente a economistas que hacen sus propias estimaciones del crecimiento frente al trimestre anterior, conocidas como apreciaciones secuenciales.

Ocho de los 10 economistas que respondieron la encuesta más reciente consideran que la expansión del cuarto trimestre fue más baja que la que transcurrió entre julio y septiembre. La mayoría pronostica un enfriamiento gradual con un crecimiento de 9% para el resto de 2010.

La situación se complica aún más por los pronósticos recién revisados del crecimiento trimestre a trimestre del Banco Popular de China.

Los números muestran una trayectoria sorprendentemente pareja: tras tocar fondo con una expansión de 4,3% en el cuarto trimestre de 2008, el crecimiento anualizado saltó a 11,4% para el segundo trimestre de 2009, cayó levemente a 11,0% y volvió a repuntar a 11,3% en el cuarto trimestre.

Este panorama es bastante diferente al pronosticado por la mayoría de los economistas que participaron en la encuesta: un mayor crecimiento en el segundo trimestre del año pasado debido a los efectos de los planes de estímulo, seguido de un enfriamiento a medida que menguó su impacto.

La suerte del mercado inmobiliario es un factor cada vez más importante para la economía china.

A medida que el gobierno retira paulatinamente sus programas de estímulo, las empresas privadas necesitan gastar más para mantener el ritmo del crecimiento.

El Banco Mundial estima que el boom de la construcción ha sido el principal motor de la inversión privada en el último año. Otros sectores son reacios a expandirse ante la debilidad de la economía mundial y el exceso de capacidad en las industrias locales.

El gran temor mundial es que China esté incubando su propia "burbuja" financiera, producto de la especulación bursátil con los fondos públicos orientados (como en Europa y EEUU) al salvataje de bancos y empresas en problemas.

"Ahora que las exportaciones afrontan tiempos difíciles, los bienes raíces se han convertido en un pilar del crecimiento económico de China", señala Ji Zhu, profesor de economía en la Universidad Tecnológica y de Negocios de Beijing. "Nadie quiere ver caer los precios de la vivienda", argumenta, ni los inversionistas, ni las empresas inmobiliarias ni, mucho menos, las autoridades gubernamentales.

La "Burbuja"


Los principales diarios financieros y analistas comparan a la locomotora china con Japón de los años '80 (cuando los japoneses compraron, por ejemplo, el Rockefeller Center de Nueva York) y su burbuja económica que acabó explotando, seguida de dos décadas de crecimiento raquítico.

Según The Financial Times, una debacle financiera china supondría la "amenaza más seria a las economías mundiales", sobre todo para las latinoamericanas, cada vez más dependientes del comercio con China para salir de la actual crisis.

Con una moneda infravalorada, y un crecimiento impulsado por las exportaciones y el crecimiento del mercado interno, ya hay señales de que la economía china se está recalentando. La inflación en diciembre pasado, por ejemplo, fue la más alta en casi dos años, y los precios de las propiedades inmobiliarias en Pekín y Shanghai se han disparado.

Por otro lado, y según The Wall Street Journal, si China retira los estímulos (rescates a empresas y bancos) de forma demasiado brusca, su economía podría ingresar en una desaceleración.

Las autoridades chinas están conscientes de que las comparaciones frente al año previo aplanan las tasas de crecimiento. El propio primer ministro, Wen Jiabao, enfatizó recientemente la importancia de usar estimaciones secuenciales. "Debemos incluir el efecto base del año pasado, fortalecer el análisis secuencial de los principales indicadores económicos y seguir de cerca los cambios en la demanda del mercado, para evaluar más fielmente la tendencia y hacer políticas macroeconómicas más focalizadas y eficaces", aseveró Wen en una reunión del Consejo de Estado el 19 de enero, según un comunicado del gobierno.

El renaciente mercado inmobiliario apuntaló la recuperación de la economía china durante el año pasado. Sin embargo, ahora este boom de la construcción podría convertirse en uno de los mayores riesgos que afronta el país a largo plazo.

En 2009, la economía china se expandió 8,7%, superando con creces la meta de 8% fijada por el gobierno a principios del año, cuando algunos economistas advirtieron que el crecimiento podría alcanzar apenas un 5%.

"Nos encontramos ante una tendencia secular de una demanda que aumenta con el tiempo pero, por otro lado, aún podría formarse una burbuja", explica Wang Tao, economista de China para UBS. "En la calle, desde luego, se intuye una sensación burbujeante: la gente espera para comprarse un apartamento de lujo como si estuviera haciendo cola para comprar repollo".

El riesgo es que se estén construyendo demasiadas viviendas a precios demasiado caros para encontrar compradores.

Esto, según el Journal, resultaría en un desperdicio de inversiones y deudas incobrables que debilitarían la economía. Incluso sin un estallido, un mercado de bienes raíces que sirve exclusivamente a un pequeño grupo de la élite urbana podría desembocar en un problema político para Beijing.

Por su entrelazamiento e interdependencia global, hay tres procesos centrales que determinan por estos días el curso de la economía mundial: La crisis fiscal de EEUU, la crisis fiscal de Europa, y la crisis comercial EEUU-China.

De esa relación estratégica, depende el equilibrio, o el desequilibrio, del resto de las economías de las áreas periféricas de Asia, África y América Latina.

Esta es la razón por la que el trípode estratégico EEUU-Europa-China, marcado por la crisis fiscal y un conflicto bilateral (cuyo desenlace puede detonar un nuevo colapso financiero y económico global), va a seguir marcando la agenda de la atención mundial en los días que se avecinan.

AUTOR : REDACCION
FUENTE : IAR

viernes, 29 de enero de 2010

Estados Unidos, ¿cuentas alegres?




¿Podría la peor crisis financiera de la historia ser también una de las más baratas? El Programa de Alivio de Activos Problemáticos (TARP, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, creado en el punto máximo de la crisis en 2008, terminará costando a los contribuyentes menos de 1% del PIB, según creen ahora los funcionarios del Tesoro. En comparación, la solución a las crisis bancarias sistémicas anteriores ha costado en promedio 13% del PIB, según cálculos del Fondo Monetario Internacional. Es una muy buena recuperación de la inversión, declaró a Time Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal.

No sólo los estadunidenses presumen de sus planes de rescate. En todo el mundo hay funcionarios que creen que esta crisis será más barata. En EU, el TARP autorizó al gobierno federal aplicar 700 mil mdd para salvar el sistema financiero. Siempre se dio por sentado que la cuenta final sería más baja, pero no tanto. En agosto la oficina del presupuesto de Barack Obama calculó 341 mil mdd. En el siguiente presupuesto del gobierno, que se entregará dentro de unas semanas, la cifra se ajustará a 117 mil mdd. El gobierno cree que el saldo final se acercará a 90 mil mdd.

Casi todo ese monto se explicará por las inversiones perdidas en la industria automotriz –General Motors, Chrysler y sus brazos financieros– y AIG, y en subsidios a propietarios de casas para ayudarlos a reconfigurar sus hipotecas. El gobierno diseñó un gravamen especial para los bancos con el fin de recuperar los costos del TARP, pero en realidad acabará obteniendo ganancias de lo que invirtió en ellos, por dividendos y honorarios sobre garantías nunca utilizadas.

Sin embargo, este cuadro está incompleto. Gran parte del apoyo al sector financiero no se canalizó por conducto del TARP, sino de otras agencias. La Reserva Federal ha obtenido hasta ahora excelentes dividendos de sus préstamos de emergencia a los bancos; remitirá al Tesoro una utilidad sin precedente por el ejercicio 2009. La Corporación Federal de Seguro de Depósitos ganó dinero con sus garantías bancarias. Su fondo de depósitos se ha extinguido a causa de los deudores incumplidos, pero espera recuperar esos costos con honorarios futuros a los bancos.

El cuadro que rodea a Fannie Mae y Freddie Mac, dos empresas patrocinadas por el gobierno, es más nebuloso. El Tesoro les ha inyectado ya 111 mil mdd para mantenerlas solventes. Los funcionarios dicen que necesitarán más, pero no tanto como los 400 mil mdd autorizados originalmente.

La contabilidad del gobierno, como es típico en los rescates, también adopta un punto de vista estrecho sobre el costo final de una crisis. En primer lugar, excluye el impacto mucho mayor de la recesión sobre los ingresos del gobierno, así como el costo del estímulo fiscal. En segundo, no se lleva cuenta de subsidios que no son en metálico, como el valor de las garantías gubernamentales, que habrían costado mucho más en el mercado privado (y eso suponiendo que se hubieran adquirido).

El costo final también depende del momento en que se haga la reconciliación. Por lo regular, mientras más tiempo tenga el gobierno para deshacerse de los activos adquiridos durante una crisis, mejor será la tasa de recuperación. Aun así, la experiencia varía mucho. Cinco años después de sus crisis de 1991, Suecia había recuperado casi todos sus costos, mientras Finlandia había recobrado muy poco.

EU podría escapar con un costo modesto. No experimentó una crisis monetaria simultánea, que por lo regular ha contribuido mucho a los episodios más costosos del pasado. Los funcionarios sostienen que como EU se apoya más en los mercados de valores y menos en los bancos que otros países, su crisis tenía más raíces en la falta de liquidez que en la insolvencia. Los precios de las acciones bancarias se desplomaron y su acceso al financiamiento se secó, dicen, porque sus activos estaban envueltos en la incertidumbre, no porque fueran obviamente insolventes. “Si uno sigue la regla de Bagehot –es decir, ‘presta sin restricción contra una buena garantía colateral a una tasa de castigo’–, ganará dinero”, afirma Lewis Alexander, funcionario del Tesoro.

Además, los trazadores de políticas en EU y otras partes parecen haber aprendido de la historia. En general siguieron lo que el FMI y otros han identificado como la práctica más recomendable: rápida aplicación de garantías sobre préstamos para contener el pánico, recapitalización de ciertos bancos escogidos para restaurar la solvencia, y transparencia acerca de la salud bancaria, lo cual restablece la confianza de los inversionistas y permite a los bancos hacerse de capital privado.

Pese a todo, es posible que los funcionarios sean demasiado optimistas. Carmen Reinhart, de la Universidad de Maryland, quien ha estudiado con intensidad las crisis financieras, advierte que los trazadores de políticas subestiman crónicamente la extensión de los préstamos incobrables en el sistema financiero y, por tanto, la escala de los costos del rescate. La cantidad de ayuda que el sistema financiero necesita depende a final de cuentas del desempeño de la economía a largo plazo, el cual a su vez descansa en parte en el éxito que haya tenido el sistema en librarse de deudas incobrables.

EU escogió no comprar deudas incobrables a los bancos. Más bien los bancos salen del lío a base de sumar ganancias, ayudados en parte por las ultrabajas tasas de interés de la Fed. Si bien los trazadores de políticas merecen crédito por la rapidez y la magnitud de su respuesta a la crisis, es demasiado pronto para concluir que han roto con el pasado. En 1996 el costo del rescate bancario japonés se estimó en 3% del PIB; ahora está en 14%. Y, como dice la académica Reinhart: Todavía no sabemos si somos Japón o no.

Que una crisis tan enorme se haya resuelto a precio tan bajo sugiere tres cosas: los trazadores de políticas han sido más listos que sus predecesores; sus cifras son incompletas, o son demasiado optimistas. Las probabilidades son de que sea una mezcla de las tres cosas.

AUTOR : ECONOMIST INTELLIGENCE UNIT
FUENTE : LA JORNADA

viernes, 15 de enero de 2010

Alimentación: Ayuda mundial en jaque por clima y población

La advertencia es de Gemmo Lodesani, director de la oficina del PMA en Bruselas, quien se encarga de las relaciones con la Unión Europea y de conseguir recursos financieros para cumplir el principal mandato de esa organización: combatir el hambre en el mundo.

De visita no oficial en Brasil, y en entrevista con IPS, Lodesani recordó que las tres cuartas partes de los más de 1.000 millones de hambrientos en el mundo son campesinos pobres.

Considerados población vulnerable, esta población rural sufrirá mayormente las consecuencias del recalentamiento planetario por calamidades como sequías e inundaciones.

"Ya vemos un impacto del cambio climático sobre los patrones de producción de comida. Sabemos que hay áreas pobres del mundo que serán más pobres por falta de lluvias. Esto ya ocurre, la desertificación", alertó Lodesani.

"Y es necesario ocuparnos de esto ahora y de manera específica", añadió el experto, quien ya coordinó programas de emergencia de ayuda alimentaria en países como Sudán y Costa de Marfil.

El informe de esta agencia de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) titulado "El cambio climático y el hambre en el mundo. Responder al desafío" señala que hasta 2050 el porcentaje de personas desnutridas en el mundo podría aumentar de 10 a 20 por ciento.

En ese sentido, el directivo destacó la necesidad de implementar programas específicos de desarrollo sustentable, vinculados a "la utilización de los recursos de la tierra para producir comida", sin empeorar aún más el ambiente.

Al referirse a los biocombustibles, producidos por países como Brasil, el funcionario del PMA consideró que, aunque por un lado disminuyen la contaminación ambiental, es necesario continuar las investigaciones en curso para determinar sus desventajas.

Como la producción de biocombustibles exige una mayor utilización de áreas cultivadas, Lodesani llamó la atención sobre la necesidad de que esto no ocurra en desmedro de las superficies destinadas al cultivo de alimentos, "sobre todo pensando en que nuestra población será de más de 9.000 millones en cuarenta años".

El aumento de la población mundial, según Lodesani, es otra de las amenazas a enfrentar, "cuando ya 1.000 millones de personas viven con un nivel nutricional por debajo de lo recomendado por organismos internacionales como la Organización Mundial de Salud".

Cuando en 2050 los habitantes del planeta lleguen a sumar más de 9.000 millones habrá nuevos desafíos para garantizar una nutrición adecuada y, por tal, plantea un nuevo círculo vicioso de la pobreza a resolver.

"De los más de 1.000 millones de personas que pasan hambre hoy, tres cuartos son campesinos pobres. Esto quiere decir que quienes no tiene un nivel nutricional suficiente para tener una vida normal, y sobre todo una vida productiva, son los mismos que tendrían que producir", acotó.

En los últimos años, el PMA priorizó las compras de comida para sus programas de ayuda alimentaria a los países en desarrollo.

Lodesani recordó que en los últimos tres años esto representó 80 por ciento de las compras totales, en valores cercanos a 2.500 millones de dólares, casi 1.500 millones de dólares para los países africanos, sólo en 2008.

"Lo que pretendemos hacer ahora es ir lo más cerca posible donde la comida es producida. Antes comprábamos a partir de los sistemas comerciales existentes, lo que es bueno, pero esos sistemas no siempre benefician a los pequeños productores pobres", destacó al referirse a una nueva iniciativa del PMA llamada "Compras para el Progreso".

El programa pretende crear las condiciones para que los campesinos pobres tengan acceso al mercado y con eso puedan tener un plus de ganancias, además de garantizar con su producción las necesidades de sobrevivencia de su familia.

El programa, que se aplica con la ayuda de la Unión Europea en países como Honduras y Mozambique, busca ese acceso al mercado mejorando la calidad de los productos y acondicionándolos de forma adecuada para la venta.

Además, inicialmente el PMA garantiza la compra de esa producción para que pueda competir con los precios de otros proveedores internacionales.

Lodesani mencionó otros desafíos sobre los que "hay que continuar vigilantes", como el valor de los alimentos, todavía caros según los índices de costo producto de base de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

Esta situación, según el directivo del PMA, es común también en países en desarrollo en los cuales "hay disponibilidad de alimentos, pero camadas importantes de la población no acceden a ellos".

Según el informe "El estado de la inseguridad alimentaria en el mundo 2009", producido por la FAO y el PMA, de las 1.020 millones de personas que hoy sufren hambre en el mundo, 642 millones están en Asia y el Pacífico, 265 millones en África subsahariana, 53 millones en América Latina y el Caribe, 42 millones en Medio Oriente y el norte de África, y 15 millones en los países industrializados.

El primero de los ocho grandes Objetivos de Desarrollo para el Milenio (ODM) acordados en 2000 por los gobiernos en la ONU plantea reducir a la mitad para 2015 el porcentaje de personas que padecen hambre en el mundo, partiendo de los indicadores de 1990.

Para alcanzar la meta inmediata de reducir de 90 a 100 millones la cantidad de personas desnutridas en el mundo en 2010, Lodesani dice que el PMA necesitará casi 4.500 millones de dólares.

No sólo es necesaria la ayuda de los países ricos sino que también de otros en desarrollo, tanto operativamente como con recursos financieros.

"En relación a América Latina continuaremos con la estrategia de trabajar cada vez más con los recursos que ya existen en esos países, porque se trata de una región en desarrollo, pero que puede aportar recursos propios para este tipo de programas", apuntó.

"La tendencia es cada vez más ésta, es decir, países que financian programas con el PMA, pero a partir de recursos propios", agregó al citar el caso de Brasil, que ya puso a disposición de esa organización 80 millones de dólares.

Según Lodesani, el PMA podría también participar en nuevos programas de asistencia técnica en el gigante sudamericano. Puso como ejemplo iniciativas para "mapear y detectar la población mas vulnerable", entre ellos, los beneficiarios del programa de ayuda conocido como Bolsa Familia.

El directivo definió a Bolsa Familia como "un programa muy importante de protección social en el ámbito de la seguridad alimentaria".

"Sabemos que Brasil está interesado en este tipo de joint venture (iniciativa conjunta)", añadió Lodesani.

Bolsa Familia, uno de los programas más populares del gobierno brasileño del izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, concede una pequeña ayuda monetaria mensual a 11 millones de familias pobres, destinada en su mayor parte a la compra de alimentos.

Algunos consideran esta iniciativa como el motor de crecimiento de las economías locales donde están sus beneficiarios.

AUTOR : Frayssinet, Fabiana
FUENTE : GLOBAL

viernes, 8 de enero de 2010

Cómo sobrevivir en el año de las "vacas flacas"

Si el 2008 fue el año del descalabro financiero y el 2009 el año de los rescates y los estímulos fiscales, el 2010 será el año de las vacas flacas, el año de la calma y la tregua que prosigue al delirante frenesí. El persistente aumento del desempleo con tasas que no paran de crecer, o la violenta caída del comercio mundial, nos muestra que estamos viviendo un momento de transición histórico. Y si existe una palabra para describirlo, es la austeridad.

Todas las empresas han recibido, en mayor o menor medida, el impacto de una crisis que no estaba prevista bajo ninguna circunstancia. Era algo que no podía ocurrir dado que la “mano invisible” se encargaba de la regulación automática del sistema ante cualquier falla. Al igual que en el Titanic, primaba la arrogancia por sobre el sentido común. Por eso, muchas empresas se fueron a pique, y hay otras que sobreviven a duras penas.

En este escenario altamente complejo, tanto empresas como personas deben examinar tres prioridades esenciales: i) garantizar la existencia de liquidez para cubrir la necesidades corrientes en un largo período (no hay esperanzas de una reanudación del crédito), ii) quitarse de la mente la idea de que algún día todo volverá a ser como antes, y iii) asegurarse de que ninguna parte del negocio se sostiene con la ayuda de las divisiones que obtienen mejores resultados.

Esta última prioridad implica replantearse seriamente el modelo y la estrategia del negocio para los próximos cinco a diez años, descartando la situación previa al año 2007. Esto implica aceptar el naufragio y prepararse para las nuevas oleadas, asumiendo que todo nuestro entorno está viviendo una seria transformación, y que nuestra evolución también dependerá de como cambie el panorama externo. En este aspecto es siempre recomendable el Análisis FODA, para detectar nuestras fortalezas y potenciarlas, así como nuestras debilidades y corregirlas; aprovechando las oportunidades y estar atento a las amenazas.

Las reestructuraciones y despidos masivos se acentuarán en los países industrializados, y los primeros que verán peligrar su empleo serán los trabajadores temporales o a tiempo parcial. Muchas empresas deberán decidir si los contratan a tiempo completo, o los despiden. Y el despido será el destino final de gran parte de estos trabajadores. Una vez que terminen los planes de estímulo (mayo-junio) vendrá una nueva contracción en la economía. Por ello mantener una conducta austera que asegure la liquidez, será clave en este año de “vacas flacas”.

AUTOR : Marco Antonio Moreno
FUENTE : EL BLOG DEL SALMON

martes, 15 de diciembre de 2009

La burbuja de Oro Y los precios de Oro


Los precios del oro han aumentado considerablemente, rompiendo la barrera de los $ 1.000 y en las últimas semanas hacia el aumento de 1.200 dólares la onza y de arriba. "Hoy los errores de oro" argumentan que el precio podría superar los $ 2.000. Sin embargo, la reciente escalada de precios se parece sospechosamente a una burbuja, con el incremento sólo en parte justificada por los fundamentos económicos.

Los precios del oro aumentará considerablemente sólo en dos situaciones: cuando la inflación es alta y creciente, el oro se convierte en una barrera contra la inflación, y cuando existe el riesgo de una depresión de cerca y los inversores temen por la seguridad de sus depósitos bancarios, el oro se convierte en un refugio seguro.

Los dos últimos años se ajustan a este patrón. Los precios del oro comenzó a aumentar considerablemente en el primer semestre de 2008, cuando los mercados emergentes eran el sobrecalentamiento, los precios de los productos básicos estaban aumentando, y existe la preocupación sobre la creciente inflación en los mercados de alto crecimiento emergente. Incluso ese aumento fue en parte una burbuja, que se derrumbó en el segundo semestre de 2008, cuando - después del petróleo llegó a $ 145, matando a un crecimiento mundial de la economía mundial cayó en una recesión. En cuanto a la deflación sustituye temor a la inflación, los precios del oro comenzó a caer con la corrección de los precios de las materias primas.

La subida de precios segundo ocurrió cuando Lehman Brothers se derrumbó, dejando a los inversores asustados por la seguridad de sus activos financieros - incluyendo los depósitos bancarios. Que susto se contuvo cuando el G-7 se comprometieron a aumentar las garantías de los depósitos bancarios y para respaldar el sistema financiero. Con el pánico cediendo hacia el final de 2008, los precios del oro reanudaron su movimiento hacia abajo. En ese momento, con la economía mundial gira en una depresión cerca-, el uso comercial y industrial de oro, e incluso la demanda de lujo, tuvo un salto más.

El oro subió por encima de $ 1000 de nuevo en febrero-marzo de 2009, cuando parecía que la mayor parte del sistema financiero en los Estados Unidos y Europa puede estar cerca de la insolvencia, y que muchos gobiernos no podían garantizar los depósitos y respaldar el sistema financiero, porque los bancos que eran demasiado grande para fallar también eran demasiado grandes para ser salvados.

Que el pánico desaparecido - y los precios del oro comenzó a desplazarse de nuevo - después de los bancos de EE.UU. fueron sometidos a "pruebas de tensión", en Problemas del Programa de Alivio de Activos más respaldados del sistema financiero mediante la eliminación de los malos activos de los balances bancarios, y la economía mundial gradualmente de fondo fuera.

Por lo tanto, sin riesgo a corto plazo de la inflación o la depresión, ¿por qué los precios del oro comenzó a aumentar nuevamente de manera drástica en los últimos meses?

Hay varias razones por qué los precios del oro están en aumento, pero sugieren un aumento gradual de los riesgos significativos de una corrección a la baja, en lugar de un rápido aumento hacia los US $ 2.000, mientras que los insectos de oro a día de hoy demanda.

En primer lugar, mientras que todavía estamos en un mundo de deflación mundial, grandes déficit fiscales monetarios están alimentando las preocupaciones sobre inflación a medio plazo. En segundo lugar, una ola masiva de liquidez, a través de una política monetaria flexible, está persiguiendo los activos, incluidos los productos básicos, que eventualmente podrían provocar una mayor inflación. En tercer lugar, el dólar carry trades están impulsando fuertemente el dólar de EE.UU. hacia abajo, y hay una relación inversa entre el valor del dólar y el precio en dólares de los productos básicos: la parte inferior del dólar, mayor será el precio en dólares del petróleo, la energía y otros productos básicos - como el oro.

En cuarto lugar, la oferta mundial de oro - tanto existentes como de nueva producción - es limitada, y la demanda está aumentando más rápidamente de lo que pueden ser satisfechas. Parte de esta demanda proviene de los bancos centrales, como los de la India, China y Corea del Sur. Y parte de ella proviene de inversionistas privados, que están utilizando el oro como una protección contra lo que queda de baja "probabilidad de cola" riesgos (alta inflación y otro cerca de la depresión causada por una recesión de doble caída). De hecho, los inversores quieren cada vez más para protegerse contra tales riesgos desde el principio. Teniendo en cuenta la oferta inelástica de oro, incluso un pequeño cambio en las carteras de los bancos centrales y los inversores privados para favorecer el aumento de su precio en oro de forma significativa.

Por último, el riesgo soberano está aumentando - estudiar los problemas que enfrentan los inversionistas en Dubai, Grecia, y otros mercados emergentes y las economías avanzadas. Esto ha reavivado la preocupación de que los gobiernos pueden ser incapaces de respaldar a too-big-para-salvar el sistema financiero.

Pero, ya que el oro no tiene valor intrínseco, existen riesgos significativos de una corrección a la baja. Finalmente, los bancos centrales tendrán que salir de la flexibilización cuantitativa y cero las tasas de interés, poniendo presión a la baja sobre los activos de riesgo, incluidas las materias primas. O la recuperación mundial podría llegar a ser frágil y anémico, que conduce a un aumento de la sensación negativa sobre los productos - y en el optimismo sobre el dólar de EE.UU..

Otro riesgo a la baja es que el dólar-carry trade puede desentrañar, estrellándose la burbuja de activos globales que, junto con la ola de la liquidez monetaria, ha causado. Y, dado que el carry trade y la ola de liquidez están provocando una burbuja de activos globales, algunas de reciente subida del oro es también impulsada por la burbuja, con la cría de conducta y el "comercio de impulso" de los inversores empujar más y más oro. Pero ninguna burbuja estalló. Cuanto más grande es la burbuja, mayor será el colapso.

El reciente aumento de los precios del oro es sólo parcialmente justificada por los fundamentos. Tampoco está claro por qué los inversores deben abastecerse de oro, si la economía mundial cae en una recesión de nuevo y la preocupación por una depresión cerca de la deflación y el aumento galopante considerablemente. Si de verdad temen una crisis económica mundial, debe abastecerse de armas, alimentos enlatados y otros productos básicos que puedes utilizar en su cabaña de troncos.


AUTOR : Nouriel Roubini is professor of Economics at the Stern School of Business, NYU, and Chairman of Roubini Global Economics

TRADUCCION GOOGLE

FUENTE : PROJECT SYNDICATE

domingo, 6 de diciembre de 2009

La recesión no ha acabado en EU: Moody’s


La agencia Moody's dijo el miércoles que la recesión no ha terminado en los estados de Estados Unidos y que el panorama negativo se mantendría durante el 2010.
"No hemos superado la recesión en los estados" y habrá más rebajas en las calificaciones, sostuvo el director gerente de Moody's, Robert Kurtter, en un encuentro de la Asociación Nacional de Tesoreros Estatales.

La agencia calificadora está preocupada por el impacto que tendría sobre las finanzas de los estados el retiro de los fondos de estímulo, los cuales han ayudado a cerrar muchas brechas este año.

La reforma del sistema de salud generaría además cierta tensión sobre las finanzas, ya que se incorporaría más gente al programa Medicare, que es compartido tanto por el Gobierno nacional como por las administraciones estatales.

Eso será un "gran disparador de gastos", advirtió Kurtter.

La caída en los bienes raíces comerciales y la probabilidad de que la economía sufra una recaída de la recesión también son preocupaciones, dijo.

El 24 de noviembre pasado se informó que la economía de Estados Unidos creció menos de lo estimado inicialmente en el tercer trimestre, contenida por las fuertes importaciones y una débil inversión en estructuras no residenciales, según datos difundidos el martes que mostraron una recuperación sin mayor brillo.

En su segunda lectura sobre el crecimiento del Producto Interno Bruto de Estados Unidos, el Departamento de Comercio dijo que la economía se expandió a un ritmo anual del 2.8%, en lugar del 3.5% reportado en la estimación avanzada del mes pasado.

Sin embargo, fue el crecimiento más rápido desde el tercer trimestre del 2007.

La crisis inmobiliaria continúa

La crisis del mercado inmobiliario estadounidense no ha terminado aún y los precios de las casas pronto volverán a bajar por el predominio de los remates, dijo un reconocido economista el miércoles.

Mark Zandi, economista jefe de Moody's Economy en West Chester, Pennsylvania, dijo en una entrevista con Reuters que los precios de las casas reanudarían su declive para comienzos del año próximo por un nuevo repunte en las ventas de viviendas que pasaron por una ejecución hipotecaria.

"La crisis inmobiliaria no ha terminado", sostuvo.

El mercado de bienes raíces estadounidense ha sufrido la peor turbulencia desde la Gran Depresión y su impacto se ha propagado a través de la economía, duramente golpeada por la recesión, además de al resto del mundo.

Un retroceso en el mercado podría presentar problemas para la economía del país.

Los precios de las casas en la medición del Indice Nacional de Precios de Viviendas Estadounidenses de Standard & Poor's/Case-Shiller tocarán un mínimo durante el tercer trimestre del 2010 tras perder un 38%, dijo Zandi.

El índice legó a su punto máximo durante el segundo trimestre del 2006 y tocó su mínimo en el primer trimestre del 2009, perdiendo cerca de un 32%.

Los precios de las casas en muchas regiones han estado subiendo debido a que las ventas por remates disminuyeron este verano boreal porque las firmas hipotecarias trataron de derivar a los deudores al programa de modificación de hipotecas (HAMP, por sus siglas inglés) y a otros esquemas de modificación, dijo Zandi.

"Esta tregua en las ventas de casas rematadas ha resultado en aumentos en los precios durante los últimos meses", dijo.

"Las ventas de casas de ejecuciones hipotecarias aumentarán y los precios de las casas reanudarán su caída para comienzos del 2010 mientras las firmas hipotecarias deducen quiénes no calificarán para una modificación", agregó.

Zandi dijo que entre el verano boreal del 2006 y el verano del 2011 se realizarán 7.5 millones de ventas de casas rematadas.

El economista agregó que otro obstáculo significativo para la recuperación del sector era la cantidad de deudores que actualmente deben más del precio actual de la vivienda, por ser más propensos a incumplimientos y a sufrir de ejecuciones hipotecarias.

"Y con el desempleo muy alto y subiendo, la crisis de las ejecuciones hipotecarias seguirá poniendo presión en los precios de las casas", afirmó.

La tasa de desempleo tocó máximos de 26 años y medio de un 10.2% en octubre. La tasa de noviembre será anunciada el viernes.

"Nuestro panorama de precios de las casas depende de otras dos presunciones claves, incluyendo un mercado laboral más estable para comienzos del 2010 y que las tasas de interés en hipotecas a tasa fija sigan por debajo del 6% durante el año", dijo Zandi.

La tasa de desempleo llegará a un 10.7% durante el tercer trimestre del 2010, estimó el economista.

AUTOR : REUTERS
FUENTE : EL ECONOMISTA

miércoles, 2 de diciembre de 2009

El Congreso de Estados Unidos pone en peligro la independencia de la Reserva Federal




Timothy Geithner ya tiene colgado el cartel de "Mr. Recesión". Toda la frustración que genera un paro en el 10,2%, el rescate de los bancos y las multimillonarias primas en Wall Street se concentran en el secretario del Tesoro y su antigua casa, la Reserva Federal. Demócratas y republicanos en el Capitolio le piden cuentas en un debate en plena ebullición que amenaza con estancar una reforma financiera necesaria para evitar otro Lehman Brothers.

Las emociones están a flor de piel a un año de que se celebren las elecciones de medio mandato que pueden trastocar el delicado equilibrio de poder, decantado ahora en el Congreso hacia los liberales. Y los electores hacen escuchar su rabia inundando a sus representantes de cartas. Así, lo que tenía que ser una audiencia de rutina sobre los cambios regulatorios, se convirtió en una bronca al secretario del Tesoro.

Kevin Brady, representante republicano por Tejas, fue directo al cuello de Geithner al preguntarle si no creía que debía dimitir a la vista del pobre impacto que tiene su paquete de estímulos en la recuperación del empleo. "Es un gran privilegio para mí servir a este presidente", le respondió, recordando que cuando Obama llegó en enero a la Casa Blanca la economía estaba "al borde del colapso".

El enfrentamiento también surgió desde las filas demócratas. Peter DeFazio le pidió directamente la dimisión. "Es embarazoso para una Administración y un Congreso demócratas ser identificados por prestar plena atención a Wall Street. Necesitamos un equipo económico nuevo, que se preocupe más de la gente", dijo a la MSNBC, la cadena que más apoyaba al equipo de Obama. "No creo que tenga que ser despedido, creo que nunca debería haber sido contratado", remachó el republicano Michael Burgers.

Geithner volvió a defenderse diciendo que la crisis se gestó durante los años del ex presidente George Bush. Kevin Brady le pidió que le recordara el puesto que ocupaba entonces. "Presidente de la Reserva Federal de Nueva York", dijo, el brazo ejecutor del rescate de Wall Street.

Nunca antes su posición al frente del Tesoro pareció tan vulnerable, ni siquiera al calor de la polémica surgida en su designación por no haber pagado algunos impuestos. Barack Obama, a su regreso de Asia, reiteró su confianza en su escudero y urgió al Congreso a avanzar en la reforma financiera para prevenir el caos. Su iniciativa empieza a cobrar forma, aunque con modificaciones importantes en su pilar principal: el poder de la supervisión.

El Congreso, a diferencia de la Casa Blanca, quiere limitar el papel que la Reserva Federal (Fed)desempeñará en la futura estructura. Quiere que, en lugar de convertirla en un superregulador, se concentre en la gestión de la política monetaria y reducir su margen de acción en operaciones de rescates de grandes instituciones financieras en apuros, como AIG, Citigroup o Bank of America.

El demócrata Christopher Dodd, presidente del comité bancario del Senado, dijo que "no se trata de castigar" a la Fed por no poner freno a los abusos que llevaron al colapso financiero. "Es más un reconocimiento de la realidad", dijo. "Se trata de que el banco central vuelva a sus funciones básicas: preservar la estabilidad de precios y la creación de empleo", explicó.

Desde el comité financiero de la Cámara de Representantes, Barney Frank cree que la Fed no puede tener tanta responsabilidad, un rechazo frontal a la idea de Geithner. Según los analistas, así se despojaría virtualmente a la Reserva Federal de todos los poderes de supervisión. Y muchos temen que este desafío a la autoridad del banco central más poderoso del mundo afecte a otros bancos centrales.

De momento, el ganador en este tira y afloja es el republicano Ron Paul. Horas después de que Geithner fuera acribillado a críticas, el ex candidato presidencial aprovechó la rabia popular para sacar adelante su iniciativa para auditar las cuentas de la Reserva Federal. "Es la fuente de nuestros problemas", sugería el también autor de Acabar con la Fed.

La medida pone en peligro la independencia del banco central y su capacidad de hacer dinero prácticamente de la nada. "Es el más serio ataque contra la Fed en décadas y pone en cuestión el trabajo hecho en esta crisis", alerta el profesor Frederic Mishkin, mientras recuerda que la autoridad monetaria ya está sometida al control del Congreso y a requisitos de transparencia.

A Ron Paul le apoya el demócrata por Florida Alan Grayson. Y a la vista del abrumador resultado de la votación, está claro que no están solos. "El 75% quiere una auditoría", decía el tejano, mientras desde Wall Street le recuerdan que la Fed fue creada para estar libre de cualquier interferencia política. Warren Buffett, el inversor con más éxito de EE UU, insiste en que "no hay nada más importante para la economía que la independencia de la Fed".

Lo que temen los observadores es que todo esto interfiera en la habilidad del banco central de guiar la recuperación de una economía frágil. Y auguran un aumento de la confrontación cuando el banco central empiece a indicar que sube los tipos de interés cerca de las elecciones. Como dijo el ex presidente William McChesney, "el trabajo de la Fed es retirar el ponche justo cuando todo el mundo empieza a disfrutar de la fiesta". -
Nueva forma a las ayudas

El Tesoro debe decidir en breve qué hacer con el fondo de estabilidad financiera (TARP, por sus siglas en inglés), el mecanismo que utilizó en plena crisis para inyectar liquidez a las entidades en apuros. La vida de este instrumento, dotado con 700.000 millones de dólares, acaba sobre papel el 31 de diciembre. La cuestión ahora está en saber si se deja morir

o se prorroga mirando más al consumidor, a la conocida Main Street.

"Nadie estará más feliz que yo cuando esté desmantelado", decía Timothy Geithner, mientras explicaba que su equipo tiene intención de poner cerrojazo "tan pronto como sea posible" a los programas que ya no son de utilidad, porque el dinero puede conseguirse por la vía privada. Sin embargo, se dejó la puerta abierta, al decir que este proceso no debe hacerse de forma prematura.

Y es que cuando han pasado 14 meses del derrumbe de Lehman Brothers, el fondo de garantía de depósitos (FDIC) cifra 552 entidades en apuros. "Hay demasiado daño aún por reparar", admite Geithner. A esto se le añade el riesgo para el sector financiero por el alza del paro y un mercado inmobiliario renqueante, lo que se traduce en pérdidas potenciales en balance.

Aún quedan 200.000 millones por utilizar en el TARP. El Tesoro ya recuperó 70.000 millones devueltos por 42 bancos y otros 10.000 millones en dividendos. La Casa Blanca espera poder reconfigurar el mecanismo para usar ese dinero de forma que ayude más a la economía real, poniendo capital a disposición de las pymes o reduciendo una deuda pública que toca ya los 12 billones. -

AUTOR : SANDRO POZZI
FUENTE : EL PAIS