Entrevista a Félix Jiménez. Profesor principal de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) y doctor en Economía por la New School of Social Research de Nueva York.
¿Cuál es su visión general sobre la situación económica del país en medio de la crisis?
Para empezar, diría que el gobierno aumentó la fragilidad de nuestra economía ante shocks externos adversos. Las cuatro rebajas arancelarias, la aceleración del crédito bancario en moneda extranjera al sector privado y la apreciación de la moneda nacional dieron origen a una tendencia al deterioro del sector externo de la economía. Los neoliberales de este gobierno, al igual que lo hicieron antes, ya nos conducían directamente a una crisis del sector externo.
¿Cómo se evidencia ello?
Las importaciones crecieron de manera espectacular, mientras se desaceleraron las exportaciones. El primer trimestre del 2008 se registró un déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos de 3.1% del PBI. En el segundo trimestre este déficit fue de 4.8%; y en el tercer, de 3.2% del PBI. Es probable, si no se “cocinan” las cifras, que en el cuarto trimestre este porcentaje supere el 5% del PBI. La crisis internacional ya nos encontró con déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos.
¿Con el plan anticrisis, el Presidente tuvo que admitir que no estábamos blindados?
Una economía con déficit en el sector externo, con fragilidad financiera (cerca del 60% de los créditos están dolarizados) y con una baja presión tributaria, no puede estar blindada. La presión tributaria no pasa del 15% y, como resultado de la crisis, se reducirá a 12% o 13%. Los que dijeron que la economía estaba blindada son ignorantes o creen que la economía anda muy bien cuando funciona favoreciendo solo a los ricos. Son los mismos que hicieron realidad el vergonzoso “óbolo” minero.
¿Cuáles son sus aciertos y falencias?
El plan es una tomadura de pelo para los pobres. Un alto porcentaje de los S/. 10 mil millones destinados a inversión pública ya estaba presupuestado. No hay ningún proyecto de crédito suplementario por esa cantidad para decir que efectivamente hay un importante aumento de recursos para inversión pública.
¿Los recursos son insuficientes?
Son marginales. Si se va a enfrentar los efectos de la crisis recurriendo a los mercados internos, los recursos para inversión pública deben ser parte de un plan de mediano plazo, con prioridades y con un objetivo de integración nacional. No se puede improvisar el gasto en inversión pública cuando en nuestro país hay un déficit de infraestructura equivalente al 25% o 30% del PBI. No hay tampoco un programa de empleo temporal para atender a los nuevos desempleados y subempleados. De otro lado, no puede ser parte de un plan anticrisis anunciar que se pactará créditos en los mercados internacionales, cuando está prácticamente paralizado y el poco crédito que existe es muy caro. Por último, este plan anticrisis no toma en cuenta medidas para enfrentar el desequilibrio externo de la economía, cuando sabemos que todas las crisis en el Perú fueron crisis de su sector externo, crisis de la cuenta corriente de la balanza de pagos.
¿Qué sugiere?
Formular un plan serio de gasto en inversión pública y acompañarlo de una política monetaria expansiva. Además se debe dar marcha atrás en materia de aranceles. Las cuatro rebajas arancelarias significaron S/. 3 mil millones de menores ingresos al fisco. Es importante también dejar que el tipo de cambio suba para no perder muchas reservas; pero debido a la dolarización de los créditos no se puede restaurar el equilibrio externo solo con el tipo de cambio, por eso hay que recurrir a un aumento temporal de aranceles.
¿El BCR debe dejar de intervenir?
No. Debe dejar que suba en algo el tipo de cambio para no gastar muchas reservas. No hay que agotarlas. Y como no podemos dejar que el sector externo se equilibre solo con tipo de cambio, debe recurrir a medidas arancelarias para limitar el crecimiento de las importaciones.
¿Hay miedo a subir aranceles?
Lo que pasa es que el gobierno está completamente comprometido con el discurso neoliberal. Al Presidente y a sus voceros les cuesta reconocer que esta crisis internacional es también la crisis de las políticas del Consenso de Washington, que estas políticas desmantelaron los estándares regulatorios y que promovieron un crecimiento exportador con ganancias de competitividad a costa de los salarios de los trabajadores y en detrimento del mercado interno.
¿Cuál es la lección de la crisis?
La gran lección es que en los mercados no existe una tendencia automática a los equilibrios, que las economías de mercado no son autoestabilizables y que estas economías deben ser reguladas por el Estado.Reglas y sostenibilidad de la política fiscal
Nota de Rocío Maldonado
Félix Jiménez, doctor en Economía por la New School of Social Research de Nueva York y magíster en Economía por el Colegio de México, presentó hace unas semanas su libro Reglas y Sostenibilidad de la Política Fiscal. En él recoge investigaciones que hizo cuando laboró en el MEF del 2001 al 2004 y que sirvieron para fundamentar cambios en la política fiscal y de endeudamiento público.
En su libro, Jiménez, también profesor de Economía de la PUCP, muestra lo contraproducente de aplicar una política fiscal procíclica. Según el autor, su aplicación “prolonga las recesiones en lugar de ayudar a superarlas rápidamente”.
En el libro, Jiménez muestra un modelo de sostenibilidad de la deuda pública para una economía pequeña, abierta y con dos tipos de deuda pública, interna y externa. Uno de los capítulos habla sobre la aplicación de una “regla de oro.
Según el autor, esta se sustenta en que los países deben endeudarse solo para financiar el gasto de inversión pública. Esta regla, comenta Jiménez, es compatible con la nueva contabilidad del FMI. “Una regla de este tipo haría posible desarrollar mercados internos a los largo y ancho del país, mediante inversiones públicas en infraestructura económica y social”. El gasto planificado en infraestructura con una visión de ocupación del territorio es, a juicio del autor, la mejor manera de integrar al país y de construir nación.
AUTOR : ROCIO MALDONADO
FUENTE :DIARIO LA REPUBLICA
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lunes, 29 de diciembre de 2008
Bancos: utilidades y usura en el 2008
Continuando con la tendencia de años anteriores, el 2008 también fue bueno para los bancos. Las Utilidades Netas de los 4 principales bancos se estiman en S/. 2,868 millones, 32% más que en el 2007. El Banco de Crédito, con S/. 1,275 millones, ocupa el primer lugar, seguido del BBVA Continental con S/. 744 millones. Luego vienen el Scotiabank y el Interbank con S/. 587 y S/. 262 millones, respectivamente.
Los préstamos también crecieron, llegando a S/. 90,000 millones a noviembre del 2008 (35% más que en el 2007), con lo cual se podría terminar el año pasando la barrera de los S/. 100,000 millones. Lo mismo ha sucedido con los depósitos, que llegaron a S/. 97,000 millones en noviembre del 2008, 25% más que el año pasado.
Dicho esto, lo que le interesa a la gente es que la tasa de interés que le cobran por obtener un préstamo (tasa activa) sea menor que en años anteriores. Con las personas que depositan su dinero en el banco sucede lo contrario: quieren que la tasa aumente. En este caso la situación no ha mejorado, pues la tasa activa promedio en soles ha sido 23.7%, mientras que la tasa pasiva promedio fue 3.5%. En el 2006 y el 2007 las cifras son casi idénticas.
La diferencia entre ambas tasas es la fuente de ganancias del sistema bancario. Y este margen es grande, pues llega al 20%. Si bien los bancos no tienen control sobre diversos hechos económicos que afectan su actividad (cambios en las tasas de interés en EEUU, volatilidad del dólar, nivel del encaje que fija el BCR, así como la tasa interbancaria), se constata que los márgenes siguen estando entre los más elevados de la región.
Por tanto, lo que está fallando es la premisa de que la entrada irrestricta de nuevos actores al sistema y la liberalización total de las tasas de interés son las herramientas para que estas –y los márgenes– se “alineen” con las internacionales. Quizá el mejor ejemplo lo tenemos con los créditos de consumo, que crecieron 40% en el 2008 a S/. 17,200 millones (en el 2003 solo eran S/. 4,100 millones).
Lo que primero sorprende son las altas tasas que se cobran, pues son el doble de las tasas promedio mencionadas antes. Pero lo que asusta son las enormes tasas que cobran los bancos que ingresaron este año al sistema: Banco Azteca, Falabella y Ripley (ver cuadro).
El Banco Azteca se lleva el premio de la usura, pues cobra nada menos que 184% en tarjetas de crédito y 132% en préstamos. ¿Cómo es posible que se cobren tasas que no son otra cosa que un atraco a mano armada? ¿Se le dio la licencia al Banco Azteca para que cobre esas tasas a los clientes de las tiendas Elektra?
Si entran nuevos bancos (más competencia, en teoría), las tasas de interés deberían bajar. Pero aquí eso no sucede porque las tasas suben. El problema es que la Ley de Bancos de la época del neoliberalismo extremo de Fujimori (1991) le da libertad ilimitada al “mercado” y recorta los instrumentos y mecanismos que pueden usar, tanto el agente regulador (la SBS) como el instituto emisor (BCR). Una reforma de esa Ley de Bancos para adecuarla a la nueva realidad mundial es, por eso, necesaria.
En el 2009 el impacto de la crisis internacional afectará la actividad económica y, por tanto, la intermediación financiera, que seguramente verá disminuir los montos de depósitos y de préstamos. ¿Y las tasas de interés?
En los créditos de consumo no solo serán afectados los que pierdan su empleo sino, también, buena parte del sector informal que accede a estos créditos. Actualmente la morosidad es baja, pero si sube va a haber problemas, porque los créditos de consumo han pasado, del 2003 al 2008, del 12% a nada menos que el 19% del total de créditos otorgados. Mucho cuidado.
AUTOR : HUMBERTO CAMPODONICO
FUENTE : CRISTAL DE MIRA
Los préstamos también crecieron, llegando a S/. 90,000 millones a noviembre del 2008 (35% más que en el 2007), con lo cual se podría terminar el año pasando la barrera de los S/. 100,000 millones. Lo mismo ha sucedido con los depósitos, que llegaron a S/. 97,000 millones en noviembre del 2008, 25% más que el año pasado.
Dicho esto, lo que le interesa a la gente es que la tasa de interés que le cobran por obtener un préstamo (tasa activa) sea menor que en años anteriores. Con las personas que depositan su dinero en el banco sucede lo contrario: quieren que la tasa aumente. En este caso la situación no ha mejorado, pues la tasa activa promedio en soles ha sido 23.7%, mientras que la tasa pasiva promedio fue 3.5%. En el 2006 y el 2007 las cifras son casi idénticas.
La diferencia entre ambas tasas es la fuente de ganancias del sistema bancario. Y este margen es grande, pues llega al 20%. Si bien los bancos no tienen control sobre diversos hechos económicos que afectan su actividad (cambios en las tasas de interés en EEUU, volatilidad del dólar, nivel del encaje que fija el BCR, así como la tasa interbancaria), se constata que los márgenes siguen estando entre los más elevados de la región.
Por tanto, lo que está fallando es la premisa de que la entrada irrestricta de nuevos actores al sistema y la liberalización total de las tasas de interés son las herramientas para que estas –y los márgenes– se “alineen” con las internacionales. Quizá el mejor ejemplo lo tenemos con los créditos de consumo, que crecieron 40% en el 2008 a S/. 17,200 millones (en el 2003 solo eran S/. 4,100 millones).
Lo que primero sorprende son las altas tasas que se cobran, pues son el doble de las tasas promedio mencionadas antes. Pero lo que asusta son las enormes tasas que cobran los bancos que ingresaron este año al sistema: Banco Azteca, Falabella y Ripley (ver cuadro).
El Banco Azteca se lleva el premio de la usura, pues cobra nada menos que 184% en tarjetas de crédito y 132% en préstamos. ¿Cómo es posible que se cobren tasas que no son otra cosa que un atraco a mano armada? ¿Se le dio la licencia al Banco Azteca para que cobre esas tasas a los clientes de las tiendas Elektra?
Si entran nuevos bancos (más competencia, en teoría), las tasas de interés deberían bajar. Pero aquí eso no sucede porque las tasas suben. El problema es que la Ley de Bancos de la época del neoliberalismo extremo de Fujimori (1991) le da libertad ilimitada al “mercado” y recorta los instrumentos y mecanismos que pueden usar, tanto el agente regulador (la SBS) como el instituto emisor (BCR). Una reforma de esa Ley de Bancos para adecuarla a la nueva realidad mundial es, por eso, necesaria.
En el 2009 el impacto de la crisis internacional afectará la actividad económica y, por tanto, la intermediación financiera, que seguramente verá disminuir los montos de depósitos y de préstamos. ¿Y las tasas de interés?
En los créditos de consumo no solo serán afectados los que pierdan su empleo sino, también, buena parte del sector informal que accede a estos créditos. Actualmente la morosidad es baja, pero si sube va a haber problemas, porque los créditos de consumo han pasado, del 2003 al 2008, del 12% a nada menos que el 19% del total de créditos otorgados. Mucho cuidado.
AUTOR : HUMBERTO CAMPODONICO
FUENTE : CRISTAL DE MIRA
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