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sábado, 7 de abril de 2012

¿De quién es el Banco Mundial?

 Por Joseph Stiglitz. *


La selección por el Presidente de los Estados Unidos de Jim Yong Kim para la presidencia del Banco Mundial ha recibido buena acogida y con razón, en vista, sobre todo, de algunos de los otros nombres que se barajaban. Con Kim, profesor de Salud Pública que ahora es Presidente de la Universidad de Dartmouth y anteriormente dirigió el departamento de VIH/SIDA de la Organización Mundial de la Salud, los Estados Unidos han propuesto a un buen candidato, pero su nacionalidad y el país que lo seleccione –ya sea pequeño y pobre o grande y rico– no debe desempeñar papel alguno en la decisión sobre quién obtendrá el cargo.
 Los once directores ejecutivos del Banco Mundial de países en desarrollo y en ascenso han propuesto dos candidatos excelentes, Ngozi Okonjo-Iweala, de Nigeria, y José Antonio Ocampo, de Colombia. Yo he trabajado estrechamente con lo dos. Son de primera categoría, han sido ministros de múltiples carteras, han desempeñado admirablemente cargos de dirección en organizaciones multilaterales y tienen las aptitudes diplomáticas y la competencia profesional para llevar a cabo una labor excelente. Entienden las finanzas y la economía, los asuntos básicos del Banco Mundial, y tienen una red de relaciones para intensificar la eficacia del Banco.

Okonjo-Iweala aporta el conocimiento de la institución desde dentro. Ocampo, como Kim, aporta las ventajas y desventajas de ser alguien de fuera, pero Ocampo, profesor distinguido en la Universidad de Columbia, conoce muy bien el Banco Mundial. Anteriormente ha sido no sólo ministro de Economía y Hacienda, sino también de Agricultura, competencia de importancia decisiva, en vista de que la inmensa mayoría de los pobres de los países en desarrollo dependen de la agricultura. También aporta credenciales medioambientales impresionantes, otro de los asuntos fundamentales para el Banco.
Tanto Okonjo-Iweala como Ocampo entienden el papel de las instituciones financieras internacionales para brindar bienes públicos mundiales. Durante todas sus carreras, sus corazones y sus inteligencias han estado entregadas al desarrollo y a cumplir la misión del Banco Mundial de eliminar la pobreza. Han puesto el listón muy alto para cualquier candidato americano.

viernes, 23 de marzo de 2012

¿Ha descendido la pobreza en el mundo?

Por Vicenc Navarro.





Hace unas semanas el Banco Mundial publicó una breve nota de prensa de seis páginas, que causó gran impacto. La noticia no era para menos. El Banco Mundial señalaba que, a pesar de la recesión mundial, la pobreza extrema había bajado en el mundo. El título de la nota de prensa lo decía todo “Nuevas Estimaciones Revelan una Disminución de la Pobreza Extrema durante el periodo 2005-2010” (“New Estimates Reveal Drops in Extreme Poverty 2005-2010. World Bank). Ni que decir tiene que los mayores medios de información del mundo occidental, de sensibilidad liberal, ansiosos de buenas noticias, echaron campanas al vuelo. Los mayores diarios y semanarios del mundo publicaron noticias y artículos en lugar prominente, con titulares muy llamativos, anunciando la noticia. El del The New York Times era representativo: “La pobreza mundial desciende a pesar de la recesión económica mundial”. Titulares parecidos aparecieron en los mayores medios. Un tanto semejante ocurrió en la prensa liberal económica, desde el Financial Times al The Economist. Éste último, con la exageración que le caracteriza, señalaba que “por primera vez, el número de pobres desciende en todo el mundo”. Ni que decir tiene que, predeciblemente, los grandes rotativos de España reproducían las noticias con igual alborozo.
El problema con toda esta movilización mediática es que los datos, incluyendo los propios datos del informe del Banco Mundial, no reflejan esta realidad. Veámoslos. Lo primero que aparece es que los que el informe presenta van del año 1981 al 2008. El estudio del Banco Mundial es la evolución de la pobreza extrema durante este periodo. El último año analizado es, repito, 2008, el primero de la recesión. Es decir, la recesión apenas había comenzado. No puede, por lo tanto, derivarse que “a pesar de la recesión, la pobreza ha bajado” tal como la gran mayoría de los medios indicaron. En realidad, la crisis y la recesión se iniciaron aquel año, y a nivel mundial todavía continúa en muchas partes del mundo. Para llegar a la conclusión a la que llegaron los medios, el estudio tendría que haber analizado la evolución de la pobreza durante el periodo 2008-2012, y ver si la pobreza bajó durante esos años. El Banco Mundial no hizo tal estudio. Sus datos reales terminaron en 2008, cuando la recesión comenzó. Lo que sí hizo el Banco Mundial, es una estimación de la bajada de la pobreza durante el periodo 2008-2010, estimación basada, no en datos reales sino en datos calculados según varios supuestos, algunos altamente cuestionables. Las estimaciones del Banco Mundial son conocidas por su “creatividad”, conducentes a estimaciones y proyecciones de escasa credibilidad en la comunidad científica. Los únicos datos reales, y no supuestos, del estudio del Banco Mundial terminan en 2008, cuando la recesión apenas comenzaba.

sábado, 25 de febrero de 2012

Un Banco Mundial para un nuevo mundo


Por Jeffrey D. Sachs*


El mundo está en una encrucijada. La comunidad global puede unirse para luchar contra la pobreza, el agotamiento de los recursos y el cambio climático, o enfrentar una generación de inestabilidad política, zozobra ambiental y guerras por los recursos.
El Banco Mundial, con una conducción adecuada, puede jugar un rol fundamental para evitar esas amenazas y los riesgos que implican. Es mucho lo que está en juego a nivel mundial en esta primavera, ya que los 187 países miembros del Banco elegirán un nuevo presidente para suceder a Robert Zoellick, cuyo mandato finaliza en julio.
El Banco Mundial fue establecido en 1944 para fomentar el desarrollo económico, y casi todos los países son actualmente miembros. Su misión principal es reducir la pobreza mundial y garantizar que el desarrollo global sea ambientalmente sólido y socialmente incluyente. Lograr esas metas no solo mejorará las vidas de miles de millones de personas, también impedirá violentos conflictos alimentados por la pobreza, el hambre y las luchas por recursos escasos.
Los funcionarios estadounidenses tradicionalmente han considerado al Banco Mundial como una extensión de la política extranjera y los intereses comerciales de Estados Unidos. Como el Banco se encuentra a solo dos cuadras de la Casa Blanca, en la Avenida Pennsylvania, les ha resultado muy fácil dominar esa institución. Actualmente muchos de sus miembros, incluidos Brasil, China, India y varios países africanos, están alzando sus voces en busca de un liderazgo con mayor igualdad y cooperación, y una mejor estrategia que funcione para todos.