martes, 13 de mayo de 2008

EL FIN DE LA EDAD DE ORO

La economía del imperio norteamericano experimentó, en estos últimos
diez años, una expansión realmente notable. Tres factores posibilitaron este
proceso: (1) la brillante política monetaria ejecutada por Alan Greenspan; (2)
la expansión del INTERNET y el dinamismo de las industrias de alta tecnología
;y, (3) el "boom" financiero generado por la globalización y los cambios en
la tecnología financiera. Como consecuencia, los ciudadanos norteamericanos
conocieron una nueva edad de oro. En efecto, el dinamismo económico
impulsó el empleo y los salarios reales; el boom financiero posibilitó un incremento
en la riqueza y el patrimonio personal de la mayor parte de las familias
norteamericanas; la aparición continua de nuevos artículos de consumo
y la difusión masiva del INTERNET facilitó la mejora en la calidad de vida
al disminuir la monotonía e intensidad de la jornada de trabajo y producir un
refinamiento de las costumbres y cultura del pueblo norteamericano.
Las élites norteamericanas se sintieron, finalmente, triunfadoras y, repitiendo
el ejemplo de otros intelectuales de imperios ya desaparecidos, proclamaron
el Fin de la Historia. ¿Acaso, no habían finalmente descubierto los
norteamericanos el secreto tan largamente acariciado por los hombres? ¿No
demostraban los hechos consumados la superioridad indiscutible de la sociedad
y cultura norteamericana frente a otras propuestas semejantes? ¿Quién

sino derrotó en dos ocasiones al Totalitarismo en el último siglo del segundo
milenio? Acompañó, por esta razón, a la prosperidad una intensa campaña
ideológica que tenía como objetivo fundamental difundir a todos los pueblos
del mundo las virtudes de la sociedad abierta y de libre competencia. El proyecto
postuló un nuevo orden mundial basado en esto principios, un programa
concreto de acción, y una ejecución efectiva en la mayor parte de las regiones
del Mundo. Lentamente, en un inicio, y, luego con una velocidad creciente,
el nuevo programa consiguió despertar el entusiasmo y apoyo de todas
las élites del planeta. Nació, en esta forma, condensado, riguroso, lógico e
indiscutible, el Pensamiento Único, la expresión más fina y eficaz de la Civilización
Occidental. Reflejo y expresión del mismo fueron los distintos programas
de ajuste estructural ejecutadas por todos los gobiernos de América Latina.
II
La Historia, como descubrieron atónitos y estupefactos los habitantes de
Nueva York, no terminó. En realidad, siempre su curso acostumbrado y, lentamente,
fue alumbrado nuevas posibilidades e insinuando, no obstante el
vano afán, de los intelectuales americanos, nuevos y más brillantes caminos.
Gradualmente, en distintas regiones del Mundo y el mismo Estados Unidos,
aparecieron contradicciones evidentes : guerras de pequeña intensidad, epidemias
sin control, conflictos tribales, quiebras , crisis económicas, atentados
terroristas ejecutados por los propios norteamericanos y dirigidos contra los
mismos norteamericanos, suicidios voluntarios, fanáticos religiosos; y ,niños
que, con armas en las manos e impulsados por una violencia incompresible ,
deciden unilateralmente ultimar a sus compañeros de clase en una escuela
pública también norteamericana.
Un temprano reflejo de la fuerza de la historia fue el fin de la prosperidad
económica del Japón. La economía más exitosa del planeta , la misma que
creció por 30 años jamás interrumpidos a ritmos que fueron la envidia del
Mundo Industrial, sufrió , a inicios de la década de los 90, una catástrofe financiera
al derrumbarse el índice Nikkei y , con él, todo el sistema financiero
del Japón . Desde entonces, Japón, entró a un estado de parálisis que no todavía
no logra remontar. Sus millonarios, por supuesto, han dejado de aparecer
en los listados que todos los años confeccionan las revistas de negocios editadas
por las Casas Editoriales del Imperio y han sido sustituido, quizás con alivio y beneplácito, por nuevas fortunas que esta vez son también norteamericanas.
La segunda advertencia ocurrió cinco después cuando Méjico, el socio predilecto
de los Estados Unidos y la primera nación latinoamericana admitida al
Club exclusivo del Imperio, descubrió que, a pesar de todos sus esfuerzos, todavía
era parte del Extremo Occidente (América Latina). Los campesinos de
Chiapas habían decido que el proyecto globalizador americano y el discurso
de su clase dirigente, después de todo, sólo los empobrecía y, por esta razón,
sólo quedaba protestar. A los pocos meses, estalló la segunda crisis mejicana,
y, con ella la secuencia usual de eventos: la devaluación del peso, la recesión,
y el paquete financiero salvador. Tampoco, en esta ocasión, los intelectuales
americanos notaron la advertencia. ¿No ha demostrado, acaso, los pueblos latinoamericanos
a lo largo de la historia una notoria dificultad para asimilar
las ideas fundamentales del pensamiento único? Muchos profesores norteamericanos
escribieron, en esta ocasión, profundos y meditados ensayos, sobre
la influencia de la cultura en el desarrollo económico y programaron conferencias
en las principales capitales del Extremo Occidente para explicar
nuevamente a los gobernantes de América Latina los principios fundamentales
de la sociedad abierta y de libre competencia. El sistema educativo norteamericano
es, sin duda, el más eficaz y sólido del mundo. La historia, sin embargo,
siguió su curso con la misma fuerza y regida por las mismas leyes.
Tres años después de la crisis mejicana, se desató en el Extremo Oriente, la
región de más éxito económico del mundo, una nueva crisis financiera que,
dada su magnitud, remeció la estructura fundamental del Nuevo Orden Americano.
Tailandia, en un inicio, se vio forzada a devaluar su moneda, y, luego
en rápida sucesión todas las nuevas economías emergentes. Después de Asia,
siguió Rusia, y, finalmente, América Latina. Con la crisis asiática, terminó la
falaz prosperidad de los nuevos mercados emergentes y, el Nuevo Orden,
mostró con diáfana claridad sus problemas más importantes. La crisis no fue
advertida por las Instituciones Multilaterales como el Fondo Monetario Internacional
o el Banco Mundial. Tampoco fue pronosticado por los numerosos
investigadores económicos contratados por la Red Imperial de Información.
Para salvar las apariencias, fue introducido el concepto de fragilidad financiera
y se postuló la conexión esencial de todo el sistema económico mundial.
Los intelectuales norteamericanos notaron, con horror, preocupación, y curiosidad,
como las viejas ideas se resistían a morir. Se discutió, por pocos meses,
la coyuntura financiera y, finalmente, se diseñaron y ejecutaron planes
para combatir los efectos de la coyuntura financiera. La discusión puso, en
evidencia, después de 30 años, el grado de corrupción de los dirigentes asiáticos,
y, los principales problemas estructurales de las economías del Extremo
Oriente. Aunque los asiáticos, han demostrado una mayor capacidad que los
latinoamericanos, para asimilar los principios de la sociedad abierta y de libre
competencia no han comprendido plenamente sus principios y han cometido
, guiados quizás por su excesiva vocación colectivistas, errores fáciles
de solucionar y remediar. Deben, también, ellos si desean ser exitosos iniciar
un programa de reforma estructural para consolidar y mantener sus éxitos.
La Sociedad Americana, por ejemplo, superó, en pocos meses la crisis y el crecimiento
y la prosperidad continua su rápido curso.
La Cuarta advertencia se produjo al iniciarse el Nuevo Milenio. Fue menos
espectacular, más difícil de advertir, pero tendrá, a las largas consecuencias
más profundas y durables. Cuando, en Seattle, los Ministros de Comercio del
Mundo, celebraban una conferencia para profundizar la globalización, ocurrieron
protestas y manifestaciones que obligaron a suprimir el evento. Estas
manifestaciones marcaban el nacimiento del movimiento mundial contra la
globalización y, mostraban, la eficacia de la red mundial de comunicación
para diseñar nuevas técnicas de organización. El éxito de Seattle mostró, a
muchos el camino: la red de computadoras, permitía superar, con facilidad,
los mecanismos de control montados por los Estados, intercambiar información
y coordinar acciones de protestas simultáneas en diferentes sitios del
Planeta. Permitía, así mismo, difundir ideas censuradas, publicar boletines
informativos, realizar conferencias de coordinación, es decir, el diseño y discusión
de una alternativa al Nuevo Orden Mundial. Quedó, así, claro para todos
los descontentos que las protestas deberían tener una naturaleza global.
Ante la globalización del capital se debe oponer una respuesta organizada y
también global. Después de Seattle, siguieron similares protestas en Génova,
Nápoles, Montreal. El FMI y el Banco Mundial, en realidad, no han podido organizar
con tranquilidad conferencias de coordinación internacional en un
ambiente tranquilo y sosegado. Las muchas páginas de INTERNET se exhiben
los símbolos del movimiento global anti-globalización: una bandera roja y un
águila negra.
Finalmente, el flujo de la historia llegó a los Estados Unidos. El primer
evento se produjo hace ya un año cuando se produjo, finalmente, el derrumbe
del índice NASDAQ que marca la cotización de las acciones tecnológicas ,
y, con él la paralización de la inversión del núcleo más dinámico de la economía
americana. Después de la caída del NASDAQ, se paralizó la tasa de expan10
sión del Comercio Electrónico, se interrumpieron las innovaciones en la industria
de las comunicaciones y de computadoras, se comprobaron las debilidades
de las nuevas empresas virtuales y, como consecuencia, se produjo una
caída abrupta en la tasa de formación de capital de los Estados Unidos. Nuevamente,
aparecieron los despedidos, las quiebras y los problemas financieros.
El ritmo de crecimiento se redujo notablemente, y, las regiones más integradas
al corazón económico del imperio experimentaron retrocesos verdaderamente
espectaculares. La nación isla de Singapur, por ejemplo, experimentó
una reducción de 30 por ciento en sus importaciones y de 15 por ciento
en los índices económicos que miden el dinamismo de la actividad industrial.
Taiwán, otra nación asiática, estrechamente ligada al núcleo tecnológico
de la economía mundial ha experimentado índices similares de retracción
económica. En agosto, un mes antes del atentado en Nueva York, la actividad
industrial en el mundo estaba prácticamente paralizada: las economías de las
naciones más avanzadas del planeta estaban nuevamente en recesión. Es, en
este contexto económico que se produce el atentado de Nueva York.
III
Hace dos semanas, los habitantes del Bajo Manhattam, los ciudadanos de
la única ciudad cosmopolita del Imperio Norteamericano, tomaron el Metro y
se dirigieron, igual como lo hacen todos los días, a trabajar en las oficinas localizadas
en los edificios que se yerguen al inicio de Manhattam y que albergan
las computadoras que gestionan las bases de datos y la dinámica diaria
del mayor mercado financiero del Mundo. No se imaginan que a la misma
hora, cuatro aviones partían de Boston secuestrados por un grupo terrorista
fundamentalista, usando técnicas no anticipadas y un grado inusitado de planeación
y coordinación, en la dirección a Nueva York con el objetivo expreso
de estrellarse contra las principales torres de Manhattam. Por esta razón,
cuando se produce el primer impacto, no pueden admitir e interpretar los
hechos que se suceden con rapidez, y, lo atribuyen a un desgraciado accidente
aéreo. Comienzan a arder las torres, llega la Televisión, y la Red Mundial
de Información, empieza a difundir las dantescas escenas a todos los ciudadanos
del planeta. Veinte minutos después, llega el segundo avión, y también se
estrella contra las mismas Torres. Pasado una hora, probablemente atemorizados,
los ciudadanos del Imperio y todos los habitantes del planeta ven derrumbarse
los edificios, y, una enorme nube de polvo y fuego que cubre toda
la isla de Manhattam. Ese mismo día, otro avión se estrella en Washington,
contra el edificio del pentágono y otro se derrumba cerca a la ciudad de Pittsburgh.
Ese día se producía el mayor atentado terrorista del Planeta y, también,
se iniciaba en términos prácticos, con un ligero retraso, el Tercer Milenio
y el nuevo siglo XXI. Los terroristas ponían, en evidencia, la debilidad estructural
de la red de seguridad interna del Imperio, demostrando cuales
eran los supuestos implícitos de la estrategia de Inteligencia Americana y la
falta de coherencia de la política exterior de los Estados Unidos.
Ese mismo día se comenzaron a manifestar las consecuencias más inmediatas:
se interrumpió la red área de comunicaciones al producirse el cierre
del espacio aéreo norteamericano, los habitantes de USA paralizaron sus actividades
económicas y dejaron de trabajar para mirar en sus aparatos de Televisión
, las noticias que se sucedían en una secuencia que parecía extraída de
una película de ciencia ficción, cundió el pánico en los mercados financieros
del mundo y tuvieron que ser clausurados las Bolsas que integran junto con
Wall Street la Red Financiera que cubre toda la faz de la Tierra. En suma, un
día de caos y desconcierto, que abría una nueva coyuntura para el Planeta,
con consecuencias, todavía impredecibles.
Wall Street, el principal mercado americano, se vio obligado, como consecuencia
de los catastróficos eventos, a suspender sus operaciones por casi
una semana y, finalmente, pudo reiniciar sus operaciones el lunes de la semana
pasada. La red mundial del transporte aéreo sufrió una experiencia similar.
La industria del Turismo que depende estrechamente de la misma experimento
inmediatamente los efectos al interrumpirse el flujo de mundial de pasajeros.
Los mayores hoteles del mundo estuvieron, la semana pasada, prácticamente
desiertos sea por que los turistas o hombres de negocios no pueden
viajar sea por que hay una ola masiva de cancelaciones de paquetes turísticos.
Wall Street, en una localización provisional, en New Jersey comenzó a
operar el lunes. Al abrir el mercado, se produjo el pánico, cuando los inversionistas
decidieron deshacerse de las acciones de las industrias inmediatamente
afectadas: aerolíneas y compañías de seguros, principalmente. Ese
mismo día, Alan Greenspan, redujo en 0.5 puntos porcentuales la tasa de interés
con el propósito de frenar la ola de ventas. Fue imitado por los principales
Bancos Centrales del Mundo: El banco Central Europeo, el Banco de Japón, el
Banco de Inglaterra, y el Banco de Canadá. La Bolsa, sin embargo, cayó durante
todos los días de la semana. Wall Street experimentó así la mayor caída
desde la gran depresión, y, sólo comenzó a recuperarse esta semana cuando,
finalmente, se estabilizó el mercado. El movimiento financiero piso fin a las
esperanzas de una pronta recuperación económica. Los pronósticos más optimistas
solo prevén una recuperación para finales del próximo año.
La historia, sin embargo, aún no termina. El gobierno de USA ha extremado
las medidas de seguridad y ha llamado a una cruzada Mundial contra el fanatismo
Musulmán. El ejército del imperio se encuentra nuevamente en guerra.
La flota norteamericana se encuentra en la costa de Asia, vagando, y esperando
que los estrategas militares definan cuál es el objetivo militar. Las
guerras del siglo XXI, las nuevas guerras, ya no se pelean contra naciones
sino contra países invisibles o individuos. Todos, los habitantes del Planeta,
observan, curiosos cómo USA, la nación que descubrió el secreto tan acariciado
por los hombres de todos los tiempos, lidia con la nueva situación. ¿Que
pasará? ¿Ha estallado la guerra de Civilizaciones pronosticada por Hungtinton,
el más conocido científico político norteamericano? Nadie lo sabe ni lo
conoce con exactitud ya que la historia continua y sigue regida por las mismas
leyes.

AUTOR: BRUNO SEMINARIO, EL LABERINTO DEL MINOTAURO, CEUP
PUBLICADO EN ACTUALIDAD ECONOMICA, OCTUBRE 2001.

1 comentario:

  1. Por su importancia y a pesar de haber trascurrido casi 8 anos (2001)de su publicacion, hemos querido copiarlo por que desde nuestro punto de vista , no ha perdido vigencia, por el contrario ha seguido sucediendo hechos economicos y sociales que demuestran un fin de la bananza del sistema,sin embargo hay que advertir la poca o nada difusion de alternativas, que puedan remplazar a este todo liberalismo que se cae a pedazos. solamente un pequeno jaque o inicio de un jaque mate?

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