Por Marshall Auerback *
Puede
parecer extraño invocar a Freddie Mercury y Queen en el contexto de la euro
zona, pero es lo primero que me viene a la mente, cuando pienso como Bruselas,
y el cada vez más desafortunado BCE, avanzan inexorables en su tambaleante
gestión hacia a la catástrofe financiera y económica. Ayer, hubo indicios de
que el plan español de recapitalización de Bankia (que vino con el respaldo
implícito del balance contable del BCE) podía pergeñar una potencial salida a
la crisis bancaria con metástasis de la zona euro. Otra idea que,
lamentablemente, nunca irá más allá del
tablón de anuncios, porque el BCE rechazó sin rodeos toda posibilidad de
utilizar su balance contable para financiar indirectamente a Bankia, la
problemática entidad crediticia española.
Así
que vuelta a los altibajos y los
mercados reaccionan en consecuencia. Lo que no se dan cuenta la mayoría de los
inversores, expertos y responsables políticos es que esta huida de capitales y
depósitos no es simplemente un problema griego, que se terminará para siempre
cuando Grecia abandone la zona euro. Si uno mira las cifras del sistema de
pagos interbancario en tiempo real en la UE (Target 2), el ELA, y los datos publicados por el BCE,
prestamista en última instancia, es evidente
que la huida de capitales y depósitos afecta ya a todos los países de la
periferia, incluidos España e Italia. Es posible que los bancos alemanes acaben
por albergar los depósitos en toda Europa.