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domingo, 9 de septiembre de 2012

La porción justa de Mitt Romney

 Por Joseph Stiglitz







Los impuestos sobre la renta de Mitt Romney se han convertido en un tema importante en la campaña presidencial estadounidense.  ¿Es un tema de simple politiquería o es un tema realmente importante? Lo cierto es que sí, es un tema importante – y no sólo para los estadounidenses.
Un tema principal subyacente al debate político en los Estados Unidos es el papel del Estado y la necesidad de acción colectiva. El sector privado, si bien es central en una economía moderna, no puede garantizar por si solo su éxito. Por ejemplo, la crisis financiera que comenzó en el año 2008 demostró la necesidad de una reglamentación adecuada.
Además, más allá de una reglamentación efectiva (que incluya la garantía de igualdad de condiciones para la competencia), las economías modernas se basan en la innovación tecnológica, lo que supone a su vez investigación básica financiada por el gobierno. Este es un ejemplo de un bien público – los bienes públicos son las cosas de las que todos nos beneficiamos, pero cuyo abastecimiento sería insuficiente (o sería absolutamente inexistente) si fuésemos a depender del sector privado.
Los políticos conservadores en los EE.UU. subestiman la importancia de la educación, la tecnología y la infraestructura que provee el sector público. Las economías en las que el gobierno provee estos bienes públicos se desempeñan mucho mejor que aquellas en las que no ocurre lo propio.

lunes, 6 de agosto de 2012

De la maldición a la bendición de los recursos naturales

 Por Joseph Stiglitz *


Los nuevos descubrimientos de recursos naturales en varios países africanos – incluyendo aquellos en Ghana, Uganda, Tanzania, y Mozambique – plantean una pregunta importante: ¿serán estos descubrimientos inesperados una bendición que trae consigo prosperidad y esperanza, o serán una maldición política y económica tal como ya ha ocurrido en muchos países?
En promedio, el desempeño de los países ricos en recursos ha sido aún más deficiente que el de los países sin recursos. Estos países han crecido más lentamente, y con mayores desigualdades – ha ocurrido justo lo contrario de lo que cabría esperar. Después de todo, imponer altas tasas de impuestos a los recursos naturales no hará que dichos recursos desaparezcan, lo que significa que los países cuya principal  fuente de ingreso son los recursos naturales pueden utilizarlos para financiar la educación, la asistencia de salud, el desarrollo y la redistribución.
Se ha desarrollado una gran cantidad de literatura económica y de ciencias políticas para explicar esta “maldición de los recursos” y se han establecido grupos en la sociedad civil (como por ejemplo “Revenue Watch” y la “Extractive Industries Transparency Initiative”) para contrarrestar dicha maldición. Tres de los ingredientes económicos de dicha maldición son bien conocidos:
  • Los países ricos en recursos naturales tienen la tendencia a tener monedas fuertes, lo que obstaculiza otras exportaciones,
  • Debido a que la extracción de recursos a menudo implica poca creación de puestos de trabajo, aumenta el desempleo;
  • La volatilidad de los precios de los recursos naturales causa que el crecimiento sea inestable, dicha inestabilidad se ve reforzada por los bancos internacionales que se apresuran a hacer negocios en el país cuando los precios de las materias primas están altos y se apresuran a salir cuando los precios bajan (este comportamiento refleja el principio aceptado a través de los tiempos que dice que los banqueros sólo prestan dinero a aquellos que no necesitan dichos préstamos).

lunes, 9 de julio de 2012

El último respiro del euro

 Por Joseph Stiglitz *


Al igual que un preso en el corredor de la muerte, el euro ha recibido otro aplazamiento de última hora: va a sobrevivir un poco más. Los mercados están celebrando, como lo han hecho después de cada una de las cuatro anteriores cumbres de "crisis del euro", hasta que comprendan una vez más que aún no se han abordado los problemas fundamentales.
Hubo buenas noticias en esta cumbre: los líderes europeos entendieron que finalmente no va a funcionar la operación circular en que Europa presta dinero a los bancos para salvar a los fondos soberanos, y a los fondos soberanos para salvar a los bancos. Asimismo, ahora reconocen que los préstamos de rescate que dan al nuevo acreedor un mayor orden de precedencia sobre los demás empeoran la situación de los inversores privados, que reaccionarán simplemente exigiendo tasas de interés todavía más altas.
No deja de ser profundamente preocupante el que las autoridades europeas se hayan demorado tanto en ver algo tan obvio (y evidente hace más de una década y media en la crisis del Este asiático). Pero lo que falta en el acuerdo es aún más significativo que lo que hay. Hace un año, los líderes europeos reconocieron que Grecia no iba a poder recuperarse sin crecimiento y que el crecimiento no puede lograrse únicamente con austeridad. Y sin embargo, es poco lo que se ha hecho para corregir el asunto.